EL CÍRCULO DE CONVERSIÓN
2 Timoteo 2:6 “El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar
primero” Joel 3:10 “Forjad espadas de vuestros azadones, lanzas de vuestras
hoces; diga el débil: Fuerte soy”.
Indudablemente para participar de los frutos del Espíritu debemos
trabajar primero, estar preparados; los frutos son el resultado de nuestras
acciones, es estar listos por nuestro trabajo en su presencia, permitir que Él
repose en nosotros y se manifieste su consejo, temor, sabiduría, inteligencia,
poder, conocimiento; “Y reposará sobre Él el Espíritu de Jehová; espíritu de
sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento
y de temor de Jehová” (Isaías 11:2), para lograr forjar la espada de nuestro
azadón y la lanza de nuestra hoz y estar preparado para la prueba, porque
todos los hijos de Dios seremos probados. Albert Einstein decía que “una
persona inteligente resuelve un problema, una persona sabia lo evita”, para
ambos casos hay que tomar una decisión, la acción firme que toma una persona para fortalecer su vida.
Como ya vimos en la entrega pasada, toda la sabiduría proviene de Dios y
lo confirmamos en Isaías 11, Él es la fuente de conocimiento, sabiduría, inteligencia,
consejo, temor y poder, pero para obtener todo esto debemos pedirlo, buscando
su presencia; Mateo 7:7-8 “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y
se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al
que llama, se le abrirá”; a través de esta puerta que el Señor permitió abrir,
nace la ciencia, y podemos recordar a Galileo Galilei (1564-1642), mucho
autores lo consideran erradamente “el padre de la ciencia”, pero ese es otro
tema, ya que fue el primer científico documentado que trataron de quemar en la
inquisición por blasfemo sólo por decir que la tierra era redonda, cuando era
una verdad escrita en la palabra casi 2000 años atrás en los tiempos de Isaías,
a veces el desconocimiento de la palabra y nuestra necedad religiosa nos hace
cometer locuras e injusticias, por las cuales daremos cuentas sino
nos convertirnos de corazón. Isaías 40:22 “Él está sentado sobre el círculo de
la tierra, cuyos moradores son como langostas; él extiende los cielos como una
cortina, los despliega como una tienda para morar”.
El hombre ha desarrollado diferentes metodologías que tratan de explicar,
enseñar, organizar e implementar ciertas teorías, técnicas e ideas en las
diferentes áreas de la vida cotidiana; pero si revisamos los libros de
Levíticos y Deuteronomio podemos conseguir mucha sabiduría dada por Dios, que
es milenaria y desconocida para muchos y hoy por hoy se presentan como
descubrimientos fantásticos, cuando no lo son. Por ejemplo, una vez, en el año
2016, en una clase estrategia, profundizábamos sobre el pensamiento complejo
del ser humano, un profesor muy lustrado y egocéntrico además, nos habló sobre
un estudio científico que estaban haciendo los franceses donde descubrieron que
habían células cerebrales en otros órganos diferentes al que se alojaba en nuestra
cabeza, y nos hizo la pregunta a casi cuarenta (40) profesionales que nos
encontrábamos en ese recinto académico: ¿Quién sabe en cuál órgano es?, pues él
único que levantó la mano fui yo; y me dio el derecho de palabra y dije: En el
corazón, y él dijo: correcto, y me preguntó en que parte lo había leído, para
que todos los presente buscasen la página en internet, pero se sorprendieron de
la repuesta cuando les dije que en la Biblia, y soltaron la carcajada los
compañeros, pero el profesor muy serio me puso la etiqueta del “Bíblico”, la
cual acepte con mucho agrado, porque eso testificaba que la palabra no había
regresado a mi vida vacía, sino que había dado sus frutos. Proverbios 23:7 “Porque
cuál es su pensamiento en su corazón, tal es él…”
Es verdad que el Señor tiene el poder para transformar vidas, pero Él no
las va a cambiar a menos que nosotros decidamos dar el paso de fe de corazón, a
menos que el Señor nos quiera confrontar con un propósito específico, como le
paso a Saulo de Tarso (Apóstol Pablo). Hechos 9:3-6 “En el viaje sucedió que,
al acercarse a Damasco, una luz del cielo resplandeció de repente a su
alrededor. Él cayó al suelo y oyó una voz que le decía: - Saulo, Saulo, ¿por
qué me persigues? - ¿Quién eres, Señor? - preguntó. - Yo soy Jesús, a quien tú
persigues - le contestó la voz. - Levántate y entra en la ciudad, que allí se
te dirá lo que tienes que hacer”; pues utilizó el ejemplo de este hombre que
era feroz y cruel con los cristianos, para despertar la fe de muchos a través
de su conversión, dando muestras que si se puede cuando disponemos nuestro
corazón.
Existen herramientas que han sido utilizada por los hombres desde hace
mucho tiempo como son los azadones y hoces las cuales han servido para limpiar los terrenos áridos y enmalezados, terrenos llenos de la ignorancia y cizaña, se han aprovechado para cortar la mies
y los frutos listos para ser disfrutados, con estas se han abierto surcos para
canalizar las aguas de la sabiduría, se ha
Es necesario templar las armas de la ciencia y la inteligencia puesta al
servicio de Dios, para que nos ayuden a batallar ante el asecho de las
serpientes del camino (el diablo y sus asociados) que tratarán de robarnos,
matarnos o destruirnos, tratando de apartarnos del reino de Dios y su justicia.
Por eso cuando estas armas son utilizadas correctamente, sirven para
defendernos y enfocarnos, poniendo la mirada en Cristo, en los momentos de
debilidad de mi alma; así mismo fortalecer los músculos espirituales por el trabajo
del herrero en el horno y moldeado del hierro al golpearlo contra la roca (Cristo), sacando una espada y una lanza que empuñaremos y arrojaremos lo más lejos posible para
alcanzar el objetivo supremo de cumplir la gran comisión encomendada por Jesús
de “ir y hacer discípulos a las naciones” (Mateo 28:19), a fin salvar vidas.
Ojo, estas herramientas o armas de batalla, una vez listas, probadas y puestas
al servicio del Señor, no pueden convertirse en instrumentos de deshonra,
vanidad, impiedad o maldad porque las consecuencias serían catastróficas,
Hebreos 10:26 “Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el
conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados”, de acá
se deriva la importancia de estar bajo la conducción y guía del Espíritu Santo,
cumpliendo la palabra de Dios, cosa por la cual también tendremos que trabajar;
en este sentido, por eso son muchos los métodos utilizados para ayudar al crecimiento personal o colectivo de un
hombre, pueblo o nación, y que sirven para evaluar en qué condición espiritual
se puede encontrar una persona, matrimonio, iglesia, comunidad, país, etc.
Estos métodos pueden servir para determinar debilidades, errores, fallas,
identificar pecados en diferentes ámbitos del ser: alma, cuerpo o espíritu, y
que se ven reflejado en nuestro testimonio, en áreas tales como la familiar,
laboral, amorosa, financiera, etc.; por lo pronto haremos referencia, a los llamados
círculos virtuosos. Es importante
hacer un alto para resaltar nuevamente que sin la presencia del Espíritu Santo,
estos mecanismos no sirven de nada, por eso debe cumplir los tres requisitos que
se mencionaron en la primera parte: (a) Creerle a Dios, (b) Orar en el
Espíritu, y (c) Ser obedientes a su palabra.
Entendamos que esto no es una receta, pero si lo tomamos como una
herramienta para diagnosticar y evaluarnos espiritualmente, pueden ser muy práctica
en la visualización, enfoque y revisión, ya que estos círculos, se repiten y
repiten indefinidamente de tal forma que se transforman en espirales de
crecimiento, si se está dentro del plan perfecto de Dios o dentro de la
voluntad del Padre, de lo contrario se pueden convertir en círculos viciosos si
ejercemos nuestra voluntad sin control del Espíritu Santo.
a. Círculo proceso
administrativo[1] b. Circulo virtuoso del Éxito[2] c. Círculo de Mejora Continua[3]
Estos círculos virtuosos, presentados en la imagen anterior, de una u
otra forma buscan presentar una metodología en cuatro sencillos pasos que, de manera
sistemática, trazan una estrategia para obtener un objetivo, llámese eficacia en
el proceso administrativo, el éxito en los negocios o la calidad de los
procesos, los cuales han sido probado y comprobado a través del tiempo en
diferentes áreas por personajes como: Fayol, Manzanilla o Deming, hombres con
el don de la creatividad e inteligencia otorgado por Dios, y que han traído, seguramente,
resultados positivos en las áreas que las implementaron, o les han servido para
tomar decisiones en función de hacer que las cosas ocurran, sin embargo, les
recomiendo que investiguen cuales fueron los motivos que los llevó a
desarrollarlos.
El hecho es que la sabiduría
de Señor es multiforme, tratar de conocerla es algo complejo, por eso lo llaman
“los misterios de Dios”, sin embargo, hacer uso de esta forma de representación
para tratar de explicar cómo funcionan las cosas de Dios es lícito, cuando el objetico
es enseñar y son muy prácticos sin son utilizados con sabiduría, como diría una
sabia pastora: “utilizar la plastilina para enseñar a los bebes espirituales”;
Jesús, por ejemplo, utilizaba las parábolas en su tiempo y aún las personas no
entendían; sin embargo este método tratará de hacerlo gráficamente y complementar
el conocimiento con la profundidad de la palabra, la cual será una labor
maravillosa, porque se ponen en práctica los diferentes tipos de inteligencias:
lógico-matemática, lingüística, espacial, intrapersonal, interpersonal,
kinestésica, etc., para explicar de manera sencilla como funciona el Proceso de
Conversión Real de un Creyente (PCRC) que esté dispuesto a seguir y conocer profundamente
a Cristo de corazón el cual es el objetivo de esta sección.
1. ¿QUÉ ES CÍRCULO
DE CONVERSIÓN?
Para entender algunas
ideas para revisarnos espiritualmente, necesariamente debemos confrontar nuestra
realidad con la palabra, porque es la única manera de abrir nuestros ojos y
oídos espirituales, porque muchas veces nosotros teniendo ojos no vemos y
teniendo oídos no escuchamos; por eso son tan útiles estas herramientas gráficas
que activan nuestras inteligencias, y que nos ayudan a ser entendidos o versados
en las cosas del Señor; en este orden de ideas se presentan dos círculos: el Círculo de Conversión y el Círculo virtuoso de Arrepentimiento.
Todos los pueblos y sociedades
entienden que “amar” es un hábito espiritual necesario para crecer, progresar o
sanar, en todos los aspectos de la vida, sin embargo, muchos de ellos no conocen
el verdadero amor, ni la conversión genuina, piensan que convertirse a Dios es
entrar en un sistema religioso o sectario dónde se imponen reglas, normas o
restricciones que los mismos líderes no son capaces de cumplir.
Por ahora, centrémonos
en la idea de que para amar y convertirse hay que ser proactivos, es decir hay que
hacer que suceda; el Señor Jesucristo dijo en Mateo 22:37: “…Amarás al Señor tu
Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente” y en el verso
39 completo diciendo: “…Amarás a tu prójimo como a ti mismo”, nótese que el verbo
amar está en futuro, esto denota qué, nosotros debemos hacer que esto ocurra entrando
en obediencia, no por imposición sino por revelación; cuando amamos es necesario
hacer ciertos sacrificios, soportando muchas veces el desprecio de quienes
amamos, cuidando de no hacer nada indebido, ni por jactancia ni mucho menos por
injusticia, humillándonos ante el Señor y muchas veces ante los hombres.
El temor de Dios trae
consigo conversión, y si viene acompañado de arrepentimiento, sacrificio o dolor su efecto en nosotros
es de mayor gloria, porque el amor de Dios prevalece por encima de los deseos
de mi alma, es decir qué, entre más difícil es de hacer, trae consigo mayor
bendición y libertad en Cristo, por ejemplo, Pablo llegó a decir que todo lo
daba por basura o estiércol, por obtener la excelencia del conocimiento de Cristo, eso es conversión, “Y
ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del
conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y
lo tengo por basura, para ganar a Cristo”; ¿A quien no le daría dolor perder todo lo que ha
logrado hasta ahora?, la mayoría dirá: esto es de locos o es fanatismo, pues
solo el que se ha convertido verdaderamente al Señor lo puede entender, si le
cuesta es porque necesita trabajar más en la conversión.
Tomemos un ejemplo, si
yo fuese rico y diera de mi plata a los pobres, a las fundaciones de caridad o
una iglesia cristiana sin la revelación del amor en nada aprovecha, seguramente
lo hago porque me sobra o por la carga de conciencia por mi pecado, al hacerlo creo que me “libero” pero lo que hago es ser más esclavo;
le va a parecer extraño lo que les voy a decir, pero, es preferible que se
reserve su dinero, ya que, primeramente, Dios no necesita de nuestra plata ni
dinero, eso lo obligan algunos lobos vestidos de ovejas que andan por allí para
llenar sus bolsillos engañando a muchos, apóstatas de la fe, y en segundo lugar
sin la revelación del amor de nada sirve. 1 Corintios 13:3 “Y si repartiese
todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para
ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve”; primero conviértase a Cristo
en espíritu y verdad y después entenderá porque debe cumplir este mandato de
Dios.
El sacrificio debe ir
acompañado de revelación para que haya conversión, ya que si no nos duele y no
hay temor de Dios nunca habrá arrepentimiento y cambios significativos en nuestra vida, hacer solamente
el sacrificio no me hace mejor persona ni mejor hijo; hay cosas que deben
doler en el alma para que se produzca transformación en el espíritu, limpieza, purificación
y sanidad, por lo general que no cueste desprendernos de ellas, dar de lo que me sobra
no tiene ninguna virtud sin un corazón limpio y puro, hay un ejemplo muy famoso
que Jesús tomó cuando enseñaba sobre la ofrenda y el diezmo en el templo a sus
discípulos, Lucas 21:3-4 “Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Les aseguro que
esta viuda pobre dio más que todos los ricos. Porque todos ellos dieron de lo
que les sobraba; pero ella, que es tan pobre, dio todo lo que tenía para vivir”;
tomando esta referencia: no se ama más a Dios por la cantidad de plata que se
dé, sino por el amor y la actitud de corazón con que se está dando y también por
la actitud con que se recibe, allí hay conversión, donde está el verdadero tesoro,
la pobre viuda, que seguramente no tenía ni para su sustento, amaba demasiado a
Dios, se le había revelado el amor de 1 Corintios 13, conocía de dónde provenía
su sustento, quien la guardaba y protegía, no estaba aferrada a lo material ni
al dinero, sino que estaba sujeta al Espíritu Santo, convertida a Cristo; su
amor la llevaba a obedecer ciegamente porque conocía cual era un mandato santo
del Dios, pero debía entregarlo con sazón, con la sal del Espíritu, y por eso el
Señor nunca la abandonó, aunque seguramente pudo estar pasando por duros tiempos
de precariedad, pero no le importó, así es cuando el sacrificio es limpio y puro,
ya que nuestra confianza no se centraba en el faltante o en el dolor sino en el
Señor, lo demás llegará por añadidura, esa es la fe del Cristiano.
Para estudiar el amor
de Cristo, hay que discernir en el Espíritu su sacrificio, entender su amor, y aun
estudiar también la conversión de aquellos quienes se sacrificaron para que otros
creyesen y buscasen al Señor, quienes, seguro estoy, que ya tienen su
recompensa en los cielos, por ejemplo Esteban tuvo que morir apedreado para que
Saulo de Tarso (Pablo) observará como un varón de Dios podía perder la vida sólo
por el amor al Señor, quizás perdió su vida terrenal pero no perdió la fe ni la
vida eterna, fue salvo por la gracia del Señor; testimonios como estos hacen que
otros después decidan convertirse realmente a Cristo, levantándose como hijos
proactivos, que son capaces de amar, dar y entregar sin esperar nada a cambio, en
especial por aquellas personas que los han maltratado, apedreado, repudiado, hasta
ser crucificado como lo hicieron con Jesús, que fue como oveja al matadero sin
abrir su boca, en las manos de sus enemigos fue a muerte de cruz, y por irónico
que suene, por el pueblo escogido por Dios; así que no le extrañe que en estos
tiempos hayan “hijos” que hagan atrocidades dentro de las iglesias, es
necesario que esto ocurra, pero eso hay que discernirlo en el Espíritu.
Este tipo de amor,
como el de los mártires de la iglesia primitiva, no se consigue en este mundo sino
en la presencia de Dios, a través de la conversión. Para convertirnos debe
haber una decisión firme de hacerlo, porque muchos tratan de convertirse, pero
desisten en el camino, porque la prueba es dura y por lo general son débiles en
la fe, aunque no lo quieran reconocer.
Al aplicarlo a su
vida, si los resultados son efectivos, sabrá que va por buen camino, y se verá reflejado
en su testimonio, buscando agradar al Señor en santidad, haciéndolo un estilo
de vida; es importante que lo haga de corazón, sin hipocresía ni chantajes, sin
perseguir ningún fin oscuro porque no habrá repuesta efectiva. La importancia
que tiene este círculo es diagnosticar el escenario espiritual en que se
encuentra, tomando conciencia de que debe mejorar para crecer, a través de su
acción, del arrepentimiento, la oración y el ayuno; para atender las
debilidades de su ser, que es la clave o la llave para abrir la puerta del
cambio, e irse perfeccionando a través de un plan personal de conversión, considerando
todo lo que se hizo o está haciendo para bien o para mal, sin obviar ninguna área
de su vida.
Si se logra la
intervención de su ser con la ayuda del Espíritu Santo y esta herramienta, podrá
fortalecer aquellas áreas donde requiera esfuerzo, valentía y mayor atención,
siempre considerando el temor santo y la firme decisión de obedecerle, para apuntalarlas
sobre la roca, que es Cristo, y alcanzar la estatura del varón perfecto.
El Círculo de Conversión estará conformado
inicialmente por tres circunferencias concéntricas que componen los círculos de
Decisión, Oración y Ayuno, como se muestra en la figura anterior; el hecho de
que sean concéntricas tienen un sentido espiritual que describiremos
progresivamente; asimismo, dentro de cada circulo se manifiestan ciertas
características de conversión que serán descrita en la próxima entrega y que están
dispuestas de tal forma que se creará un circulo virtuoso interno que le dará
fortaleza al Círculo de Conversión.
¡Ojo!, quizás podríamos
descubrir, más adelante, que hay más círculos que anexar al Círculo de Conversión, no tengo la menor
duda, pero enfoquémonos por ahora en estos tres y abramos nuestro
entendimiento, pidamos al Espíritu Santo que tome nuestras mentes para comprender
su simplicidad, y luego de madurar la idea, trataremos de entender y extender su
complejidad, a medida que sea revelado por el Señor, escudriñando las santas escrituras
para obtener la orientación correcta.
[1]
Enciclopedia Económica. (2017). Proceso administrativo. Etapas del Proceso
administrativo. Disponible en: https://enciclopediaeconomica.com/proceso-administrativo/
[2]
Manzanilla, H. (s.f.). Las 4 etapas del Círculo Virtuoso del Éxito (y del
Círculo Vicioso del Fracaso) Disponible en: https://www.liderazgohoy.com/4-etapas-circulo-virtuoso-exito-vicioso-fracaso/
[3]
Bernal, J. (2013). Ciclo PDCA (Planificar, Hacer, Verificar y Actuar): El
círculo de Deming de mejora continua. Disponible en: https://www.pdcahome.com/5202/ciclo-pdca/