lunes, 27 de mayo de 2019

ESPECIAL


Todos los niños son especiales, por lo menos, eso pensamos cuando los vemos corretear alegremente por la casa, comerse un helado bañándose de chocolate desde el cabello hasta la punta de los pies, o cuando preguntan cosas de manera precoz, que hacen sacar de nuestras entrañas la más profunda carcajada por cualquier brillante ocurrencia, festejándole, sin querer, la inocente apreciación de la vida; y digo “sin querer”, porque hay que aprender a celebrar y a corregir, para que lo malo no parezca bueno y lo bueno malo.

Ahora bien, qué pasa cuando los niños tienen necesidades especiales, requieren de atención, ayuda, sanidad, medicina, terapia, aprendizaje, cosas que otros niños no suelen necesitar o que solo necesitan de vez en cuando. Cómo todo ser humano, esos niños son muy inteligentes y son capaces de aprender, percibir y absorber todo lo que está en su entorno, pero la mayoría de las veces, crecen aislados y acomplejados gracias a los padres, porque la vergüenza social es mayor a su sensibilidad y discernimiento, aunado al desconocimiento, ya que no están preparados para enfrentar y sobrellevar esa gloriosa realidad; entonces estos castran, amoldan y no permiten desarrollar en estos niños todas sus potencialidades, dadas por Dios, las cuales se manifestarán cuando el Señor disponga. Mateo 19:14 “Pero Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se los impidáis, porque de los tales es el reino de los cielos”; Juan 9:3 “Respondió Jesús: No es que haya pecado éste, ni sus padres; sino para que las obras de Dios se manifestasen en él”.

Así como hay personas discapacitadas que necesitan una silla de ruedas o aparatos ortopédicos para desplazarse, otros ciegos, sordos, con síndrome de Down, autismo, etc., teniendo necesidades especiales, espiritualmente hablando, existen HIJOS ESPECIALES que necesitan ser atendidos por el Espíritu Santo, pero muchas veces estamos tan distraídos, aislados, avergonzados, castrados o amoldados a patrones extraños y trampas colocadas por un alma corrompida, un mundo distractor y absorbente que me hacen sucumbir antes los múltiples lazos o tentaciones del mal, ya sea por falta de fe, conocimiento o temor de Dios, así como, revelación de la palabra o conversión genuina, que en síntesis, no permiten que el Padre actúe sobre mí con mayor poder y gloria. Mateo 18:1-5 “En aquel tiempo los discípulos vinieron a Jesús, diciendo: ¿Quién es el mayor en el reino de los cielos? Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos, y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Así que, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos. Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe”; Malaquías 3:17 “Y serán para mí especial tesoro, ha dicho Jehová de los ejércitos,…”.

LOS SIGNOS Y SÍNTOMAS DE UN HIJO ESPECIAL.

1.    Posee hipotonía espiritual marcada (falta de fuerza en el espíritu), por falta oración, temor, ayuno, firmeza, conversión, servicio, se comporta como un simple religioso.
2. Es sensible a la rebeldía espiritual, se niega a morir a su antigua manera de vivir, no ha nacido de nuevo, no se ve el arrepentimiento.
3.  Su fisonomía espiritual es característica de un hombre natural, no es testimonio de Dios vivo, le sigue el juego al mal, convirtiéndose en piedra de tropiezo para otros.
4.    La lengua es más grande que su ego; está le impide alabar y glorificar al Padre, lo que brota de su corazón es palabra de maldición y critica, es decir, tendiente a inflamar la creación completa.
5. El corazón es controlado por su alma, vive desbocadamente sus emociones e ingerir cualquier tipo de sabiduría humana, congestionando su ser, llevándolo a prevaricar constantemente por un pedazo de pan.
6.  Su vista y agarre es corta, se conforma con cualquier cosa, es ansioso, afanado y no sabe esperar, no permite que el Señor actúe con poder en su vida.
7.  Sirve a dos señores a la vez, ama al Señor pero no renuncia al mundo, no termina de definirse espiritualmente.

EN REVELACIÓN, CUANDO SOMOS ESPECIALES PARA EL SEÑOR:

1. Cuando somos ovejas, que oímos y reconocemos la voz del Pastor de pastores, guardando y cumpliendo su palabra. Éxodo 19:5 “Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra”.
2.  Al estar preparados en todo momento para recibir al Señor, arrepentidos y convertidos, limpios de todo pecado. Éxodo 19:11 “y estén preparados para el día tercero, porque al tercer día Jehová descenderá a ojos de todo el pueblo sobre el monte de Sinaí”; Lucas 12:40 “Vosotros, pues, también, estad preparados, porque a la hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá”; Hechos 3:19 “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio”.
3. Cuando vivimos lavando nuestras vestiduras, santificándonos en cada momento, en caminos de perfección, como ofrenda grata al Señor. Éxodo 19:10 “Y Jehová dijo a Moisés: Ve al pueblo, y santifícalos hoy y mañana; y laven sus vestidos”; Deuteronomio 7:6 “Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra”.
4. Siendo hijos manifiestos en discernimiento, justicia y servicio, ya que el Señor se ha manifestado en nosotros con perdón y gloria. Malaquías 3:17 Y serán para mí especial tesoro, ha dicho Jehová de los ejércitos, en el día en que yo actúe; y los perdonaré, como el hombre que perdona a su hijo que le sirve”; Colosenses 3:4 “Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria”; Malaquías 3:18 “Entonces os volveréis, y discerniréis la diferencia entre el justo y el malo, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve”.
5.  Cuando nos humillamos de corazón ante el Señor reconociendo que todo viene de Él y no de nosotros. Santiago 4:10 “Humillaos delante del Señor, y él os exaltará”; 2 Corintios 4:7 “Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros”; Lucas 12:34 “Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”.
6. Poner de primero al Señor sobre todas las cosas, derribando mis ídolos terrenales: dinero, trabajo, bienes materiales, apegos familiares, por amor a su nombre y seguir de corazón su camino. Lucas 18:18-23 “Un hombre principal le preguntó, diciendo: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo Dios. Los mandamientos sabes: No adulterarás; no matarás; no hurtarás; no dirás falso testimonio; honra a tu padre y a tu madre. Él dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. Jesús, oyendo esto, le dijo: Aún te falta una cosa: vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme. Entonces él, oyendo esto, se puso muy triste, porque era muy rico”.
7. Cuando se me revela el temor al Padre, despojándome de toda religiosidad. Isaías 33:6 “Y reinarán en tus tiempos la sabiduría y la ciencia, y abundancia de salvación; el temor de Jehová será su tesoro”.

REFLEXIÓN.

Como hijos especiales del Señor, necesitamos ser atendidos por el Espíritu Santo. Quien crea que espiritualmente se encuentra bien y fortalecido, pensando que no necesita de Dios porque todas sus necesidades terrenales están cubiertas, es un ególatra que necesita quebrantar su corazón en la presencia del altísimo; por eso, la invitación es a arrepentirse sinceramente, convirtiéndose y guardando su palabra en cada acción, en cada camino, orando e invocando su nombre, con clamor y ruego con gemidos indecibles, para que el Señor, en su infinito amor, sane y perdone los pecados que nos oprimen y afligen, y sea movido en misericordia, para no despreciar nuestro corazón contrito y humillado. Amén… 2 Crónicas 7:14 “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra”; Jueces 2:18  “… porque Jehová era movido a misericordia por sus gemidos a causa de los que los oprimían y afligían”; Salmo 51:17 “Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios”.

sábado, 18 de mayo de 2019

EL EXTRAÑABLE AMOR




Si se observa el diario vivir, las diferentes circunstancias que abaten, afligen y subyugan a la sociedad, se pudiera discernir sin ser muy espiritual, el por qué nuestro mundo se encuentra en crisis y hay tanto peligro por todos lados. La gran verdad es que: la avaricia, la vanagloria, la soberbia, la desobediencia a los padres, la ingratitud, la impiedad, la falta de afecto hacia otros, la calumnia, la crueldad, el desinterés por lo bueno, la traición, la impulsividad, el amor hacia los deleites, están por encima del amor y el temor santo a Dios. 

Estamos tan corrompidos, contaminados, enmohecidos espiritualmente por tanto mundo, carne y mal que estamos muriendo lentamente por no purificar nuestras almas; debemos reconocer que no hemos sido obedientes al Señor, somos como los hipócritas, que fingen amor por algún interés, ya que no se nos ha revelado EL ENTRAÑABLE AMOR de Dios, que para los hombres es EXTRAÑABLE, porque es un amor extraño, uno que no es de este mundo, que supera nuestra lógica y pensamiento. 2 Timoteo 3:1-4 “También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios”; Santiago 5:3 “Vuestro oro y plata están enmohecidos; y su moho testificará contra vosotros, y devorará del todo vuestras carnes como fuego…”; Gálatas 6:8 “Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; más el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna”; 1 Pedro 1:22 “Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro”.

En 1 Corintios 13:4-8 se habla del extrañable amor: Un amor que es sufrido, benigno, que no tiene envidia, no es jactancioso, ni se envanece, no hace nada indebido, ni busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor, no se goza de la injusticia, un amor que todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta, pero nunca deja de ser, es un amor que solo obtendremos cuando hayamos purificado nuestras almas, con arrepentimiento, perdón, obediencia real en espíritu a través del Espíritu, con verdadera conversión del corazón; de lo contrario seguiremos con ese amor almático, burdo y condicionado, siendo esclavos de nuestras emociones, libertinos en nuestro proceder, infieles ante Dios, bocones y egocéntricos, mentirosos con quien nos ama, aborrecedores de nuestros enemigos, asesinos en alma y espíritu de los débiles, ladrones de lo santo, tendientes a contender en la carne por lo que no me pertenece, a sabiendas que todo es de Dios incluyendo nuestros propios cuerpos.

SEÑALES DE QUE NO HAY AMOR EXTRAÑABLE EN NOSOTROS:

1.    Al no amar de corazón al Señor, sólo es una cosa religiosa, por eso lo dejamos de lado y prevaricamos a cada momento; se manifiesta cuando nuestro amor produce gozo y paz instantánea, porque no hay permanencia en Él, viéndose reflejado en los frutos hacia otros, nuestra actitud testifica de quién es el que rige mi vida. Lucas 10:27 “Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo”; 1 Juan 4:20 “Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?”; Apocalipsis 2:4 “Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor”.
2.    Cuando nos resistimos al Espíritu Santo, no somos capaces de controlar nuestra alma, la ira es lo primero que sale de nuestro corazón y arremetemos contra el que me hace mal. Efesios 4:26 “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo”; Mateo 5:39 “Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra”; Lucas 6:29 “Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite la capa, ni aun la túnica le niegues”.
3.    No se nos ha revelado lo que es el perdón de Cristo que, que aún clavado en la cruz y habiendo padecido el vituperio y maltrato, imploró perdón por nosotros, quienes lo llevamos a la muerte con nuestros pecados. Lucas 23:34 “Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes”.
4.    Al ser infieles con el Señor, nos deleitamos en nuestros deseos, practicando la injusticia, siendo manchas en nuestros ágapes, reprobados por falta de amor. 2 Timoteo 2:13 “Si fuéremos infieles, él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo. Un obrero aprobado”; 1 Juan 5:17 “Toda injusticia es pecado;…”; 2 Pedro 2:13 “recibiendo el galardón de su injusticia, ya que tienen por delicia el gozar de deleites cada día. Estos son inmundicias y manchas, quienes aún mientras comen con vosotros, se recrean en sus errores”.
5.    Cuando abrimos nuestros labios para vociferar, mentir, maldecir, calumniar, criticar, escarnecer, nos negamos a morir a nosotros mismos. Isaías 53:7 “Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca”; Mateo 16:24 “Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame”; 1 Pedro 3:10 “Porque: El que quiere amar la vida Y ver días buenos, Refrene su lengua de mal, Y sus labios no hablen engaño”.
6.    Para cerrar, cuando nos cuesta llevar las cargas de otros, somos indiferentes ante el dolor ajeno, no intercedemos por aquellos que nos aborrecen, ultrajan, maldicen u odian, a veces ponemos cargas pesadas sobre otros en especial en los compañeros de trabajo, en nuestros familiares y aún en los miembros de nuestra la comunidad, inclusive cargas que nosotros tampoco somos capaces de llevar. Gálatas 6:2 “Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo”; Mateo 23:4 “Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos ni con un dedo quieren moverlas”; Mateo 5:43-44 “Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen”.

¿CUÁL ES EL SECRETO PARA OBTENER EL AMOR EXTRAÑABLE?

1.    Nunca dejar el primer amor, que Él sea siempre primero en mi vida. Siendo diligente en la obra, valiente para dar el paso de conversión y esforzado en agradarle, que nunca nos presentemos ante el Señor y nos diga: Apocalipsis 2:2-4 “Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado. Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor”.
2.    En desarrollar ese amor entrañable de Dios, extrañable para los hombres, guardando la palabra, grabándola en nuestro corazón, haciéndola sensible en mi carne, que se vea el Cristo en mi semblante, reflejando conversión y arrepentimiento, disponiéndome a amar sin restricciones ni condiciones, siendo obediente a Dios aunque podamos perder la vida, ya que de nada vale ganar al mundo y perder la salvación, porque Dios es Amor. Juan 14:23 “Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él”; Isaías 29:13 “Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado”; Santiago 1:22 “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos”. Amén…

PD. Pregúntese ¿Qué tanto está dispuesto a dar por amor a Cristo? Y después medite lo que quiso enseñar Pablo en Filipenses 3:8 cuando escribió que: “Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo”.

jueves, 9 de mayo de 2019

¡SI ME ASALTA LA DUDA, SOSTÉN MI FE!



Hay una oración que aprendí hace tiempo atrás y marco mi vida profesional, hasta que conocí del Señor. Se llamaba la oración del “Cadete Naval”; la recite todas las mañanas en el patio de honor de la otrora Escuela Naval de Venezuela, los 365 días del año, por 4 años seguidos, en mi etapa de formación como oficial de la Armada, a finales de los años 80 e inicio de los 90 (1987-1991), frente a la brisa marinera de la meseta de Mamo y la claridad del alba. Una de las frases que recuerdo a cada instante es: “SI ME ASALTA LA DUDA, SOSTÉN MI FE, Y EN LA TENTACIÓN DAME FORTALEZA PARA RESISTIR”.

En formación, todo el batallón gritaba con fervor dicha oración, primero porque era inspiradora y daba cierto sosiego al alma agobiada y segundo porque si cualquier cadete superior, que estaba a mi lado, no me escuchaba, se avecinaba un futuro oscuro, es decir, tomaría acciones disciplinarias, sean físicas (sanciones coercitivas que me destrozarían los brazos y las piernas), pecuniaria (las inmorales poncheras, que por lo general eran torta y fresco) o las administrativas (arresto el fin de semana) que al final terminaban en físicas; en lo particular pensaba qué, entre más fuerte la decía, ella tenía mayor impacto sobre mí, sobre mi vida y mi entorno, lo que me llevaría a vivir más tranquilo y feliz; sin embargo, al cambiar mi condición espiritual, catorce años después, entendí que esa oración fueron puras palabrería, no por lo que decía, sino porque nunca se hicieron realidad en mí, ya que nunca hubo un cambio o rectificación, ni me condujo a arrepentimiento, porque a lo bueno le seguía diciendo malo y a lo malo bueno, era una cosa religiosa que busqué para justificar mis pecados con palabras estériles, prosa que sonaba bonita, pero no produjeron cambios en mi mente ni en corazón.

Era de esperarse una actitud así, en ese tiempo no conocía del Señor, vivía pecando con mi mente, con mi corazón y con mi cuerpo, tenía muchas dudas, mi fortaleza para resistir ciertas tentaciones estaba por el suelo, no tenía claro de ¿quién era el Espíritu Santo? aunque había escuchado que era Dios, por lo de la trinidad, pero no sabía cómo se digería eso, no tenía la más mínima idea; y peor aún no había leído las santas escrituras con revelación (que conste, la he considerado toda mi vida como la palabra de Dios); Era un hombre natural, lleno de virtudes y defectos, full de vicios y pecados, muchas actitudes correctas, pero también gran cantidad perversas, creyente ocasionar o por conveniencia, que buscaba a Dios, a su manera; creyendo que estaba colgado en un madero, y pensaba que, desde esa cruz, me daría las fuerzas necesarias para sobrevivir a tan rigurosa rutina y duras vicisitudes propias de la vida que elegí seguir, circunstancialmente, en mis años de mozo. Lucas 24:5 “…¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?”; Juan 16:7-8 “Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; más si me fuere, os lo enviaré. Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio”; Romanos 14:23 “Pero el que duda sobre lo que come, es condenado, porque no lo hace con fe; y todo lo que no proviene de fe, es pecado”.

Un día, leyendo la biblia, me encontré varias cosas que activaron mis alarmas, y me sembraron las ansias de conocer más sobre no dudar y la forma correcta de orar, hubo una confrontación entre la palabra y la costumbre y no me quedó otra manera que reconocer que estuve pecando por falta de fe y desconocimiento. Hoy doy gracias al Señor, porque ha puesto en mí un corazón humilde y dispuesto a doblar mi dura cerviz, sin condiciones ni restricciones; que ha sido el punto de partida para transformar mi vida y la de cualquier persona que lo busca con fe.

Iniciar un proceso de cambio radical de conversión sin la ayuda del Espíritu Santo es pura carne, puro cliché religioso, es dudar que el Señor tiene el poder de cambiar mi vida; es por eso que estos esquemas tienen que ser rotos a través de una oración viva y eficaz, que nos conduzcan a obras dignas de arrepentimiento y perdón a través de la firmeza espiritual, sino será pura religiosidad, cursilería, vanidad, remordimiento o hipocresía en esencia, ya que no hay un encuentro real con el Dios vivo, por eso muchos terminan en la idolatría, en la fe defectuosa, en el amor condicionado e inestabilidad del alma, en las emociones y sentimientos; generando un comportamiento bipolar ante Dios, sirviendo a dos señores a la vez, con tendencia a prevaricar continuamente, solo por no querer morir a la carne y negarse a sí mismo, por eso si hacemos un análisis sincero: mi luz es pura tinieblas por falta de fe. Lucas 11:35 “Mira pues, no suceda que la luz que en ti hay, sea tinieblas”.

Observemos que nos enseña la palabra al respecto de duda:

1.    Hay duda, cuando mis oraciones son sosas, mentirosas, vanas, repetidas, llenas de carne, oraciones tendientes a satisfacer mis deleites o manipular el alma creando falsas expectativas, cuando la voluntad del Padre es otra, por eso no son escuchadas. Mateo 6:5-7 “Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos”; Lucas 18:11-12 “El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano”.
2.    Prevalece la duda cuando no nos desnudamos ante Dios, vivimos un ocultismo, hipocresía, aparentando falsa espiritualidad y por dentro somos sepulcros blanqueados, llenos de inmundicia y muerte. Lucas 11:39 “Pero el Señor le dijo: Ahora bien, vosotros los fariseos limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de rapacidad y de maldad”; Mateo 23:27 “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, más por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia”.
3.    Existe duda cuando me cuesta perdonar, no hay conversión, siempre hay algo guardado en mi corazón que me aparta de Dios, persiste el remordimiento por falta de arrepentimiento. Marcos 11:26 “Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas”, Mateo 18:35 “Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas”; Mateo 6:12 “perdónanos nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”; Hechos 26:20 “…que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento”.
4.    Mi vida es regida por voluntad humana, cuando me niego a cumplir la voluntad del Padre, no me someto al Espíritu Santo; lo que denota falta de firmeza y temor de Dios. Salmo 143:10 “Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; Tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud”; Isaías 29:13 “Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado”.
5.    La duda es contraria a santidad, es anular la eficacia del poder de Dios en mi vida, por eso mi firmeza en Cristo es burda y ligera, muchos apostatarán de la fe: 2 Timoteo 3:2-5 “Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita”; Santiago 1:6 “Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra”; 1 Timoteo 4:1 “…en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios”.

Cuando hagamos una oración, hay que hacerla con inteligencia, entendimiento y revelación, no permitamos que sea una vana oración, una burda repetición que no produce transformación ni conversión en mi vida; que la oración sirva para alabar y adorar al Padre que está en los cielos, que sea espada de dos filos, que corte la duda y penetre hasta los tuétanos, sosteniendo mi fe, que saque toda tiniebla de lo más profundo de mi ser y mantenga encendida la luz del Cristo, con firmeza, esfuerzo y valentía. Ahora puedo decir con entendimiento: ¡Ante la duda, sostén mi fe en Cristo! Amén.