Es muy común
escuchar entre los diferentes grupos de personas conversaciones sobre el reino
de Dios, cada quien hace conjeturas de diferentes índoles; lo hablan creyentes
y los que no lo son, religiosos, políticos, filósofos y pare de contar. Muchos
piensan que el reino está en los cielos, que no ha llegado, otros que ya se
estableció, inclusive que no existe, y así sucesivamente, pretendiendo dar
explicaciones humanas, carnales, sin discernimiento o revelación (sin
entendimiento) que contradicen las enseñanzas de Jesucristo, alejadas de lo que
realmente es la verdad, todo por la falta y presencia de su Santo Espíritu,
aunque lo vivimos nombrando a cada instante.