domingo, 31 de mayo de 2020

CON EL ALMA QUEBRANTADA


En estos días una hermana de la iglesia, a quien amo y respeto mucho, me envió un audio por Whatsapp, que me quebrantó tremendamente, un mensaje lleno de sincero arrepentimiento, dolor y agradecimiento al Padre; sólo en apreciar el amor, la misericordia y la gracia que ha tenido el Señor con nosotros y ver como actúa Dios en las vidas de otras personas utilizando nuestras habilidades y dones para edificarles y ayudarlos a reencontrarse con Cristo, no tiene precio; no creamos que porque usted y yo tenemos muchos años en la vida cristiana, nos las sabemos todas más una, eso es soberbia. El hecho más relevante de todo lo que he mencionado, está en la actitud y humildad de mi hermana para testificar y reconocer que se había apartado de Dios, que a muchos nos ocurre cuando nos afanamos con las cosas del mundo, por eso reconocer su pecado delante de Dios y los hombres es de valientes, y es por ello que nunca dejaré de glorificar al Padre.

Este testimonio me llevó a activarme, me dedique a conversar y a sondear un poco sobre mi conducta y la de algunos “fieles” hermanos, orando y leyendo la palabra, y me llamó mucho la atención que la mayoría de nosotros, en estos tiempos de pandemia de COVID19, nos encontramos en un estado de estanquidad espiritual bárbara, con una actitud apatía e indiferencia, siendo muy decepcionante, desesperanzador para nuestra emociones (alma), y que pudiera enfriar a más de uno en las cosas del Señor, empezando por nuestra fe; entonces sentí la necesidad de buscar más de la presencia del Señor y escribir, para edificar sobre el crecimiento espiritual, por lo que decidí, bajo la dirección y ayuda del Espíritu Santo, exhortar, en amor, a las ovejas que andan como si no tuvieran pastor, aun teniendo uno, con actitudes que no agradan al Padre, por eso no perdí el tiempo, puse mi mirada en Cristo y emprendí la misión, acordándome que Él es un Dios bueno, amoroso y misericordioso, que me ha guardado y protegido siempre, y ha estado conmigo y con usted desde el principio de los tiempos, por donde quiera que hemos ido.

Hay veces que nuestro espíritu y nuestra alma necesitan ser quebrantados, ya sea por altivez o por falta de presencia de Dios, con una única finalidad retomar las sendas de justicia y luz; Jueces 2:18 “… porque Jehová era movido a misericordia por sus gemidos a causa de los que los oprimían y afligían”; sin embargo, debe haber primero un reconocimiento de nuestra condición de pecado y un arrepentimiento genuino; la palabra dice en el Salmo 51:17 “Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado {el cual} no despreciarás tú, oh Dios”; observemos, por ejemplo, lo que le paso al hijo pródigo (escudriñemos la palabra en Lucas 15:11-32): luego de haber vivido bajo la protección y el cuido de su padre, decidió apartarse pensando en su autosuficiencia, seguridad y fuerza, quizás dijo: ¡Todo estará bien, no necesito del viejo!, creía que estaba preparado para enfrentar al mundo, a sabiendas que en la casa de su padre no le faltaba nada, la palabra dice en el Salmo 127:1 “Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican; Si Jehová no guardare la ciudad, En vano vela la guardia”; pues, así somos nosotros, los que queremos realizar proyectos, levantar y edificar nuestras vidas y la de otros, empezando por la de nuestros hijos, y vivir alegres y felices por siempre, pero alejados del Padre, sin la ayuda de Dios, pues, déjeme decirles que estamos trabajando en vano, a veces somos capaces de cambiar lo glorioso y excelso del Padre, por las migajas del mundo y nuestra carne, solo por ir a gastar en nuestros deleites y complacer los caprichos de nuestra alma; diría David ¡Hasta cuando, Señor! Hasta cuando estaremos con estas actitudes que no te agradan.

Entonces este hijo, volviendo al hijo pródigo, lo perdió todo, la presencia del padre, su familia, las riquezas de su herencia, su dignidad, el pan que le alimentaba, hasta deseó comer las algarrobas, el alimento de los cerdos, que duramente hablando, es la comida con que los inmundos llenan su vientre buscando justicia y paz y que nunca consiguen, y con la que nosotros contaminamos nuestra vida espiritual; ¡Cuidado, póngale el ojo!, si leemos con detenimiento la parábola completa pudiéramos discernir que ni a eso tenía derecho, no pudo obtener ese tipo de alimento, cuando mucho, oler y procesar el estiércol que desechaban los inmundos animales, ¡Fuerte, verdad!. De la misma manera, nosotros por no escuchar al Señor, por ser desobedientes y rebeldes, producto de nuestra necia actitud, altivez, soberbia, autosuficiencia, etc., emprendemos miles de cosas sin la ayuda, consejo y aprobación del Padre, oliendo y procesando el estiércol del mundo y nuestra carne; nos aventuramos a hacer y emprender sin la presencia del Espíritu Santo, apartados en la mayoría de las veces de Cristo, contaminando nuestros espíritus de la corrupción de la carne y perdiéndonos en caminos de oscuridad y tinieblas; es triste ver como muchos hijos de Dios, tratamos de justificar y dar razones a nuestras acciones insensatas, con cosas que no tienen sentido, ni han tenido valides para el Señor, y eso viene desde el principio de los tiempos; Él conoce nuestros corazones. Por eso es necesario, que nos humillemos y quebrantemos sinceramente de corazón ante el Padre, para que vengan los tiempos de refrigerio, la sanidad y la bendición que realmente enriquece nuestra alma y espíritu, de no hacerlo nos exponemos a desear comer cualquier cosa inmunda que no viene de Dios, por eso lea la palabra, no crea ni siquiera lo que escribo, pregúntele al Espíritu Santo, si lo que está recibiendo viene del Señor y Él le responderá.

Cuántas veces hemos dicho que: “Yo tengo la capacidad, para eso estudie”, “Tengo el dinero suficiente y lo haré”, “Tengo un socio buenísimo, amigo mío”, “Lo hice, porque tengo que mantener a mi familia”, “Nadie es más fuerte que yo en esa área”, entre otras tantas razones, quebrantar nuestra alma significa humillarnos ante el que todo lo puede, es un error pensar que nuestros dones, habilidades e inteligencia nos sostendrán, recordemos que son atributos dados por Dios y concedidos por pura gracia, los cuales pueden ser quitados o disminuidos por Él según su voluntad, o peor aún minados y destruidos por nuestros pecados; asimismo el dinero, la palabra dice en Lucas 12:20-21 “…Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios”, los socios no nos salvan de la destrucción porque ¿Qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?; escudarse en la responsabilidad de mantener a su familia no puede ser una excusa para alejarse de Dios ¿Qué recompensa dará el hombre por su alma?, también creer que nuestra fuerza nunca se va acabar es soberbia y autoengaño.

Igualmente pasa con los hijos de Dios dentro de la iglesia de Cristo, especialmente cuando somos exhortados, siempre hay una excusa en nuestra boca porque no somos capaces de postrarnos, humillarnos ante el Señor y quebrantarnos en su presencia; entonces respondemos, por ejemplo: “He tenido mucho trabajo y no me da tiempo de ir a la iglesia”, “Es que mi esposo o mi esposa no han querido acompañarme”, “Las actividades de mismos hijos, son los domingos y usted sabe tengo que atenderlas”, “Es que no me gusta “X” o determinado pastor o hermano”, “Esa palabra es dura, eso no es para mí, es para quien la predica”, “Es que cuando el hermano alaba, no me puedo concentrar, me cae mal”, “Reconozco que me he apartado, pero, yo he orado mucho”, “Si, sé que debo perdonar, pero ahorita no, estoy muy dolido”, “Muy bien, estoy bien, gracias al Señor, no se preocupe la semana que viene voy a la iglesia con seguridad”, etc., justificaciones tras justificaciones, razones tras razones, que de nada valen, cualquier persona puede discernir que están en rebeldía, pecado o mentira, sin ser muy espiritual ni entrar en juicio; no nos olvidemos que Dios no puede ser burlado, el conoce que hay en nuestros corazones, así que no nos desgastemos, es preferible reservarnos nuestras razones, ya que todo será expuesto tarde o temprano y tendremos que dar cuentas a Dios, no a los hombres y llegará un quebrantamiento con dolor y sufrimiento, a menos que haya arrepentimiento y conversión genuina de cada uno de nosotros porque la salvación es individual. Mientras tanto, y hasta que Dios lo permita, aquellas personas que tienen responsabilidad de guardar por la vida espiritual de las ovejas ante Él solo les queda orar sin cesar, visitar y discipular, pedir la intervención divina del Espíritu Santo, que es quien convence de justicia, juicio y pecado, clamar por la misericordia y perdón de sus pecados.

Si no volvemos en sí, retornando al Señor nada podemos hacer, dice la palabra; es importante recordar que el sincero arrepentimiento y el reconocimiento de que necesitamos al Señor “EN TODO” es el paso iniciar para volver donde el Padre, el hijo pródigo en su desespero se acordó de su padre y todo lo que cambió por seguir su insensatez, devolviéndose de sus malos caminos, por eso no tenga temor, cuan hijo prodigo, reconozca, vaya y pida perdón, si tiene que resarcir el daño que hizo, hágalo, si tiene que recibir disciplina y el castigo asúmalo, Dios al que ama disciplina y castiga; esfuércese, sea valiente, devuélvase de sus malos o “buenos” caminos apartados de Él, humíllese ante el Señor, búsquelo con ese corazón quebrantado, ore y conviértase, porque Dios escucha al contristo de corazón, Él es fiel y justo para perdonar y nunca nos ha abandonado; estemos seguro que Él nos recogerá con júbilo y sanará de toda enfermedad de espíritu corrompido y romperá las cadenas que lo tiene atado al socio perverso y descarriado de nuestra alma, Lucas 15:17-18 “Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti”; 2 Crónicas 7:14 “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra”; Mateo 16:26 “¿De qué sirve ganar el mundo entero si se pierde la vida? ¿O qué se puede dar a cambio de la vida?”.

Uno es el quebrantamiento que viene por la ira de Dios y otro el quebrantamiento glorioso del Señor, los cuales no son manifestaciones temporáneas sino que tienen trascendencia y repercusiones para la eternidad; el primero trae dolor y castigo eterno y el segundo conversión, libertad y sanidad para mi vida, que me llevan hacer obras dignas de arrepentimiento, es decir, cambios radicales de santidad, transformación en mi conducta, carácter, temperamento y en la forma de cómo me relaciono con el Señor, Salmo 95:6 “Venid, adoremos y postrémonos; Arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor”; es necesario que demos testimonio de que Cristo vive en nosotros, renunciemos al viejo hombre, a la antigua manera de vivir, quien no lo haga no tiene al Espíritu Santo, es un religioso, un manipulador de la palabra, un hijo rebelde de la cual abundan por montones, y que no saben si les dará tiempo a arrepentirse, porque sus arrebatos emocionales los llevaran a la perdición y al quebrantamiento doloroso que tendrán que soportar por siempre; por eso déjese tomar por el Espíritu Santo, estamos a tiempo, sujétese a su voluntad, sométase a la palabra del Señor, para que se le revele que es el arrepentimiento genuino, el quebrantamiento del alma y el abatimiento del espíritu para glorificar al Padre. Proverbios 18:12 “Antes del quebrantamiento se eleva el corazón del hombre, Y antes de la honra es el abatimiento”; Jeremías 10:19 “¡Ay de mí, por mi quebrantamiento! mi llaga es muy dolorosa. Pero dije: Ciertamente enfermedad mía es esta, y debo sufrirla”.

Todos seremos quebrantados de una u otra forma, unos para glorificar el nombre del Padre, otros para pagar por sus pecados y transgresiones, nosotros decidimos cuál; quien decida elegir el quebrantamiento por andar en sus malos caminos, de soberbia y la altivez de espíritu, prepárese porque traerá muerte y destrucción, ya que ese es el pago por su pecado. Isaías 59:7 “Sus pies corren al mal, se apresuran para derramar la sangre inocente; sus pensamientos, pensamientos de iniquidad; destrucción y quebrantamiento hay en sus caminos”; Isaías 47:11 “Vendrá, pues, sobre ti mal, cuyo nacimiento no sabrás; caerá sobre ti quebrantamiento, el cual no podrás remediar; y destrucción que no sepas vendrá de repente sobre ti”; Por el contrario, quien busque la misericordia de Dios, de su gracia y amor, humillándose ante su presencia y sometiéndose a su voluntad, este no pierde nada sino que gana mucho más de lo que se imagina, porque Dios mira nuestros corazones y se agrada del sincero arrepentimiento. Salmo 5:4-7 “Porque tú no eres un Dios que se complace en la maldad; El malo no habitará junto a ti. Los insensatos no estarán delante de tus ojos; Aborreces a todos los que hacen iniquidad. Destruirás a los que hablan mentira; Al hombre sanguinario y engañador abominará Jehová. Más yo por la abundancia de tu misericordia entraré en tu casa; Adoraré hacia tu santo templo en tu temor”.

La invitación es a tener temor de Dios, quebrántese delante del Señor y manténgase firme, espere pacientemente su acción poderosa, esfuércese por mantener encendida la llama del Espíritu Santo en su corazón sin contristarlo, vele y este alerta porque el enemigo es muy astuto y donde ve un portillo, una hendija por dónde colarse, lo hará; sin embargo los que permanecen en el Señor no serán tocados, promesa que debemos creer, palabra de la que debemos apropiarnos. ¡Bendito sea el Señor!; Jeremías 17:7-8 “Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto”. Amén


lunes, 18 de mayo de 2020

OCHO ASPECTOS A CONSIDERAR PARA EL CRECIMIENTO


Toda persona es única en carácter y temperamento; ella está constituida por las tres áreas del ser: alma, cuerpo y espíritu, distribuido en ocho aspectos (aunque son muchos más) que son susceptibles a ser mejorados, es decir, convertidos con la ayuda del Espíritu Santo para un crecimiento y así lograr el mayor equilibrio y madurez como hijo de Dios posible, demostrando integridad y sobriedad en las cosas del Señor; Tito 2:7 “presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras;…”; 1 Tesalonicenses 5:23 “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo,…”; Efesios 4:12-13 “a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”.

Entre los aspectos que debemos considerar para superarnos y crecer en espíritu tenemos los siguientes (pida discernimiento al Espíritu Santo):

1. ASPECTO FÍSICO: Para mejorar y mantener una buena salud, debemos procurar una buena alimentación, el ejercicio y los buenos hábitos de higiene, conservar una apariencia personal agradable y pulcra, no permitir que los apetitos instintivos gobiernen tu voluntad. En nuestro andar con el Señor es necesario ejercitarnos física y espiritualmente para fortalecernos e impedir que nuestra alma se desboque por los deseos engañosos que la carne, el mundo y el mal nos ofrecen; la palabra dice 1 Corintios 10:23 “Todo me es lícito, mas no todo conviene: todo me es lícito, mas no todo edifica”; 1 Juan 2:16 “Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo”; por eso es importante tener sumo cuidado de qué me estoy alimentando, si mi aseo (ayuno) es de actitudes e impiedades o son arrebatos de mi carne, o si mi limpieza es en perdón, arrepentimiento y oración constante o en rencor, altivez o distracción. Presentarnos limpios, puros y santos, con un testimonio agradable al Señor y un semblante que refleje a Cristo debe ser nuestra consigna.

2. AFECTIVO: El amor es una de las riquezas más grandes que Dios nos ha dado, ignorarlo o distorsionarlo puede traer consecuencias negativas para nuestra vida espiritual, Colosenses 3:14 “Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto”; descuidar nuestra capacidad de amar es catastrófico. Existe un orden, como todo lo del Señor, para amar, por eso debemos evitar dejar llevarnos por nuestras emociones desordenadas, el mal humor, carácter o temperamento, si queremos permanecer firmes afectivamente, sin la influencia ni imitación de ciertas conductas de otros, sea único y auténtico ante el Señor, evite juzgar los actos de los demás o de desistir en la buena carrera por falta de amor, reconocimiento, alabanza o crítica de su entorno social, ya sea familiares, hermanos o compañeros de trabajo, etc., porque no es sano, Romanos 12:2 “Y no os adaptéis a este mundo…”; procure amar a Dios, alcanzar la salvación, la vida eterna a través de Jesús y lo demás llegará por añadidura. Él enseño en Hechos 20:35 “Más bienaventurado es dar que recibir”; por eso no nos cansemos nunca de dar y entregar afecto sin esperar nada a cambio, aún a quien no se lo merezca de eso se trata la misericordia y el amor, que debemos anhelar por Cristo, de lo contrario nada soy; 1 Corintios 13:1-2 “Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy”.

3. SOCIAL: Hay que ser un miembro consciente y responsable de la vida espiritual de sus hermanos como una unidad y de los perdidos, ya que es la gran comisión que nos fue delegada por nuestro Señor Jesucristo; Romanos 5:8 “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”; 1 Juan 3:16 “En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos”; Es necesario aportar y edificar siempre, pensando que será de utilidad para el necesitado, manteniendo una participación proactiva, propositiva y sinérgica, renunciando a las mezquindades y vanidades, desempeñando todos los roles familiares, laborales, sociales o espirituales, con amor, desprendimiento y servicio sincero, de corazón, sin dañar a los demás; Colosenses 3:23 “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres”; 1 Corintios 12:26 “De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan”; Efesios 4:16 “de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor”; debemos aprender a “hacer”, quien se quede solo en oír no ha entendido la responsabilidad que tenemos ante el Señor de ir por los perdidos, atender al desamparado, fortalecer y edificar al débil con el poder del Espíritu, como lo hizo Jesucristo que entrego en la cruz su vida para nuestra salvación; Isaías 1:17 “Aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda”.

4. ASPECTO ECONÓMICO: Aprendamos a usar sabia, racional y equilibradamente los bienes dados por el Señor, sin caer en el consumismo o la desidia, debemos abandonar el pensamiento de que obtener cosas nos dará la felicidad, pues si de esta depende nuestra actitud estamos destinados al fracaso, la frustración o la depresión, sobre todo cuando no lo podamos obtener o alcanzar ese vano anhelo, Mateo 19:21-22 “Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme. Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones”; sea agradecido con lo que tiene y alabe al Señor; 1 Tesalonicenses 5:18 “Dad gracias en todo,  porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús”; para obtener de los frutos y las bendiciones, que Dios nos da, hay que trabajar, el Señor no es una lotería, ni juega a la ruleta cada cosa que hace tiene un propósito; siempre espera pacientemente que nuestro amor hacia Él se manifieste de sincero corazón, con fe y confianza, de nada vale tener muchas riquezas y no tener su amor, su misericordia o su gracia; Proverbios 11:4 “No aprovecharán las riquezas en el día de la ira; Mas la justicia {me} librará de {la} muerte”; 1 Corintios 13:3 “Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve”.

5. ASPECTO ESTÉTICO: Esto involucra mejorar en tres elementos como es: (a) lo personal, reconoce tus errores, no seas vanidoso ni orgulloso, valora que eres creación perfecta de Dios en Espíritu y estima tu imagen que fue creada a su imagen y semejanza; reconoce que fuiste pecador y que ahora eres diferente, cree de corazón que moriste al viejo hombre y naciste de nuevo, por eso no te puedes seguir comportando como eras en tu vida pasada, ya fuiste perdonado, pecar con conocimiento a la verdad es condenarnos, y mucho menos llenarnos de inconformidad enfocándonos en nuestros rasgos físicos y modificando su diseño, perdiendo el temor cuando es obra hecha de las manos de Dios, seamos responsables con nuestro cuerpo y salud, por ejemplo, le pedimos a cada instante al Señor que nos de salud y nos cuide, pero nosotros no hacemos nada por mantenernos sanos ni cuidarnos, renunciemos a la ira, el rencor, la falta de perdón, solo nos acordamos de esto, cuando caemos en desgracia o muerte, ya sea por un cáncer o un infarto producto de nuestra necedad, aprenda amar y a perdonar a sabiendas que bueno no hay ni uno solo; (b) el ambiente, tratemos de mantener nuestro entorno sano, limpio y ordenado, protegiéndolo y cercándolo en oración con el poder del Espíritu Santo, estando pendiente del detalle de no contaminarlo con nuestra actitudes almáticas, llenándolo de tinieblas, especialmente cuando tratamos a nuestro prójimo y en nuestro testimonio en los diferentes escenarios (hogar, trabajo, iglesia, etc.), evitemos que el desorden externo nos robe la paz o el gozo interno; (c) la creación (naturaleza), goza y cuida todo lo que el Señor a dispuesto para nuestro disfrute, sin ensuciarlo con nuestra iniquidad, indiferencia o dejadez; oremos por: la tierra, el agua, el aire, los árboles y todos los animales que Dios nos ha dado para alimentarnos, manifestándonos como hijos suyos, dando gracias por todo, pidiendo el equilibrio como lo hubo en el principio ante de la caída del hombre por su pecado, y ahora el nuestro, evitemos las distracciones, humillémonos y arrepintámonos de nuestro proceder y el mal que hemos cometido; 2 Timoteo 2:15 “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad”; que se nos revele que 2 Crónicas 7:14 “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra”.

6.  INTELECTUAL (SABIDURÍA): Para enriquecer la sabiduría y crecer espiritualmente, debemos observar detenidamente todo lo que nos rodea, pensar que todo fue hecho por Dios con un propósito, y más que permitirnos disfrutarlo, cada cosa tiene una enseñanza que es digna de admirar, alabar y exaltar, dando gracias por cada detalle; Isaías 66:2 “Todo esto lo hizo mi mano, y así todas estas cosas llegaron a ser -declara el Señor-. Pero a éste miraré: al que es humilde y contrito de espíritu, y que tiembla ante mi palabra”; el temor es el principio de la sabiduría, quien no tiene temor, humillado o contristado su espíritu, no ha sido edificado sobre la roca, no ha crecido como hijo de Dios, y temblará el día de la ira; por eso están importante orar, leer la palabra, reflexionar y ejercitar nuestra capacidad de discernimiento y juicio con el Espíritu Santo para ser edificado, para no cometer el error de caer de nuevo en el foso de perdición donde fuimos sacados por pura misericordia, ya que olvidarlo es perecer espiritualmente, es un error que muchos cometen por falta de conocimiento real de Dios; por eso ya es hora de pensar en lo bueno, lo santo y lo puro, desechando lo malo para que vengas días de refrigerio, aprendiendo qué de toda adversidad, el Señor, saca una enseñanza, me fortalezco en sus propósitos eternos; es por ello que, cuidemos cada cosa que hagamos, emprendamos, pensemos, hablemos o soñemos, pidiendo al Espíritu Santo que nos dé inteligencia, nos enseñe y guíe con su poder creativo, para que se convierta en mí una norma, una ley, una costumbre que salga del corazón, no por religiosidad; Proverbios 16:21 “El sabio de corazón es llamado prudente, Y la dulzura de {sus} labios aumenta el saber”; Proverbios 9:10 “El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, Y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia”. Si no recibimos, revisémonos, posiblemente es porque no hemos sido sabios ni prudentes, estamos estancados, seguramente nos hemos apartado de Dios por ir detrás de nuestros deleites o luchas estériles sin propósito, trampas que el enemigo ha puesto para enlazarlos, atraparnos y esclavizarnos, o tal vez por la corrupción de nuestra alma que nos hace codiciar, envidiar y hasta matar para obtener lo terrenal, sin entender el mal que estamos cometiendo por falta de la presencia del Señor en nuestras vidas. Santiago 2-4 “Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites. ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios?...”; Proverbios 8:11 “Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas; Y todo cuanto se puede desear, no es de compararse con ella”.

7.  MORAL (EL TESTIMONIO): Es fortalecerse siendo obediente, cumpliendo nuestros deberes como Hijo de Dios, en base a las enseñanzas de Cristo, especialmente en la rectitud de su reino y lo glorioso de su justicia; es muy común ver cristianos que creen en el Señor, conocen palabra, piensan como Cristo, pero no actúan como tal, entonces no hay congruencia entre lo que se cree, piensa, se recibe y hace, por eso la palabra dice en Mateo 23:3 “De modo que haced y observad todo lo que os digan; pero no hagáis conforme a sus obras, porque ellos dicen y no hacen” y en Mateo 7:20 “Así que, por sus frutos los conoceréis”; no hay nada que edifique más en un creyente que un buen testimonio; testificar no es pararse en un pulpito a hablar de las maravillas de Dios sino no hay cambios en mí, si vivimos saliéndonos y abandonando el camino (Cristo) por seguir el nuestro, el que creemos que nos dará la felicidad, no hay presencia ni la conducción del Espíritu Santo, lo que traerá, en la mayoría de las veces, disciplina, sufrimiento, dolor y castigo, ya que su fruto no es bueno, muchos de ellos nos llevan por sendas de perdición, caminos de tinieblas, ejemplo claro es cuando hermanos se han mostrado muy espirituales y en el primer tifón de tempestad sale a flote la maldad que gobierna sus vidas, se manifiesta la carne, huyen, se alejan, siembran cizaña, escarnecen a los miembros de iglesia, familia, trabajo siendo piedras de tropiezo para los débiles de la fe, es por ello que el Señor nos dice en 2 Pedro 2:21-22 “Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado. Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno”; sólo hay que observar la frialdad de sus vidas espirituales, se apartan y se ocultan en sus moradas de maldad, critican, mal ponen y nada les parece, se les olvida que Dios tiene siempre el control, y peor aún, no creen en su poder transformador; Tito 1:16 “Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra”; No podemos permitir que prevalezca la carne ni mis pensamientos de juicio y maldad, debe estar por encima de todo eso el amor, la misericordia, el perdón y el sincero arrepentimiento; no justifique sus acciones ya que no se necesita explicar mucho, ya que nuestros frutos hablarán por sí solos; 1 Corintios 10:12 “Así que el que piensa estar firme, mire que no caiga”; 2 Corintios 1:12 “Porque nuestra gloria es esta: el testimonio de nuestra conciencia, que con sencillez y sinceridad de Dios, no con sabiduría humana, sino con la gracia de Dios, nos hemos conducido en el mundo, y mucho más con vosotros”;  Gálatas 5:1 “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud”.

8. EL ASPECTO ESPIRITUAL: Está colocado de último por su importancia para el crecimiento en el Señor, la palabra dice en Hebreos 6:1b “…vamos adelante a la perfección;…”, para ser perfectos tenemos que crecer en amor e imitar al hijo perfecto a Cristo, comportándonos como tal, uno es reflejo de lo que imita; Juan 8:44 “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira”; evalúe si hemos permanecido en la verdad, si hemos dicho mentiras, si somos homicidas espirituales de los débiles, es tiempo de sincerarse para que haya sanación; Colosenses 3:14 “Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto”; Efesios 4:13 “hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”; Hechos 3:19 “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio”; el crecimiento llega cuando nos arrepentimos y convertimos de verdad, este aspecto traerá tiempos de refrigerios para nuestra vida, por eso busquemos hacer el bien en todo momento, dejemos de ser oidores para convertirnos en hacedores dignos con un sentido de trascendencia en la vida eterna, entendamos que el compromiso con Dios no es un juego, ni una ruleta rusa, hoy sí mañana no, renunciemos a la necedad no se puede iniciar una vida espiritual en Dios y pisotearla con la carne, es un requisito sine qua non mantener la llama encendida en todo momento sometiéndonos al Espíritu Santo, debería ser un ferviente anhelo, buscar ser mejores hijos cada día y superar todos obstáculos que se nos presente aferrado al Señor, buscándolo en espíritu y verdad. Gálatas 3:3 “¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne?”; 1 Corintios 2:12-13 “Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual”.

REFLEXIÓN FINAL

El crecimiento espiritual del ser busca equilibrar de manera armónica todos los aspectos de la vida en la tierra con la presencia del Espíritu Santo, con la finalidad de alcanzar la madurez en Cristo dejando los rudimentos en la cual nos hemos estancados y permitirnos recibir de la gloria de Dios. Hebreos 5:11-14 “Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír. Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido. Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal”; 1 Pedro 4:11 “Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén”; más claro no canta un gallo, nosotros decidimos, ¿Estás dispuesto a Crecer?

 

“Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado. Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido”.

Apocalipsis 2:2-5

miércoles, 13 de mayo de 2020

LA PIEDRA SACADA DE LA ROCA

Luego de que Herodes apresó a Juan el Bautista, Jesús se encontraba en Capernaún llevando la palabra y “Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres” Mateo 4:18-19; “Y dejando luego sus redes, le siguieron”; Marcos 1:18. Este hombre sencillo nombrado Simón, no dudo en atender el llamado que le hizo el Señor, “Venid en pos de mí”, muchos fueron llamados pero pocos los escogidos, porque no aprendieron a atender su voz; Dios en su infinita misericordia mira nuestro corazón y la disposición que tenemos de obedecerle y seguirle, Él no está mirando la condición social o económica, ni sabiduría, ni la fuerza, sólo observa la capacidad de atención que tenemos al escuchar su voz. Apocalipsis 3:20 “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo”, un líder revelacional debe tener la capacidad de discernir cuando un llamado viene de lo alto o es pura manipulación humana.

Jesús conocía la naturaleza de Simón Pedro, pescador muy almático, terco como el mulo, de gran incredulidad, muy emocional e impetuoso, rápido en su hablar (hablaba sin pensar), judío religioso, pero también sabía que era un hombre obediente, humilde de corazón, sensible al Espíritu Santo y a quien sería revelada la verdad, estaba destinado a ser su discípulo, un líder revelacional, y parte importante de la gran comisión que Él dejaría en la tierra, por eso lo llamó Cefas, que quiere decir en Arameo “Pedro”, el cual significaba "piedra", es decir, tan duro como la piedra, piedra de tropiezo cuando se apartaba de Dios, y en revelación “trozo de roca”, piedra viva sacada de la roca para edificar sobre el fundamento, Cristo. Juan 1:42b “… Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón, hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas (que quiere decir, Pedro)”; Lucas 6:48 “Semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca”; Simón era tan parecido a nosotros qué no nos sorprendamos porque el Señor nos escogió como hijos suyos, el no busca hombres perfectos para que nadie se jacte ni gloríe en su presencia; el detalle está si queremos ir en pos de Él o en pos de los hombres o de palabras bonitas manipuladas por ellos, en pos de acariciar mi alma o de escuchar la verdad de Cristo.

Simón era hijo de Jonás y hermano de Andrés, otro de los 12 discípulos, quien había sido discipulado por Juan el Bautista y conocía de la venida de la venida del Señor, ambos eran naturales de Betsaida; los historiadores presentan a Pedro como un hombre de personalidad tosca y de duro trato, por su condición de pescador; sin embargo en realidad fue necio, cobarde y débil espiritualmente, era perfecto para ser trasformado por el Señor en el Líder revelacional que había dispuesto; 1 Corintios 1:27-29 “sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia”.

Este hijo de Dios, discípulo de Cristo, a pesar de sus imperfecciones ayudó a levantar la obra con la dirección del Espíritu Santo en tiempos difíciles, sobre todo cuando los cristianos fueron perseguidos y ejecutados por profesar su fe; es evidente que no fue en su capacidad humana por los hechos que le precedían cuando estuvo con Jesús, al negarlo tres veces, por eso luego de que se convirtió, fue un hombre de testimonio, fuerte en su fe (piedra), valiente y esforzado, se le había revelado el Cristo resucitado, vino a ser un instrumento fundamental para transformar la iglesia del Señor; Mateo 16:16-17 “Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos”; 1 Corintios 15:4-5 “…fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; y que apareció a Cefas {Pedro}, y después a los doce”; 1 Pedro 1:6-7 “En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo”.

Un líder revelacional es una persona que siendo vil es transformada por el Espíritu Santo, posee un corazón dispuesto a ser moldeado como el barro al corazón de Cristo, Pedro lo fue; recordemos que fue él quien intentó desviar a Jesús del propósito eterno del Padre para salvación del hombre, sólo por satisfacer los deseos de su alma, la cual estaba controlada por su carne, su mundo y, por ende, el maligno, creyendo que iba a evitarle a su maestro el camino del sufrimiento o le estaba haciendo un favor; nosotros igualmente, en incontables veces queremos que el Señor desvíe sus propósitos a los nuestros, orando y pidiendo cosas que sabemos que no nos convienen, y es necesario que el Espíritu Santo nos confronte duramente así como lo hizo Jesús con Pedro, al llamarlo satanás, pasar por estas fuertes pruebas, nos lleva a enfrentar la verdad de Dios para reaccionar y ser moldeados; es necesario que nosotros como líderes en el Señor, sujetemos y sometamos nuestra alma a Dios, la obliguemos a alabar al Padre, nos recordemos que no se trata de lo que sintamos o queramos sino de lo que Él quiere para nuestras vidas y cómo lo quiere, visualizar con discernimiento del Espíritu lo que demos hacer y hacerlo, postergarlo es tristeza para nuestro corazón; en este momento es cuando se nos revela realmente los propósitos de eternos para nuestras vidas, cuando dejamos ser sordos y mudos espirituales y hacemos la voluntad del Padre así vaya en contra de la nuestra; Marcos 8:32b-33 “Esto les decía claramente. Entonces Pedro le tomó aparte y comenzó a reconvenirle. Pero él, volviéndose y mirando a los discípulos, reprendió a Pedro, diciendo: ¡Quítate de delante de mí, Satanás! porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres”; Juan 21:15-17 “Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Él le dijo: Apacienta mis corderos. Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas. Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas”.

Pedro como líder revelacional no era infalible, ni tenía una autoridad superior a la de los otros hermanos (apóstoles), como más de uno predica en las iglesias con el tema del apóstol y el ungido, el verdadero apóstol, pastor y ungido es Jesucristo, lo demás es pura gracia; en Antioquía, por ejemplo, Pablo lo reprendió y resistió por su miedo a los hombres (judíos), la simulación e incluso la hipocresía entre los hermanos, y de un andar no recto ni conforme a la verdad del evangelio; Gálatas 2:11-16 “Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar. Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión. Y en su simulación participaban también los otros judíos, de tal manera que aun Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos. Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar? Nosotros, judíos de nacimiento, y no pecadores de entre los gentiles, sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado”; muchas veces nosotros disimulamos o aparentamos en la iglesia amor, santidad y espiritualidad, por eso el Señor nos reprende, redarguye y exhorta, aun nos resiste, lo significativo de este hecho es no quedarse estático ni lamentándose, sino retomar las sendas de justicias y enrumbar nuevamente su vida a Cristo, quien quiera ser hijo de Dios y no quiera ser disciplinado o castigado por el Señor, sométase y sujétese al Espíritu Santo, sino, no se sorprenda cuando la vara llegue y ejerza su función; seguramente habrá muchas ovejas que serán sacrificadas por su maldad y pecado, porque no quisieron encarrilarse, ni obedecer la voz del Pastor de los pastores, otras porque engordaron tanto en su religiosidad que no pudieron entrar por la puerta estrecha, Pedro tuvo que morir a su vieja naturaleza de hombre piedra y convertirse, para ser transformado en piedra sacada de la roca eterna, el fundamento de nuestra fe, la piedra viva que es Cristo nuestro Señor.

Hablar de Pedro, es hablar del Señor Jesucristo, por la gran cantidad de vivencias que tuvo a  su lado, todo se resume en una sola palabra: obediencia; su obediencia lo llevó a estar entre los hijos amados del Señor y por eso le dio el título de “Pescador de hombres”:  Lucas 5:5 “Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red”; Lucas 5:8 “Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador”; Lucas 5:10b-11 “…Pero Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres. Y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo, le siguieron”; así tengamos muchas incredulidad, la obediencia compensa dicha falta de fe; el Señor trabajo mucho tiempo en la fe de Pedro hasta que se le reveló y se convirtió de corazón, siendo una de las piedras que ayudaron a levantar la iglesia del Señor. 

Si usted tiene incredulidad en su corazón, y se apartado del Señor por motivo o miedo a los hombres, necesita que el Señor lo trate, revelarsele  el Cristo vivo, pero debe buscarlo fervientemente primero, y prepárese porque su fe será transformada, eso sí, nunca desobedezca al Señor y observará en primera fila las cosas gloriosas que Él puede hacer en su vida y familia.

REFLEXIÓN:

Un líder revelacional es aquel quien es sacado de la roca, es el que se atreve a obedecer al Padre aún en contra de su propia voluntad, reconocer su condición cobarde y pecadora, es quien se postra en su presencia con un corazón contrito y humillado para fortalecerse en Espíritu y es capaz de dejarlo todo por causa de quien lo llamó (Cristo), la interrogante es: ¿Si estoy dispuesto hacerlo? ¿Si se me reveló el Cristo? o ¿Cuánto tiempo más necesito para ser piedra viva?; procrastinar, posponer o aplazar el llamado es perderse; quien se atreva a dar el paso recibirá mucho más de que lo que imagina, recibirá la corona de vida, la heredad del Padre y la gloria que está preparada para los que se mantienen firme en el Señor, como lo hizo la “piedra convertida” llamada Pedro; así como partió de ser el humilde Simón (la oveja), hombre de pueblo, pescador de profesión, se sujetó y sometió a Dios, a su palabra para ser Pedro el pescador de hombres (el siervo), así mismo lo podemos hacer nosotros, permitir que el Señor nos levante como piedras vivas, fundamentadas en Cristo, la roca, lo cual será de bendición eterna para nuestras vidas y habrá un ferviente anhelo que nos acompañará hasta el día de nuestra muerte terrenal, para ser de bendición a otros y a la obra; llegará el día que compartiremos, por fe, en la misma mesa con nuestro Señor Jesucristo, recibiendo del pan de vida, mi nuevo nombre tallado de la roca y el vino sacado de vid, el mismo tomado de la esencia del Padre para glorificar su nombre. Amén

“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe”.

Apocalipsis 2:17