domingo, 21 de enero de 2018

LA RETICENCIA DEL YUGO

En los tiempos de antes, contaban mis abuelos, que la palabra de una persona era un pacto o como un documento escrito donde el honor, la dignidad y la integridad se ponían a prueba y evidencia, tanto era así que, quien fuese descubierto mintiendo o incumpliendo su palabra deshonraba su buen nombre y la de su familia, a tal punto que era desechado e ignorado por la sociedad de aquel entonces.