OPERACIONALIZACIÓN DEL CÍRCULO DE
CONVERSIÓN
Hechos 3:19-21 “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean
borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de
refrigerio, y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado; a quien de
cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de
todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido
desde tiempo antiguo”.
Todos los seres humanos esperamos que la situación
mundial cambie para mejor, que no hayan más pandemias, plagas, tragedias,
desastres, ni guerras, deseamos una sociedad más justa, segura, feliz,
respetuosa, tolerante, pero no tomamos ninguna iniciativa para hacer que las
cosas ocurran, llevamos siglos y siglos luchando en nuestra propia fuerza y
pareciera que al evolucionar tecnológicamente, involucionamos espiritualmente;
queremos que la humanidad sea transformada, pero no queremos cambiar nosotros,
nos negamos a convertirnos. Es más fácil señalar los pecados de otros y mirar
la paja en el ojo de vecino, que aceptar y mirar los pecados nuestros, pues, la
sociedad es el reflejo de lo que somos, de lo que atesora nuestro corazón, si
la paja en el ojo del vecino en mala, imagínense como será de mala la viga que
nos tiene enceguecidos; hasta cuando el Señor tendrá que decirnos: “Arrepentíos
y convertíos”, mientras creamos que estamos bien y que aquí no pasa nada, eludiendo
las exhortaciones de Dios, sin morir a la vieja forma de vivir, ni transformar los pensamientos, arrepintiéndonos de corazón y convirtiéndonos a Cristo, no
habrá resurrección, no habrá nuevo nacimiento en Espíritu, ni restauración de
las cosas y mucho menos refrigerio para nuestra vidas, así de simple. Para ser
salvos, solo se necesita la fe del tamaño de un grano de mostaza, pero ni eso
tenemos, decimos tenerla pero no se ve, porque no hacemos que la fe se active
en mí, y actúe para conversión, evaluémonos en la profundidad de la palabra,
las evidencias nos delatan; el que tenga ojos que vea y el que tenga oídos que
oiga, lo que el Espíritu habla.
Convertirse a Cristo es algo
serio, no se puede a tomar a la ligera, nosotros a veces queremos pasar por
alto nuestras transgresiones y no nos ponemos a cuenta con Dios y menos con los
hombres por falta de humildad; puedo observar como hermanos (entre ellos me
incluyo), estamos montados en la montaña rusa espiritual, en algunos momentos de nuestras vidas demostramos fortaleza y firmeza en Cristo, pero al día siguiente estamos derrumbados
y depresivos, vivimos de acuerdo a lo que nuestra alma nos manda y somos
incapaces de sujetarnos y someternos realmente al Señor, por falta de decisión
para conversión. Para operacionalizar el Círculo
de Conversión, haremos uso de los tres círculos concéntricos los cuales se
describen a continuación:
a. Círculo de Decisión: Todos los seres humanos, desde su nacimiento, vivimos tomando decisiones, y muchas de ellas al comienzo son supervisadas y controladas por nuestros padres hasta que maduramos y somos dueños de nuestros destinos; para los entendidos en
la materia, la toma de decisiones es uno de los procesos más difíciles a los que
se enfrenta el ser humano, ya que somos seres susceptibles a los resultados que
estas generan o a las respuestas de nuestras acciones, por aquello de la ley de
acción y reacción, entendiendo que toda acción lleva inmersa una consecuencia intrínseca,
sobre todo cuando enfrentamos situaciones problemáticas, estímulos, tentaciones,
etc., que aún si no las tomamos o asumimos, también son decisiones, por la cual
se fijará un destino.
He leído muchos escritores que cuentan reflexiones sobre
las decisiones de la vida, y a través de su musa nos ponen a reflexionar sobre la
conversión, para muestra un botón:
“Cuentan que, en un antiguo reino, habitaba un hombre que
era conocido en todas partes por su gran sabiduría. Al comienzo solo aconsejaba
a sus familiares y amigos cercanos. Sin embargo, su fama creció tanto que el propio
soberano {pueblo} lo llamaba frecuentemente para consultarlo.
Todos los días
llegaban muchas personas a recibir sus sabios consejos. Sin embargo, el sabio notó
que había varios que iban todas las semanas. Lo peor es que siempre le contaban
los mismos problemas y luego escuchaban el mismo consejo, pero no lo ponían en práctica.
Todo se había convertido en un círculo vicioso.
Un día, el sabio reunió a todos esos consultantes frecuentes. Luego les contó
un chiste tan divertido, que llevó a que casi todos se desternillaran de la risa.
Después esperó un rato y volvió a contar el mismo chiste. Siguió contándolo por
tres horas. Al final, todos estaban desesperados. Entonces el sabio les dijo: ¿Por
qué no pueden reírse varias veces del mismo chiste, pero sí pueden llorar mil veces
por el mismo problema”.
Sánchez, E. (2018)
Es clara la moraleja de
la reflexión anterior, hay quienes preferimos revolcarnos en nuestro propio
cieno que decidirnos a convertirnos de verdad, nosotros decidimos en donde queremos
revolcarnos, donde permanecer anclados, a qué o con quien unirnos; si decidimos
renunciar al pasado y liberarnos de todo aquello que nos afecta y afecta a
otros o vivir una vida miserable producto de nuestro pecado, a la tendencia a victimizarnos,
autoflagelarnos o a culparnos; lo que si queda claro que, independientemente de
lo que hagamos, para tomar una decisión debe existir una motivación que nos
impulse a tomarla. De esta misma manera, no puede haber conversión si usted no
está dispuesto y decidido a hacerlo, es decir hacer efectiva su proactividad
espiritual.
Las decisiones abarcan
muchas cosas, desde decidir si caminar o tomar el autobús, leer un libro o ver
televisión, de comer en la cena o ayunar, saludar o no a alguien, mentir o
decir la verdad, de liderizar o manipular a su prójimo, qué carrera estudiar, en
qué trabajar, por cuál partido político votar, de quién ser amigo o amiga, a quién
amar o con quién formar una pareja, tomar el camino del bien o el mal,
pastorear o malversar las ovejas, etc. La toma de decisiones forma parte del comportamiento
humano y se regirá según lo que atesore su corazón y el anhelo que tenga, eso
sí, el Señor toma nota de cada decisión que tomamos, para bien o para mal.
Tener fe, creer, aceptar
y recibir a Jesucristo como Dios, Señor y Salvador es una decisión, así como lo
es perdonar, arrepentirse y convertirse a Él. La conversión no es una posición espiritual
sino una acción, un hábito espiritual, hay quienes dicen haberse convertido y
hablan de conversión, pero su testimonio dice lo contrario, olvidando que Dios no
puede ser burlado, así que no se engañe usted mismo, no se meta ese autogol,
decida a dar el paso de fe, procure con diligencia presentarse ante Dios como
un hijo aprobado. Éxodo 4:31 “y el pueblo creyó. Y al oír que el Señor había visitado
a los hijos de Israel y había visto su aflicción, se postraron y adoraron”; Mateo
17:20 “…de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis
a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible”; Juan
1:12 “Pero a todos los que le recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos
de Dios, {es decir,} a los que creen en su nombre”, 2 Timoteo 2:15 “Procura con
diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse,
que usa bien la palabra de verdad”, Hechos 3:19 ”Así que, arrepentíos y convertíos,
para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor
tiempos de refrigerio”.
Hay una tendencia en el
mundo a alimentar nuestra alma y la de otros, con frases bonitas, acciones
aparentemente buenas, hermosas obras a los ojos de los hombres pero sin someterla
al Señor, creando una cantidad de teorías y religiones que le dan diferentes connotaciones
a lo que es único e inmutable, tratando de confundir a todo aquel, aun a los escogidos,
a los hijos de Dios; quienes lo hagan y tomen esa decisión, deben considerar que
el alma es la puerta que utiliza el enemigo (Satanás) para ensuciar, enlodar y erosionar
nuestra vida espiritual. Recuerde que todo es cuestión de fe, le recomiendo que
le pida al Espíritu Santo que le ilumine el entendimiento y le de
discernimiento para visualizar lo bueno y lo malo.
El ego, por ejemplo, es
un área del alma que es más propensa y susceptible a contaminarse, ya que logra
asociarse con mucha facilidad con las cosas del mundo, además le gusta la adulación,
la altivez, la prepotencia y la aprobación, ya sea propia o de otros, como mecanismo
de existencia y sobrevivencia; pero cuando es adversado, dependiendo de la dosis
de humildad y sumisión que posea cada persona al Señor, utiliza mecanismos de defensa;
por eso la palabra dice que sométase todo hijo al Padre, ya que nuestra fe será
probada; le recomiendo que ¡revísese cuando su ego es golpeado o confrontado!, si
se siente dolido, indignado, rechazado, ignorado o desechado pues no hay ningún
gramo del amor de Dios en nosotros y mucho menos humildad; entonces creamos mecanismos
de defensa y contraataque, tratando de inutilizar el elemento agresor, haciendo
uso del orgullo, la arrogancia, la soberbia y el ensordecimiento que no nos dejan
discernir espiritualmente lo que está pasando, que nos envuelve en una telenovela
que nosotros mismos creamos y que es muy dañina y tóxica para mí y mi entorno, donde el
principal afectado soy “yo” o “nosotros”, los protagonistas principales de ese cuento,
y por ende, entenebrecemos nuestras vidas espirituales, ya que un alma oscura y
podrida, daña al cuerpo y el espíritu, inclusive al entorno donde se desenvuelven;
y que muchas veces desencadena sentimientos de odio, ira, rencor, dolor irreversible,
destrucción y maldad.
Aunque puede haber mil
opciones para tomar una decisión, solo una es la correcta, las demás son aproximaciones
que satisfacen a medias ciertas áreas de nuestra vida, en especial el alma, sin
embargo, todas ellas son gajos de la misma mandarina, que si uno de estos gajos
está dañado, pudre al final los demás, así estén muy buenos, por eso es tan importante
tomar la decisión correcta, meter el dedo y abrir la mandarina para poder descartar
el gajo malo, utilizando el Círculo de Decisión,
que es la primera etapa del Círculo de Conversión.
El Círculo de Decisión, es el círculo conformado
por todas las decisiones personales que debe tomar diariamente cada creyente para
crecer en Espíritu y verdad, conduciéndolo a la estatura del varón perfecto; entendiendo
que estas decisiones tendrán repercusiones para la vida actual y en especial para
la vida eterna, ya sea para bien o para mal.
En base a esto y a lo
expresado en la palabra, existe la dicotomía entre el bien y el mal, hay dos caminos
uno de luz y otro de oscuridad, quien quiera tomar un camino diferente, es peor
que el último, porque trata de llegar a un objetivo por los caminos verdes, y ese
camino no trae bendición, sino que lleva una oculta maldad, por la cual será desechado.
La biblia habla de que a los tibios los vomitará; Apocalipsis 3:15-19 dice: “Yo
conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente!
Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Porque
tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y
no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. Por tanto,
yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras
blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge
tus ojos con colirio, para que veas. Yo reprendo y castigo a todos los que amo;
sé, pues, celoso, y arrepiéntete”.
Para dimensionar y visualizar
mi Círculo de Decisión debo partir
de mi plan de conversión personal, tomando decisiones contundentes y sin
titubeos en el espíritu que me llevan a poner la mirada en Cristo, ya que
nuestra alma por lo general tiende a sacarnos de concentración e impulso,
tratando de comprarnos con cosas que el mundo nos vende y que nos hacen pecar,
sobre todo, si son agradable a mis deseos desordenados, entonces, primeramente debemos
hacer una lista de todas las cosas que deseamos, queremos o deberíamos convertir,
más si debimos hacerlo tiempo atrás y no lo hemos hecho, clasificándolas en las
diferentes áreas de ser; por ejemplo:
N°
|
ALMA
|
CUERPO
|
ESPÍRITU
|
1
|
Malos Pensamientos
|
Adicción al Alcohol
|
Desobediencia
|
2
|
Lengua Viperina
|
Orar en la
madrugada
|
Impaciencia
|
3
|
Leer la palabra
|
Ojos altivos
|
Comunión
|
…
|
…
|
…
|
…
|
N
|
Xxxx
|
Yyyy
|
Zzzz
|
“Huye también de las pasiones juveniles, y
sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio
invocan al Señor” (2 Timoteo 2:22), trate de recordar las actitudes, acciones,
pasiones, deseos, cosas, etc., sobre todas aquellas que atenten contra su vida
espiritual y la de otros, no olvidemos que entre más el Señor nos da, más nos
exigirá.
Tenga presente que tiene que
considerar que el alma abarca todo lo que pensamos, nuestras emociones, sentimientos
y voluntad; por otro lado, el cuerpo comprende la anatomía de cada persona, sus
discapacidades o funcionabilidades físicas, estado salud, también la parte morfológica
que define sus rasgos tales como: la tez de piel (si es negro, blanco, moreno, amarillo,
etc.), tipo cabello, capacidades físicas, fuerza, tamaño, etc., igualmente, su fisiología
donde se encuentran las necesidades instintivas básicas como la alimentación, sudoración,
sexo, evacuación, entre otros. Asimismo tenemos el espíritu, en el cual se encuentra
todo aquello que no se puede controlar con la mente, pero si cauterizar, por ejemplo
la conciencia que es un mecanismo de control y evaluación que Dios puso en
nosotros; también la intuición o discernimiento, como aditivo para la percepción,
y la llamada comunión como la capacidad de asociación espiritual con algo o
alguien.
Después que haya hecho la lista
de todas las cosas que desea convertir, ordénelas por orden de prioridad o
importancia personal, según el Espíritu le vaya guiando. Coloque dentro del Círculo
que llamaremos de Decisión, todas aquellas cosas que usted quiere dejar,
abandonar, renunciar, cambiar, desechar de su vida agrupándolas por cada área
del ser: alma, cuerpo y espíritu.
Separe seguidamente las
cosas que está convencido que puede hacer de las que le cuesta dejar o morir para
colocarlas fuera del Círculo de Decisión
respetando el orden de prioridad, para todos loa casos.
Ahora haremos un plan
de conversión inicial de 40 días tomando solamente las cosas a convertir que
quedaron dentro del círculo dividiéndola en a siete (07) grupos iguales.
¿Por qué siete (07) grupos y 40 días?
Si revisamos la
palabra, observamos que el número siete (07), tiene un significación espiritual
profunda, sobre todo porque nos comunica la idea de perfección, plenitud y
reposo en el Señor. Por ejemplo, Dios creo al mundo en 7 días y fue en este día
que reposó, santificó y bendijo; Génesis 2:2-3 “Y acabó Dios en el día séptimo
la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo
Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que
había hecho en la creación”; asimismo, el Señor cuando fue a entregar la ciudad
de Jericó en manos del pueblo de Israel, ordenó a que marcharan con ellos alrededor
de la ciudad siete sacerdotes llevando siete bocinas de cuernos de carnero,
delante del arca del pacto, durante siete días seguidos y que en el séptimo día
le dieran siete vueltas para derribar los muros; “Entonces el pueblo gritó, y
los sacerdotes tocaron las bocinas; y aconteció que cuando el pueblo hubo oído
el sonido de la bocina, gritó con gran vocerío, y el muro se derrumbó. El pueblo
subió luego a la ciudad, cada uno derecho hacia adelante, y la tomaron” (Josué
6:20). Otra referencia está aparece cuando Pedro le preguntó a Jesús cuántas
veces tenía que perdonar a alguien, este le contestó: “No te digo: Hasta siete
veces, sino: Hasta setenta y siete veces”. Así, con la repetición del 7,
recalcó la idea de que había que perseverar, y perdonar indefinidamente, o sin
límite (Mateo 18:21, 22); y así como estos ejemplos existen otros tantos.
Al separar las cosas
que deseo convertir en 7 grupos se busca ir trabajando poco a poco las áreas
donde somos débiles, descuidados o flojos para poner orden y dar reposo a
nuestro ser, santificándonos e irnos perfeccionando hasta llegar a la plenitud
del Cristo, con la finalidad de ver completada su obra en nosotros y recibir la
bendición de su Espíritu que es la que enriquece.
Por otro lado, el
número cuarenta (40) guarda relación con los períodos de victoria, encuentro,
purificación, prueba, evaluación, reconocimiento, sentencia, disciplina y castigo
por parte de Dios; Génesis 7:4 “Porque pasados aún siete días, yo haré llover
sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches; y raeré de sobre la faz de la
tierra a todo ser viviente que hice”; Goliat desafió a los israelitas por
espacio de 40 días (1 Samuel 17:16) hasta que fue vencido por David; Moisés
pasó 40 días de oración en el monte Sinaí antes de recibir las Tablas de la Ley
(Deuteronomio 9: 9-11); los 12 espías de Israel exploraron la tierra de Canaán
durante 40 días (Números 13:25); Elías pasó 40 días en ayunas en el desierto
hasta encontrarse con Dios en el monte Horeb (1 Reyes 19:8); Jonás anunció que
Nínive sería destruida a los 40 días (Jonás 3:4); nuestro Señor Jesucristo pasó
cuarenta días pasó en el desierto, para ser tentado y probado antes de iniciar
su tiempo de evangelización (Mateo 4:2) y tras su crucifixión, el tiempo en el
que se apareció a sus discípulos fue precisamente de 40 días (Hechos 1:3) antes
de la transfiguración. En vista, de la significación que tiene los 40 días,
será perfecto para efectuar nuestro plan de conversión.
Seguramente su lista
será corta o muy larga dependiendo de la motivación o interés que tenga, en el
Señor, de ser una persona totalmente nueva con una perspectiva de vida
diferente a la que venía trayendo, dispuesta a crecer en espíritu y verdad
procurando la salvación y vida eterna.
Independientemente de
cual sea el caso, en nuestra planificación en cada uno de los 7 grupos no debe
haber más de tres cosas que usted desee convertir, ya que por experiencia, “el
que mucho abarca poco aprieta” dice el refrán popular, y por razones de enfoque,
el esfuerzo se puede perder y dispersar en el número elevado de cosas que desee
trabajar, es preferible pocas cosas pero bien centradas.
Lista de Cosas que quiero convertir de mi vida en el
año 2021
|
N°
|
Grupo 1
|
Grupo 2
|
Grupo 3
|
Grupo 4
|
Grupo 5
|
Grupo 6
|
Grupo 7
|
1
|
Lengua
|
Alcohol
|
Leer
|
Avaricia
|
…
|
|
Xxxx
|
2
|
Pensamientos
|
Ojos altivos
|
Comunión
|
Fornicación
|
…
|
|
Yyyy
|
3
|
Orar
|
Desobediencia
|
Impaciencia
|
Idolatría
|
…
|
|
Zzzz
|
A continuación, se
procede a efectuar cronograma o programación con las cosas o áreas que se
desean convertir, colocando la fecha de inicio y finalización del período de 40
días que va a trabajar en ello, se recomienda dejar 10 días de reposo entre un
grupo u otro, con la finalidad de hacer una evaluación con el Señor de cómo nos
fue, en este primer proceso:
Grupo
|
F. Inicio
|
F. Final
|
Cosas en Proceso de Conversión
|
Observaciones
|
1
|
01/01/21
|
09/02/21
|
Lengua
|
Pensamientos
|
Orar
|
L: 2 - P: 3
- O: 1
|
2
|
19/02/21
|
31/03/21
|
Alcohol
|
Ojos altivos
|
Desobediencia
|
A: 0 - OA: 2
- D: 1
|
3
|
10/04/21
|
20/05/21
|
Leer
|
Comunión
|
Impaciencia
|
L: 0 - C: 0
- I: 0
|
4
|
30/05/21
|
8/07/21
|
Avaricia
|
Fornicación
|
Idolatría
|
A: 0 - F: 0
- I: 0
|
5
|
…
|
…
|
…
|
…
|
…
|
…
|
6
|
|
|
|
|
|
|
7
|
…
|
…
|
Xxxx
|
Yyy
|
Zzzz
|
…
|
Seguidamente, procedemos
a hacer un Diagrama de Gantt, el cual es una programación de actividades
conforme a un calendario definido de
manera tal que se pueda visualizar el período de duración de cada grupo de
conductas que se desean convertir, fecha de inicio y finalización, teniendo
como tiempo máximo de trabajo en cada grupo de 40 días, lo que permitirá hacer seguimiento diario, semanal, quincenal o mensual, debiendo anotar cada vez que
caemos es decir cada vez que erramos, fallamos o pecamos, registrándolo en la
columna de observaciones del cuadro anterior (rojo); este registro nos retará
en lo personal a tratar de a cumplir con lo planificado, ya que la meta es “cero
fallas”, ya que es un compromiso que decidimos hacer ante Dios; Colosenses 3:5
“Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas,
malos deseos y avaricia, que es idolatría”.
Diagrama de Gantt
El Señor, en principio,
desea que tú tomes buenas decisiones basadas en la palabra, donde podemos hacer
uso de esta metodología, sin embargo, llegará el momento donde “todas las decisiones”,
serán administradas, consultadas, sometidas y ejecutadas a través del Espíritu Santo
y ya no hará falta de este plan, porque estaremos tan compenetrados con el Señor
que lo raro sería que estemos fuera de su voluntad, ya que “…ya no vivo yo, sino
que Cristo vive en mí” (Gálatas 2:20) y a medida que el tiempo pase, nuestra fuerza
debería menguar o disminuir y la fortaleza del Señor aumentar progresivamente en
nosotros, convirtiéndonos en mejores personas, mejores creyentes, mejores hijos,
para honor y gloria del Padre, para que nadie se jacte en su presencia. 2 Timoteo
3:16-17 “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir,
para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto,
enteramente preparado para toda buena obra”; Juan 16:13 “Pero cuando venga el Espíritu
de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta,
sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir”;
Juan 16: 8 “Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio”.
Los entendidos en el
campo del liderazgo plantean que existen muchas
personas que son reactivas, que centran sus esfuerzos o decisiones en un círculo
que ellos llaman, el círculo de preocupación de la cual no tienen control, y no
están errados al plantearlo; ellos presentan la recomendación de enfocar los
esfuerzos en el círculo denominado de influencia, que es un círculo donde las
personas “pueden ejercer control”; pues este círculo de preocupación o “desgaste”,
se caracteriza, en mi humilde opinión, en tratar de argumentar una condición espiritual
de pecado de la cual ya no tienen el control ya sea por sus malas decisiones o por
la terquedad que posea cada quien, tratando de conseguir un culpable externo para
justificar sus errores.
Muchas de nuestras decisiones
son infructuosas por falta de obediencia y apatía hacia lo que el Señor manda,
entrando en un círculo vicioso de maldad, de las cuales no se tiene ningún tipo
control ni el hábito de presentarlas en oración a Dios; sólo cuando se nos está
hundiendo el barco y el agua nos llega al cuello es que actuamos, por reacción,
sin embargo esto no es garantía de que seremos atendidos, ya que Dios es
soberano y a veces quiere disciplinarnos por tanta negligencia, por eso es tan importante
el tiempo y el uso correcto del Círculo de
Oración, que se describirá más adelante.
Nuestra falta de fe, muchas
veces es producto de la reactividad espiritual, ya que tratamos de establecer un
círculo de influencia en nuestras decisiones apartando a Dios, aun siendo cristianos;
olvídelo, por muy centrado que este en su objetivo o asertivo que sea en su resultado,
sino no está Dios presente, es en vano, mucho más si lo hacemos para llenarnos de
gloria, o vanagloria, la cual es tan efímera e insípida al final, que dura lo
que dura “un peo en un chinchorro” utilizando un refrán del coloquio venezolano,
y nos deja un vacío más profundo que al que teníamos al principio.
Un ejemplo de lo
anterior, lo podemos referencial en el famoso actor Robín Williams (1951-2014),
un hombre que fue admirado por sus películas llenas de mensajes profundos y
positivos, era rico y se podía decir que aparentemente feliz, un comediante polifacético,
actor de voz estadounidense para muchas películas infantiles, ganador de un Premio
Óscar, cinco Globos de Oro, un Premio del Sindicato de Actores, dos Premios Emmy
y tres Premios Grammy, etc., hizo reír, suspirar y soñar a más de un fan o seguidor
por sus películas, muchas de ellas subían la autoestima, sin embargo se suicidó
misteriosamente, los medios de comunicación señalan que fue producto de un síndrome
depresivo, aparentemente por una enfermedad desconocida, unos dicen que era física
y otros dicen que psicológica, lo que sí es evidente que su fortaleza espiritual
estaba en el piso; la insatisfacción y tristeza de su alma fue tal que lo llevó
a la muerte. De acá se desprende la importancia de convertir cada área de nuestras
vidas al Señor, Él es el único que puede llenar nuestros vacíos y limpiar la
podredumbre, tristeza, corrupción, tinieblas u oscuridad que puede haber en
nosotros.
Hay personas que toman
decisiones apuntando a la gloria personal, a mantener un estatus social, por ejemplo
he visto artistas cristianos que cuando comienzan sus ministerios poniendo sus
dones al servicio de Dios, son varones llenos de humildad y sabiduría, pero cuando
pasa el tiempo y son bendecidos, adulados y exaltados, de pronto se dispersan en
su necedad, dejándose empalagar en la miel de la fama y se desvían del propósito
para el cual fueron llamados por Dios, tomando decisiones en la carne, alejados
de la palabra y la autoridad del Espíritu Santo; Gálatas 3:3 “¿Tan necios sois?
¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne?”.
También, he visto personas
cristianas que han escrito o han querido escribir Best Sellers como si eso
fuera importante, y han puestos su intelecto y carisma en libros o escritos para
difusión por encima de las santas escrituras, solo por obtener la fama, los cobres
(el dinero) y el prestigio que este burdo mundo ofrece para distraernos, y en
donde se nos quiere hacer ver que las bendiciones están por encima del Señor, ¡error!, que si
al haber vamos, estos libros solo han servido para distorsionar la verdad de Cristo
y hacer pequeños ídolos terrenales, que solo sirven de piedras de tropiezo para
el nuevo creyente.
Por otro lado, tenemos a los más peligrosos, a los que más daño le han hecho
a la obra de Dios, los pastores lobos de la palabra, manipuladores, los falsos profetas,
los apóstatas de la fe o los que se han autoproclamado “apóstoles del evangelio”;
aquellos cuyos testimonios dicen en realidad lo que son, anticristos que andan
pisoteando la sangre del Señor y hoy en día han minando las iglesias;
seguramente usted ha visto alguno que ha hecho de la palabra una franquicia o
una posesión personal como si la iglesia de Dios le perteneciera, se creen los
ungidos e intocables, que solo el Espíritu de Dios les habla a ellos, por eso todo
lo que lea, escuche o vea páselo por la lupa de la palabra y del Espíritu Santo
que mora en usted, si es que ha decidido seguir a Cristo de verdad; aun lo que se
ha escrito en este blog fíltrelo, no haga otro ídolo porque este de acuerdo con
lo plasmado acá.
Dios nos guarde de blasfemar, o ser uno de estos “hijos” que perdieron
la brújula de Dios desde hace tiempo, recuerde lo que dice la palabra, es
necesario que esto ocurra para que el Señor venga pronto, no pierda la
esperanza; por eso les pido que entiendan que la conversión comienza por la
decisión real de querer hacerlo, y que está metodología no es una inspiración del
Espíritu Santo, ni una verdad absoluta, ni mucho menos la panacea para que un cristiano
sea más espiritual, sino una herramienta que trata de enrumbar al creyente en los
caminos del Señor y ayudarlo a edificar su vida, pero eso sólo se logrará sí cumple
con los tres requisitos referenciados anteriormente. (a) Creerle a Dios, (b)
Orar en el Espíritu, y (c) Ser obedientes a su palabra. Amén..