Un líder revelacional es instrumento santo para
que toda persona (seguidor, creyente, discípulo) se encuentre con el Señor,
reciba del amor, misericordia y poder de su Espíritu; en su condición de líder
no existe la mezquindad, ni se envanece, ni jacta de su condición y mucho menos
existe maldad en su corazón, más bien, se goza cuando un hombre pecador es
arrebatado de las fauces del maligno, por eso le enseña la palabra y ayuda a
reconocer sus pecados, a arrepentirse y a conocer del Señor en espíritu y
verdad, para que, a través del Espíritu Santo se convierta de sus malos
caminos, reciba el perdón, la salvación y la vida eterna. Hechos 14:11-15
“Entonces la gente, visto lo que Pablo había hecho, alzó la voz, diciendo en
lengua licaónica: dioses bajo la semejanza de hombres han descendido a
nosotros. Y a Bernabé llamaban Júpiter, y a Pablo, Mercurio, porque éste era el
que llevaba la palabra. Y el sacerdote de Júpiter, cuyo templo estaba frente a
la ciudad, trajo toros y guirnaldas delante de las puertas, y juntamente con la
muchedumbre quería ofrecer sacrificios. Cuando lo oyeron los apóstoles Bernabé
y Pablo, rasgaron sus ropas, y se lanzaron entre la multitud, dando voces y
diciendo: Varones, ¿por qué hacéis esto? Nosotros también somos hombres
semejantes a vosotros, que os anunciamos que de estas vanidades os convirtáis
al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos
hay”.
martes, 28 de abril de 2020
BERNABÉ, LÍDER REVELACIONAL
Escribir sobre liderazgo es muy
complejo, porque ha sido un tema muy trillado y que no pierde vigencia, porque
es un anhelo insertado en nuestro ADN de que todo el mundo quiere ser líder y ha dado para escribir en muchas generaciones,
sobre todo en el estilo horizontal del liderazgo, es decir, el liderazgo de hombre
a hombre, según la perspectiva humana; Kauffman (2015) lo define como
“conseguir lo que no se puede tomar por la fuerza, merecer lo que solo se puede
dar libremente”, esta me lleva a reflexionar que el líder debe tocar las fibras
más profunda del ser de una persona para que pueda ser capaz de disponerse para
dar o accionarse, por tal motivo podemos afirmar que el liderazgo es la capacidad
de influenciar, motivar, organizar a otros y animarlo a llevar a cabo ciertas acciones
para lograr fines y objetivos específicos; sin embargo, cuando se manifiesta liderazgo
vertical, el liderazgo de Dios al hombre, podemos descubrir que existen ciertos
estereotipos, ideas o patrones de conducta que se rompen siempre aun cuando tengamos
la fe y el convencimiento de que sí, ya que de lo contrario, podemos pensar que
más bien nos enmarca dentro de una serie de dogmas y restricciones religiosas
que están muy separadas de lo que es el liderazgo revelacional, sobre todo
cuando estudiamos la palabra y tomamos el mejor referente, al Señor Jesucristo, Dios
de dioses, Rey de reyes, Señor de señores, Siervo de siervos, Líder de líderes.
Sin embargo, hoy vamos a
reflexionar de un hijo de Dios diferente, un líder a quien se le reveló el Cristo vivo, de
allí el título de este escrito, de líder revelacional, que hay muchos en la
biblia y que iremos estudiando uno a uno, en la medida que el Espíritu Santo
nos inquiete, comencemos:
Estudiar en profundidad la vida JOSÉ (BERNABÉ), a través de la palabra, puede cambiar nuestra perspectiva de cómo funciona el liderazgo
vertical. Bernabé era judío de
nacimiento, levita de Chipre, fue
llamado «hijo de consolación»; la palabra
de Dios lo presenta como un apóstol con características especiales (santas), centrado
en Cristo, siervo de mucha fe, que predicaba de la fidelidad y la gracia de Dios a
todo aquel que creía en Cristo, más que los dogmas asumidos por los judíos en
su estructura religiosa, estaba sujeto al Espíritu Santo, tenía la capacidad de
exhortar, consolar y motivar, practicaba el esfuerzo y la valentía, era diligente,
desprendido, dado a la enseñanza y le gustaba apoyar al crecimiento de sus discípulos; las obras que emprendió fueron aprobadas por el Señor, no buscaba gloria
personal evitaba ser endiosado por otros; en síntesis era un líder revelacional.
Su nombre era José, pero los
apóstoles le dieron el sobrenombre de Bernabé, «hijo de consolación», o tal vez
“hijo de la exhortación”, los historiadores dicen que fue llamado "el apóstol
de la alegría" por su ánimo (capacidad motivadora), otros afirman que era
un siervo: esforzado, desprendido, de buen testimonio, animaba y entusiasmaba a
los fieles a aferrarse y creerle al Señor y no a los hombres. Hechos 4:36-37
“Entonces José, a quien los apóstoles pusieron por sobrenombre Bernabé (que
traducido es, Hijo de consolación), levita, natural de Chipre, como tenía una
heredad, la vendió y trajo el precio y lo puso a los pies de los apóstoles”; a
la disposición de los apóstoles para continuar con la obra, indudablemente,
vender toda su herencia y entregarla para levantar la obra del Señor, demuestra
lo que había en su corazón, de la llenura y revelación del Espíritu Santo, ya
que este hecho sólo puede ocurrir cuando estamos impregnados del poder
liberador del Señor, el Líder revelacional por excelencia.
Este líder revelacional recibió el
llamado de parte del Señor, el cual no eludió, ni lo pensó dos veces, atendiéndolo
con diligencia, destinado a ser apóstol nunca dejó de llevar las buenas nuevas;
Hechos 13:2-5 “Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo:
Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado. Entonces,
habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron. Ellos,
entonces, enviados por el Espíritu Santo, descendieron a Seleucia, y de allí
navegaron a Chipre. Y llegados a Salamina, anunciaban la palabra de Dios en las
sinagogas de los judíos. Tenían también a Juan de ayudante”; Hebreos 14:14a “…los
apóstoles Bernabé y Pablo,...”.
Hoy por hoy, entender que el liderazgo
que mostró Bernabé en aquellos tiempos provenía del Señor, de su oración y
permanencia en los lugares celestiales, puede originar en muchos cristianos
cierta frustración, ya que no nos creemos suficientemente dignos para recibir tal
distinción, pero todos los dones son concedidos por Dios a quién Él quiere, a
través del Espíritu Santo; el detalle está, en dónde y cómo vamos a utilizar esos dones
y habilidades que el Señor nos ha regalado; si Bernabé, un hombre de buen
corazón, lleno de fe y una disposición excepcional pudo alcanzar un liderazgo revelacional siendo pecador,
nosotros también podemos, siempre y cuando renunciemos a nuestra vieja manera de vivir y pongamos la mirada en Cristo, decidiéndonos a creer y obedecer; no es por nada que a
Bernabé lo llamaran “hijo de consolación”, es decir, el hijo sujeto a, o bajo
el control del Consolador; observemos como, con la mirada puesta en Cristo, mostró
el coraje y valentía de líder emprendedor, cuando decidió tomar, traer y
presentar al recién convertido Pablo a los incrédulos discípulos (que en las
iglesias hay muchos, por cierto), quienes se encontraban en Jerusalén y mostraban
mucho temor (miedo) acerca de Pablo por la fama que le antecedía de su antigua
manera de vivir (Saulo en perseguidor de cristianos), Hechos 9:26-27 “Cuando
llegó a Jerusalén, {Pablo} trataba de juntarse con los discípulos; pero todos
le tenían miedo, no creyendo que fuese discípulo. Entonces Bernabé, tomándole,
lo trajo a los apóstoles, y les contó cómo Saulo había visto en el camino al
Señor, el cual le había hablado, y cómo en Damasco había hablado valerosamente
en el nombre de Jesús”, lo discípulo porque creía en el poder trasformador
del Espíritu Santo.
La vida de un hijo de Dios, no se trata de lo
que ha sido hasta ahora, sino de lo que está dispuesto a ser a partir de este
momento, es la decisión de romper o no, los paradigmas estructurales, los esquemas
mentales, el ABC de las creencias religiosas erradas y de seguir aferrado a las
tradiciones o el pasado; por eso proyectémonos hacia el futuro, hacia la
eternidad; bendito sea el Señor si tenemos la disposición en el corazón de
querer cambiar nuestras vidas para siempre, llevándolas a un nuevo nivel, a
lugares más altos desde el punto de vista espiritual, dejando los rudimentos de
la doctrina de Cristo, porque cualquier cosa que hagamos fuera de este estándar
celestial, es inercia, estanqueidad, religiosidad, incredulidad, uno más del
montón, que se convertirá en pura corrupción del alma y por ello recibiremos el
pago justo, ya que todo lo que sembremos en la carne con descuido y
desatención, de eso segaremos.
Fue gracias a su trabajo y su testimonio en
conjunto con Pablo, sobre los nuevos creyentes, que todos los hijos de Dios
fuimos reconocidos como “cristianos”, por profesar la fe en Cristo; un año
entero de duro trabajo, reuniones y enseñanza en Antioquía bastó para
fundamentar tal distinción; nosotros en cambio nos queremos llamar cristianos y
no queremos trabajar para ello, el labrador para ver los frutos tiene que
trabajar; Hechos 11:25-26 “Después fue Bernabé a Tarso para buscar a Saulo; y
hallándole, le trajo a Antioquía. Y se congregaron allí todo un año con la
iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos
por primera vez en Antioquía”; y fue acá donde el Espíritu Santo, dio visión a
muchos, para estar preparados en lo que había de venir. Hechos 11:27-28 “En
aquellos días unos profetas descendieron de Jerusalén a Antioquía. Y
levantándose uno de ellos, llamado Agabo, daba a entender por el Espíritu, que
vendría una gran hambre en toda la tierra habitada; la cual sucedió en tiempo
de Claudio”.
Un líder revelacional no se
aferra a los proyectos, ni se encajona a un solo estilo de liderazgo, mucho
menos a un grupo social o discípulo, sino que delega, entrega y abre de nuevo el camino, continuando el crecimiento y desarrollo de la obra; Bernabé lo sabía, él
entendía que quien da el crecimiento y desarrollo a la obra era el Señor
Jesucristo, por eso no dudo soltar las riendas de la obra levantada en Antioquía
a otros, y se separó de Pablo para levantar a un joven discípulo que fue trascendental
para la obra; un desacuerdo con Pablo por causa de su sobrino Juan Marcos, joven que inicialmente se había apartado de ellos por inmadurez, no lo detuvo ni lo desvío de su propósito eterno, tal fue así, que este joven posteriormente escribiría el primer evangelio el de Marcos, que narra sobre los
milagros de Jesús, los cuales se conocen hasta estos tiempos. Por tanto, decidió regresar a su tierra, se embarcó
con Marcos rumbo a Chipre.
Puede ocurrir, que ciertos líderes revelacionales decidan separarse con un objetivo mayor al que inicialmente los motivo a emprender para la obra, y sean de mayor bendición separados qué trabajando juntos; necesitamos
desprendernos de cosas buenas para alcanzar otras mejores, siempre y cuando estemos dentro de
la voluntad de Dios; desprendernos un tiempo de cosas que emocionalmente
impiden mi desarrollo espiritual es sumamente sano, sobre todo si la acción sinérgica del Espíritu
Santo se ve disminuida por falta de sometimiento, ya sea por incremento de ciertos apegos, influencia
social, posiciones encontradas o simplemente para darnos un tiempo de
reencuentro y renovación con el Señor; en este caso para ambos apósteles fue lo mejor, porque a
pesar de los inconvenientes que vivieron, los resultados posteriores dan
evidencia de que el Señor tenía el control absoluto de todo y dispuso su separación para extender su obra entre los gentiles y los judíos, lo
importante es no perder la mirada en Cristo y no dejarnos arrastrar por el
mundo o nuestra carne. Hechos 15:36-37 “Después de algunos días, Pablo dijo a Bernabé: Volvamos
a visitar a los hermanos en todas las ciudades en que hemos anunciado la
palabra del Señor, para ver cómo están. Y Bernabé quería que llevasen consigo a
Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos”; Gálatas 2:1 “Después, pasados
catorce años, subí otra vez a Jerusalén con Bernabé, llevando también conmigo a
Tito”; Gálatas 2:13 “Y en su simulación participaban también los otros judíos, de
tal manera que aun Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos”.
Bernabé, no fue un hombre
perfecto, tuvo sus errores, pero el Señor utiliza hombres defectuosos para
convertirlos en líderes revelacionales, porque en las imperfecciones y
debilidades Dios se glorifica. De este líder podemos rescatar su capacidad de exhortar,
como lo hizo con Pablo, con Marcos, con los apósteles; su capacidad de
influenciar a multitudes, su disposición para servir como misionero y abrir
buenas obras, el estímulo que recibía del Espíritu Santo lo supo desbordar en
otros, por su fe y confianza en el Señor, discernía que de toda situación adversa
hay un huerto listo para la siembra, por lo que no desperdiciaba las oportunidades para
sembrar y cumplir la gran comisión; su obediencia y sujeción eran admirables.
REFLEXIÓN:
Bernabé trató de serle fiel al
Señor, buscó siempre levantar al caído y llevar la palabra, como acto de
obediencia y cumplimiento a la gran comisión que el Señor Jesucristo nos dejó a todos los
hijos de Dios, entonces las interrogantes son: ¿Qué características de Bernabé como líder revelacional son
dignas de imitar? ¿Ya te decidiste disponer tu corazón de verdad a Cristo y convertirte
en un líder revelacional como él? o ¿Prefieres seguir dando vueltas como colcho
en remolino, viviendo a tu manera, llenándote de triunfos terrenales, pero al
final no dejan nada para vida eterna? Marcos 8:36 “Porque ¿qué aprovechará al hombre
si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?”. El tiempo pasa y pronto
tendremos que presentarnos ante el Señor para dar cuentas por nuestro pecado y
presentar nuestros frutos, es hora de dar el paso de fe. Bendito sea el Señor, si esta reflexión ha cambiado
tu perspectiva de vida, aférrate a Cristo y cree. Amén.
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