martes, 6 de diciembre de 2022

EL JÁNUCA ETERNO

 


La Fiesta de la Dedicación o Fiesta de las Luces fue establecida por el pueblo judío como una conmemoración de la purificación y dedicación del Templo en Jerusalén; También es una festividad para celebrar la victoria que Dios da a su pueblo. Aunque no es obligatoria, el Señor Jesucristo la celebró con un propósito: fue al Templo de Jerusalén a llevar palabra de exhortación, victoria, salvación y vida eterna.

Juan 10:22-26 “Celebrábase en Jerusalén la fiesta de la dedicación. Era invierno, y Jesús andaba en el templo por el pórtico de Salomón. Y le rodearon los judíos y le dijeron: ¿Hasta cuándo nos turbarás el alma? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente. Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí; pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho”. 

Hay muchos creyentes que les perturba la palabra de Dios, porque es el testimonio vivo de que Cristo vive, pero cómo su fe es defectuosa andan entre la profanación y la salvación.

La palabra de salvación y vida eterna se cumplió cuando Cristo subió a la cruz para perdón de nuestros pecados, y fue con su sangre que se lavó y purificó al pueblo de Dios por sus transgresiones, se convirtió en nuestro JÁNUCA ETERNO, y estableció su Reino en la tierra; por lo tanto Jánuca ya no es un milagro de ocho días sino para siempre; es recodar que existe la manifestación gloriosa de Dios en nuestras vidas cuando luchamos, nos purificamos, nos ungimos del aceite, del poder de su fuego y la luz de Cristo para obtener la victoria.

Por eso la Menorá (Janukía) debería estar presente en nuestra iglesia todo el año, para recordamos que debemos luchar todos los días, con la ayuda de Dios, para vencer esos gigantes que enfrentamos a cada momento: la carne, mundo y el mal que nos hacen desviar del propósito de Dios.

De nada vale si conmemoramos ese hecho y realmente no existe un Jánuca a cada instante de nuestras vidas; seríamos unos simples religiosos como aquellos que celebran las fiestas decembrinas recordando solamente el nacimiento de Jesús pero no le siguen ni practican sus enseñanzas, no hay conversión; es necesario que para que haya Jánuca debe existir la victoria sobre el pecado y la restauración del templo personal de cada hijo de Dios.

ELEMENTOS QUE PRECEDIERON AL JÁNUCA ETERNO

1.    EL PRIMER TEMPLO CONSTRUCCIÓN Y DESTRUCCIÓN: Este fue dedicado al Señor y fue construido por el rey Salomón, durante 966 – 959 a.C. Sin embargo este Templo fue destruido por los babilonios en 586 a.C. por causa de la idolatría y la impiedad del pueblo de Dios, quienes se alejaron de su presencia, la oración fue débil, desapareció el gozo, la luz de Cristo, producto de las distracciones, desobediencia y rebeldía, dejándose esclavizar por el pecado; fue durante el reinado de Nabucodonosor, cuando se capturó a los judíos y fueron llevados a Babilonia como exiliados, así lo había profetizado Jeremías.

Jeremías 25:10-12 “Y haré que desaparezca de entre ellos la voz de gozo y la voz de alegría, la voz de desposado y la voz de desposada, ruido de molino y luz de lámpara. Toda esta tierra será puesta en ruinas y en espanto; y servirán estas naciones al rey de Babilonia setenta años. Y cuando sean cumplidos los setenta años, castigaré al rey de Babilonia y a aquella nación por su maldad, ha dicho Jehová, y a la tierra de los caldeos; y la convertiré en desiertos para siempre.”

2. LA MISERICORDIA DE DIOS Y LA CONSTRUCCIÓN DEL SEGUNDO TEMPLO: 70 años después los babilonios fueron conquistados por el imperio persa; Así lo profetizó Isaías (765-695 a. C.) al pueblo siglo y medio antes, por palabras del Señor, y enfatizó que Dios a través del rey, Ciro el Grande, permitiría el regreso de los judíos de su cautiverio y la construcción del Segundo Templo entre 537 – 515 a.C.

Isaías 44:26–28 “Yo, el que despierta la palabra de su siervo, y cumple el consejo de sus mensajeros; que dice a Jerusalén: Serás habitada; y a las ciudades de Judá: Reconstruidas serán, y sus ruinas reedificaré; que dice a las profundidades: Secaos, y tus ríos haré secar; que dice de Ciro: Es mi pastor, y cumplirá todo lo que yo quiero, al decir a Jerusalén: Serás edificada; y al templo: Serás fundado.”

3.    LA PROFANACIÓN DEL TEMPLO: Luego de la invasión griega (335 a.C.), cuando Antíoco IV subió al poder, se propuso imponer la cultura Helénica y estableciendo culto a los dioses griegos. Para ello, eliminó los sacrificios diarios en el Templo (según el libro de Levíticos); por lo tanto profanó el Templo erigiendo una estatua de Zeus, e hizo sacrificios de cerdos a este dios griego en el altar siendo la abominación desoladora que profetizó Daniel 11:31 “Sus tropas se dedicarán a profanar el santuario y la fortaleza, y suspenderán el sacrificio continuo y en su lugar pondrán la abominación desoladora”.

4. LA RESTAURACIÓN DEL TEMPLO: Jánuca, en hebreo חֲנֻכָּה, significa dedicación a Dios, se celebra el milagro dónde permaneció 8 días encendido el Menorá en el Templo con el aceite de un solo día. Es importante resaltar que el pueblo Judío luchó y derrotó con la ayuda de Dios al ejército greco-sirio, el más poderoso de ese tiempo, entonces recaptura y re-dedica el Templo; seguidamente encendieron la Menorá, o la lámpara del Templo (Janukía), siendo Cristo la luz de Dios. Pero solo había aceite para 1 día, y este duró 8 días, tiempo suficiente para que nuevo aceite fuera producido por los sacerdotes, evitando que la luz se extinguiera; cada vez que se va al Templo de Dios a buscar su presencia, nos recargamos del aceite de Dios que mantiene encendida la Luz, es decir, de Cristo.

Por eso Janucá es también llamada la Fiesta de las Luces y si el aceite se recarga cada 8 días de domingo a domingo a través de la palabra recibida a nuestros pastores, usted podrá mantener su templo personal iluminado, de acá la importancia de no dejar de congregarse. Pero, ¿Hasta cuándo hay que congregarse? Hasta el regreso de Jesucristo nuestro Señor, el JÁNUCA ETERNO.  Juan 8:12 “Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”.

¿POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE EL ACEITE?

Moisés vio la luz en la zarza ardiente, que no consumía, pudo mirar a Cristo y hablar con el Dios todopoderoso, y la zarza nunca se consumió gracias a la unción del aceite del Espíritu, que estaba presente. Pero fue necesario que este siervo se despojara de su calzado terrenal, ¿Cuántos estamos dispuestos a despojarnos del calzado mundano, de las vestimentas de impiedad, del pecado de muerte? Éxodo 3:2-3 “Y se le apareció el Ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía. Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta grande visión, por qué causa la zarza no se quema”; preguntémonos ¿Por qué la zarza no se consumía? Porque estaba ungida con el aceite del Espíritu de Dios.

Es importante recordar que Cristo es la luz de nuestras vidas, y su palabra es la lámpara, la Janukía personal, sembrada en nuestros corazones, por eso la escritura dice que es lámpara para mis pies, sin embargo, para que esta permanezca encendida y no se consuma, es necesario que haya presencia del Espíritu de Dios, es decir, el aceite que fue depositado por Cristo en nosotros, el cual debemos preservar. Juan 15:26 “Pero cuando venga el Consolador {el aceite}, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí”; Efesios 4:30-31 “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia”.

A través de la unción del Espíritu, se me da poder para vencer el pecado, enderezar mi camino, corregir mi conducta, sanar mi vida espiritual de forma integral, restaurar mi templo y glorificar el nombre del Señor.

Muchos hijos de Dios, piden en sus oraciones al Padre, que mande de su fuego consumidor sin saber que están pidiendo: Isaías 33:14 “Los pecadores se asombraron en Sion, espanto sobrecogió a los hipócritas. ¿Quién de nosotros morará con el fuego consumidor? ¿Quién de nosotros habitará con las llamas eternas?”, si usted está pidiendo que mande de su fuego consumidor, debe estar seguro que no ha contristado al Espíritu, y no anda en pecado insensatamente, porque llegará el momento cuando el Señor se presentará y si tenemos nuestras vasijas vacías de aceite, se nos cerrará la puerta en nuestra cara, como le pasó a las vírgenes insensatas.

Es preferible despojarnos de nuestro calzado y vestimenta de impiedad, ungirnos del aceite y revestirnos del Espíritu de Dios, para convertir el viejo hombre y permanecer en la presencia de la luz, de Cristo, y ser nueva criatura, sin arrugas, pura y sin mancha, el hijo de quien el Padre tiene complacencia, aquel que vence el pecado.

REFLEXIÓN FINAL

A las vírgenes insensatas se les dio el aceite del Espíritu como a todas las demás, pero ellas no lo aprovecharon y espiritualmente permaneciendo en ruinas y pecado, por eso quedaron fuera del Reino. 

No todos entraran al Reino de los cielos dicen las escrituras, aunque se les haya concedido el derecho de entrar; sólo los que luchen y venzan al pecado, mantengan encendida la luz y recargan el aceite cada 8 días, sacando toda piedra de impiedad que les impida convertirse en hijos santos, templos donde se queme incienso de olor fragante para el Señor; ¡Estos serán dignos de heredar la gloria de Dios!.  

El Jesucristo encendió nuestro Janukía el día que lo recibimos como Dios, Señor y Salvador. Queda de parte de nosotros preservar el aceite, en santidad, levantarnos y empezar a caminar su palabra y glorificar su Santo Nombre, así por revelación celebraremos el JÁNUCA ETERNO.

Isaías 60:1 “¡Levántate y resplandece, que tu luz ha llegado! ¡La gloria del Señor brilla sobre ti!”.

¡Feliz Jánuca!

viernes, 11 de noviembre de 2022

¿A QUIÉN ESTAMOS IMITANDO?

 

Hebreos 13:7 “Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe”.

El hombre es un ser de costumbres y hábitos; y aprende a imitar ciertos patrones de conducta rápidamente, sobre todo cuando siente motivación de hacerlo. Según la RAE imitar es copiar (duplicar, piratear), reproducir (heredar un legado), emular (mejorar, codiciar), repetir (practicar, renovar), plagiar (robar, ambicionar), falsificar (apostasía, adulterar, corromper, desnaturalizar). 

En tiempos antiguos vivió un profeta llamado Elías, el cuál marco con su vida y testimonio a su discípulo llamado Eliseo, tanto así que en su corazón albergaba el deseo de imitar, reproducir todo lo que su predecesor hacía, porque lo consideraba un hombre santo, usado por Dios con mucho poder: 2 Reyes 2:4 “Y Elías le volvió a decir: Eliseo, quédate aquí ahora, porque Jehová me ha enviado a Jericó. Y él dijo: Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré. Vinieron, pues, a Jericó”. Cuando llegó el tiempo de partir Elías a la presencia del Señor, este le dijo a Eliseo: 2 Reyes 2:9 “Pide lo que quieras que haga por ti, antes que yo sea quitado de ti”, quien respondió: “Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí”; él podía percibir en espíritu que todo lo que Elías hizo era gracias al poder del Espíritu Santo, que vivía dentro de él, por lo tanto deseaba emularlo para glorificar a Dios.

Por otro lado, el caso más antiguo que se referencia en la biblia de querer hacer una imitación chimba, fue la de Eva, que quiso imitar a Dios, pero siendo desobediente, ambicionando, codiciando su autoridad, sabiduría y poder, cayendo en pecado; no obstante, Adán no se quedó atrás, sino que imitó la conducta de Eva inmediatamente, aunque pudo decir que no, y lo demás es historia: Génesis 3:4-6 “Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella”.

Así mismo, existen hábitos, como los alimenticios que han sido imitados con propósitos desconocidos, estos nada tienen que ver con el tipo de comida, la nacionalidad o el lugar, sino con el horario, el cómo comen y qué cantidad, los que pueden afectar física, mental, emocional y espiritualmente a una persona de manera considerable; inclusive nos llevan a desequilibrarnos porque después sus consecuencias generan obesidad, presión alta, baja autoestima, etc. También puede ocurrir que afanados con  el trabajo, la situación o una enfermedad que se tenga el hábito de dejar de comer o producir afecciones psicológicas, que dañan aún más el organismo. Mateo 6:31-32 “No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas”.

Asimismo, existen costumbres culturales que imitamos, por ejemplo los bailes, la religión, las ideologías políticas, etc., así como, la forma de vestirnos, de saludar o de amar, entre otras tantas cosas, que nos conectan e identifican como personas o con un grupo social en específico, que se convierten en una fuerza porque determinan una forma de pensar, actuar y creer. Para ejemplo tomemos un botón, hay quienes tienen el hábito de mal hablar del prójimo, de quejarse por todo, de hacer lo contrario a lo que le dicen, de contar sus intimidades, etc. haciéndolo costumbre pero esto no edifica en nada su vida, justificando su conducta diciendo que “yo soy así”, “El que me quiera me acepta como soy”, “Yo soy sincero” y “No tengo nada que ocultar”, olvidándose de la prudencia y el decoro; actitudes que se aprendieron o asumieron por imitación.

Por eso el grado de influencia que un padre, un líder, un pastor o un hijo de Dios pueda tener sobre su hijo, amigo o persona puede marcarlos para siempre, la mayoría de las veces, depende de su testimonio si son piedra de tropiezo o no, por ende es necesario cuidar nuestro testimonio, ya que la imitación es la clave para el futuro desarrollo espiritual de un hijo de Dios o de una persona que esté en el mundo, Mateo 7:12 “Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas”. Pregúntese: 

¿Qué testimonio estoy dando a mis hijos, hermanos, familia, amigos, vecinos, discípulos, etc.? 

Es bueno, es malo, es regular. 

¿A quién estamos imitando? 

¡Sincérese! Es tiempo de abrir su corazón.

FACTORES QUE INFLUYEN PARA IMITAR A CRISTO

El nivel de imitación va a depender de factores internos y externos; entre los internos se encuentran los espirituales, psicológicos, emocionales o físicos, y los externos, el entorno, la palabra que recibe, el testimonio que den los hijos de Dios, etc. Todos son determinantes para estimular, disponer y predisponer a tomar una decisión definitiva; de si “lo tomo o lo dejo”, lo “imito o desecho” porque dependiendo de lo que haya en nuestros corazones se definirá lo que somos o no somos en Cristo. Otra vez, pregúntese en lo más profundo: 

¿Qué hay en su corazón en estos momentos? 

¿A qué le está dedicando mayor cantidad de tiempo? 

¿Sigue fielmente las enseñanzas de Cristo?

Existen hábitos y costumbres adquiridos que por imitación nos alejan de Dios, así que es primordial que no deje de congregarse, asista o incorpórese a capacitación, dejarse discipular, pida cita hoy mismo y deje de estar procrastinando, ore y busque presencia de Dios, aprenda a humillarse ante el Señor y clame genuinamente, para crecer en espíritu y verdad. Hebreos 10:24-25 “Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca”.

IMITAR ES HACER LA VOLUNTAD DEL PADRE

Nosotros como padres para hacernos obedecer y romper con los malos patrones de nuestros hijos, adquiridos en las redes sociales, en la escuela, en la calle, en los deportes, etc., recurrimos a diversas formas de actual tales como: la disciplina, el regaño, el castigo, trabajo extra, retirada temporal de afecto, mediante la consejería, entre otras formas para corregirlos y enrumbarlos, sin embargo, no damos el ejemplo, como nos cuesta cumplir la voluntad del Padre, hacer lo que nos ha dicho en su palabra; es por ello que hacernos obedecer a juro no es garantía de que nuestros hijos vayan a cambiar; necesita temor, revelación, sabiduría, disposición y entendimiento. Lucas 6:46 “¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?”; Salmo 111:10 “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos; Su loor permanece para siempre”.

Por otro lado, ¿Qué pasa cuando ya somos adultos y nuestro carácter espiritual esta deformado?, nada podemos hacer por el pecado, pues, quien convence de pecado, juicio y justicia es el Espíritu Santo; cualquier cosa que hagamos para que imitar a Cristo en la carne es trabajo en vano, por eso haga la oración de fe con sinceridad y sométase al Señor, déjese utilizar como instrumento santo, dando buen testimonio, para que las naciones reciban a Jesucristo y se sometan a Él. Filipenses 4:9 “Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros”; Juan 16:7-8 “Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; más si me fuere, os lo enviaré. Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio”.

IMITAR NO ES RELIGIOSIDAD

Hay quienes piensan que porque son de una tendencia doctrinaria, escuchan la palabra, tiene la “cobertura” de un apóstol, dan grandes ofrendas o diezman fielmente, sirven en la iglesia, se encuentran en una iglesia donde se congregan miles de personas, hacen milagros, etc., tienen la luz del Señor con ellos, pues, déjeme decirles que eso también lo hacen los religiosos, y muchos hijos de Dios hallamos tropiezo en la palabra, porque no existe integridad para seguir a Cristo, entre más humilde de corazón es el creyente más fiel y obediente es al Señor. Salmo 16:3 “Para los santos que están en la tierra, Y para los íntegros, es toda mi complacencia”; Lucas 3:8 “Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no comencéis a decir dentro de vosotros mismos: Tenemos a Abraham por padre; porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras”; Mateo 11:4-6 “Respondiendo Jesús, les dijo: Id, y haced saber a Juan las cosas que oís y veis. Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio; y bienaventurado es el que no halle tropiezo en mí”.

REFLEXIÓN

Si nuestro Señor nos creó a su imagen y Semejanza para parecernos a Él, es hora de imitar a Jesucristo, seamos semejantes en amor, obediencia y santidad, sin apariencias ni hipocresía para recibir de su gloria, no olvidemos que los tiempos se achican, está pronto su venida y se acaba el tiempo de gracia. Génesis 1:26-28a “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios,…”; Colosenses 3:23-24 “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís”.

Alabemos al Señor porque somos su creación perfecta, y Él no se ha equivocado. Hagamos honor a su nombre con nuestro testimonio, recibamos su bendición y pongamos en práctica sus enseñanzas. Salmo 139:13-14 “Tú creaste mis entrañas; me formaste en el vientre de mi madre. ¡Te alabo porque soy una creación admirable! ¡Tus obras son maravillosas, y esto lo sé muy bien!”; Efesios 2:10 “Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica”.

lunes, 3 de octubre de 2022

ESTOY SEGURO…

 



Escudriñando la palabra de Dios, nos encontramos dentro de los libros del pentateuco a Levítico, capítulo 25:18-19, donde se encuentra un hermoso pasaje que dice textualmente así: “Ejecutad, pues, mis estatutos y guardad mis ordenanzas, y ponedlos por obra, y habitaréis en la tierra seguros; y la tierra dará su fruto, y comeréis hasta saciaros, y habitaréis en ella con seguridad”; el Señor nos ordena imperativamente a ejecutar, guardar o hacer sus mandamientos, estatutos u ordenanzas, es decir, que nos activemos espiritualmente, y que no dejemos para otro día lo que nos corresponde hacer como hijos de Dios, para habitar, morar o vivir seguros, sin peligro ni riesgo. Entonces, continua diciendo, la tierra, llámese tierra a nuestra vida terrenal porque fuimos hechos del barro, dará frutos saciándonos y trayendo seguridad en todos los sentidos.

La seguridad está asociada a la sensación que posee una persona de tener total confianza en algo o alguien, donde se encuentra un estado de relajación tal, que se siente aparentemente seguro, confiado, libre de actuar, ya que no existe una evidente dificultad o amenaza; sin embargo, esta seguridad no necesariamente proviene del Señor, pues puede originarse en nuestra capacidad humana y es tan inestable como estar sentado en una cuerda en la cima de un rascacielos, donde cualquier descuido o torpeza puede originar que caigamos al vacío del dolor y la incertidumbre.

La seguridad de un cristiano, en teoría, debiese ser totalmente en nuestro Dios, debiendo poner toda su confianza en Él, pero la realidad es otra, la mayoría prefieren actuar en sus fuerzas, sin esperar la respuesta del Padre, porque su seguridad no es tal y como la profesamos. Por ejemplo, nosotros como padres tenemos total confianza en nuestros hijos, porque los conocemos desde pequeños y los hemos puesto a prueba en muchas circunstancias, responsabilidades, etc., aumentando la confianza, llegando un momento que podemos decir: “Tengo total confianza en mis hijos”; así mismo, hace el Señor con sus hijos, es decir, con nosotros, nos va poniendo a prueba nuestra fe para apreciar de que madera estamos hechos. Sin embargo, la seguridad de nuestros hijos no es 100% garantía de que ellos estén cumpliendo con la crianza y los mandatos de los padres, aunque hayan recibido la disciplina, una buena educación o crianza. Pero, ¿Por qué no estamos 100% seguros?, Porque conocemos el corazón del hombre, pues la biblia lo define como engañoso y perverso, y no solamente eso sino qué, nosotros tampoco cumplimos con nuestros padres.

Cuantas veces nuestros padres nos dijeron, has esto o aquello y nosotros ignoramos esa advertencia o instrucción; pero a pesar de esto, ellos no perdieron su confianza en nosotros, ¿por qué? porque ellos tenían la seguridad de que Dios nos iba a cuidar y proteger, aunque no estuviesen tan seguros de nosotros.

Cómo hijos de Dios, todos estamos seguros de quien es Dios y hasta donde llega su capacidad de amar y perdonar nuestras transgresiones, porque Él lo demostró enviando a su hijo Jesucristo a morir en la cruz por causa de la factura impagable del pecado, es decir, que para saldar la deuda se debía morir y el Señor lo hizo por nosotros. Y si le preguntáramos a cada uno ¿Usted está seguro de que Dios es su Padre?, la mayoría claramente respondería que “Sí”.

Pero, si cambiamos la pregunta diciendo: ¿Usted está seguro de que es un Hijo de Dios?, muchos responderían tímidamente que “Sí”; imaginemos que estamos frente al espejo del Espíritu Santo; que reflejo ve, observa a Cristo; quizás los honestos dirían “No”, pero los peores dirían “No estoy seguro” o “No responderían”, pues lo que denota que hay algo que no está funcionando como debería ser. Entonces es bueno detenernos, hacer un stop en nuestras vidas, es hora de revisarnos, reflexionar, evaluar que estamos haciendo con nuestro Señor.

Entonces, para responder está interrogante si ¿Soy o no soy hijo de Dios? Pasémonos por el tamiz de la palabra, para sacar y poner en evidencia las impurezas e impiedad que poseemos, los pecados que no nos dejan avanzar en la meta preciosa para lo cual fuimos creados:

USTED ESTÁ SEGURO DE QUÉ:

1. No ha sido piedra de tropiezo a más de un creyente. Mateo 18:6 "Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar".

2. La luz de Cristo brilla dentro de Usted. Lucas 11:35 “Mira pues, no suceda que la luz que en ti hay, sea tinieblas”; hay quienes poseen una luz artificial, que no es del Señor, proveniente de la religiosidad, de sus creencias o convicciones terrenales, entonces alimentamos falsas doctrinas llenas de ego y sabiduría terrenal, animal y diabólica, diciendo que tiene una luz interior, un aura que al final es tinieblas y cualquier cantidad de diabluras lejos de la verdad y la luz que debería brillar que es Cristo.

3. No quiere ser discipulado para no ser confrontado por el Espíritu Santo o la palabra, justificando su conducta y actitudes impías. Juan 3:20 “Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas”; muchas veces justificamos la falta de discipulado porque vemos al pastor cómo hombre y le señalamos todos sus defectos, pero se nos olvida que Dios utiliza a hombres imperfectos cómo instrumento para hacer su perfección, para que nadie se gloríe. Entonces no utilice esto como excusa, reconozca que no quiere ser confrontado bajo la luz de la palabra, sincérese y sea valiente.

4. Obedece y hace la voluntad del Padre. Mateo 7:21 “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos”.

5. Sus frutos son buenos, complacen al Padre y son el resultado del plan de Dios. Mateo 7:17-20 “Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis”.

6. El Espíritu de Dios mora en su vida y controla sus acciones. Romanos 8:9 “Más vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él”.

7. No vive claudicando, desertando poco a poco del reino, jugando doble papel, hoy con Dios y mañana con el Diablo. 1 Reyes 18:21 “Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra”.

8. Está caliente en el Señor, busca su presencia, lee su palabra, ora y se convierte todos los días. Apocalipsis 3:16 “Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca”.

9. Es digno, ya tomó su cruz y está siguiendo a Cristo. Mateo 10:37-39 “El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará”.

10. Tiene temor de Dios y no está menospreciando su gracia, su palabra y salvación, honrando al Padre con su testimonio. Malaquías 1:6 “El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi honra? y si soy señor, ¿dónde está mi temor? dice Jehová de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre?”.

Entonces, ¿Es o no es Hijo de Dios?

SI NO ESTÁ SEGURO DE SER UN HIJO DE DIOS, ES POR QUÉ TIENE…

1. Poca fe o una fe defectuosa. Lucas 17:6 “Entonces el Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecería”.

2. Duda de la salvación y la vida eterna, su seguridad es condicionada a las emociones (Alma) y no al Espíritu. Romanos 8:10 “Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, más el espíritu vive a causa de la justicia”.

3. Pecado y vergüenza de reconocerlo y confesarlo. Hebreos 10:26 “Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados”.

4. Que apartarse de sus malos caminos y convertirse de corazón. 2 Crónicas 7:14 “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra”.

REFLEXIÓN

La inseguridad viene producto de que no ha existido la convicción plena de que Cristo es el camino que debemos seguir, en el nombre del Señor usted diga: “He dado todo por basura a causa del Señor”, ya que el arrepentimiento y la conversión son características de un Hijo de Dios.

Todo es una decisión firme y radical, con fe, cómo la de Pablo, que hizo la diferencia, ya que después de haber perseguido, apedreado, crucificado, devorado y asesinado a más de un cristiano, se encontró con Cristo y se arrepintió, entonces decidió convertirse y buscarlo de corazón, obedeciendo y dejándose usar, extendiendo el reino de Dios en lugares donde la idolatría, la apostasía, el paganismo y la religiosidad eran un poder espiritual arraigado en los corazones de los hombres: Isaías 35:5 “Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán”.

Si usted no está seguro que está venciendo al diablo, el mundo y la carne, es porque no quiere renunciar al pecado, o es que la palabra no dice más puede el que está en mí o en ti, que el que está en el mundo: 1 Juan 4:4 “Hijitos, vosotros sois de Dios y los habéis vencido {El pecado, la duda, la enfermedad}, porque el que está en vosotros es mayor que el que está en el mundo”.

Pregúntese si está seguro que Cristo vive en usted y si no lo está después de leer esta palabra, vaya y haga la oración de fe nuevamente, busque su presencia, póstrese con un corazón contrito y humillado, ore, clame, arrepiéntase de verdad y póngase a cuenta con el Señor que él es fiel y justo para perdonarlo y permita ser restaurado y bendecido con el poder de su Espíritu. Amén.

martes, 16 de agosto de 2022

¿CUÁL ES TU PLAN?

 

Toda persona, cristiana o no, trata de dirigir sus acciones para satisfacer sus más lícitas necesidades, en busca de la autorrealización ya sea en los estudios o trabajo, el reconocimiento profesional, el amor, la aceptación, la pertenencia dentro de un grupo social, seguridad, protección, bienestar, comida, agua, refugio, ropa, entre otras cosas.

Cuando elaboramos un plan se consideran una serie de variables, en especial, tales necesidades, las cuales transformamos en objetivos para alcanzar; que muchas veces coinciden o no, con las expectativas de nuestro entorno, llámese padres, hermanos, pareja, hijos, amigos, vecinos, etc.; Sin embargo, se ha preguntado: ¿Si ese plan le conviene espiritualmente?; la palabra dice en 1 Corintios 10:23 “Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica”; cada cosa que introducimos en el plan me edifica como hijo de Dios, sino Marcos 8:36 dice: “Porque ¿Qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?”.

Cuando convertimos un plan en nuestro proyecto de vida, por lo general, existe un motivación extra, nos esforzamos y le dedicamos tanto tiempo que inclusive lo ponemos por encima de Dios, ocupando un espacio que no le corresponde, que es nuestro primer amor, es decir, se convierte en un diosecito, alejándonos de la presencia del Señor, olvidando su palabra y apartándonos de su lado. Lucas 12:18-21 “Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios”.

Es difícil encontrar una persona que, entre sus planes de vida terrenal, involucre al Señor, por lo general, lo excluimos o lo ignoramos, pero eso si, nunca falta quien le pida que lo ayude a cumplirlos o por el contrario le reclama porque no salió como él esperaba. Santiago 4:13-15 (DHH) “Ahora oigan esto, ustedes, los que dicen: «Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad, y allí pasaremos un año haciendo negocios y ganando dinero», ¡y ni siquiera saben lo que mañana será de su vida! Ustedes son como una neblina que aparece por un momento y en seguida desaparece. Lo que deben decir es: «Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello»”.

EL SECRETO DEL PLAN

Cuando revisamos los sinónimos de "Plan", encontramos que es un: Diseño, propósito, intención, idea, pensamiento, proyecto, objetivo, fin, designio, confabulación, táctica, maquinación o intriga, en otras palabras, es la idea concebida por nuestra alma, procesada anticipadamente en nuestro corazón, para dirigir, encauzar o maquinar una acción, definiendo nuestra forma de proceder. Dios diseño un Plan divino para cada uno de nosotros, y ese plan se cumple, de una forma u otra, pero cada uno de nosotros decide cómo lo hace, en obediencia o en rebeldía. Observemos el ejemplo de Jesús: Mateo 26:39 “Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú”.

Fijémonos ¿Cuál era el plan que quería el Alma (Carne) de Jesús?, ¿Y que hizo nuestro Señor?, pues la doblegó y la sometió a la voluntad del Padre. Entonces, reflexionando al respecto: ¿Cuál es tu plan o el mío? ¿Está alineado con el plan de Dios, cumple su voluntad, Si/No? ¿Mi plan aparta el pecado de mi vida, Si/No? ¿Glorifica al Padre. Si/No?; Juan 8:54 “Respondió Jesús: Si yo me glorifico a mí mismo, mi gloria nada es; mi Padre es el que me glorifica, el que vosotros decís que es vuestro Dios”. Por consiguiente, ¿Dónde está el secreto de mi plan, es decir, el punto clave?, Pues nada más y nada menos que en la obediencia del plan de Dios.

Si usted dice ser hijo de Dios y sus planes no han sido inspirados, consultados y guiados por el Espíritu Santo, ni glorifican al Padre, ni dan testimonio del Cristo vivo, usted está buscando lo que no se le ha perdido, “la calamidad o una potencial desgracia”. Es verdad que en el mundo tendremos aflicción, dice la palabra, pero una cosa es que la allá y otra que yo la busque; aún en la aflicción podemos recibir del amor, la paz, la gracia y misericordia de Dios si nos disponemos de corazón a cumplir su plan. Jeremías 29:11 (PDT) “Porque yo sé los planes que tengo para vosotros” -declara el Señor- “planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza”; Jeremías 29:11 (RV60) “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis”; así que, apéguese al plan de Dios, porque le conviene. Proverbios 19:21 (DHH) “El hombre hace muchos planes, pero sólo se realiza el propósito divino”.

Hay quienes piensan que Dios lo salvará aunque sea un vil pecador, porque es su plan, sino Cristo no hubiese ido a la cruz, pero se olvidan lo que dice la palabra en Hebreos 10:26 “Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados”.

Sepamos bien que su justicia se cumplirá, y si no nos convertimos, ni lavamos las vestiduras, ni cuidamos nuestra vida espiritual, por tener un corazón oscurecido, en el momento que nos toque dar cuentas, seremos reprobados. Mateo 7:21-23 “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad”.

¿CÓMO DEBE SER MI PLAN?

1.    En reverencia. Todo plan debe ser inspirado y mostrado al Señor en ferviente oración y ayuno, como acto reverente a su poder y gloria, para que con su favor seamos respaldados. Nehemías 1:10-11 “Ellos, pues, son tus siervos y tu pueblo, los cuales redimiste con tu gran poder, y con tu mano poderosa. Te ruego, oh Jehová, esté ahora atento tu oído a la oración de tu siervo, y a la oración de tus siervos, quienes desean reverenciar tu nombre”.

2.    Perfecto desde el inicio hasta el final, entrelazado a Cristo a través de la palabra y su santo Espíritu. Filipenses 1:6 “Por vuestra comunión en el evangelio, desde el primer día hasta ahora; estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”.

3.    Sin estorbo. Mi plan no puede ser un estorbo al Plan del Padre. Job 42:2 “Yo sé que tú puedes hacer todas las cosas, y que ningún propósito tuyo puede ser estorbado”.

4.    Justo, sin iniquidad, manipulación o interés oculto. Debe existir santidad y pureza en cada estrategia. Jeremías 22:13 (DHH) “¡Ay de ti, que a base de maldad e injusticias construyes tu palacio y tus altos edificios, que haces trabajar a los demás sin pagarles sus salarios!”.

5.    Válido. No se trata de mis pensamientos, mis habilidades o la ruta que yo haya trazado, porque sin Dios, mi plan carece de validez espiritual, es vano, vacío, superficial y sin profundidad en el Señor. Isaías 55:8 “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová”; Salmo 127:1a “Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican”.

6.    Bien preparado. Un plan que no esté fundamentado en la palabra es defectuoso por ende está destinado al fracaso. 2 Timoteo 3:16-17 “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”.

REFLEXIÓN

Al colocar nuestros planes en manos del Señor día a día, es garantía de que serán hechos, solo debemos ser limpios y rectos, llenos de buenas intenciones, porque Dios bendice y prospera la integridad del corazón. Job 8:5-7 “Si tú de mañana buscares a Dios, Y rogares al Todopoderoso; Si fueres limpio y recto, Ciertamente luego se despertará por ti, Y hará próspera la morada de tu justicia. Y aunque tu principio {tu plan} haya sido pequeño, Tu postrer estado será muy grande”; Proverbios 16:1-3 “Los planes son del hombre; la palabra final la tiene el Señor. Al hombre le parece bueno todo lo que hace, pero el Señor es quien juzga las intenciones. Pon tus actos en las manos del Señor y tus planes se realizarán”; Mateo 5:8 “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios”.

Dios tiene la última palabra para nuestros planes, habrá quienes puedan cumplirlos y otros no, sin embargo, confiemos que fue lo mejor, porque todas las cosas ayudan a bien para los que aman al Señor. Salmos 33:10 (TLA) “Dios no deja que las naciones lleven a cabo sus planes; Dios no deja que los pueblos realicen sus planes malvados”; Romanos 8:28 “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito {plan} son llamados”.

Dios bendiga tu plan, que la salvación y vida eterna dada por el Padre, sea de testimonio para otros, y sirva para dar gloria y honor a nuestro Señor Jesucristo, por quien hemos sido redimidos por amor y misericordia del Padre, diseñador del Universo. Amén...


martes, 26 de julio de 2022

LA EXCUSA PERFECTA

 


Antes de conocer al Señor, muchas personas están convencidas que la adversidad o situación que están viviendo es el peor castigo que le puede estar pasando a un ser humano en la tierra y que Dios se la mandó, sin reconocer que puede ser consecuencia de su pecado; y creen que esos tiempos de aflicción son muy difíciles de cambiar, por no decir imposible, tanto así que entran en un estado de desesperación, afán, tristeza, angustia incontrolable, sumergiéndose en un cuadro clínico de depresión, haciendo de cada cosa una queja, un drama o una novela. Romanos 6:23a “Porque la paga del pecado es muerte,…”.

Otros tantos por el contrario, conscientes de su situación pecadora, tratan de buscar un cambio de vida en su propia fuerza para agradar a Dios, pero se consiguen que a pesar del arduo y difícil esfuerzo no obtienen los efectos deseados, siendo en vano su faena, entonces empiezan a buscar la solución en psicólogos, terapeutas, amistades, astrólogos, brujos, la religión, videntes, etc. sólo por sobrevivir en la vida terrenal, olvidándose de la salvación y la vida eterna. Salmo 127:1 “Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican; Si Jehová no guardare la ciudad, En vano vela la guardia”.

Muchas veces, a sabiendas de nuestra fragilidad, aprendemos mecanismos defensivos que actúan como paños de agua tibia, y llegamos a exclamar: ¡Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer! A esto muchos científicos lo llaman la “Zona de Confort”, pero claramente se ve que es un “autoboicot” a nuestra vida espiritual, es decir un autogol, porque estamos colocando “LA EXCUSA PERFECTA” para eludir nuestras responsabilidades ante Dios y los hombres; justificando mi rebeldía, desobediencia, terquedad, soberbia, mentiras, mal testimonio, idolatría, malcriadez, ira, impiedad, critica, groserías, pleitos, juicios, odio, etc., siendo la mayoría de las veces piedra de tropiezo para muchos no creyentes y aún para hermanos en Cristo.

El verbo “Excusar” proviene del latín “EXCUSARE”; el prefijo “EX” entre tantas concepciones, significa “Hacia” o “Por fuera” es decir del “Exterior”; más “CUSARE”, que refiere a “Causa”, motivo u origen, de lo que se deriva que la causa proviene de afuera eludiendo la responsabilidad de quien la ocasiona. Si usted observa a un cristiano, echando la culpa a otros de sus acciones o justificando ciertas actitudes por causas de otros, ese es un Hijo Rebelde y Desobediente como lo fue Adán.

La primera excusa registrada en la palabra, la dijo Adán cuando desobedeció al Señor, y este le preguntó en Génesis 3:11-12 “… ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses? Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí”; se puede apreciar claramente que Adán creó “LA EXCUSA PERFECTA” para justificar su pecado, pues, argumentó su excusa con la mujer, y no solo eso; sino hasta con el mismísimo Dios, cuando insinuó que la mujer se le había dado “Él” como compañera.

¿CUÁL ES EL RESULTADO DE LAS EXCUSAS COMO LAS DE ADÁN?

La rebeldía manifiesta, cosa que no podrá ocultarse por mucho tiempo, porque tarde o temprano saldrá a la luz y por la cual tendremos que dar cuentas. Observemos cual fue la consecuencia de “La Excusa Perfecta de Adán”, nada más y nada menos, que maldición a la tierra, vergüenza, dolores, sufrimiento, trabajo, muerte y expulsión del huerto del Edén, hasta que nuestro Señor Jesucristo nos redimió con su sacrificio en la cruz.  Génesis 3:16-23  “A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti. Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás. Y llamó Adán el nombre de su mujer, Eva, por cuanto ella era madre de todos los vivientes. Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió. Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre. Y lo sacó Jehová del huerto del Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado”.

Nosotros como hijos de Dios, por no obedecer la palabra del Señor, el no ejercer la autoridad de Cristo y no controlar o someter la carne, el mundo y a satanás, nos exponemos a continuar con esta cadena de maldición, porque conociendo la verdad, nos llenamos de impiedad, oscuridad e iniquidad, trayendo vergüenza, dolor, sufrimiento, enfermedad y muerte a nuestras vidas, tanto así que podemos ser expulsados del reino por falta de conversión: Mateo 7:21-23 “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad”; Mateo 22:11-13 “Y entró el rey para ver a los convidados, y vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda. Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí, sin estar vestido de boda? Mas él enmudeció. Entonces el rey dijo a los que servían: Atadle de pies y manos, y echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes”.

ALGUNAS EXCUSAS PERFECTAS

1.   “Yo soy así, así nací, y el que me quiera me debe querer como soy”, cuando el Señor a través de Pablo enseña en Efesios 4:22-23 “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente”.

2. “Perdono, pero no olvido”, contrario a lo que decía Jesucristo en Mateo 6:14-15 “Si ustedes perdonan a los otros sus ofensas, también su Padre celestial los perdonará a ustedes. Pero si ustedes no perdonan a los otros sus ofensas, tampoco el Padre de ustedes les perdonará sus ofensas”; si Dios borro nuestros pecados con el derramamiento de la sangre de Jesús y nos perdonó, quienes somos nosotros para no perdonar, Isaías 43:25 “Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados”.

3. “Yo no sé evangelizar, no soy bueno en eso”, una excusa utilizada por muchos, cuando el Señor nos encomendó en Mateo 28:19 “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”.

4. “No tengo tiempo para orar”, pero si tengo tiempo para otras cosas, entonces busque el tiempo como lo hacía David, Salmo 63:1 “Dios, Dios mío eres tú; De madrugada te buscaré…”; no dejemos de orar porque es la forma de mantenernos en sintonía con el Señor, 1 Tesalonicenses 5:17 “Orad sin cesar”.

5. “Así hablamos en mi casa, en Japón, Venezuela, Caracas, Maracaibo o Valencia”, hay quienes no quieren dejar las groserías, obscenidades, ofensas, vulgaridades, porque así hablan en su pueblo, pero Pablo, hombre de duro hablar, aprendió que Efesios 4:29 “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes”.

6. “Dios es bueno y me perdonará este pecadito, esta mentirita; robo por necesidad y Él lo sabe”, no se engañe, esto es un autogol, Hebreos 10:26 dice “Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados”.

7. “Pastor no fui el domingo a la iglesia porque tuve que trabajar, o decidimos ir a la playa a tomar un descanso”, otra excusa muy común, pero la palabra dice en Deuteronomio 5:12-14 “Guardarás el día de reposo para santificarlo, como Jehová tu Dios te ha mandado. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo a Jehová tu Dios…”.

8. “A mí nadie me manda, solo Diosito”, esta es la excusa perfecta, pero el mismo Dios le dice en Efesios5:21 “Someteos unos a otros en el temor de Dios”.

9.   “Soy Cristiano, pero hay cosas que no las hago porque el pastor no me cae bien”, no se trata de caer, sino de obedecer y el Señor lo confirma en Hebreos 13:17 “Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso”.

Hay muchas otras tantas cosas a lo cual nosotros como hijos de Dios, no queremos obedecer por rebeldía, y le ponemos excusas, pídale al Señor que le muestre y arrepiéntase, empiece el proceso de conversión para complacencia del Padre, si de verdad usted quiere ser llamado hijo de Dios. Salmo 16:3 “Para los santos que están en la tierra, Y para los íntegros, es toda mi complacencia”.

Si usted quiere dar una excusa, dé la excusa perfecta, diga: “Yo soy hijo de Dios, y por amor a Cristo, no puedo aceptar tal ofrecimiento, prefiero ganar en Cristo y recibir de su gracia, que perderme por las migajas que me ofrece el mundo”. Filipenses 1:21 “Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia”.

REFLEXIÓN

La palabra del Señor está dada al pueblo de Dios para guiarnos, meditar, reflexionar, pensar y repensar, hacerla y convertirnos. No permita que las limitaciones que le impiden ser obedientes y sujetos al Espíritu de Dios, sea una excusa, porque un día nos quedaremos sin ellas.

El llamado y la exhortación de hoy es al arrepentimiento y la conversión, que no sea de los dientes para afuera, sino de corazón, para que venga a nosotros tiempos de bendición y refrigerio, renunciemos a las excusas para que las adversidades dejen de ser afanes, y lo veamos como oportunidades para buscar y reencontrarnos con nuestro Señor en su santa presencia. Hechos 3:19 “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio”.

lunes, 20 de junio de 2022

¿EN POS DE QUIEN?

 


Por naturaleza humana, las personas tienen la tendencia a creer o tener esperanza en algo o alguien, entonces se puede observar quienes van en pos de ciertas cosas u objetos inanimados buscando algunos beneficios, tales como figuras, ídolos, pinturas, minerales, piedras, aguas termales, etc., así como en pos de corrientes, astrología, horóscopo, personas, animales, espíritus entre otras tantos.

Algunas personas que se hacen llamar cristianos, han caídos en estos caminos, tanto así que profesan su fe en Cristo pero sus acciones van por caminos torcidos en pos de otros dioses, entendiendo por “dioses” todo aquello en que se cree y se pone de primero en nuestras vidas por encima de Dios, por eso es que se puede decir que esa fe es “extraña” ya que dista mucho de lo que dice la palabra.

Hemos escuchado, expresiones como: ¡Yo creo en Dios, pero a mi manera!, lo que denota rebeldía; ¡Tú con tu fe y yo con la mía!, quiere decir que tiene problemas con la autoridad; ¡Yo tengo fe, pero ora por mí, porque a ti el Señor te escucha!, una fe tan débil que no cree que el Señor le escuche; ¡Lo mejor es ser buena persona, no importa la religión que tenga!, una corriente metafísica donde no hay distinción entre la razón humana y la fe; ¡Yo tengo fe en que Diosito me va a perdonar este pecado!, el sinvergüenza que piensa que ceder ante pecado es algo normal y le encasqueta el cliché de que “la carne es débil”, y Dios como es bueno y misericordioso, les va a perdonar cualquier pecado aunque lo realicen con premeditación y alevosía, solo porque no quieren arrepentirse de manera sincera. Pero la palabra es clara en Hebreos 10:26 “Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados”; de acá se entiende que si usted y yo pecáramos deliberadamente, yendo en pos de nuestros deseos, pues ya no hay más nada que hacer.

De qué me vale ir en pos de los deseos mundanos, las personas sabias, el trabajo duro, su fuerza humana, el dinero mal habido, el poder corrupto o un dios que no sea nuestro Señor Jesucristo, ¡En nada!, ¿Será que esa fe podrá salvarnos de la muerte?. La biblia dice en Santiago 2:14 “Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle?”. Gandhi decía “Si el dinero y el poder te hacen arrogante, la enfermedad y la muerte te mostrarán que no eres nada en la tierra”, a pesar de su sabiduría y las obras que hizo innegablemente en su paso por la vida terrenal, su fe no era en Cristo, el Señor, entonces ¿Podrá su fe salvarle?

Ahora bien, esto solo es el principio, escrito está que la fe en Cristo sin obras es muerta, es una fe defectuosa, sin accionamiento, que no sirve de nada, hay quienes dicen tener mucha fe, pero su testimonio de vida es terrible, tanto así que espanta a muchos creyentes, siendo piedras de tropiezo, entonces vemos cristianos viciosos (jugadores, apostadores, borrachos, fumadores), ladrones (de bienes, servicios, tiempo, paz, etc,), maldicientes, maltratadores con la palabra al prójimo, los cuales viven reclamando derechos y status por ser hijos de Dios, cuando el mismo Jesucristo dijo que el vino a servir y no hacer servido, y reafirma esta posición cuando nos ha dicho, ¡Bástate con mi gracia!; Santiago 2:17-20 “Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta?”; 2 Corintios 12:9 “…Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad…”.

¡¿QUÉ BUSCA EL SEÑOR DE NOSOTROS?!

El Señor busca que tú y yo como hijos suyos enderecemos nuestros pasos, transitemos por el camino de luz, que es Cristo, nos convirtamos y apartemos para Él, negándonos a nosotros mismos, muriendo a los deseos ilusorios de la carne y el mundo, a la complacencia de nuestra alma, y busquemos su santidad, haciendo obras dignas de arrepentimiento, a eso se llama “IR EN POS DE CRISTO”: Ezequiel 18:30 “Por tanto, yo os juzgaré a cada uno según sus caminos, oh casa de Israel, dice Jehová el Señor. Convertíos, y apartaos de todas vuestras transgresiones, y no os será la iniquidad causa de ruina”; Mateo 16:24 “Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame”.

Si no sembramos para el Reino de los cielos, estamos sembrado para otro reino, quienes quieran ir en pos de la carne, el mundo, sus pensamientos y hasta del mismo mal, no crea que va a salir ileso, no sueñe con recibir perdón, a menos que se arrepienta de verdad, perdone y pida perdón y se convierta, porque si no se está engañando a sí mismo.

Es como tratar de burlarse de Dios y su santidad, con el riesgo a ser desechados: Gálatas 6:7-8 “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna”; Santiago 2:26 “Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta”; Ezequiel 18:31-32 “Echad de vosotros todas vuestras transgresiones con que habéis pecado, y haceos un corazón nuevo y un espíritu nuevo. ¿Por qué moriréis, casa de Israel? Porque no quiero la muerte del que muere, dice Jehová el Señor; convertíos, pues, y viviréis”.

Por eso todo el que quiera salvar su vida en su propia fuerza, en la carne, está viviendo su Egipto, sirviendo al Faraón de su vida, al dios que ama que no es el Señor, y por ende la perderá; pero todo el que pierde su vida por causa de Cristo, la hallará. Mateo 16:26 “Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?”

¡CUIDADO CON LA DESOBEDIENCIA!

Seguramente muchos de los leen esta reflexión no les gustaría enfrentar la muerte terrenal, pregúntese: ¿Quién quiere morir en este momento?, pues ¡Nadie!, porque no conocen realmente del Señor y se aferran como garrapatas a este mundo caído, están tan afanados e inquietos a lo que han de venir, lo que han de comer, de los proyectos inconclusos, los sueños no cumplidos, etc., que viven como desesperados, apesadumbrados, amargados, abatidos, enfermos, contrariados, desolados, entristecidos, deprimidos, confundidos, con un vacío que nadie puede llenar, porque no han entendido que significa “Ir en pos de Dios”; una persona que va en pos del Señor, hay gozo en su corazón aunque las circunstancias sean adversas, aunque se esté cayendo el mundo, aunque las enfermedades proliferen o hayan guerras y terremotos por todo lados, porque tenemos puestos los ojos en Cristo, el autor y consumador de nuestra fe.

Hasta que este velo no se caiga nuestra actitud no cambiará, seguramente nuestra vida será trastocada una y otra vez, producto de nuestro pecado, cuando Cristo tome el mando de nuestra vida a través del poder de su Espíritu será el momento de transformación para bien, llegaran los tiempos de refrigerio. Ojala que nunca, el Padre de los cielos tenga que decir de nosotros que le pesa habernos hecho sus hijos, por ser desobedientes, como le pasó a Saúl, que después que el Señor permitió que fuese rey, lo lleno de gracia al hacerlo profeta de su pueblo y lo respaldo en sus batallas contra sus enemigos, le desobedeció, se apartó de su lado, no fue consecuente con el amor que Dios le dio, entonces al Señor le peso. 1 Samuel 15:11 “Me pesa haber puesto por rey a Saúl, porque se ha vuelto de en pos de mí, y no ha cumplido mis palabras. Y se apesadumbró Samuel, y clamó a Jehová toda aquella noche”.

REFLEXIÓN

Es hora de IR EN POS DEL SEÑOR, si usted está muy distraído con sus diosecitos, es tiempo de cambiar su rumbo, sin pensarlo dos veces, porque los tiempos se achican y las señales de los últimos tiempos ya se están dando. Mateo 4:18-20 “…Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. Y {Jesús} les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres. Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron”.

Si usted quiere ser digno, tome su cruz y siga al Señor, ya está bueno de estar divagando entre dos aguas, acuérdese que el Señor va a llegar sin avisar el día ni la hora. Mateo 10:38 “Y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí”.

Demos gracias al Señor que no ha cerrado la puerta, la ha mantenido abierta desde siempre para usted y para mí, porque su amor es tan grande que no quiere que ninguno de nosotros se pierda, y por tanto “VAYAMOS EN POS DEL SEÑOR”. Amén. Dios le bendiga!!!

miércoles, 18 de mayo de 2022

SORDERA SELECTIVA

 


Apocalipsis 2: 7 “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios”.

¿QUÉ ES LA HIPOACUSIA ESPIRITUAL?

Cuando existe algún tipo de dificultad, incapacidad total o parcial para escuchar, entender, obedecer y testificar la palabra de Dios, podemos decir que existe hipoacusia o sordera espiritual. Jeremías 5:21 “Oíd ahora esto, pueblo necio y sin corazón, que tiene ojos y no ve, que tiene oídos y no oye”.

Esta se hace selectiva cuando tomamos lo que nos conviene o interesa con un propósito oscuro alejado de la santidad de Dios, y esto se aprecia en las conversaciones diarias con nuestra pareja, hijos, vecinos, amigos y familiares, bloqueamos el mensaje que nos incomoda y solo tomamos aquel conforme a nuestro provecho, por eso la comunicación es nula; 2 Timoteo 4:3 “Porque vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oídos, acumularán para sí maestros conforme a sus propios deseos”. Asimismo, cuando tratamos de justificar nuestra alma pecadora a sabiendas que a Dios no le podemos engañar, entonces, nos atrincheramos en una religiosidad llena de creencias manipuladas y rituales que distan mucho de la palabra, endureciendo nuestra cerviz, sólo para evitar que el Espíritu de Dios asuma el control de nuestra vida; Jeremías 17:23 “Sin embargo, ellos no escucharon ni inclinaron sus oídos, sino que endurecieron su cerviz para no oír ni recibir corrección”.

Por eso, muchos hijos de Dios se vuelven falsos, opacos, sin luz, brillo ni testimonio, siendo insensibles a su situación espiritual y a las de las almas que se pierden día a día, hacen del evangelio un negocio. De este modo, se vive sólo de apariencias, porque son de oídos sordos para reconocer sus errores y enderezar su camino. Isaías 30:9 “Porque este es un pueblo rebelde, hijos falsos, hijos que no quieren escuchar la instrucción del Señor”.

¿CUÁLES SON LAS CAUSAS DE LA SORDERA SELECTIVA?

1.   La antigua manera de vivir arraigada, llena de: creencias, costumbres, corrientes ideológicas, cultura, religiosidad o tradiciones familiares. Jeremías 11:10 “Se han vuelto a las iniquidades de sus antepasados, los cuales rehusaron escuchar mis palabras…”.

2.   Complicaciones para aceptar el proceso de conversión, falta de oxigenación espiritual en el momento de recibir a Cristo (devocional, discipulado, capacitación, servicio, etc). Lucas 8: 21 “Él entonces respondiendo, les dijo: Mi madre y mis hermanos son los que oyen la palabra de Dios, y la hacen”.

3.   Adicciones parasitarias, cosas que nos roban el tiempo de intimidad, oración, alabanza y adoración. Marcos 1:35 “Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba”.

4.   El envejecimiento sin frutos, pesadez de oído, crítica en su boca, engrosamiento del corazón, terquedad y falta de humildad. Mateo 13:14 “…De oído oiréis, y no entenderéis; Y viendo veréis, y no percibiréis. Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado”.

5.   La corrupción emocional y contaminación del oído espiritual, infectando su alma y espíritu, escuchando y siguiendo corrientes de este mundo caído, el cual está bajo la potestad del maligno. 2 Timoteo 4:4 “Y apartarán sus oídos de la verdad, y se volverán a mitos”.

6.   La obstrucción del conducto auditivo con cuerpos extraños, especialmente por falta de fe, depresión, idolatría, circunstancias difíciles, adversidades, enfermedades, hombres sin testimonio, etc. Romanos 10:16-17 “Mas no todos obedecieron al evangelio; pues Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio? Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”.

7.   Exponerse al ruido excesivo del mundo y sus distracciones, respondiendo a este. Estos se pueden producir en la calle, el trabajo o la casa, si está relacionado personas tóxicas, rumorosas, llenas de maldad que te invitan a actividades, lugares y eventos seculares que no edifican con el firme propósito de apartarnos de Dios, tales como bares, prostíbulos, discotecas, conciertos, etc. 1 Juan 2:16 “Porque nada de lo que hay en el mundo -los malos deseos del cuerpo, la codicia de los ojos y la arrogancia de la vida- proviene del Padre, sino del mundo”.

En conclusión, la “sordera selectiva” se produce por porque estamos muy concentrados en una actividad distractora de satanás o el mundo (dinero, idolatría, deleites sexuales, tv, internet, celulares, etc.) que nos alejamos de Dios, es decir servimos a otro señor, o también, porque la palabra que recibimos de Dios en la iglesia no nos interesa, la escuchamos pesadamente, por eso no se ven los frutos dignos de arrepentimiento (oración, perdón, obediencia, conversión, presencia, purificación, etc.). Mateo 6:4 “Nadie puede servir a dos señores, pues menospreciará a uno y amará al otro, o querrá mucho a uno y despreciará al otro. No se puede servir a la vez a Dios y a las riquezas”.

¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS?

Entre los síntomas se incluyen la dificultad para entender lo que se escucha del Padre, quienes la padecen experimentan facilidad para dispersarse como el hombre natural. Estos hijos de Dios son inconstantes en todos sus caminos, están llenos de culpas, remordimientos, pecados ocultos, renuentes a ser tratados, transformados por el Espíritu Santo, y padecen de:

1. Olvido del primer amor, son autosuficientes, llenos de soberbia y terquedad espiritual, no atienden concejos.

2.   Son inmunes a las exhortaciones y llamados a arrepentimiento y conversión, tienen la conciencia cauterizada. Son cuerpos inertes, llenos de maldad, como si no tuviesen vidas.

3.   Se niegan a obedecer y cumplir la gran comisión, generalmente posponen o retrasan su acción, justificado en la espera de una voz sobrenatural que les diga que han de hacer, ejemplo: ¡Dios no me ha dicho que lo haga! ¡Ando orando! ¡El tiempo de Dios es perfecto!, nunca se activan.

4.   Tienen problemas para renunciar al pecado, su concupiscencia les domina, están gobernados por su alma, viven desobedeciendo la palabra recurrentemente.

5.   Tienen dificultad para oír lo bueno, lo justo, lo santo, lo que es verdadero, con temor reverente, toman lo que más conveniente según sus intereses y desechan el manjar de Dios.

6. Les falta discernimiento. Tienen problemas para diferenciar entre los sonidos mundo y la voz de Dios.

REFLEXIÓN

El Señor nos recuerda la importancia de vencer en Cristo y hace una exhortación a los sordos selectivos a través de su palabra en Santiago 1:21-25: “Por lo cual, dejando toda inmundicia y superfluidad de malicia, recibid con mansedumbre la palabra ingerida, la cual puede hacer salvas vuestras almas. Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. Porque si alguno oye la palabra, y no la pone por obra, este tal es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se consideró a sí mismo, y se fue, y luego se olvidó qué tal era. Mas el que hubiere mirado atentamente en la perfecta ley, que es la de la libertad, y perseverado en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, este tal será bienaventurado en su hecho”.

Abra sus oídos y créale al Señor, no posponga la manifestación del Espíritu en Usted porque el Señor nos está susurrando a la oreja, así que: Isaías 42:18 “Sordos, oíd; ciegos, mirad y ved”.