Mateo 24:7-8 “Porque se levantará nación contra nación, y reino contra
reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo
esto será principio de dolores”.
La expresión Nuevo Orden
Mundial se ha utilizado para referirse a diferentes períodos de la
historia, donde se ha pretendido, de algún modo, cambiar o transformar drásticamente
el mundo en base a estratagemas, pensamientos o acciones ideológicas, políticas, religiosas, económicas
haciendo uso de la fuerza, diplomacia o coacción, con un deseo real de
dominación, control y poder sobre voluntades humanas. En tal sentido, surgen diversas
teorías, entre ellas la de conspiración, que muchos utilizan para explicar, confundir,
amedrentar, sembrar miedos u odios entre personas, razas, naciones o culturas basados
en relatos apocalípticos de diferentes autores y tendencias que al final están
relacionadas con las profecías de las santas escrituras; sin embargo, la palabra
es clara, la ambición del hombre no tiene límites, su naturaleza animal, terrenal
y diabólica, ha hecho que líderes quieran mantener a la gran mayoría
sometidos y trabajando en provecho de si, sin importar sus vidas espirituales, que al final es
el gran objetivo de la maldad, por lo cual tratará de imponer una potestad mundial (la del anticristo); Daniel 11:36 “Y el rey hará su voluntad, y se
ensoberbecerá, y se engrandecerá sobre todo dios; y contra el Dios de los
dioses hablará maravillas, y prosperará, hasta que sea consumada la ira; porque
lo determinado se cumplirá”; Daniel 11:44 “Pero noticias del oriente y del
norte lo atemorizarán, y saldrá con gran ira para destruir y matar a muchos”; Daniel
11:17a “Afirmará luego su rostro para venir con el poder de todo su reino”; 1
Juan 2:18 “Hijitos, es la última hora, y así como oísteis que el anticristo
viene, también ahora han surgido muchos anticristos; por eso sabemos que es la
última hora”.
Mi reflexión no trata de estas cosas, ni mucho menos hacer un análisis de
la economía mundial o si existe una
conspiración con el covid-19 para que cambie el orden mundial, definitivamente
no tiene nada que ver con eso, ya que lo que está ocurriendo en el mundo no tiene nada de “ORDEN”, ni de “NUEVO”, simplemente es el cumplimiento de lo que
está escrito en la palabra para los últimos tiempos, y se está ejecutando al pie de la letra, cada
palabra, y me llama poderosamente la atención, que nosotros como hijo de Dios, no
estamos preparados espiritualmente para recibir por segunda vez a nuestro Señor Jesucristo y no hacemos nada para estarlo. Entonces, comencemos...
EL VIEJO DESORDEN MUNDIAL
Desde los tiempos de Noé, hay un desorden de los hombres que Dios no
aprueba; conocemos que el mundo fue destruido porque la maldad del hombre se
había multiplicado tanto, en especial la corrupción del alma y la violencia, que
el olor fétido de la carne o muerte llegaba a los cielos, y me refiero a muerte
por pecado, espiritualmente hablando, razón suficiente para que el Señor decidiera
acabar con la existencia del hombre. Génesis 6:5-7 “Y vio Jehová que la maldad
de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos
del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. Y se arrepintió Jehová
de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón. Y dijo Jehová:
Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre
hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de
haberlos hecho”.
Sin embargo, hubo un hombre justo que halló gracia ante sus
ojos, perfecto en su generación, y fue suficiente para que se moviera a misericordia
y ya ustedes conocen la historia. Génesis 6:8 “Pero Noé halló gracia ante los
ojos de Jehová”; Génesis 6:9b “Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones;
con Dios caminó Noé”. Pues, el hombre retomó el viejo camino, el desorden que lo ha llevado
por siglos por caminos de perdición, observándose cosas como estas: La
aprobación de la eutanasia (suicidio autorizado), el aborto (muerte de
inocentes), los matrimonios entre mismo sexo (homosexualismo), el consumo drogas
(legal), la igualdad de géneros (inclusive la generación LGB), la idolatría
(hombres, imágenes, demonios), la apostasía (falsos profetas, pastores, apóstoles),
la libertad de cultos (satánicos, brujería y santería), la prohibición de las enseñanzas
bíblicas en las escuelas, la impunidad de delitos, la condenación de inocentes,
entre otras tantas. Y entonces vociferamos y quejamos de qué Dios nos está
castigando; sin embargo, a quién queremos engañar, estamos recibiendo de lo que hemos
sembrado, el desorden producto de nuestro pecado. Gálatas 6:7 “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo
que el hombre sembrare, eso también segará”.
Otro ejemplo histórico, se puede apreciar con el mismo pueblo de Israel, la
generación que salió de Egipto, esa que fue escogida y libertada por Dios y la llamó nación
“santa”, pero en su rebeldía, desobediencia, idolatría y dura cerviz fue desechada
porque no quiso convertirse de corazón en su largo peregrinar por el desierto de
Sinaí (40 años de cuarentena); Éxodo 15:24 “Entonces el pueblo murmuró contra
Moisés, y dijo: ¿Qué hemos de beber?”; Éxodo 16:2 “Y toda la congregación de
los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto”; Éxodo 16:20a
“Mas ellos no obedecieron a Moisés”; Éxodo 32:1a “Viendo el pueblo que Moisés
tardaba en descender del monte, se acercaron entonces a Aarón, y le dijeron:
Levántate, haznos dioses que vayan delante de nosotros”; Éxodo 32:9-10 “Dijo
más Jehová a Moisés: Yo he visto a este pueblo, que por cierto es pueblo de
dura cerviz. Ahora, pues, déjame que se encienda mi ira en ellos, y los
consuma; y de ti yo haré una nación grande”; Oseas 4: 6 “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó
conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio;
y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos”.
Si no fuera por nuestro Señor Jesucristo, no hubiese redención ni perdón de pecados, fue a
través de Él que fuimos benditos por amor, al subir a la cruz y morir por nosotros nos adoptó como hijos suyos, siendo aceptos por pura gracia
y voluntad del Padre; Efesios 1:3-6 “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro
Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares
celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo,
para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos
predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el
puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la
cual nos hizo aceptos en el Amado”.
Sin embargo, que hemos hecho nosotros como
hijos suyos, menospreciamos este hecho, pisoteamos su sangre, nos llenamos de
incredulidad, frustración y miedo antes las circunstancias del mundo, nos dejamos
arrastrar por las dudas, las falsas creencias porque no le conocemos realmente, no oramos lo suficiente, no
obedecemos fielmente, no servimos como obreros, no hacemos lo que Él nos mandó, nos conformamos con
ser simples oidores de su palabra, necios, insensatos, vanos, sin testimonio del Cristo vivo por falta de conversión, aunque conozcamos mucha palabra, letra muerta, ya que no se hace una realidad en mí, son frases que suenan bonitas, pero se
convierten en una carga porque son duras de cumplir; no hay disposición ni
revelación en mi corazón. Gálatas 3:3-4 “¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado
por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne? ¿Tantas cosas habéis
padecido en vano? si es que realmente fue en vano”.
EL ORDEN DE DIOS
Mateo 24:13 dice: “Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo”; quiere
decir que debería mantenerme en santidad a cada momento, actual en “TODO” decentemente y con orden,
con mucha perseverancia y diligencia para poder tener la garantía de ser salvo, así se entiende y no requiere mayor explicación, nuestro Señor es un Dios de Orden, y por eso ordenó la creación, quién se salga de las fronteras celestiales pagará caro su osadía y lo ha dicho, dibujado y exhortado miles de veces y maneras, pero nos negamos a someternos a su dominio, entonces quedo bajo el dominio de otros: carne, mundo y maldad. 1 Corintios
14:40 “pero hágase todo decentemente y con orden”; Santiago 1:12 “Bienaventurado el varón que soporta la
tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida,
que Dios ha prometido a los que le aman”; Deuteronomio 4:9 “Por tanto, cuídate
y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus
ojos han visto, y no se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; sino
que las hagas saber a tus hijos y a tus nietos”; 1 Timoteo 4:15-16 “Reflexiona
sobre estas cosas; dedícate a ellas, para que tu aprovechamiento sea evidente a
todos. Ten cuidado de ti mismo y de la enseñanza; persevera en estas cosas,
porque haciéndolo asegurarás la salvación tanto para ti mismo como para los que
te escuchan”; 1 Corintios 10:12 “Así que, el que piensa estar firme, mire que
no caiga”; 2 Corintios 7:1 “Así que,
amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de
carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios”; Efesios
5:27 “a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese
mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha”;
Filipenses 2:14-16a “Haced todo sin murmuraciones y contiendas, para que seáis
irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación
maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo;
asidos de la palabra de vida”.
REFLEXIÓN
Seguir es esta condición de pecado y rebeldía traerá juicio para mi
vida, porque la justicia de Dios es inmutable, no alcahueta; el llamado es hacer
las cosas con orden y diligencia, ser píos, es decir, santos en el Señor, vivir
en santidad y nos librará de la aflicción, del miedo, por la paz que Él trae a
nuestras vidas; 2 Pedro 2:9 “Sabe el Señor librar de tentación a los piadosos,
y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio”; Juan 14:
27 “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la
doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”.
Si estamos pasando por tiempo de castigo, producto de nuestro desorden
espiritual, no nos quejemos ni menospreciemos su corrección, alabemos y demos
gracias, entandamos que el Señor nos ama, quiere que seamos hijos a la estatura
del varón perfecto, del Cristo, y nos convirtamos en mejores creyentes,
dispuestos a serles obedientes, esforzados y dependientes de Él. Proverbios
3:11-12 “No menosprecies, hijo mío, el castigo de Jehová, Ni te fatigues de su
corrección; Porque Jehová al que ama castiga, Como el padre al hijo a quien
quiere”.
Quien quiera conocer el Orden de Dios, debe morir al viejo hombre y
nacer de nuevo, apropiarse de la palabra de Dios, caminarla y tendrá morada en
los cielos, porque el conocimiento, el principio de la sabiduría comienza por
el temor reverente a Dios y la obediencia; 2 Timoteo 3:16-17 “Toda la Escritura es inspirada
por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en
justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado
para toda buena obra”; Juan 14:23 “Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi
palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con
él”. Amén