viernes, 9 de noviembre de 2018

¡TODO MENTIROSO!


Cuando converso con amigos no creyentes, hombres naturales, que no conocen del Dios vivo, me han comentado en incontables veces, que ellos conocen a personas cristianas, “hermanos”, que viven hablando de la palabra de Dios, pero sus acciones no son las correctas o santas, y entonces escucho exclamaciones como: ¡Para ser un cristiano como ese, prefiero quedarme como estoy!, lo que me lleva a concluir que somos piedras de tropiezo para la obra del Señor; siempre habrá personas que, justificando su condición, dirá: ¡Que puedes esperar de una persona que anda en pecado o anda en el mundo! o quizás exclame: ¡Ese lo que anda es endemoniado!, juzgando, reprendiendo y condenando a más de uno; pero, me viene a la mente y a mi corazón el versículo de 1 Juan 5:10 “El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo” y me pregunto: ¿En quién creemos?, realmente es el Señor o será otro señor, pero estamos tan sobrados y llenos soberbia espiritual que perdemos la mirada de Jesucristo; ¿No será que mi testimonio dice más que mil palabras?, y mis frutos revelan lo que realmente soy en Cristo, o tal vez mi fe es tan defectuosa qué creo condicionadamente y por eso ¡Hacemos mentiroso al Señor!.

¿CUÁNDO HACEMOS MENTIROSO AL SEÑOR?

1.      Al dejar el primer amor, ya que nos olvidamos de dónde venimos, fuimos rescatados y por quién; Apocalipsis 2:4 “Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras”.

2.      Al decir que amamos a mi hermano o al prójimo y no le hemos pedido perdón o perdonado, yace seguramente dentro de mi corazón, ocultamente, un resentimiento, envidia, injusticia, contienda, avaricia; nuestros frutos hablan por sí solos. 1 Juan 4:20 “Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso…”; Marcos 11:25 “…perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas”; Romanos 1:29 “estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; Mateo 7:20 “Así que, por sus frutos los conoceréis”.

3.      Al no haber conversión genuina, sincera, porque negamos al Señor con actitud de anticristo, somos anti testimonio, no hacemos obras dignas de arrepentimiento. 1 Juan 2:22 “¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo”; Hechos 26:20 “…se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento”; Marcos 3:35 “Porque todo aquel que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre”.

4.      Al no guardar sus mandamientos, la verdad revelada no está en mí, aunque la he escuchado, la conozco y hasta la puedo enseñar. 1 Pedro 1:12 “A éstos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros…”; 1 Juan 2:4 “El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él”.

5.      Al tener actitudes hipócritas, discriminatorias, le hago vergonzosamente patrañero, ya que vivo viendo pecados en otros y no reconozco los míos, por falta del Espíritu Santo. 1 Juan 1:10 “Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros”; Lucas 18:11 “El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano”; Santiago 2:9 “pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado, y quedáis convictos por la ley como transgresores”; Gálatas 6:8 “Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna”; Mateo 23:5 “Antes, hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres. Pues ensanchan sus filacterias, y extienden los flecos de sus mantos”.

6.      Al no mantenerme firme ni fiel en el Señor. Apocalipsis 2:10 “…Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida”.

7.      Cuando nos extraviamos, olvidamos permanecer en la palabra, entonces toleramos el pecado, en especial la idolatría al dinero, cosas u hombres (apósteles, profetas, maestros, líderes, pastores, etc.), haciendo que los débiles en la fe se desvíen a doctrinas extrañas apartadas del Señor, seduciéndolos a la fornicación espiritual. 1 Timoteo 6:10 “Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe…”; Apocalipsis 2:20 “Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos”; Mateo 15:9 “Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres”; 1 Timoteo 4:1 “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios”; Juan 8:31 “Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos”; 1 Timoteo 4:15-16 “Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos. Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren”.

Muchas son las razones por la cuales hacemos mentiroso al Señor, en especial la falta de amor, la falta de conversión, la falta de santidad, ya que sin amor no hay conversión, sin conversión no hay santidad y sin santidad no hay testimonio, sin testimonio nada soy, simplemente seremos metal que resuena y hace mucho ruido, aunque hable lenguas angelicales, así se me revele toda la profecía, entendiese todos los misterios, tuviese toda la fe, así levante el más grande de los ministerios, si Cristo no gobierna realmente mi vida y se me revele lo que significa dar testimonio, todo eso de nada me sirve, porque hago mentiroso al Señor que vive en mí, el que todo lo puede; Apocalipsis 3:18 “Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas”; 1 Corintios 13:1-3 “Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve”; 3 Juan 1:12 “Todos dan testimonio de Demetrio, y aun la verdad misma; y también nosotros damos testimonio, y vosotros sabéis que nuestro testimonio es verdadero”.

Oremos: Señor gracias, te doy gracias porque cada palabra que has traído a mí vida, es yugo que libera mi espíritu. Tú conoces mí corazón, a ti no te puedo engañar, te confieso que hay veces que hago acciones anti testimonio, acciones que no son dignas, mi corazón se ha llenado de tantos pensamientos de juicio, contienda, angustia, incredulidad, tanto mundo, carne y maldad. Trato de esforzarme por agradarte, pero muchas veces me dejado arrastrar por los deleites de mi alma, mi firmeza no ha sido tal, que me he dejado doblegar por mis sentidos, emociones y deseos. Te pido perdón Padre de los Cielos, Señor de mi vida. Hoy quiero dar testimonio que tú eres una verdad en mi vida, enséñame la templanza, la firmeza de mantenerme dentro de tu voluntad, que no sea yo piedra de tropiezo para otros, revélame cuando he dañado a otros para poder pedir perdón, no quiero llegar a tu presencia y me vayas a preguntar ¿Por qué me hiciste mentiroso?, Oh Dios, ten misericordia de mí, ayúdame a convertir mi vida y someterla a ti con verdadero arrepentimiento y que mis frutos hablen ante ti y ante los hombres; Me  basta solo tu gracia, has sido demasiado maravilloso conmigo y mi familia. Bendito seas Señor. Gracias por un año del trasplante de mi esposa Arianna, gracias por poner en mí el deseo de querer donar mi riñón, gracias por hacernos compatibles, gracias por encargarte de los costos de las operación, gracias por poner a los médicos correctos, gracias por proveer las medicinas hasta el sol de hoy, gracias porque trajiste sanidad y la paz que sobre pasa todo entendimiento a nuestra familia, al ser libres de la cárcel de la enfermedad. Señor en tu nombre bendigo a toda persona que ha sido tocado por esta palabra y decida convertirse para no hacerte mentiroso, aún aquellos duros de cerviz, para que un día doblen rodillas y reconozcan que tú eres el Señor y apartados de ti nada pueden hacer, que se les revele el amor y el testimonio que te honra y exalta. A ti sea todo honor, alabanza y adoración. Amén