Jesucristo
enseñaba a sus discípulos sobre la parábola de la cizaña: Mateo 13:24-26 “Les
refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un
hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras dormían los hombres,
vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. Y cuando salió la
hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña”.
Todos creen que
la cizaña es un agente del mal, sin embargo, pocos conocen o han entendido que
la cizaña puede venir de los hijos de Dios que se encuentran en la carne, la
cual se siembra cuando estamos descuidados, apartados o dormidos
espiritualmente, Gálatas 6:8a “Porque el que siembra para su carne, de la carne
segará corrupción…”; cuando una persona recibe a Cristo la semilla es sembrada entre
espinos (cizaña), por su incredulidad natural, y dependiendo del trabajo del
labrador que atiende el conuco (o campo), llámese obrero, pastor, líder o
mentor, se sacará la cizaña y presentará buen fruto o por el contrario el trigo
se ahogará y se perderá la mies, 2 Timoteo 2:6 “El labrador, para participar de
los frutos, debe trabajar primero”; Marcos 4:7 “Otra parte cayó entre espinos; y
los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio fruto”, la cual dependerá de que
como esté su relación y comunión con el Señor; por eso es necesario enseñar a
caminar y depender a las ovejas o discípulos del Pastor de pastores, del Siervo
de siervos, del Rey de reyes, del Señor de señores, apartando la tendencia al fanatismo
humano, dejando de ver al “ungido” y enfocándonos en el Cristo vivo que es
quién hace la obra, la sanación, el milagro y todo lo añadido, aun si no
recibiéramos nada. Hebreos 12:1-2 “…despojémonos de todo peso y del pecado que
nos asedia (la cizaña), y corramos con paciencia la carrera que tenemos por
delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe…”.
El término
cizaña puede referirse a: (1) la planta considerada una plaga, de raíces de sabor
amargo, que tiende a confundirse con el trigo, Hebreos 12:15 “Mirad bien, no
sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de
amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados”; (2) la enemistad
(habitualmente aparece al "meter cizaña" o
"sembrar cizaña"), 2 Tesalonicenses 3:15 “Mas no lo tengáis por
enemigo, sino amonestadle como a hermano”; (3) un vicio que no nos queremos
despojar y se mezcla entre las buenas acciones y enturbian lo santo, Efesios
4:22 “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que
está viciado conforme a los deseos engañosos”; (4) un elemento que surge o
persona que daña, perjudica o estropea a otras con las que se relaciona, Daniel
6:22 “Mi Dios envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no
me hiciesen daño, porque ante él fui hallado inocente; y aun delante de ti, oh
rey, yo no he hecho nada malo”.
Toda persona
es cizañera de una u otra forma, en diferentes medidas, la cual fue sembrada
dentro de nosotros sin darnos cuenta, Mateo 13:25 “pero mientras dormían los
hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue”; quien diga
que no, es mentiroso, se está auto cizañando, viciando su ser, convirtiéndose
en un apólogo de sus razones, defendiendo o justificando vehementemente sus
acciones y razones humanas, verdaderas o falsas, con o sin pruebas, sin la
presencia del Espíritu Santo. El Espíritu Santo es el único que puede derribar y
cortar todas las argumentaciones y cizañas que podamos tener y nos hace entrar
en sobriedad, cordura y sensatez, porque aun conociendo la verdad podemos estar
ciegos por el velo de la idolatría que afectivamente tenemos con ciertas o
determinadas ideas, personas o cosas; Juan 16:8 “Y cuando Él venga (El Espíritu
Santo), redargüirá al mundo de pecado, y de justicia, y de juicio”.
Nuestros
padres, desde niños, nos han enseñado cizañas inconscientemente, porque así se
lo enseñaron nuestros abuelos y así sucesivamente, la manera de crianza y
costumbres determina que tanta cizaña hay en nuestras vidas, ya que se cree que
así seremos más avispados (menos pendejos), siendo esto una connotación errada de lo
que realmente enseña el Señor. Por tener esa conducta, generalmente, utilizamos
o señalamos el pecado de los siervos o hermanos en Cristo para justificar nuestro
pecado y alejamiento, pero somos incapaces de reconocer que no son ellos sino
nosotros, Lucas 6:42a “¿O cómo puedes decir a tu hermano: Hermano, déjame sacar
la paja que está en tu ojo, no mirando tú la viga que está en el ojo tuyo?...”;
es decir, no se me ha revelado el perdón, el arrepentimiento, el amor, la
misericordia y muchos menos el apartarme para el Señor.
CARACTERÍSTICAS DE UN CIZAÑERO
1. Siembra con maldad y astucia. Génesis 3:1 “Pero la
serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios
había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de
todo árbol del huerto?”.
2. Es maquiavélico, trata de hacer daño. Génesis
4:8 “Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando
ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató”.
3. Es un hipócrita, manipulador, maquina para
justificar sus acciones. Mateo 7:5 “¡Hipócrita! saca primero la viga de tu
propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano”.
4. Es un testigo falso, se oculta en la mentira o
medias verdades que al final son mentiras. Proverbios 6:19 “El testigo falso
que habla mentiras, Y el que siembra discordia (Cizaña) entre hermanos…”.
5. Espera resultados silentemente para evaluar
daños. 1 Samuel 18:17 “Saúl quería matar a David y se le ocurrió ponerle una
trampa, diciéndole: Aquí tienes a Merab, mi hija mayor. Cásate con ella y así
te convertirás en un soldado poderoso. Serás como un hijo para mí. Luego irás y
pelearás las batallas del Señor. En realidad, Saúl pensaba: «Así no tendré que
matar a David yo mismo, sino que lo matarán los filisteos»”.
6. Se goza de sus éxitos aunque produzca desgracia
en otros. Proverbios 17:5 “El que escarnece al pobre afrenta a su Hacedor; Y el
que se alegra de la calamidad no quedará sin castigo”.
7. Por causa del pecado se oculta, vive huyendo del
Señor y de los hombres, no enfrenta la verdad. Salmo 139:7 “¿A dónde me iré de
tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?”.
QUIENES TIENEN SEMBRADO CIZAÑA EN SU
CORAZÓN
1. Quienes poseen una raíz de amargura, frustración,
resentimiento o tristeza, ya sea por desilusión o una injusticia que será
revelada tarde o temprano. Romanos 1:18 “Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra
toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad”.
2. El que se ahoga en las circunstancias, la
adversidad, con los afanes del mundo. Lucas 10:41 “Respondiendo Jesús, le dijo:
Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas”.
3. Quien es impaciente, quiere ejercer su justicia,
porque siente que la de Dios no es suficiente. Gálatas 6:7 “No os engañéis; Dios
no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará”.
4. El que vive señalando, mirando la cizaña (paja)
del otro, pero no mira la suya. Se oculta entre los hermanos (el trigo) con
apariencia de piedad. 2 Timoteo 3:5 “…tendrán apariencia de piedad, pero
negarán la eficacia de ella…”.
5. Quien no ha aprendido a perdonar o pedir perdón de corazón,
su perdón es condicionado. Necesita que los demás se humillen para saciar su
ego. Hechos 8:22 “Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si
quizás te sea perdonado el pensamiento de tu corazón”.
6. El que se enaltece o llena de ira cuando está en
presencia de otro cizañero igual. Efesios 4:26 “Airaos, pero no pequéis; no se
ponga el sol sobre vuestro enojo”.
7. Aquel que su boca no deja de inflamar la creación, se
convierte en un crítico (cizañero) por excelencia. Santiago 3:6 “Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad.
La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama
la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno”.
REFLEXIÓN
Quien se
atreva a desechar, ignorar o despreciar la palabra del Señor, sus mandamientos,
está expuesto a las consecuencias de la cizaña, serán consumidos por sus
acciones. Isaías 5:24 “Por tanto, como la lengua del fuego consume el rastrojo,
y la llama devora la paja, así será su raíz como podredumbre, y su flor se
desvanecerá como polvo; porque desecharon la ley de Jehová de los ejércitos, y
abominaron la palabra del Santo de Israel”.
Debemos
cuidarnos de ser mentirosos y cizañeros, porque si no seremos los primeros
recogidos para ser desechados. Mateo 13:30 “Dejad crecer juntamente lo uno y lo
otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged
primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla;…”; 1 Pedro 3:10 “Porque:
El que quiere amar la vida Y ver días buenos, Refrene su lengua de mal, Y sus
labios no hablen engaño”.
Para recibir
los tiempos de bendición, es necesario un sincero arrepentimiento y una
conversión genuina ante el Señor, mostrando frutos de arrepentimiento,
refrenando la lengua y desechando los malos pensamientos, para que el Señor en
su infinito amor y misericordia borre nuestros pecados y podamos ser dignos de estar en su presencia, Hechos 3:19 “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean
borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de
refrigerio (bendición)”; de los contrario seguiremos siendo cizañeros, jueces y
esclavos de nuestro pecado.
Oremos: Padre de los cielos y la
tierra, está palabra ha sido una espada que se ha atravesado en mi corazón, no me
había dado cuenta de que tan cizañero había sido, se me ha revelado que he
tenido crítica en mi boca por mis hermanos y prójimo, más que oración e
intercesión, no he perdonado como tu mandas por orgullo dejando que la cizaña
me ahogue, me dejado llevar los las adversidades, afanes del mundo, las
circunstancias que no puedo controlar trayendo angustia a mi vida, he huido
encerrándome en mis ideas y pensamientos, impidiendo que la libertad del Cristo
se manifieste en mí, que realmente es quien sana, cura y restaura mi vida. Perdóname
Señor, por mi testarudez y mi falta de fe. Pero Señor, no me desaliento,
prosigo en la carrera, quiero llegar a la estatura del varón perfecto,
desechando mis imperfecciones, gracias porque tienes misericordia de mí,
gracias por tanto amor, siempre por ser mi Dios, quien me enseña, redarguye,
disciplinas, formas y moldeas. Bendito sea tu nombre, Jesucristo. Amén