martes, 28 de abril de 2020

BERNABÉ, LÍDER REVELACIONAL


Escribir sobre liderazgo es muy complejo, porque ha sido un tema muy trillado y que no pierde vigencia, porque es un anhelo insertado en nuestro ADN de que todo el mundo quiere ser líder y ha dado para escribir en muchas generaciones, sobre todo en el estilo horizontal del liderazgo, es decir, el liderazgo de hombre a hombre, según la perspectiva humana; Kauffman (2015) lo define como “conseguir lo que no se puede tomar por la fuerza, merecer lo que solo se puede dar libremente”, esta me lleva a reflexionar que el líder debe tocar las fibras más profunda del ser de una persona para que pueda ser capaz de disponerse para dar o accionarse, por tal motivo podemos afirmar que el liderazgo es la capacidad de influenciar, motivar, organizar a otros y animarlo a llevar a cabo ciertas acciones para lograr fines y objetivos específicos; sin embargo, cuando se manifiesta liderazgo vertical, el liderazgo de Dios al hombre, podemos descubrir que existen ciertos estereotipos, ideas o patrones de conducta que se rompen siempre aun cuando tengamos la fe y el convencimiento de que sí, ya que de lo contrario, podemos pensar que más bien nos enmarca dentro de una serie de dogmas y restricciones religiosas que están muy separadas de lo que es el liderazgo revelacional, sobre todo cuando estudiamos la palabra y tomamos el mejor referente, al Señor Jesucristo, Dios de dioses, Rey de reyes, Señor de señores, Siervo de siervos, Líder de líderes.

Sin embargo, hoy vamos a reflexionar de un hijo de Dios diferente, un líder a quien se le reveló el Cristo vivo, de allí el título de este escrito, de líder revelacional, que hay muchos en la biblia y que iremos estudiando uno a uno, en la medida que el Espíritu Santo nos inquiete, comencemos:     

Estudiar en profundidad la vida JOSÉ (BERNABÉ), a través de la palabra, puede cambiar nuestra perspectiva de cómo funciona el liderazgo vertical. Bernabé era judío de nacimiento, levita de Chipre, fue llamado «hijo de consolación»; la palabra de Dios lo presenta como un apóstol con características especiales (santas), centrado en Cristo, siervo de mucha fe, que predicaba de la fidelidad y la gracia de Dios a todo aquel que creía en Cristo, más que los dogmas asumidos por los judíos en su estructura religiosa, estaba sujeto al Espíritu Santo, tenía la capacidad de exhortar, consolar y motivar, practicaba el esfuerzo y la valentía, era diligente, desprendido, dado a la enseñanza y le gustaba apoyar al crecimiento de sus discípulos; las obras que emprendió fueron aprobadas por el Señor, no buscaba gloria personal evitaba ser endiosado por otros; en síntesis era un líder revelacional.

Su nombre era José, pero los apóstoles le dieron el sobrenombre de Bernabé, «hijo de consolación», o tal vez “hijo de la exhortación”, los historiadores dicen que fue llamado "el apóstol de la alegría" por su ánimo (capacidad motivadora), otros afirman que era un siervo: esforzado, desprendido, de buen testimonio, animaba y entusiasmaba a los fieles a aferrarse y creerle al Señor y no a los hombres. Hechos 4:36-37 “Entonces José, a quien los apóstoles pusieron por sobrenombre Bernabé (que traducido es, Hijo de consolación), levita, natural de Chipre, como tenía una heredad, la vendió y trajo el precio y lo puso a los pies de los apóstoles”; a la disposición de los apóstoles para continuar con la obra, indudablemente, vender toda su herencia y entregarla para levantar la obra del Señor, demuestra lo que había en su corazón, de la llenura y revelación del Espíritu Santo, ya que este hecho sólo puede ocurrir cuando estamos impregnados del poder liberador del Señor, el Líder revelacional por excelencia.

Este líder revelacional recibió el llamado de parte del Señor, el cual no eludió, ni lo pensó dos veces, atendiéndolo con diligencia, destinado a ser apóstol nunca dejó de llevar las buenas nuevas; Hechos 13:2-5 “Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado. Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron. Ellos, entonces, enviados por el Espíritu Santo, descendieron a Seleucia, y de allí navegaron a Chipre. Y llegados a Salamina, anunciaban la palabra de Dios en las sinagogas de los judíos. Tenían también a Juan de ayudante”; Hebreos 14:14a “…los apóstoles Bernabé y Pablo,...”.

Hoy por hoy, entender que el liderazgo que mostró Bernabé en aquellos tiempos provenía del Señor, de su oración y permanencia en los lugares celestiales, puede originar en muchos cristianos cierta frustración, ya que no nos creemos suficientemente dignos para recibir tal distinción, pero todos los dones son concedidos por Dios a quién Él quiere, a través del Espíritu Santo; el detalle está, en dónde y cómo vamos a utilizar esos dones y habilidades que el Señor nos ha regalado; si Bernabé, un hombre de buen corazón, lleno de fe y una disposición excepcional pudo alcanzar un liderazgo revelacional siendo pecador, nosotros también podemos, siempre y cuando renunciemos a nuestra vieja manera de vivir y pongamos la mirada en Cristo, decidiéndonos a creer y obedecer; no es por nada que a Bernabé lo llamaran “hijo de consolación”, es decir, el hijo sujeto a, o bajo el control del Consolador; observemos como, con la mirada puesta en Cristo, mostró el coraje y valentía de líder emprendedor, cuando decidió tomar, traer y presentar al recién convertido Pablo a los incrédulos discípulos (que en las iglesias hay muchos, por cierto), quienes se encontraban en Jerusalén y mostraban mucho temor (miedo) acerca de Pablo por la fama que le antecedía de su antigua manera de vivir (Saulo en perseguidor de cristianos), Hechos 9:26-27 “Cuando llegó a Jerusalén, {Pablo} trataba de juntarse con los discípulos; pero todos le tenían miedo, no creyendo que fuese discípulo. Entonces Bernabé, tomándole, lo trajo a los apóstoles, y les contó cómo Saulo había visto en el camino al Señor, el cual le había hablado, y cómo en Damasco había hablado valerosamente en el nombre de Jesús”, lo discípulo porque creía en el poder trasformador del Espíritu Santo.

La vida de un hijo de Dios, no se trata de lo que ha sido hasta ahora, sino de lo que está dispuesto a ser a partir de este momento, es la decisión de romper o no, los paradigmas estructurales, los esquemas mentales, el ABC de las creencias religiosas erradas y de seguir aferrado a las tradiciones o el pasado; por eso proyectémonos hacia el futuro, hacia la eternidad; bendito sea el Señor si tenemos la disposición en el corazón de querer cambiar nuestras vidas para siempre, llevándolas a un nuevo nivel, a lugares más altos desde el punto de vista espiritual, dejando los rudimentos de la doctrina de Cristo, porque cualquier cosa que hagamos fuera de este estándar celestial, es inercia, estanqueidad, religiosidad, incredulidad, uno más del montón, que se convertirá en pura corrupción del alma y por ello recibiremos el pago justo, ya que todo lo que sembremos en la carne con descuido y desatención, de eso segaremos.

Cuando los gentiles, decidieron convertirse a Cristo en Antioquía, ciudad Siria, pueblo semita de fuerte tendencia a adorar dioses griegos, fue a Bernabé a quien enviaron allí desde Jerusalén para constatar dicha situación; quizás por su corte de hombre comprometido para la obra, su buen testimonio o credibilidad, vio la pared blanca y no el punto negro; allí fue donde su corazón se regocijó enormemente, cuando se le reveló la misericordia de Dios, la oportunidad que el Señor le estaba dando al hombre aunque no fuera judío a arrepentirse, mirar la realidad presente en esa tierra pagana, terreno fértil para sembrar lo llenó de regocijo, eso hace un líder revelacional, llenarse de las fuerzas del Señor ante las circunstancias adversas; entonces predicó de Cristo, los exhortó (animó, motivó, aupó) a que se aferraran al Él, que permanecieran en su presencia, y como líder revelacional logró que multitudes se agregaran a la causa del Altísimo, gracias a la sujeción que tenía del Espíritu Santo; Hechos 11:22-24 “Llegó la noticia de estas cosas a oídos de la iglesia que estaba en Jerusalén; y enviaron a Bernabé que fuese hasta Antioquía. Este, cuando llegó, y vio la gracia de Dios, se regocijó, y exhortó a todos a que con propósito de corazón permaneciesen fieles al Señor. Porque era varón bueno, y lleno del Espíritu Santo y de fe. Y una gran multitud fue agregada al Señor”.

Fue gracias a su trabajo y su testimonio en conjunto con Pablo, sobre los nuevos creyentes, que todos los hijos de Dios fuimos reconocidos como “cristianos”, por profesar la fe en Cristo; un año entero de duro trabajo, reuniones y enseñanza en Antioquía bastó para fundamentar tal distinción; nosotros en cambio nos queremos llamar cristianos y no queremos trabajar para ello, el labrador para ver los frutos tiene que trabajar; Hechos 11:25-26 “Después fue Bernabé a Tarso para buscar a Saulo; y hallándole, le trajo a Antioquía. Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía”; y fue acá donde el Espíritu Santo, dio visión a muchos, para estar preparados en lo que había de venir. Hechos 11:27-28 “En aquellos días unos profetas descendieron de Jerusalén a Antioquía. Y levantándose uno de ellos, llamado Agabo, daba a entender por el Espíritu, que vendría una gran hambre en toda la tierra habitada; la cual sucedió en tiempo de Claudio”.

Un líder revelacional es instrumento santo para que toda persona (seguidor, creyente, discípulo) se encuentre con el Señor, reciba del amor, misericordia y poder de su Espíritu; en su condición de líder no existe la mezquindad, ni se envanece, ni jacta de su condición y mucho menos existe maldad en su corazón, más bien, se goza cuando un hombre pecador es arrebatado de las fauces del maligno, por eso le enseña la palabra y ayuda a reconocer sus pecados, a arrepentirse y a conocer del Señor en espíritu y verdad, para que, a través del Espíritu Santo se convierta de sus malos caminos, reciba el perdón, la salvación y la vida eterna. Hechos 14:11-15 “Entonces la gente, visto lo que Pablo había hecho, alzó la voz, diciendo en lengua licaónica: dioses bajo la semejanza de hombres han descendido a nosotros. Y a Bernabé llamaban Júpiter, y a Pablo, Mercurio, porque éste era el que llevaba la palabra. Y el sacerdote de Júpiter, cuyo templo estaba frente a la ciudad, trajo toros y guirnaldas delante de las puertas, y juntamente con la muchedumbre quería ofrecer sacrificios. Cuando lo oyeron los apóstoles Bernabé y Pablo, rasgaron sus ropas, y se lanzaron entre la multitud, dando voces y diciendo: Varones, ¿por qué hacéis esto? Nosotros también somos hombres semejantes a vosotros, que os anunciamos que de estas vanidades os convirtáis al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay”.

Un líder revelacional no se aferra a los proyectos, ni se encajona a un solo estilo de liderazgo, mucho menos a un grupo social o discípulo, sino que delega, entrega y abre de nuevo el camino, continuando el crecimiento y desarrollo de la obra; Bernabé lo sabía, él entendía que quien da el crecimiento y desarrollo a la obra era el Señor Jesucristo, por eso no dudo soltar las riendas de la obra levantada en Antioquía a otros, y se separó de Pablo para levantar a un joven discípulo que fue trascendental para la obra; un desacuerdo con Pablo por causa de su sobrino Juan Marcos, joven que inicialmente se había apartado de ellos por inmadurez, no lo detuvo ni lo desvío de su propósito eterno, tal fue así, que este joven posteriormente escribiría el primer evangelio el de Marcos, que narra sobre los milagros de Jesús, los cuales se conocen hasta estos tiempos. Por tanto, decidió regresar a su tierra, se embarcó con Marcos rumbo a Chipre. 

Puede ocurrir, que ciertos líderes revelacionales decidan separarse con un objetivo mayor al que inicialmente los motivo a emprender para la obra, y sean de mayor bendición separados qué trabajando juntos; necesitamos desprendernos de cosas buenas para alcanzar otras mejores, siempre y cuando estemos dentro de la voluntad de Dios; desprendernos un tiempo de cosas que emocionalmente impiden mi desarrollo espiritual es sumamente sano, sobre todo si la acción sinérgica del Espíritu Santo se ve disminuida por falta de sometimiento, ya sea por incremento de ciertos apegos, influencia social, posiciones encontradas o simplemente para darnos un tiempo de reencuentro y renovación con el Señor; en este caso para ambos apósteles fue lo mejor, porque a pesar de los inconvenientes que vivieron, los resultados posteriores dan evidencia de que el Señor tenía el control absoluto de todo y dispuso su separación para extender su obra entre los gentiles y los judíos, lo importante es no perder la mirada en Cristo y no dejarnos arrastrar por el mundo o nuestra carne. Hechos 15:36-37 “Después de algunos días, Pablo dijo a Bernabé: Volvamos a visitar a los hermanos en todas las ciudades en que hemos anunciado la palabra del Señor, para ver cómo están. Y Bernabé quería que llevasen consigo a Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos”; Gálatas 2:1 “Después, pasados catorce años, subí otra vez a Jerusalén con Bernabé, llevando también conmigo a Tito”; Gálatas 2:13 “Y en su simulación participaban también los otros judíos, de tal manera que aun Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos”.

Bernabé, no fue un hombre perfecto, tuvo sus errores, pero el Señor utiliza hombres defectuosos para convertirlos en líderes revelacionales, porque en las imperfecciones y debilidades Dios se glorifica. De este líder podemos rescatar su capacidad de exhortar, como lo hizo con Pablo, con Marcos, con los apósteles; su capacidad de influenciar a multitudes, su disposición para servir como misionero y abrir buenas obras, el estímulo que recibía del Espíritu Santo lo supo desbordar en otros, por su fe y confianza en el Señor, discernía que de toda situación adversa hay un huerto listo para la siembra, por lo que no desperdiciaba las oportunidades para sembrar y cumplir la gran comisión; su obediencia y sujeción eran admirables.

REFLEXIÓN:

Bernabé trató de serle fiel al Señor, buscó siempre levantar al caído y llevar la palabra, como acto de obediencia y cumplimiento a la gran comisión que el Señor Jesucristo nos dejó a todos los hijos de Dios, entonces las interrogantes son: ¿Qué características de Bernabé como líder revelacional son dignas de imitar? ¿Ya te decidiste disponer tu corazón de verdad a Cristo y convertirte en un líder revelacional como él? o ¿Prefieres seguir dando vueltas como colcho en remolino, viviendo a tu manera, llenándote de triunfos terrenales, pero al final no dejan nada para vida eterna? Marcos 8:36 “Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?”. El tiempo pasa y pronto tendremos que presentarnos ante el Señor para dar cuentas por nuestro pecado y presentar nuestros frutos, es hora de dar el paso de fe. Bendito sea el Señor, si esta reflexión ha cambiado tu perspectiva de vida, aférrate a Cristo y cree. Amén.

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