sábado, 13 de noviembre de 2021

JANUCÁ, EL TEMPLO CONSAGRADO

 

Apocalipsis 19:13-14 “Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos”.

La historia cuenta que cuando ocurrió el milagro por la cual se conoce la festividad de Janucá en el pueblo de Dios, los judíos, dirigidos por el Señor, batallaron duramente contra la dinastía griega-siria seléucida quienes los habían sometido helenizando sus creencias, llevándolos a profanar el templo de Dios. Era necesario que todo el pueblo subiera a la presencia de Dios, renunciando al pecado que llevó a ruinas el templo, purificando todo, empezando por sus vidas, y restaurasen el templo abandonado, buscando consagrar de nuevo el lugar santo al Señor, con la unción del aceite y la luz del Espíritu Santo.

La celebración de Janucá representa algo más que conmemorar esos ocho días donde se manifestó el Espíritu de Dios, es la consagración del templo de Dios por parte su pueblo. Al decir “CONSAGRAR EL TEMPLO” recordemos que nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo y es necesaria que nuestra vida también sea consagrada a Él; probablemente tengamos una leve idea de lo que significa consagrar el templo, revisemos a la luz de la palabra lo que representa:

¿QUÉ ES CONSAGRAR EL TEMPLO?

Cuando se habla de CON-SAGRAR, se refiere a que casi todo se purifica con sangre, Hebreos 9:22 dice textualmente que “…Casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión”; la salvación, remisión y perdón de pecados vino a través del derramamiento de sangre del Señor, la palabra dice que Cristo derramó hasta la última gota de sangre en la cruz, Él hizo el sacrificio perfecto para que usted y yo fuésemos salvos, y sólo a través de su sangre fuimos perdonados de nuestro prontuario pecador; Hebreos 9:12 “Con su propia sangre -no con la sangre de cabras ni de becerros- entró en el Lugar Santísimo una sola vez y para siempre, y aseguró nuestra redención eterna”, el detalle está en que pocos han aceptado su consagración de corazón y continúan ignorando tal sacrificio con actitudes pecadoras, ultrajando al Espíritu Santo, pisoteando su sangre y la gracia que nos fue concedida sin merecerla; Hebreos 10:29 “¿Cuánto más grave castigo pensáis que merecerá el que pisoteó al Hijo de Dios, y tuvo como profana la sangre de la Alianza que le santificó, y ultrajó al Espíritu de la gracia?”, es evidente que aun conociendo la verdad no somos capaces de devolvernos de nuestros malos caminos, ojo, si no dejamos que el Espíritu Santo gobierne nuestras vidas profanamos el templo, abandonamos sus enseñanzas, tratamos de destruir la puerta que el Señor dejó abierta, dejando crecer la cizaña y el trigo que ahoga nuestra fe, en pocas palabras nos condenamos a nosotros mismos, Janucá es un llamado del Señor a convertirnos, restaurar las ruinas y dejar encendida su luz desde hoy y para siempre.

Es importante, primeramente, definir claramente lo que significa CONSAGRAR; Consagrar es bendecir nuestra vida con la presencia del Señor; es el nuevo pacto, la sangre derramada por nosotros en la cruz y que conmemoramos en la santa cena; es untarnos del aceite del Espíritu llevándolo a cada rincón de nuestro ser encendiendo la luz de Cristo, el Janucá eterno, especial en nuestra mente y corazón; es santificar nuestra vida, alma, cuerpo y espíritu, apartándonos y dedicándonos a Él sin olvidarnos de nuestras responsabilidades, dando gloria al Señor con nuestro testimonio genuino ante los hombres, haciendo frutos dignos de arrepentimiento; es ofrendar nuestro cuerpo como sacrificio vivo y agradable a Dios; es vencer y andar en comunión; es ser liberado, rescatado, injertado a la vid; es aceptar el pacto eterno y ser acepto, comprometido, fiel y estar destinado, coronado, celebrado en los cielos.

El hecho de que diga “CASI TODO” y no “TODO”, es debido a que el maligno ha tratado de confundir y desvirtuar todo lo que el Señor ha hecho, entonces vemos en ritos religiosos y satánicos, como se consagran ofrendas y se hacen sacrificios de animales y personas a baales, profanando la verdadera intención y esencia para lo cual se instituyó tales sacrificios, por eso el Señor Jesús, para exponerlos a la luz del Janukía eterno, rompió todos estos esquemas subiendo a la cruz derramando su sangre, hizo la consagración perfecta para purificar al pueblo de Dios; Hebreos 7:27b “…porque esto lo hizo una vez para siempre, cuando se ofreció a sí mismo”; así que si usted cree en Jesucristo y lo recibió como Señor y Salvador, restaure su templo, renuncie a la idolatría en las diferentes maneras que ha desarrollado en su vida, conviértase en un Janukía consagrado, impregnado del aceite, fuego y la luz de Cristo.

COMO SER UN JANUKÍA CONSAGRADO PARA EL SEÑOR

1. Renunciando al pecado, ya no ande en tinieblas; Juan 8:12 “Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”; 1 Juan 1:7 “Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado”.

2. Presentando su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable, que haya coherencia entre lo que se cree, se dice y se hace; y lo debe hacer en su casa, en la iglesia, en la calle o en su trabajo, donde quiera que vaya, no sea hipócrita; Romanos 12:1 “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional”; 1 Juan 5:8 “Y tres son los que dan testimonio en la tierra: el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan”.

3. Apartándose para el Señor, siendo testimonio de que Cristo vive en nosotros, y dejar la vieja religiosidad que no nos deja crecer en espíritu y verdad; Levítico 20:26 “Me seréis, pues, santos, porque yo, el SEÑOR, soy santo, y os he apartado de los pueblos para que seáis míos”; Juan 15:27 “Y vosotros daréis testimonio también, porque habéis estado conmigo desde el principio”; Apocalipsis 1:5 “Y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre”.

4. Lavando nuestras vestiduras, no claudicando ante las atribulaciones, ir a la presencia del Señor para que nos unte e ilumine con su poder sanador. Apocalipsis 7:14 “Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero”.

5. Siendo un Janukía que alumbre en su casa, que la luz de Cristo ilumine para todo el mundo, llevando la palabra, haciendo grupos pequeños, glorificando al Padre con nuestras acciones y buenas obras, seamos hacedores y no tan solo oidores. Mateo 5:14 “Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”.

6. Venciendo diariamente al mundo, la carne y el mal, orando en todo momento, creyendo que todo lo podemos en Cristo porque de Él viene la fuerza. 1 Juan 5:5 “¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?”; Apocalipsis 12:10 “Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche”; Apocalipsis 12:11 “Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte”.

REFLEXIÓN

Cuando encendamos el Janukía de nuestras vidas hágalo de corazón, con mucho temor y reverencia, porque la consagración de nuestras vidas al Señor nos rescatará de nuestra antigua manera de vivir, entendiendo que no se trata de vivir metido en la iglesia todos los días como algunos hacen religiosamente, sino más bien vivir lo que allí se enseña a la luz de la palabra; 1 Pedro 1:17-19 “Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación; sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación”.

Deje que el Espíritu de Dios mantenga encendida la luz de Cristo en su templo, y viva un Janucá todos los días, y no se descuide como las vírgenes insensatas porque corremos el riesgo de contristar al Espíritu y se nos cierre la puerta en la cara. Bendito sea el Señor que hoy su luz sigue iluminando nuestras vidas para su honor y gloria, Amén…

Feliz Janucá!!!

lunes, 1 de noviembre de 2021

EL ENEMIGO N° 1

 

Cuando escuchamos la frase "El Enemigo Público N° 1", nos trasladamos a las famosas películas de acción y policías donde hay un villano que quiere destruir el mundo y aparece el héroe, que tiene habilidades y capacidades especiales, que por lo generar no es de este mundo, para salvar el día. Hay muchos que piensan que esto solo existe en las mentes de los escritores y guionistas, sin embargo, todo individuo, toda persona, todo hijo de Dios tiene un Enemigo N° 1, el cual tiene que vencer; el detalle está, en identificar ¿Cuál es el Enemigo?

IDENTIFICANDO AL ENEMIGO

1.    Muchos creyentes, después que reciben a Cristo, piensan que el diablo, sus demonios y huestes de maldad son el Enemigo N° 1 a vencer, por eso viven orando, reprendiendo y haciendo “guerra espiritual”, ven demonios por todos lados, fundamentando esta verdad o creencia en Efesios 6:12 “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”, hay una realidad que no debemos ignorar, que el maligno anda suelto con sus asechanzas buscando a quien devorar; sin embargo no olvidemos, que este combo fue vencido en la cruz por nuestro Señor Jesucristo. Observemos lo siguiente: Efesios 2:2 “En los cuales anduvisteis en otro tiempo {antes de recibir a Cristo}, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia”; Efesios 4:27 “Ni deis lugar al diablo”; 1 Pedro 5:8 “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar”; Efesios 6:11 “Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo”; Santiago 4:7 “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros”; 1 Juan 5:19 “Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno”; ¿Quién es el desobediente que sigue la corriente del mundo dominado por satanás? ¿Quién es el que le da lugar en su vida después de recibir a Cristo? ¿Quién es el que debe ser sobrio, vestirse de santidad, estar firme, velar, resistir, someterse a la voluntad del Señor? Pues, “Nosotros”, entonces por qué batallamos contra la consecuencia, si no atendemos el verdadero origen del problema. Pero sigamos, que esto ¡se pone bueno!

2.    Ahora, otros tantos hijos de Dios, le echan la culpa al mundo, a sus aflicciones, atribulaciones, deleites y tentaciones, y basan esta afirmación en: 1 Juan 2:16 “Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo”, entonces viven luchando, en la carne, contra lo que el mundo les ofrece, pero sobre todo lo que les ofrece a otros, ya sea por religiosidad, sabiduría terrenal, envidia, queja o deseos reprimidos, donde se aprecia claramente que el amor de Dios no está en ellos, sino en las cosas del mundo, porque son prioridad en sus vidas, llegando a una amistad tan íntima y peligrosa con el mundo y sus deleites que los llevan a moradas de tinieblas, constituyéndose en enemigos de Dios, “sin querer, queriendo” como diría en Chavo del ocho. Observemos: 1 Juan 2:15 “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él”; 1 Juan 5:4 “Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe”; Juan 16:33 “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”, 2 Pedro 1:4 “Por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia”; Santiago 4:4 “¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios”. Igualmente, me hago las mismas preguntas: ¿Quién es el que ama al mundo y no tiene el amor del Padre? ¿Quién es el que no tiene paz, vive angustiado, desesperado, desamparado o destruido? ¿Quién perdió la confianza en Dios? ¿Quién coquetea con la corrupción? ¿Quién es adultero y se constituye en enemigo de Dios? Pues, “Nosotros”, entonces  por qué le echamos la culpa al mundo, si todo tiene un propósito, no será que es la manera de probar la fidelidad de nuestros corazones.

3.    Para cerrar este ciclo, muchos le echan la culpa a la carne, y nos gusta repetir cómo eslogan: ¡Lo que pasa que la carne es débil!, quiere decir que ellos se oponen al Espíritu Santo de Dios abiertamente porque Gálatas 5:17 “…el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis”; entonces no nos engañemos a nosotros mismos, ¿Dónde está el Cristo de Filipenses 4:13? “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”, el Cristo que le da la fuerza para vencer a la carne; quien hace y dice estás cosas todavía no ha muerto en la cruz, no se ha despojado del viejo hombre, vive aferrado a un sacrificio vano, a una cruz vacía, no ha dado el paso para convertirse de sus malos caminos y no se le ha revelado el Cristo resucitado, vivo y glorioso. Efesios 2:3 “… Nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás” y ahora ¿Qué? será que se cumple 1 Gálatas 3:3 “¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne?”; Gálatas 6:8 “Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna”; Romanos 8:6 “Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz”; Romanos 8:8 “y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios”. Entonces pregúntese nuevamente: ¿Quién permite que la carne tome el control de nuestras vidas, haciendo su voluntad? ¿Quién es el necio que desagrada a Dios, el que siembra para su carne y destapa la corrupción oculta? ¿Quién se ocupa más de la carne que del Señor, es decir, más de la muerte que de la vida? Indudablemente que “Nosotros”, por eso tarde o temprano daremos cuenta de nuestra estupidez ya que 1 Pedro 1:24 “…Toda carne es como hierba, Y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae”, por eso cuidémonos de no pecar contra Dios ni los hombres.

REFLEXIÓN

Es evidente que el Enemigo Público N° 1 de nosotros, somos nosotros mismos, entonces tenemos que luchar primeramente contra nuestro yo, despojándonos del viejo hombre y de la antigua manera de vivir, el Señor hoy nos exhorta a cambiar, así que si mentía, engañaba, robaba, adulteraba, fornicaba, idolatraba, pleiteaba, envidiaba, se emborrachaba, corrompía, estafaba, explotaba y maltrataba al prójimo, pues no lo haga más, arrepiéntase, pida perdón al Señor, conviértase y apártese de esos caminos de tinieblas, sirva con un corazón agradecido para que vengan días de refrigerio, libertad, sanidad y pueda gozar de la presencia del Señor y su reino. Efesios 4:22 “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos”;  Efesios 4:24 “Y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad”; porque manifiestas son las obras de la carne Gálatas 5:19-21 “…que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios”; Gálatas 5:13 “…Hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros”.

Es hora de limpiarnos de toda contaminación que no nos deja crecer espiritualmente, viviendo en santidad, con temor reverente, haciendo el bien sin mirar a quien, renovemos nuestro espíritu, nuestra mente, cuerpo y corazón, seamos irreprensible, para que el día que comparezcamos ante el tribunal de Dios no haya condenación alguna sino que se diga: Juan 4:4 “Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo”; y con voz de trueno se escuche: ¡Este es mi hijo en quien tengo complacencia! Amén…

2 Corintios 7:1 “Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios”; Romanos 8:1 “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu”; Mateo 3:17 “Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia”.

miércoles, 13 de octubre de 2021

LA INVITACIÓN

 


Apocalipsis 21:2

“Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, preparada como una novia ataviada para su esposo”.

Cuando leemos este versículo de las santas escrituras, quizás muchos de nosotros no estamos en capacidad ni lo suficientemente preparados espiritualmente para digerirla, entenderla y asimilarla con revelación y verdad para darle la importancia debida y producir los cambios en mi ser que hacen de mi un mejor hijo de Dios, un mejor discípulo de Cristo y un mejor siervo; Isaías 62:5 “Porque {como} el joven se desposa con la doncella, se desposarán contigo tus hijos; y {como} se regocija el esposo por la esposa, tu Dios se regocijará por ti”; Muchos están esperando la invitación del Señor para las bodas del Cordero y no están preparados para su llegada, desean que Dios con su poder sobrenatural les toque el corazón y les cambie, pero, no se esfuerzan para hacerlo. Seguramente, se queden esperando porque las cosas no suceden así, estamos tan entretenidos con las distracciones del mundo que vivimos apartados del lado de Dios, contristando muchas veces al Espíritu Santo que mora en nuestro ser, dejando apagar la luz que ilumina mi vida, es decir, descuidando el aceite que la mantiene encendida la luz de Cristo.

Al recibir a Jesucristo como Señor y Salvador, Él coloca en nuestros corazones su luz, la lámpara que guía nuestros pasos y que es lumbrera para nuestros pies, sin embargo muchos de nosotros la ignoramos, por falta de oración, santidad, conversión y acciones indignas que nos sumergen en un reino de oscuridad, tinieblas y muerte, despreciando así, la salvación que nos regaló Jesucristo al subir a la cruz muriendo para el perdón de nuestros pecados, saldando esa cuenta con el Padre, no nos damos cuenta que, al ignorarlo pisoteamos su sangre.

Que tremendo que ya llegó el tiempo de prepararnos para la fiesta, porque la INVITACIÓN A LAS BODAS DEL CORDERO fue entregada y procesada, el día que recibimos a Cristo, y no estamos listos para presentarnos a tan glorioso evento. En tal sentido escudriñemos palmo a palmo la palabra para descubrir el por qué, pero pídale primero al Señor que le de discernimiento de Espíritu para entender con sensible corazón lo que hoy quiere enseñarle y pida que esta halle cabida en usted y permanezca por siempre, Amén:

¿QUÉ PASARÍA SI SE PRESENTASE EL SEÑOR EN ESTE MOMENTO PARA LA BODA?

1.   Y vi la ciudad santa”: Usted cree que Él, vería en nosotros unos hijos diligentes, irreprensibles, una ciudad santa, una iglesia, limpia, pura, sin mancha ni arruga, que no se avergüenza de su desnudez, porque conoce del Señor; Efesios 5:27 “A fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha”; Ezequiel 16:8 “Entonces pasé junto a ti y te vi, y he aquí, tu tiempo era tiempo de amores; extendí mi manto sobre ti y cubrí tu desnudez. Te hice juramento y entré en pacto contigo -declara el Señor DIOS- y fuiste mía”. O por el contrario vería una persona mentirosa, una novia renuente, desobediente, llena de pecados, sumergida en su mundo, en sus negocios terrenales, alejados de Dios. ¿Cuántas veces en la semana, usted y yo, vamos a su presencia a ponernos a cuenta con Él?, ¿Sólo los domingos? siendo optimistas, si es que vamos a la iglesia a arrepentirnos y limpiarnos de verdad, porque algunos tienen por costumbre ir religiosamente sin embargo su testimonio está muy lejos de Él. Mateo 22:3-6 “Y envió a sus siervos a llamar a los que habían sido invitados a las bodas, pero no quisieron venir. De nuevo envió otros siervos, diciendo: Decid a los que han sido invitados: Ved, ya he preparado mi banquete; he matado mis novillos y animales cebados, y todo está aparejado; venid a las bodas. Pero ellos no hicieron caso y se fueron: uno a su campo, otro a sus negocios, y los demás, echando mano a los siervos, los maltrataron y los mataron”; Isaías 29:13 “Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado”.

2.   La nueva Jerusalén”: Será que nuestro Señor Jesús encontraría al nuevo hombre, a un vencedor, a un hijo de Dios convertido, al hacedor que se revistió de la justicia, santidad y verdad de Jesucristo, la nueva Jerusalén donde resplandece su gloria, Efesios 4:22-24 “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, Y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad”; Apocalipsis 3:12 “Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo”.

3.   Que descendía del cielo, de Dios”: Para poder descender, primero debemos subir a los cielos atesorándolo con todo nuestro ser, morando en su presencia, sin olvidar sus enseñanzas diariamente; en cada cosa que hagamos presentémonos en oración, siendo testimonio de su palabra, ayunando para romper ligaduras, congregándonos para recibir de su calor y amor, alabando y adorando su nombre en Espíritu y verdad, de todo corazón, con sincero arrepentimiento, limpiándonos de toda maldad, humillando nuestra alma y espíritu, tomando el lugar que nos corresponde; Salmo 140:13 “Ciertamente los justos alabarán tu nombre; Los rectos morarán en tu presencia”; Lucas 14:10 “…ve y siéntate en el último lugar, para que cuando llegue el que te invitó, te diga: Amigo, ven más adelante; entonces serás honrado delante de todos los que se sientan {a la mesa} contigo”. Jeremías 2:32 “{Acaso} ¿Se olvida una virgen de sus adornos, o una novia de su atavío? Pues mi pueblo me ha olvidado {de mi} por innumerables días”.

4.   Preparada como una novia ataviada para su esposo”: Muchos hijos de Dios no se quieren vestir para la boda de justicia y santidad para recibir al Señor, esos quedaran fuera o serán echados a las tinieblas, porque nunca han cambiado ni cambiaran, prefieren la carne sobre todas las cosas; Mateo 22:11-14 “Y entró el rey para ver a los convidados, y vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda. Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí, sin estar vestido de boda? Más él enmudeció. Entonces el rey dijo a los que servían: Atadle de pies y manos, y echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes. Porque muchos son llamados, y pocos escogidos”; pero aquellos que se preparan para las Bodas del Cordero se adornan de prudencia y esfuerzo, a ellos se les concederá el honor de vestirse de lino y entraran al banquete y disfrutar de la presencia del Señor. Mateo 25:10 “…las que estaban preparadas entraron con él al {banquete} de bodas, y se cerró la puerta”; Apocalipsis 19:7-8 “Regocijémonos y alegrémonos, y démosle a Él la gloria, porque las bodas del Cordero han llegado y su esposa se ha preparado. Y a ella le fue concedido vestirse de lino fino, resplandeciente {y} limpio, porque las acciones justas de los santos son el lino fino”; Isaías 61:10 “En gran manera me gozaré en el SEÑOR, mi alma se regocijará en mi Dios; porque Él me ha vestido de ropas de salvación, me ha envuelto en manto de justicia como el novio se engalana con una corona, como la novia se adorna con sus joyas”.

REFLEXIÓN:

El llamado del Señor es a que seamos santos, es decir, que vivamos en santidad porque la invitación a las bodas del Cordero ya le fue entregada y el Rey está pronto a venir, no la ignoremos, preparemos nuestras vestiduras ya que de no hacerlo nos exponemos a ser desechados. 1 Pedro1:16 “Sed santos, porque yo soy santo”.

Si usted ya recibió a Cristo como Señor y Salvador de corazón, gócese porque usted es un Bienaventurado, ya que muchos son los llamados y pocos los escogidos, siéntase como uno de los pocos y dé honor y honra a su condición; Apocalipsis 19:9  “Bienaventurados los que están invitados a la cena de las bodas del Cordero”; sino no lo hecho o tiene dudas, es hora de hacerlo porque los tiempos se achican y después que se cierre la puerta, ya nada podremos hacer.

OREMOS:

Señor, hoy quiero abrir las puertas de mi corazón, me arrepiento de todas mis iniquidades, muchas veces me apartado de ti, y por eso te pido perdón, pero hoy en un acto de fe quiero acercarme a tu trono, a tu reino de los cielos a postrarme ante ti y pedirte de sincero corazón que seas mi Señor y Salvador, que nunca más vuelva a ser el mismo, quiero ser la nueva Jerusalén donde mora tu santidad, quiero entregarte el trono de mi vida y haz de mí el hombre (o la mujer) que tú quieres que sea, gracias Señor por abrir mis ojos, gracias por destapar mis oídos espirituales, gracias por darme la oportunidad de arrepentirme de sincero corazón. Bendito sea tu nombre, te amo mi Señor.

 

jueves, 23 de septiembre de 2021

YO TE CONOZCO

 


Job 42:2 “Yo conozco que todo lo puedes, Y que no hay pensamiento que se esconda de ti”.

Cuando se inicia una relación, lo primero que se hace es tratar de conocer al otro, cuáles son sus propósitos, expectativas y esperanzas, verificar si encaja dentro de las mías, por ejemplo, los enamorados, por lo general, buscan estrechar vínculos, de modo de poder valorar la posibilidad de afianzar y darle estabilidad a la relación, tratando de construir un mundo de sueños, fantasías y metas, mostrando lo maravilloso que es compartir como novios como antesala al siguiente paso; sin embargo, muchas veces olvidamos lo que somos, personas llenas de errores, a quienes les encanta ocultar una serie de defectos y que solo las llegamos a conocer cuando convivimos juntos. El problema se complica cuando se decide dar el paso sin tener disposición genuina de cambiar en fidelidad y amor; este compromiso que muchos juran preservar por lo general no lo cumplen y por eso existe un divorcio entre lo que se dice y se hace, corriendo el gran riesgo de llevar la relación al fracaso o despeñadero, sobre todo si no existe la presencia de Dios. Amós 3:3 “¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?”.

Todas las personas, creyentes o no, tienen algo oculto y oscuro que nadie conoce, por muy pequeño que sea, por lo general, no suelen mostrarse como realmente son, por la vergüenza que esto genera, quizás para preservar las apariencias o simplemente por la maldad desatada en su corazón y que no se evidencia a simple vista; son incapaces de confesar o sacar a la luz sus pecados, porque, muy en lo profundo, no quieren arrepentirse, tienen dudas del perdón y la redención de Dios; su soberbia, orgullo y falta de fe no les deja avanzar espiritualmente, manteniéndose en un mundo de tinieblas, oscuridad y muerte. Lucas 6:45 “El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca”.

Muchos son atrapados por confusión, piensan que el Señor, por su naturaleza misericordiosa,, dejará pasar por alto todas las transgresiones, asumiendo el riesgo de exponerse, lo que exterioriza realmente lo que son, lo que hay en su corazón, obviando un detalle, la justicia de Dios. Hechos 1:24 “…Tú, Señor, que conoces los corazones de todos…”; Jeremías 17:10 “Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras”. La Biblia dice que por toda palabra vana, por toda sangre derramada, por todo dinero entregado o mal habido, por toda obra, por toda administración, por toda deuda, etc., daremos cuenta. 2 Corintios 5:10 “Porque todos nosotros debemos comparecer ante el tribunal de Cristo, para que cada uno sea recompensado por sus hechos estando en el cuerpo, de acuerdo con lo que hizo, sea bueno o sea malo”; Mateo 7:21-23 “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: NUNCA OS CONOCÍ; apartaos de mí, hacedores de maldad?”.

Cuando el Señor dice que “NUNCA OS CONOCÍ”, ¿Será que se refiere a que Él no nos conoce? Cuando, es evidente, que Él lo conoce todo, o será más bien que no damos la oportunidad a nosotros mismos de conocerle a Él en poder y gloria; en Oseas 4:6 versión (BLP) dice: “Mi pueblo perece por falta de conocimiento; y como tú rechazaste el conocimiento, yo te rechazaré a ti de mi sacerdocio; por haber olvidado la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos”; veamos que dice la palabra al respecto:

¿CÓMO PERECE UNA PERSONA POR FALTA DE CONOCIMIENTO?

1. Al hacernos llamar hijos de Dios, pero realmente no glorificamos su nombre, no somos testimonio de que Cristo vive en mí, no se ve el amor, la luz ni la sal. Juan 5:42 “Mas yo os conozco, que no tenéis amor de Dios en vosotros”; Apocalipsis 3:1 “…Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto”.

2. Por la dura cerviz y rebelión, somos conocedores de la palabra pero no la obedecemos, oidores y habladores más que hacedores. Deuteronomio 31:27 “Porque yo conozco tu rebelión, y tu dura cerviz {Decía Moisés}; he aquí que aun viviendo yo con vosotros hoy, sois rebeldes a Jehová; ¿cuánto más después que yo haya muerto?”

3. Por la corrupción presente en nuestra alma, lo cual hace que adulteremos la palabra por conveniencia, manipulándola, prostituyendo sus principios, contaminando al cuerpo de Cristo. Oseas 5:3 “Yo conozco a Efraín, e Israel no me es desconocido; porque ahora, oh Efraín, te has prostituido, y se ha contaminado Israel”.

4. Por la tibieza espiritual, no terminamos de despegar, nuestra fe no es firme, prevaricamos contra Dios por cualquier cosa. Apocalipsis 3:15-16 “Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca”.

5. Por la falta de fe, servicio y paciencia, el Señor espera que las obras postreras sean mayor que las primeras, ¿Qué estamos haciendo por ello?. Apocalipsis 2:19 “Yo conozco tus obras, y amor, y fe, y servicio, y tu paciencia, y que tus obras postreras son más que las primeras”.

6. Por tanta mentira, no guardamos santidad ni buscamos convertirnos, 1 Juan 2:4 “El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él”.

7. Gracias a que el arrepentimiento no es genuino, no existe integridad, caemos fácil ante las tentaciones. Apocalipsis 2:21 “Y le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación”.

8. Al llamarnos cristianos, pero nos comportamos como anticristos, es decir estamos en contra de su esencia y palabra. Apocalipsis 2:9 “Yo conozco tus obras, y tu tribulación, y tu pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia de los que se dicen ser judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás”.

9. Cuando trabajamos sin descernimiento del Espíritu, en la carne, y somos intolerantes contra el pecado de otros, pero ¿Qué pasa con los nuestros?; Apocalipsis 2:2 “Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos”; Lucas 6:41  “¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?”.

POR QUÉ DESCONOCEMOS AL SEÑOR

1. Porque hemos dejado el principal amor, el que está sobre todas las cosas. Apocalipsis 2:4 “Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor”.

2. Porque toleramos el pecado, la idolatría y permitimos que nos seduzcan con cualquier doctrina, siendo piedra de tropiezo para muchos. Apocalipsis 2:20 “Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos”; Apocalipsis 2:14-16 “Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación. Y también tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas, la que yo aborrezco. Por tanto, arrepiéntete; pues si no, vendré a ti pronto, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca”.

3. Porque vivimos oponiéndonos a su palabra y aun aquellos siervos que dan buen testimonio. 2 Crónicas 35:21 “…Déja de oponerte a Dios, quien está conmigo, no sea que él te destruya”.

4. Porque no practicamos el perdón, aún existen asuntos sin resolver. Marcos 11:26 “Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en el cielo os perdonará vuestras ofensas”.

5. Porque somos soberbios y no somos capaces de humillarnos por orgullo, creemos que es debilidad. Jeremías 50:31 “He aquí yo estoy contra ti, oh soberbio, dice el Señor, Jehová de los ejércitos; porque tu día ha venido, el tiempo en que te castigaré”; Joel 3:10 “… Diga el débil: Fuerte soy {En Cristo}”.

REFLEXIÓN

Tenemos que dejar de desconocer al Señor, para ello empecemos por lo más básico, confesemos nuestro pecado con sincero arrepentimiento, para que el Señor a través de su Santo Espíritu nos limpie de toda maldad y podamos decir con convencimiento que hemos sido perdonados. 1 Juan 1:9 “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”.

Reconocer que el Señor es necesario en mi vida,, leer su palabra y guardarla en nuestros corazones, para que se nos revele en el espíritu para salvación y vida eterna, evitando pecar nuevamente; Salmo 119:11 “En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti”.

Entender que conocer de Cristo es renunciar a la soberbia, invocar su nombre, orar, permanecer en su presencia, convertirnos de nuestros perversos caminos, para que vengan días buenos, y de esta manera decir con convencimiento que “YO TE CONOZCO SEÑOR”. 2 Crónicas 7:14 “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra”. Amén…

martes, 24 de agosto de 2021

EN EL DÍA MALO

 


2 Timoteo 3:1 “Pero debes saber esto: que en los últimos días vendrán tiempos difíciles”.

Existe una preocupación y ansiedad generalizada en los seres humanos hoy en día por lo que ha de venir, y se afanan por un día malo, mucho se aferran al esoterismo, la adivinación, el horóscopo, la brujería para tratar de anticiparse a los eventos futuros, inclusive buscan teorías e ilusorias profecías, que muchos gobernantes y líderes religiosos han utilizado para apaciguar la histeria colectiva, para evitar un mal día. Sin embargo, cada día que pasa las cosas parecieran ir de mal en peor, la maldad del hombre se desborda; Génesis 6:5 “Y el Señor vio que era mucha la maldad de los hombres en la tierra, y que toda intención de los pensamientos de su corazón era sólo {hacer} siempre el mal”; podemos observar cómo se han desatado las guerras, la delincuencia, el hambre, el autoritarismo dogmático, religioso e ideológico, el crecimiento de las enfermedades, el desempleo, el homosexualismo, la prostitución, etc., en fin cualquier cantidad de calamidades producto de la ausencia de Dios en nuestras vidas.

2 Crónicas 7:14 “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra”.

Einstein el famoso científico (Alemán-estadounidense) llegó a decir que “Dios no creo el mal. El mal es el resultado de la ausencia de Dios en el corazón de los seres humanos”, es de notar que este reconocido personaje era de descendencia judía, en teoría “pacifista”, y a pesar de todo, su inteligencia, su conocimiento y toda su sabiduría, se equivocó no solo en esta declaración, sino en otras, tanto así que se le considera que fue el de la idea que aceleró la creación de la bomba atómica en los EEUU ya que escribió una carta al presidente alertando el desarrollo de los nazis en este campo, sin embargo, el único país que ha cometido la locura de lanzarla a otra nación fueron ellos mismos, error que le trajo mucho pesar en sus últimos días de vida, reconociendo y pidiendo perdón por su pecado; pero: Romanos 5:20b “…más cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia”. Es verdad que el mal puede sembrarse en el corazón del hombre por la ausencia de Dios, somos nosotros quienes decidimos qué camino tomar; sin embargo, decir que Dios no creo el mal es contrario a lo que dice las santas escrituras, lo importante no es el hecho que hayamos errado o pecado, sino que haya un arrepentimiento y conversión genuina en el tiempo destinado para ello, ya que aquel que se arrepiente, aparta y guarda su corazón en el Señor, está guardando el amor, porque Dios es amor, y el amor cubrirá multitud de pecados.

1 Pedro 4:8 “Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados”.

¿DIOS CREO EL DÍA MALO?

Decir que Dios no creo el mal es un error, en la palabra textualmente dice en Isaías 45:7: “el que forma la luz y crea las tinieblas, el que causa bienestar y crea calamidades, yo soy el Señor, el que hace todo esto”; efectivamente Dios creo las tinieblas y la calamidades, muchas personas se han agarrado de esta verdad para apartarse de Él, diciendo ¿Por qué Dios nos hace esto?

Sin embargo, Romanos 8:28 dice “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”; Dios creo el mal, pero el día malo ayuda a bien, una cosa es el mal y otro el día malo, pero para muchos es una excusa perfecta para señalar y denigrar la obra de Dios y a las personas que han tratado de llevarla en “santidad”, siendo hijos rebeldes; lo que realmente pone a la luz esta situación son las intenciones de nuestro corazón, el hecho que hayan muchos anticristos en las iglesias (es decir, que están en contra de Cristo) no tiene nada que ver con la esencia misma de Dios, y cuidémonos más bien de no ser uno de ellos, de esos que no obedecen sus mandamientos y andan como cabras sueltas, mejor pregúntese ¿Para qué Dios permite estas cosas? Pida revelación, porque todo tiene un propósito: Proverbios 16:4 “Todas las cosas ha hecho Jehová para sí mismo, Y aun al impío para el día malo”; toda obra del Señor tiene un propósito; ¡Hasta el malvado fue hecho para el día del desastre!

Isaías 55:8 “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dice Jehová”.

¿CUÁL ES EL PROPÓSITO DEL DIA MALO?

1. Para que consideremos como estamos actuando antes los ojos de Dios, el día malo nos hace buscar más del Señor, de quien nos hemos apartado por estar buscando las cosas del mundo, olvidémonos de lo que ha de venir, nadie sabe que nos deparará el futuro, solo Dios, así que descansemos en Él. Eclesiastés 7:14 “Alégrate en el día de la prosperidad, y en el día de la adversidad considera: Dios ha hecho tanto el uno como el otro para que el hombre no descubra nada {que suceda} después de él”.

2. Para que nos detengamos, reflexionemos y nos convirtamos dando gracias por todo, por eso refrenemos nuestra lengua viperina, no digamos mentiras, renunciemos a la queja y el pecado que nos tiene sumergidos en un mundo de tinieblas y nos impide crecer y dar frutos; 1 Pedro 3:10 “Pues el que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua del mal y sus labios no hablen engaño”; Hechos 3:19 “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos {días} de refrigerio”.

3. Para glorificar el nombre del Señor, aprovechando nuestro tiempo, podamos edificar y levantar el reino, orando, intercediendo, leyendo la palabra, activándonos espiritualmente, transformando nuestro pensamiento por la gracia de Espíritu de Dios; no dejando ni abandonando la gran comisión, ir hacer discípulos, dando a cada cosa el lugar que le corresponde en nuestras vidas; Filipenses 4:8 "Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad", Efesios 5:16 “aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos”.

Proverbios 4:20-21 “Hijo mío, está atento a mis palabras; Inclina tu oído a mis razones. No se aparten de tus ojos; Guárdalas en medio de tu corazón”.

EN EL DIA MALO SIEMPRE VENDRÁ ALGUIEN

En los tiempos antiguos, el Señor, en el día malo, envío a muchos profetas buscando un cambio de corazón en el hombre desde su caída en el Edén, muchos de ellos fueron humillados, maltratados y asesinados por su fidelidad y llevar la palabra de Dios, hasta el mismo Cristo, que trajo la salvación, fue víctima de nuestra maldad; en cambio hoy en día: “también” lo seguimos haciendo. Ojo, así como el Señor envía sus profetas, en el día malo, el enemigo también envía a los suyos sembrando desesperanza y confusión, nosotros decidimos a quien pedir consejo, a quien escuchar, seguir, obedecer o desechar, somos responsables de nuestra vida espiritual.

Dios tiene un propósito firme para nosotros en este día, que usted y yo, seamos salvos y tengamos vida eterna; Juan 10:10 “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”; Él no quiere que ninguno de nosotros se pierda, 2 Pedro 3:9 “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento”; Él Señor puso dos caminos, Deuteronomio 30:15 “Mira, yo he puesto hoy delante de ti la vida y el bien, la muerte y el mal”, pregúntese si está cumpliendo con el propósito explícito de Dios en su vida honrándolo con su testimonio o está pisoteando la sangre de Cristo conociendo la verdad.

Si le falta conversión está a tiempo, deje de dilatar su condición de maldad, porque un día se sentará en el trono de iniquidad y allí no habrá retorno; Amos 6:3 “oh vosotros que dilatáis el día malo, y acercáis la silla de iniquidad”; entonces deje de quejarse tanto de los días malos y busque del Señor, porque la responsabilidad es nuestra, revise si su corazón ya fue tratado por Dios, sino haga de nuevo la oración de fe, de corazón y enderece su camino, entregue su vida al Señor de pensamiento y hechos y no de palabras vacías. Isaías 66:18-19 “Mas yo conozco sus obras y sus pensamientos. Llegará {el tiempo} de juntar a todas las naciones y lenguas, y vendrán y verán mi gloria. Y pondré señal entre ellos y enviaré a sus sobrevivientes {los vencedores} a las naciones: a Tarsis, a Fut, a Lud, a Mesec, a Ros, a Tubal y a Javán, a las costas remotas que no han oído de mi fama ni han visto mi gloria. Y ellos anunciarán mi gloria entre las naciones”.

Mateo 12:30 “El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama”.

¿QUIENES SON LOS SOBREVIVIENTES {VENCEDORES} DEL DÍA MALO?

1. Los de corazón alegre, los que sienten el gozo y la presencia del Espíritu a pesar de la aflicción. Proverbios 15:15 “Todos los días del afligido son malos, pero el {vencedor} de corazón alegre {tiene} un banquete continuo”.

2.  El que se conduele por el que sufre. Salmo 41:1 “Bienaventurado el {Sobreviviente} que piensa en el pobre; En el día malo lo librará Jehová”.

3. El que entiende que Dios está con él, a pesar de todo, su confianza está puesta en el Señor y no teme de lo que ha de venir. Salmos 49:5 “¿Por qué {yo} he de temer en {los} días de adversidad cuando la iniquidad de mis enemigos me rodee”; Salmo 27:3 “Aunque un ejército acampe contra mí, No temerá mi corazón; Aunque contra mí se levante guerra, Yo estaré confiado”.

4. El que se refugia en las sombra de sus alas, persiste e insiste, no se aparta de su lado, guarda y cumple su palabra. Salmos 91:2 “Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré”; Jeremías 17:17 “No me seas tú por espanto, pues mi refugio eres tú en el día malo”; Juan 14:23 “Jesús respondió, y le dijo: Si alguno me ama, guardará mi palabra; y mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos con él morada”.

5. Quien permanece firme sobre la roca, colocándose la armadura de Dios resistiendo el día malo, sometiéndose al Señor. Efesios 6:13 “Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes”; Santiago 4:7 "Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros".

6. Aquellos a quienes se les ha revelado Habacuc 3:17-18 “Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales; Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación”.

1 Tesalonicenses 5:16-18 “Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús. No apaguéis al Espíritu”.

REFLEXIÓN

Todos vamos a vivir días malos, porque en el mundo sólo hay aflicción, sin embargo, todo viene a bien, debemos confiar en el Señor, no hay nadie como nuestro Señor Jesucristo, su gloria es incomparable; debemos regocijarnos por el día que Dios nos ha enviado, bueno o malo, todo tiene un propósito. Si estás necesitado, agobiado, enfermo, sufriendo por lo que le está ocurriendo póstrese, busque del Señor, Él es nuestro socorro; Él nos dará la respuesta, el descanso, el sosiego y el camino que hemos de seguir.

Confíe en Él y niéguese a sí mismo, renuncie su maldad, porque mayor es el que está en ti que el que está en el mundo; empiece a dar frutos dignos de arrepentimiento y no se aparte de su presencia, porque Dios quiere entregarle su gloria porque le ama con todo su corazón, así que seamos consecuentes con ese amor tan maravilloso, fuente inagotable. Amén...

Salmos 86:8-10 “No hay nadie como tú entre los dioses, oh Señor, ni hay obras como las tuyas. Todas las naciones que tú has hecho vendrán y adorarán delante de ti, Señor, y glorificarán tu nombre. Porque tú eres grande y haces maravillas; sólo tú eres Dios”; Romanos 8:18 “Pues considero que los sufrimientos de este tiempo presente no son dignos de ser comparados con la gloria que nos ha de ser revelada”. Salmos 118:24 “Este es el día que el Señor ha hecho {para mí}; regocijémonos y alegrémonos en él”; Juan 15:8 “En esto es glorificado mi Padre, en que deis mucho fruto, y {así} probéis que sois mis discípulos”.

1 Juan 4:4 “Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo”.


martes, 3 de agosto de 2021

COMIENDO UN BOCADO

 


Proverbios 28:21b “…Hasta por un bocado de pan prevaricará el hombre”.

Cuando escuchamos la palabra “Prevaricar”, generalmente la asociamos la actitud que poseen ciertas personas a descarriarse de lo correcto, por eso si buscamos su definición encontramos sinónimos como: Desvariar, delinquir, infringir, transgredir, incumplir, violar, contravenir, faltar entre otras.

Prevaricar es desvariar, es decir, enloquecer, comportarnos como loquitos o delirar ante los deseos engañosos, fantasear o vivir ilusoriamente una vida que no nos pertenece, una realidad virtual que pretendemos obtener, es trastornar la vida de otros con nuestras actitudes o palabras mal dichas, o de maldición; es delinquir cometiendo delito, apartando la palabra, quebrantando sus mandamientos, atentamos o apostatando contra ellos, pecando deliberadamente, infringiendo o desobedeciendo los mismos, para transgredir, vulnerar o violar mi ser, mi alma, cuerpo o espíritu, llevándonos a incumplir las enseñanzas de Jesucristo.

Esto nos llevar a traspasar los límites que el Señor como Padre creador impuso, ya que no hacemos lo que nos ha dejado en la palabra que hagamos, contraviniendo los propósitos eternos, en otras palabras, yendo en contra de lo que ha de venir, faltando, ofendiendo, deshonrando el nombre del Señor, que al final insulta, agravia y ultraja lo santo, activando la ira del Dios.

Prevaricar se usa de forma coloquial para referirse a un funcionario o autoridad (pública o privada) que no hace, ni cumple su trabajo sino que se aprovecha de su posición con plena conciencia de que lo que está haciendo no es lo correcto, es decir, no hace lo que tiene que hacer y se conforma con migajas de un bocado de pan, un bocado que tiene sabor amargo y a oscuridad; por lo tanto, se puede observar en muchos países, desarrollados o en vías de desarrollo, que esto se considera un delito, y es duramente castigado, aunque en otros lugares se ha convertido en una comiquita por la corrupción del hombre, que viene desde su caída en el Edén.

Por lo general, muchos los cristianos tienen una errada sensación de “culpa”, que ha sido impuesta por muchos líderes, hermanos, religiosos, llenos de pecado, quienes se han convertido en jueces y verdugos, queriendo impartir justicia alejada de la justicia de Dios, confundiendo, engañando, manipulando y destruyendo las vidas espirituales de los más débiles con un propósito oscuro, lleno de muerte, sólo porque se niegan a morir a ellos mismos; por ejemplo, observemos a Job, quien el mismo Señor lo definió como varón perfecto y recto, temeroso de Dios, apartado del mal, y en su tiempo no había otro como él; sin embargo, cuando se le presentó la prueba, por la cual todos los hijos de Dios vamos a pasar, salieron los jueces que nunca faltan a condenarlo, esos “amigos” del alma, los “santos” que no parten un plato, que les gusta señalar, condenar y mirar la paja del ojo del pecador, pero no miran la viga de su ojo; entonces este varón llegó a decir: Job 13:23 “¿Cuántas iniquidades y pecados tengo yo? Hazme conocer mi prevaricación y mi pecado”; Job, tenía tanta pureza de corazón, que prefería morir, si era necesario, o pasar por el peor de los castigos, solo en pensar que podía haber pecado o prevaricado contra el Señor, ya que él no se permitía cambiar lo bueno, justo y santo por cualquier cosa ¿Cuántos de nosotros tenemos esta actitud? Preferimos muchas veces asumir la actitud de señalar otros que mirar hacia adentro y cambiarnos a nosotros mismos.

Es conocido por todos que el Señor perdonó nuestro pecado gracias a Jesucristo, quien lavó nuestra iniquidad con su sangre en la cruz, Él murió con el propósito firme que fuéramos aceptos y aprobados ante el Padre para salvación y vida eterna, pero cuantos de nosotros nos hemos mantenido firmes, damos honor a tal sacrificio con nuestro testimonio, mantenemos nuestra esperanza viva a pesar de la circunstancia y adversidad, en la hora de la chiquita; pues muy pocos, porque nuestra fe es del tamaño de nuestro compromiso ante Dios.

PREVARICAR ES…

Cuando investigamos el origen de la palabra “Prevaricar” nos damos cuenta que proviene del latín “praevaricari”, que se refiere a la acción de desviarse del surco recto al labrar. Se compone del prefijo prae- que significa ‘delante’, ‘pre’ o ‘antes de’; y “varicari” que significa ‘torcerse’ o ‘arquearse’; podemos discernir que quien vive prevaricando está a puntico de torcerse, es decir, pasar a ser de las ovejas que serán desechadas, por eso hay que mantenerse firme. Adicionalmente, cuando profundizamos aún más, nos encontramos que “varicari” se deriva de la palabra vara y el verbo varar, es decir, el castigo y la inercia, y ya explico por qué.

Es importante resaltar, que es necesario reflexionar bajo la lupa de la palabra y el Espíritu Santo dentro de estas tres vertientes, para que sea como agua que refresque nuestro huesos secos y sea revelado para conversión, de lo contario seguirá siendo letra muerta y continuaremos en las mismas y con las mismas. Prevaricar es:

1. DESVARIAR Y APARTARSE DEL CAMINO: Prevaricar es andar oyendo lo que Dios dice, tener la convicción de que lo que se dice es verdad, pero nos negamos a comer el banquete completo, es decir, no hacemos caso de la palabra, la ignoramos, ya sea por terquedad, soberbia o conveniencia personal, por eso torcemos la verdad, nos desviamos, desvariamos en nuestro propio pecado, nos convertirnos en hijos rebeldes que se apartan del camino, preferimos el pedazo de pan duro y seco, que el manjar preparado para los que aman al Señor. Hebreos 10:26 “Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por el pecado”; 2 Crónicas 36:14 “Y también todos los príncipes de los sacerdotes, y el pueblo, aumentaron la prevaricación, siguiendo todas las abominaciones de las gentes, y contaminando la casa de Jehová, la cual él había santificado en Jerusalén”; cuando prevaricamos contaminamos la casa, el templo, donde mora el Espíritu Santo, contristándolo a tal extremo que lo apartamos de nuestro lado.

2. ES ESTAR VARADO ESPIRITUALMENTE: No se produce crecimiento, hay una inercia que no hemos vencido por estar pendiente del mundo y sus distracciones, nuestro testimonio no glorifica el nombre del Señor, vivimos idolatrando nuestro ego u otras personas, aparentamos realidades que no existen, ocultamos cosas, engañándonos a nosotros mismos, siendo piedras de tropiezo para muchos, porque la carne es lo que predomina. Juan 3:6 “Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es”; Gálatas 6: 7 “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará”.

3. ES DESCONOCER NUESTRA CONDICIÓN PECADORA: Es entrar en un ciclo vicioso del pecado, desobedeciendo la autoridad del Señor, cometiendo injusticias, calumniando al prójimo, perdiendo el temor por lo santo, siendo una vergüenza en nuestra familia espiritual, por falta de conversión, pareciera que pidiéramos a gritos a Dios: ¡Señor castígame, dame vara!, no se nos ha revelado lo que es la justicia de Dios. Levítico 6:2-3 “Cuando una persona pecare e hiciere prevaricación contra Jehová, y negare a su prójimo lo encomendado o dejado en su mano, o bien robare o calumniare a su prójimo, o habiendo hallado lo perdido después lo negare, y jurare en falso; en alguna de todas aquellas cosas en que suele pecar el hombre”; Proverbios 29:15a “La vara y la corrección dan sabiduría; Mas el muchacho consentido avergonzará a su madre”; Proverbios 29:16 “Cuando los impíos son muchos, mucha es la transgresión; Mas los justos verán la ruina de ellos”; Números 5:6 “Habla a los hijos de Israel: El hombre o la mujer que cometiere alguno de todos los pecados de los hombres, haciendo prevaricación contra el SEÑOR; aquella persona es culpable”; Mateo 25:46 “E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna”.

REFLEXIÓN

Cuando una persona come un bocado de mundo (inmundo), la carne o los deleites del mal, es porque predomina la prevaricación, está enlazado con la concupiscencia de su alma, sus vestiduras no son santas, no está convencido de la libertad que le trajo Cristo, así que no se extrañe que sea echado fuera del reino y viva el castigo eterno, el crujir de dientes. Proverbios 29:6 “En la prevaricación del hombre malo hay lazo; más el justo cantará y se alegrará”.

Dios ha dado una promesa aquellos hijos que se sometan y sujeten de su Espíritu “saldrán de la tribulación”, serán llamados justos y su labios ya no prevaricaran jamás: Proverbios12:13 “El impío es enredado en la prevaricación de sus labios; más el justo saldrá de la tribulación”.

Un verdadero hijo de Dios se esfuerza por no prevaricar, entonces su actitud será diferente, sus pensamientos serán otros, se les revelará lo que es el amor de Dios, los afanes acabarán, aprenderán a esperar pacientemente en el Señor aguardando en perfecta paz y su vida la someterá a la voluntad de Dios aunque esté en contra de la nuestra, dando gracias en todo momento y nuestro semblante cambiará, habrá gozo en el corazón para honor y gloria de nuestro Padre Celestial. Levítico 6:4 “Entonces, habiendo pecado y ofendido {prevaricado}, restituirá aquello que robó, o el daño de la calumnia, o el depósito que se le encomendó, o lo perdido que halló”; Filipenses 4:8 “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”; Filipenses 4:6-7 “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”; 1 Tesalonicenses 5:18 “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús”.

Gracias Señor por tu palabra, bendito seas. Amén…