domingo, 21 de julio de 2019

NUNCA DEJA DE SER…



Estaba física y emocionalmente muy lejos de ella, había un mar de justificaciones que me hacían pensar que todo lo que hiciera era infructuoso, mi vida se convirtió en una rutina, engaños, mi apego al Señor no era tal y decía a viva voz que amaba a Cristo, que vergüenza, vivía en una falsa piedad, el trabajo era mi refugio, las nuevas amistades eran una vía de escape, no se lo podía decir a mi familia porque la amaban demasiado, creo que mi madre la amó desde el día que la lleve por primera vez a mi casa como una amiga, pero ahora es mi esposa e hicimos un pacto ante Dios, y quería deshacerlo, porque nuestro matrimonio se había convertido en un martirio, no sentía sus caricias, las sentía vacías, claro estaba bebiendo de las mieles del pecado.

La tentación me asechaba como león rugiente y torpemente me hacía claudicar, devorando el fruto del pecado; lo que hacía era masticar mi carne, muriendo poco a poco en las fauces de la bestia; me decía a cada instante que el amor se había perdido, las manipulaciones emocionales de mi alma eran la orden del día, llevaba tiempo eludiendo lo inevitable, confrontarla para pedirle el divorcio; pues llegó el día y cruce la acera; desborde el estiércol que había en mí corazón, pero ella sólo oraba y pedía dirección al Espíritu Santo en silencio.

Deje que el mal se apoderara de mí, dejando la puerta abierta, la puerta que tenía un letrero que decía: este matrimonio murió, mi ceguera espiritual no me dejaba ver. Sin embargo, Dios tuvo misericordia de mí en el momento justo que di el horrible paso para separarme de ella, comencé diciéndome no siento nada por ella, pero el Señor me decía a través de un ángel “si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy”; pero no soporto estar amarrado un minuto más sin quererla, la voy hacer sufrir, que puedo esperar de una relación así, tengo que ser feliz y con ella no creo que lo voy a lograr, y Él sublimemente me señalaba el amor “Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”; no me vengas con eso, juicio hay en mi boca, me irrita su desconfianza, he adulterado en cuerpo y espíritu, entonces con una voz que estremecía mis huesos, me indicaba que el amor “no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor”; y continué argumentando diciendo mi cuerpo no se estremece cuando estoy junto a ella y el respondía “si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve”; pero como hago he sido un mal esposo y ella me mintió ocultándome algunas cosas, ella nunca quiso estar a mi nivel profesional, somos incompatibles, y me apuntó que el amor “es benigno; no tiene envidia, no es jactancioso, no se envanece”; hasta que por fin le dije no la amo y Él me reveló “EL AMOR NUNCA DEJA DE SER”, quitándome las vendas de inmundicia e iniquidad de mi corazón que me tenían ciego, cojo y esclavizado; disponiéndome desde ese momento en cuerpo, alma y espíritu a someterme a su voluntad; allí fue donde Cristo me perdonó y puso en el dintel de esa puerta su sangre, para que la muerte no me pudiera tocar, y me selló realmente como hijo suyo.

¡Guao! Que experiencia, ser quebrantado al luchar contra el Señor; Él derribó todas mis argumentaciones para liberarme y no solo eso, sino que me devolvió el amor por mi esposa, y más que devolvérmelo lo triplicó a tal punto que puso en mi corazón dar la vida por ella si era necesario, y decidí creerle. Juan 11:40 “Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?”; Esto no es una historia de amor, es la realidad de mi vida, es el testimonio vivo de lo que pasó entre los años 2004-2007, cuando por razones de trabajo, mi esposa y yo, estábamos separados física y emocionalmente, y vivíamos una etapa difícil donde el divorcio parecía la mejor opción; sin embargo, ella llena del Espíritu Santo, oró, clamó, rogó y suplicó al Señor con gemidos indecibles, y nunca me soltó, aprendió a perdonarme de corazón ante el Señor, enterrando todas las evidencias de maldad que cometí, salvando y sanando nuestro matrimonio, porque si no me hubiese perdido.

El ángel que me habló, era ella misma, que entre más yo la descargaba y la llenaba de inmundicia para que se terminara de decepcionar de mí, lo único que brotaba de su boca era palabra y palabra, y como espada afilada de dos filos, me atravesó el alma y el espíritu, clavando mi corazón en la cruz, rompiendo mis huesos, los tuétanos y músculos; es entonces, cuando yo decidí dar el paso de tomarme al Señor Jesucristo en serio. Después de allí, hice nuevamente la oración de fe, pero de corazón, y posteriormente tres años después vino la prueba de fuego, el crisol donde fui molido, donde sufrí en carne propia el dolor, el llanto y el arrepentimiento por mi pecado.

Mi esposa cae como paciente renal, atrapada por una enfermedad que la esclavizaba a una máquina, donde ella vivió su proceso y yo el mío. Pero de la manos de Dios, sobrevivimos a la tempestad, porque aprendimos aferrarnos a Él, servirle con un corazón limpio y puro, vino el proceso de conversión, humillación, invocación del Dios de los ejércitos, para que nos ayudara a vencer en esa guerra, la cual casi la perdemos en el año 2014, cuando luego de un trasplante fallido, de cadáver, ella entró en coma por 10 días, en el piso nueve del Hospital militar de Caracas. Fueron días duros para mí, porque no sabía que ella había sido llamada ante el Señor para dar cuentas por sus pecados; mientras tanto yo postrado al lado de su cama, en oración, intercesión, clamor, lloró y suplica, abandonando todo por atenderla, desnudé mi corazón ante el Señor; Él me llenó de mucha fuerza, e hice lo que hizo ella por mí un día, no me soltó. Clame al Espíritu Santo, para que la levantara, los médicos no me daban esperanzas, pero yo decía que: “más es el que está en mí que el que está en el mundo”, por eso mi fe nunca de desmoronó y no permitía que nadie entrara a verla con ojos de lastima, ni llorosos, luche con todo mi ser y Dios nos concedió la victoria. Entonces el 25 de Agosto de ese año, vi la gloria de Dios sobre la vida de mi Amada, ella regreso con un mensaje dado por el Padre: “Resurrección”.

Era el mensaje de amor, que el Padre envío para todos aquellos que no creen, para los hijos que están débiles en la fe, andan dispersos por dejarse manipular de su carne, mundo y mal, en especial para aquellos que no quieren someterse a la voluntad del Padre, ni a su palabra revelada, aquellos que creen que van huir de la ira venidera aparentando espiritualidad, aquellos que sueltan al hermano y prefieren que se pierda en vez de buscar restaurar su relación con Dios; Pues la Resurrección del Señor es una verdad porque el amor nunca deja de ser, por eso mando a su Hijo a morir por nosotros en la cruz, y quién no lo crea no es digno de entrar, permanecer y disfrutar del reino de Dios y su justicia. ¡Tremendo! está verdad por mucho que la queramos maquillar no la podemos eludir.    

Entonces mis hermanos, ame sin restricciones y prepárese para subir la montaña, para pasar la prueba de fuego, porque todo el que ama al Señor, su fe será probada para ver de qué esta hecha, cuál es su pureza, si somos dignos de estar en la presencia del Señor. Gracias, mil gracias Padre Santo, por tu palabra, por tu testimonio en mí y en mi esposa, Bendito sea tu nombre porque hoy luego de un año y medio del otro trasplante, dónde le diste mi riñón con amor, siempre has sido, eres y serás Dios, Dios de segundas, terceras y muchas oportunidades, nos fortaleciste a ambos en los momentos de debilidad, enderezaste nuestros pasos, nos pusiste en tu camino, trayendo amor, gozo y paz a nuestras vidas; hoy podemos decirte con revelación que te amamos porque nuestro amor no ha dejado de ser hacia ti, como el tuyo tampoco hacia nosotros; y aún si me quitares la vida, te seguiría alabando y adorando mí Señor. Bendito y exaltado seas, nunca quites de nosotros, mis hijos y mi familia tu santo Espíritu y sigue bendiciendo nuestras vidas en Espíritu y verdad. Amén

viernes, 19 de julio de 2019

HIJOS ALTAMENTE EFICACES


Hace unos días asistí a la última clase de mi hijo menor, con mucho entusiasmo y expectativa, como parte del protocolo previo de su graduación de Bachiller, lo que menos me esperaba era que el Señor me hablaría a través de una dama, la directora del colegio, ya que sus palabras llenas de enseñanza y sabiduría ministraron todo mi ser sin saberlo; de donde extraje para mi corazón la esencia de lo más sublime de Dios para “hacer”; esto no se discierne a simple vista, a menos que el pensamiento, el corazón y el espíritu estén sometidos al Espíritu Santo. Éxodo 28:3 “Y tú hablarás a todos los sabios de corazón, a quienes yo he llenado de espíritu de sabiduría, para que hagan…”; Santiago 1:22 “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores…”; Éxodo 31:3 “y lo he llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría y en inteligencia, en ciencia y en todo arte”.
En la solemne disertación, de la apreciada docente, explicaba el modelo educativo desarrollado por la institución, como instrumento para enseñar principios y valores a los jóvenes con la intención de alcanzar el éxito a través del desarrollo de los hábitos de las personas altamente efectiva y la visión 20/20. ¡Guao! Que descubrimiento, eran 7 hábitos y este es el número perfecto para Dios, Él hizo la creación entera en 7 días; no puedo dejar de reconocer que he leído muchas veces el libro de S. Covey, pero nunca lo había enfocado bajo la luz de Dios porque no me gusta mezclar lo santo con lo secular, hasta ese día, porque las piedras hablaran, en el cual tuve que apartar la carnalidad, el interés del momento, el ego, el intelecto y la gloria personal, que está inmersa en la sabiduría humana y que contamina de tinieblas mi vida espiritual, para darme cuenta de lo glorioso del Señor. Génesis 3:6 “Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella”; 2 Crónicas 1:11-12 “Y dijo Dios a Salomón: por cuanto hubo esto en tu corazón, y no pediste riquezas, bienes o gloria, ni la vida de los que te quieren mal, ni pediste muchos días, sino que has pedido para ti sabiduría y ciencia para gobernar a mi pueblo, sobre el cual te he puesto por rey, sabiduría y ciencia te son dadas; y también te daré riquezas, bienes y gloria, como nunca tuvieron los reyes que han sido antes de ti, ni tendrán los que vengan después de ti”; Lucas 19:40 “El, respondiendo, les dijo: Os digo que si éstos callaran, las piedras clamarían”.
SIETE HÁBITOS DE UN HIJO ALTAMENTE EFICAZ
El Primer hábito, la proactividad espiritual; la palabra dice en Colosenses 3:23-24 “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres”; de eso se trata la proactividad, permitir que el Señor tome el control de mi vida para hacer que las cosas sucedan, en lugar de simplemente sufrir y ajustarse a una situación adversa o esperar a que suceda algo sin actuar en espíritu; es procurar hacer bien las cosas desde el principio, ya sea en la casa, trabajo, iglesia o la vida, dando lo mejor de sí; es una actitud santa para someterse, arrepentirse, orar, perdonar y convertirse continuamente, de tal forma que sea agradable a los ojos de Dios y no a los hombres; con el único detalle que, si mi corazón espera alguna recompensa y eso está por encima de Dios, entonces tal proactividad es vana; Hebreos 11:13 “Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido las promesas…”; Eclesiastés 2:19 “Y ¿quién sabe si será sabio o necio el que se enseñoreará de todo mi trabajo en que yo me afané y en que ocupé debajo del sol mi sabiduría? Esto también es vanidad”; Filipenses 3:8 “Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo”.
El Segundo hábito, empiece con el fin en mente, es decir, con Dios en mi mente. La palabra dice en Apocalipsis 21:6 “Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida”; si como hijo de Dios, quiero vivir dentro de la fuente de vida, que es el principio y el fin de todo, es decir el Padre, debo poner mi mirada en el Señor para ver su gloria; su palabra dice que la única estrategia, el único camino que nos lleva al Padre es Jesucristo; quién busque otro no tiene visión 20/20, es decir, pierde agudeza, nitidez, claridad o enfoque en la visión eterna, como lo hizo Pedro que al mirar los distractores del mundo se hundió en el mar de la desesperación y después que tuvo el agua hasta el cuello gritó pidiendo cacao. Juan 14:6 “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”; Mateo 14:30 “Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame!”; Hechos 7:55 “Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios”.
El tercer hábito, poner orden, primero lo primero. Si ya tengo fijada la meta de llegar a la presencia del Padre, entonces debemos darle a cada cosa su lugar, lo primero que me toca es buscar su reino y justicia, amarlo sobre todas las cosas, con todo mi corazón, con toda mis fuerzas, con todo mi ser. Quién no hace esto de primero, corre el riesgo de perderse en los afanes del mundo, vivirá disperso, lleno de dudas, desánimo, propenso a que cuando llegue la adversidad, lo importante sea haga urgente, entonces clamemos con desespero a Dios para que me atienda a mí de primero, cuando yo no lo puse de primero en mi vida, y así no funciona las cosas de Dios, a menos que el Señor tenga misericordia de mí; entonces se aprecia claramente que no estoy siendo proactivo, ya que no puse de primero lo primero. 1 Corintios 14:40 “pero hágase todo decentemente y con orden”; Marcos 12:30-31 “Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos”; Mateo 6:33 “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”.
El cuarto hábito, esforzarse en ganar/ganar. La palabra dice que debo esforzarme de corazón en someter y mantenerme firme en el Señor, porque en Él soy más que un vencedor. Este esfuerzo me llevará a ganar la gracia de la salvación y vida eterna, ya que por nuestra condición estamos condenados a muerte eterna; muchas personas no se atreven a dar el paso ya sea por falsas creencias religiosas o tergiversaciones producto del desconocimiento real de Dios; este hecho de ganar, impactará la vida de otros, por el poder sobrenatural de Dios, porque seremos de bendición para otros por el Cristo que vive en mí, dando siempre sin esperar nada de ellos, produciéndose el ganar/ganar. Josué 1:9 “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas”; 2 Samuel 7:29 “Ten ahora a bien bendecir la casa de tu siervo, para que permanezca perpetuamente delante de ti, porque tú, Jehová Dios, lo has dicho, y con tu bendición será bendita la casa de tu siervo para siempre”; Romanos 8: 37 “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó”; Apocalipsis 3:5 “El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles”; Apocalipsis 21:7 “El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo”.
El quinto hábito, procure conocer de Dios, orando sin cesar. Debo procurar el conocimiento del Señor, comprender la magnificencia de su gloria, su palabra revelada, orando para ser escuchado, tener una excelente comunicación y comunión con el Espíritu Santo con la finalidad de santificar mi vida, dando frutos dignos de arrepentimiento. Proverbios 2:5 “Entonces entenderás el temor de Jehová, Y hallarás el conocimiento de Dios”; Colosenses 1:10 “para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios”; Mateo 3:8 “Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento”; 1 Tesalonicenses 5:17 “Orad sin cesar”; Santiago 5:16 “…La oración eficaz del justo puede mucho”; Juan 14:26 “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho”.
El sexto hábito, la sinergia espiritual. Ella refiere a la acción y manifestación del poder de Dios en mí y en su iglesia a través de la oración, ayuno, vigilia, alabanza y adoración, el cual generará manifestaciones superiores a las que hizo Jesucristo. La sinergia es la integración del poder de intercesión y amor entre hermanos, como partes del cuerpo de Cristo, los cuales injertos a la vid, están negados a sí mismos, en la búsqueda del nuevo orden espiritual según los propósitos eternos, donde el Señor manifestará su gloria de acuerdo al plan original diseñado desde el principio; y que por nuestra torpeza, el pecado, fue entregado a manos de mal. Juan 14:12 “De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aún mayores hará, porque yo voy al Padre”; Hechos 14:23 “Y constituyeron ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído”; Mateo 24:42 “Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor”; Salmo 96:6 “Alabanza y magnificencia delante de él; Poder y gloria en su santuario”; Apocalipsis 15:4 “¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? pues sólo tú eres santo; por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán, porque tus juicios se han manifestado”; Isaías 58:6 “¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo?”; 1 Juan 4:7 “Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios”.
El séptimo hábito, afile la espada. El Señor me ha exhortado a tener la espada desenfundada y lista para usarla en cada momento. La espada es la palabra guardada en mi corazón, la cual es lámpara para mis pies, me vivifica trayendo gozo, sustento, entendimiento, temor, conocimiento, la que discierne mis pensamientos y las intenciones de mi perverso corazón; Efesios 6:17 “Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios”; Hebreos 4:12 “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”; Salmo 119:154 “Defiende mi causa, y redímeme; Vivifícame con tu palabra”; Jeremías 15:16 “Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos”; Salmo 119:169 “Llegue mi clamor delante de ti, oh Jehová; Dame entendimiento conforme a tu palabra”.
REFLEXIÓN FINAL
Para ser hijo eficaz en el Señor, es necesario orar, humillar y contristar el corazón, conocer su palabra en la intimidad, buscar la profundidad de la revelación, disponerse a soltar las cargas y llevar el yugo fácil y ligero de Dios, sin restricciones, condiciones o justificaciones, confesando nuestros pecados u ofensas unos a otros, pidiendo perdón y perdonando, para que el poder sanador de Cristo vivo y resucitado se manifieste en nosotros y nos haga pasar por la puerta grande de conversión, que es el Señor, la cual abrió en la cruz y que nadie podrá cerrar. 2 Crónicas 7:14 “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra”; Santiago 5:16 “Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho”; Filemón 1:6 “Para que la participación de tu fe sea eficaz en el conocimiento de todo el bien que está en vosotros por Cristo Jesús”; 1 Corintios 16:9 “Porque se me ha abierto puerta grande y eficaz, y muchos son los adversarios”.
Oremos: Gracias Padre por tu enseñanza, bendigo en tu nombre a todo aquel que la reciba y la haga; que no sea más un oidor sino un hacedor, un obrero bueno, el siervo útil para tu obra, para darte honor y gloria. Amén… 

sábado, 13 de julio de 2019

EL TESTIGO FALSO



Muchos piensan que un testigo es aquella persona que está presente en un acto o en una acción, con o sin intención de dar testimonio de lo que ha ocurrido. En su acepción más amplia, testigo es todo aquello que clama o es capaz de dar fe de un acontecimiento por tener conocimiento del mismo. Génesis 31:48 “…Este majano es testigo hoy entre nosotros dos;…”; Génesis 4:10 “Y él le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra”; Génesis 31:50 “…mira, Dios es testigo entre nosotros dos”. La palabra dice en Mateo 18:20 “Porque donde están dos o tres congregados (unidos) en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”; Dios es nuestro testigo fiel, verdadero, que no callará ni ocultará nada cuando nos presentemos ante su tribunal a juzgar a los vivos y a los muertos.
Sin embargo, el hombre, producto de su pecado, ha buscado mil maneras de justificar su condición, manipulando a los débiles, tanto es así que trata de presentar uno o varios testigos falsos, varios testimonios para tratar de engañar a Dios, a sabiendas que todo saldrá a la luz y que la justicia de Dios es santa, pura e inquebrantable: Génesis 3:12-13 “Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí. Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí”; Lucas 3:7 “… ¡Oh generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera?”.
QUÉ ACTITUDES EVIDENCIAN CARACTERÍSTICAS DE TESTIGO FALSO EN MÍ
1.    Cuando me presto o asocio con el mundo, la carne o el mal, para atestiguar falsamente, asesinar espiritualmente, callar o hacerme cómplice en contra de la verdad, la palabra u otros, mostrando una aparente piedad, justificación o espiritualidad, como tratando de engañar al Señor y a sus hijos, ocultando las intenciones reales de mi corazón, sus perversiones e inmundicias. Éxodo 23:1 “No admitirás falso rumor. No te concertarás con el impío para ser testigo falso”; Éxodo 20:16 “No hablarás contra tu prójimo falso testimonio”; Deuteronomio 19:16-20 “Cuando se levantare testigo falso contra alguno, para testificar contra él, entonces los dos litigantes se presentarán delante de Jehová, y delante de los sacerdotes y de los jueces que hubiere en aquellos días. Y los jueces inquirirán bien; y si aquel testigo resultare falso, y hubiere acusado falsamente a su hermano, entonces haréis a él como él pensó hacer a su hermano; y quitarás el mal de en medio de ti. Y los que quedaren oirán y temerán, y no volverán a hacer más una maldad semejante en medio de ti”; Levítico 5:1 “Si alguno pecare por haber sido llamado a testificar, y fuere testigo que vio, o supo, y no lo denunciare, él llevará su pecado”; Génesis 4:11 “Ahora, pues, maldito seas tú de la tierra, que abrió su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano”.
2.    Ser permisivo, admitiendo y alimentando el mal en mí; concertando el engaño, la injusticia y la manipulación de la verdad, pidiéndole al Padre que me deje hacer mi voluntad y luego achacarle las consecuencias a otros, inclusive al mismísimo Dios. Proverbios 19:5 “El testigo falso no quedará sin castigo, Y el que habla mentiras no escapará”; Proverbios 12:17 “El que habla verdad declara justicia; Mas el testigo mentiroso, engaño”; Génesis 3:12“Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí”.
3.    Cuando existe infidelidad en mi ser, ya sea activa o pasiva, anhelando lo que no me pertenece, idolatrando a otros dioses o a mí mismo, soy como el Judas que invalidó el pacto de gracia, el compromiso eterno de fidelidad, amor y santidad que el Señor me concedió por unas miserables monedas terrenales. Malaquías 3:5 “Y vendré a vosotros para juicio; y seré pronto testigo contra los hechiceros y adúlteros, contra los que juran mentira, y los que defraudan en su salario al jornalero, a la viuda y al huérfano, y los que hacen injusticia al extranjero, no teniendo temor de mí, dice Jehová de los ejércitos”; Juan 5:43 “Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viniere en su propio nombre, a ése recibiréis”; Deuteronomio 31:19-20 “Ahora pues, escribíos este cántico, y enséñalo a los hijos de Israel; ponlo en boca de ellos, para que este cántico me sea por testigo contra los hijos de Israel. Porque yo les introduciré en la tierra que juré a sus padres, la cual fluye leche y miel; y comerán y se saciarán, y engordarán; y se volverán a dioses ajenos y les servirán, y me enojarán, e invalidarán mi pacto”.
4.    Al honrar con mi boca al Padre pero mi corazón está muy lejos de Él, no hay sinceridad, solo hipocresía y lisonjas, pura palabrería, al final me dejo llevar por la apostasía en mi corazón. Proverbios 24:28 “No seas sin causa testigo contra tu prójimo, Y no lisonjees con tus labios”;
5.    Al convertir la bendición en maldición por capricho, razones almáticas o falta de conversión o sometimiento, producto de un espíritu rebelde, dando entrada a los deleites y tentaciones, realmente no me he encontrado con Cristo.
6.    Mi testimonio no refleja al Cristo, soy peor que un religioso de palabra muerta, pisoteo la palabra revelada; cuando el Espíritu Santo me expone a la luz, no tengo la valentía de reconocer mi condición espiritual ante el Señor y los hombres, me vivo revolcando en el cieno, no renuncio a mi necia posición de muerte. Proverbios 6:18-19 “El corazón que maquina pensamientos inicuos, Los pies presurosos para correr al mal, El testigo falso que habla mentiras, Y el que siembra discordia entre hermanos. Amonestación contra el adulterio”.
7. Todavía hay Egipto en mí, prefiero estar esclavizado a mis pensamientos, ideologías o comodidades, viviendo sin la libertad que me da el Señor, ya sea por interés o por qué no quiero desprenderme de mi zona de confort, negándome a morir a mí mismo, por eso mi semblante permanece decaído, mi piel se arruga, enflaquezco espiritualmente, vivo a la defensiva, lleno de soberbia, esquivo al hermano, no soy capaz de dar y recibir de su amor, evado la consejería, como discípulo de Cristo soy mal testimonio, no aplico sus enseñanzas a mi vida, no soy un vencedor, es puro cliché eso: “porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo”, solo prevalece la carne. Job 16:8 “Tú me has llenado de arrugas; testigo es mi flacura, Que se levanta contra mí para testificar en mi rostro”;
TESTIGO DE TESTIMONIO VERDADERO
El testimonio de un hijo de Dios habla por sí solo, por mucha palabra que conozcamos o se nos revele, si no se hace carne, no existe conversión, somos testigos falsos, ya que no se ha grabado en la piedra de mi corazón. Para que nuestro testimonio sea verdadero debe existir amor verdadero, presencia del Espíritu y sometimiento a la voluntad del Padre, unido al perdón, arrepentimiento y verdad, para que el Señor en su firme misericordia redima mi alma. Proverbios 14:25 “El testigo verdadero libra las almas; Mas el engañoso hablará mentiras”; Job 16:19 “Mas he aquí que en los cielos está mi testigo, Y mi testimonio en las alturas”; Hechos 20:24 “Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios”; 1 Juan 4:20 “Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?”; 1 Juan 5:10 “El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo”; Isaías 55:3-4 “Inclinad vuestro oído, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a David. He aquí que yo lo di por testigo a los pueblos, por jefe y por maestro a las naciones”; 3 Juan 1:3 “Pues mucho me regocijé cuando vinieron los hermanos y dieron testimonio de tu verdad, de cómo andas en la verdad”.
REFLEXIÓN
Puede ocurrir que demos buen testimonio de fe y no alcancemos en la tierra lo prometido por el Señor, como le pasó a Moisés, que no llegó a entrar a la tierra prometida, eso indica que el Señor tiene un propósito más glorioso que el que nosotros, en nuestra corta visión, podemos percibir, nos quedará esperar, por fe, hasta que el Señor se manifieste, ya sea por discernimiento del Espíritu, porque decidimos subir a la montaña, a los lugares celestiales o porque nos llamó a comparecer ante su presencia. Éxodo 31:18 “Y dio a Moisés, cuando acabó de hablar con él en el monte de Sinaí, dos tablas del testimonio, tablas de piedra escritas con el dedo de Dios”; Hebreos 11:39 “Y todos éstos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido”; Tito 1:13 “Este testimonio es verdadero; por tanto, repréndelos duramente, para que sean sanos en la fe”; Hechos 26:16 “Pero levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que me apareceré a ti”; Apocalipsis 2:13 “Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás; pero retienes mi nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los días en que Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás”; Job 29:11 “Los oídos que me oían me llamaban bienaventurado, Y los ojos que me veían me daban testimonio”.
A muchos Hijos de Dios no se nos ha revelado la palabra ni el testimonio del Cristo vivo, por eso viven comportándose como martillos, cuchillos o puntiagudas saetas haciendo daño a su entorno, su familia y su vida, ocasionando muerte espiritual; Juan 5:34 “Pero yo no recibo testimonio de hombre alguno; mas digo esto, para que vosotros seáis salvos”.
Nuestra oración debería estar enfocada en el esfuerzo por la conversión y la firmeza de nuestro corazón, para mantenerme y darle validez al pacto de gracia, guardándolo en todo momento, para que el testimonio del Señor sea puesto en el arca de mi tabernáculo. Isaías 8:20 “¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido”; Proverbios 25:18 “Martillo y cuchillo y saeta aguda Es el hombre que habla contra su prójimo falso testimonio”; Salmo 132:12 “Si tus hijos guardaren mi pacto, Y mi testimonio que yo les enseñaré, Sus hijos también se sentarán sobre tu trono para siempre”; Éxodo 25:16 “Y pondrás en el arca el testimonio que yo te daré”; Juan 1:7-8 “Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él. No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz”; Hechos 15:8 “Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros”.
Oremos: Padre Santo, reconozco que me he prestado y asociado con el mundo, la carne o el mal, para atestiguar falsamente, llevando o trayendo chismes, he asesinado espiritualmente contra otros, porque lo he deseado en mi mente y mi corazón, he fornicado, he adulterado, inclusive he callado ante la injusticia y me convertido en cómplice en contra de tu verdad, reconozco que he dejado de amar a mi prójimo, hay momentos que no soporto a mi esposa, cuando tú nos has mandado a soportarnos unos a otros; perdóname Dios mío, perdóname si no ha habido perdón en mi corazón, si me he asociado con mi alma para maquinar contra otros, perdóname si he destruido más que edificar; perdóname si no he testificado a otros del Cristo vivo; lo quiero hacer con reverencia, temor y santidad, que no se vuelva en mí un cliché para aparentar piedad o espiritualidad; Señor quiero despojarme de mi vestiduras de vergüenza e inmundicia; por eso te pido que tu luz se refleje en mi semblante, en mis palabras y en mi acciones, ayúdame a ser testimonio, que no salga de mi boca sino de tu boca, así como el Padre dio testimonio de Jesucristo. Gracias Señor por tu palabra; que no caiga en tierra seca ni árida; que se siembre en terreno fértil y traiga conversión a las naciones, en el nombre poderoso de tu hijo Jesús. Te amo Señor, te alabo y bendigo con todo mi corazón, bendigo en el nombre de ti mismo a tu pueblo Israel y a los que fuimos adoptados por engendro del Espíritu Santo. Amén…

viernes, 5 de julio de 2019

EL PACTO



Cuando tratamos de hacer una exégesis de lo representa un pacto, haciendo uso de la hermenéutica bíblica, sin la dirección del Espíritu Santo, podemos llegar a múltiples interpretaciones erradas, qué se asumen como una verdad y logran minar nuestras mentes y corazones de tal manera que nos convertimos en unos religiosos manipuladores y legalistas tendientes a aparentan piedad, pero en realidad somos una generación de víboras como lo diría Juan el Bautista al referirse a los fariseos y pecadores que buscaban bautizarse con él, sin arrepentimiento, cómo tratando de obtener la salvación y vida eterna; entonces hacían diferentes obras aparentemente buenas para el reconocimiento de los hombres, pero ellos perseguían un fin oscuro, despiadado y vanidoso, el cuál fue develado por el Jesucristo cuando vino como hombre a la tierra, y también lo hará en el momento que lleguemos a su comparecencia en el juicio eterno, porque Dios no puede ser engañado.