Antes de conocer al Señor, muchas personas
están convencidas que la adversidad o situación que están viviendo es el peor
castigo que le puede estar pasando a un ser humano en la tierra y que Dios se
la mandó, sin reconocer que puede ser consecuencia de su pecado; y creen que esos
tiempos de aflicción son muy difíciles de cambiar, por no decir imposible, tanto
así que entran en un estado de desesperación, afán, tristeza, angustia
incontrolable, sumergiéndose en un cuadro clínico de depresión, haciendo de
cada cosa una queja, un drama o una novela. Romanos 6:23a “Porque la paga del
pecado es muerte,…”.
Otros tantos por el contrario, conscientes de
su situación pecadora, tratan de buscar un cambio de vida en su propia fuerza
para agradar a Dios, pero se consiguen que a pesar del arduo y difícil esfuerzo
no obtienen los efectos deseados, siendo en vano su faena, entonces empiezan a
buscar la solución en psicólogos, terapeutas, amistades, astrólogos, brujos, la
religión, videntes, etc. sólo por sobrevivir en la vida terrenal, olvidándose
de la salvación y la vida eterna. Salmo 127:1 “Si Jehová no edificare la casa,
En vano trabajan los que la edifican; Si Jehová no guardare la ciudad, En vano
vela la guardia”.
Muchas veces, a sabiendas de nuestra
fragilidad, aprendemos mecanismos defensivos que actúan como paños de agua
tibia, y llegamos a exclamar: ¡Más vale lo malo conocido que lo bueno por
conocer! A esto muchos científicos lo llaman la “Zona de Confort”, pero
claramente se ve que es un “autoboicot” a nuestra vida espiritual, es decir un
autogol, porque estamos colocando “LA EXCUSA PERFECTA” para eludir nuestras responsabilidades
ante Dios y los hombres; justificando mi rebeldía, desobediencia, terquedad,
soberbia, mentiras, mal testimonio, idolatría, malcriadez, ira, impiedad,
critica, groserías, pleitos, juicios, odio, etc., siendo la mayoría de las
veces piedra de tropiezo para muchos no creyentes y aún para hermanos en Cristo.
El verbo “Excusar” proviene del latín
“EXCUSARE”; el prefijo “EX” entre tantas concepciones, significa “Hacia” o “Por
fuera” es decir del “Exterior”; más “CUSARE”, que refiere a “Causa”, motivo u
origen, de lo que se deriva que la causa proviene de afuera eludiendo la
responsabilidad de quien la ocasiona. Si usted observa a un cristiano, echando
la culpa a otros de sus acciones o justificando ciertas actitudes por causas de
otros, ese es un Hijo Rebelde y Desobediente como lo fue Adán.
La primera excusa registrada en la palabra, la
dijo Adán cuando desobedeció al Señor, y este le preguntó en Génesis 3:11-12 “…
¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé
no comieses? Y el hombre respondió: La mujer que me diste por
compañera me dio del
árbol, y yo comí”; se puede apreciar claramente que Adán creó “LA EXCUSA
PERFECTA” para justificar su pecado, pues, argumentó su excusa con la mujer, y
no solo eso; sino hasta con el mismísimo Dios, cuando insinuó que la mujer se
le había dado “Él” como compañera.
¿CUÁL ES EL RESULTADO
DE LAS EXCUSAS COMO LAS DE ADÁN?
La rebeldía manifiesta, cosa que no podrá ocultarse
por mucho tiempo, porque tarde o temprano saldrá a la luz y por la cual
tendremos que dar cuentas. Observemos cual fue la consecuencia de “La Excusa
Perfecta de Adán”, nada más y nada menos, que maldición a la tierra, vergüenza,
dolores, sufrimiento, trabajo, muerte y expulsión del huerto del Edén, hasta
que nuestro Señor Jesucristo nos redimió con su sacrificio en la cruz. Génesis 3:16-23 “A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera
los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será
para tu marido, y él se enseñoreará de ti. Y al hombre dijo: Por cuanto
obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No
comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella
todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del
campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque
de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás. Y llamó Adán el
nombre de su mujer, Eva, por cuanto ella era madre de todos los vivientes. Y
Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió. Y dijo
Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el
mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y
coma, y viva para siempre. Y lo sacó Jehová del huerto del Edén, para que
labrase la tierra de que fue tomado”.
Nosotros como hijos de Dios, por no obedecer la
palabra del Señor, el no ejercer la autoridad de Cristo y no controlar o
someter la carne, el mundo y a satanás, nos exponemos a continuar con esta
cadena de maldición, porque conociendo la verdad, nos llenamos de impiedad,
oscuridad e iniquidad, trayendo vergüenza, dolor, sufrimiento, enfermedad y
muerte a nuestras vidas, tanto así que podemos ser expulsados del reino por
falta de conversión: Mateo 7:21-23 “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará
en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en
los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu
nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos
milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores
de maldad”; Mateo 22:11-13 “Y entró el rey para ver a los convidados, y vio
allí a un hombre que no estaba vestido de boda. Y le dijo: Amigo, ¿cómo
entraste aquí, sin estar vestido de boda? Mas él enmudeció. Entonces el rey
dijo a los que servían: Atadle de pies y manos, y echadle en las tinieblas de
afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes”.
ALGUNAS EXCUSAS
PERFECTAS
1. “Yo
soy así, así nací, y el que me quiera me debe querer como soy”, cuando el Señor
a través de Pablo enseña en Efesios 4:22-23 “En cuanto a la pasada manera de
vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los
deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente”.
2. “Perdono,
pero no olvido”, contrario a lo que decía Jesucristo en Mateo 6:14-15 “Si
ustedes perdonan a los otros sus ofensas, también su Padre celestial los
perdonará a ustedes. Pero si ustedes no perdonan a los otros sus ofensas,
tampoco el Padre de ustedes les perdonará sus ofensas”; si Dios borro
nuestros pecados con el derramamiento de la sangre de Jesús y nos perdonó,
quienes somos nosotros para no perdonar, Isaías 43:25 “Yo, yo soy el que borro
tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados”.
3. “Yo
no sé evangelizar, no soy bueno en eso”, una excusa utilizada por muchos,
cuando el Señor nos encomendó en Mateo 28:19 “Por tanto, id, y haced
discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo”.
4. “No
tengo tiempo para orar”, pero si tengo tiempo para otras cosas, entonces busque
el tiempo como lo hacía David, Salmo 63:1 “Dios, Dios mío eres tú; De
madrugada te buscaré…”; no dejemos de orar porque es la forma de
mantenernos en sintonía con el Señor, 1 Tesalonicenses 5:17 “Orad sin cesar”.
5. “Así hablamos en mi casa, en Japón, Venezuela,
Caracas, Maracaibo o Valencia”, hay quienes no quieren dejar las groserías,
obscenidades, ofensas, vulgaridades, porque así hablan en su pueblo, pero Pablo,
hombre de duro hablar, aprendió que Efesios 4:29 “Ninguna palabra corrompida
salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación,
a fin de dar gracia a los oyentes”.
6. “Dios
es bueno y me perdonará este pecadito, esta mentirita; robo por necesidad y Él
lo sabe”, no se engañe, esto es un autogol, Hebreos 10:26 dice “Porque si
pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la
verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados”.
7. “Pastor
no fui el domingo a la iglesia porque tuve que trabajar, o decidimos ir a la
playa a tomar un descanso”, otra excusa muy común, pero la palabra dice en Deuteronomio
5:12-14 “Guardarás el día de reposo para santificarlo, como Jehová tu
Dios te ha mandado. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo
día es reposo a Jehová tu Dios…”.
8. “A
mí nadie me manda, solo Diosito”, esta es la excusa perfecta, pero el mismo
Dios le dice en Efesios5:21 “Someteos unos a otros en el temor de
Dios”.
9. “Soy
Cristiano, pero hay cosas que no las hago porque el pastor no me cae bien”, no
se trata de caer, sino de obedecer y el Señor lo confirma en Hebreos 13:17 “Obedeced
a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras
almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no
quejándose, porque esto no os es provechoso”.
Hay muchas otras tantas cosas a lo cual
nosotros como hijos de Dios, no queremos obedecer por rebeldía, y le ponemos
excusas, pídale al Señor que le muestre y arrepiéntase, empiece el proceso de
conversión para complacencia del Padre, si de verdad usted quiere ser llamado
hijo de Dios. Salmo 16:3 “Para los santos que están en la tierra, Y
para los íntegros, es toda mi complacencia”.
Si usted quiere dar una excusa, dé la excusa
perfecta, diga: “Yo soy hijo de Dios, y por amor a Cristo, no puedo aceptar tal
ofrecimiento, prefiero ganar en Cristo y recibir de su gracia, que perderme por
las migajas que me ofrece el mundo”. Filipenses 1:21 “Porque para mí el vivir
es Cristo, y el morir es ganancia”.
REFLEXIÓN
La palabra del Señor está dada al pueblo de
Dios para guiarnos, meditar, reflexionar, pensar y repensar, hacerla y
convertirnos. No permita que las limitaciones que le impiden ser obedientes y
sujetos al Espíritu de Dios, sea una excusa, porque un día nos quedaremos sin ellas.
El llamado y la exhortación de hoy es al
arrepentimiento y la conversión, que no sea de los dientes para afuera, sino de
corazón, para que venga a nosotros tiempos de bendición y refrigerio, renunciemos
a las excusas para que las adversidades dejen de ser afanes, y lo veamos como oportunidades
para buscar y reencontrarnos con nuestro Señor en su santa presencia. Hechos
3:19 “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros
pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio”.