En este caminar de la existencia terrenal humana, he
experimentado diferentes etapas que me han marcado y han sido trascendental
para mi vida; me han llevado desde la cúspide del “éxito” (o lo que yo creía
que era) al foso más oscuro y vil que una persona pueda experimentar, a tal
punto que, puedo afirmar con conocimiento de causa que nada soy, si no hubiese
aparecido el Señor Jesucristo en mi vida, a veces me pregunto ¿Qué sería de mí? y ¿Dónde estaría? sin su amor y misericordia.
lunes, 27 de febrero de 2017
miércoles, 1 de febrero de 2017
PROCRASTINANDO EN CADA MOMENTO
Existe la costumbre en las personas de posponer las cosas
sin ninguna razón lógica, aunque ellas puedan ser de prioridad, por ejemplo he
observado dentro de una cordial conversación de amigos, en un almuerzo, que se
interrumpe todo lo que se esté haciendo por atender un mensaje del celular,
desconectándose irrelevantemente de su
alrededor, rompiendo el vínculo que en ese momento se había generado, igualmente se han creado ciertas dependencia de diversos elementos externos, tales como navegar en Internet, leer revistas de moda, salir de compras, comer compulsivamente, etc., que hacen que nos dejemos absorber en
exceso por ciertas rutinas que, inclusive, sirven de pretexto para
evadir algunas responsabilidades, acciones o decisiones importantes o necesarias. A este síndrome de evadir
sus responsabilidades posponiendo las tareas a realizar, refugiándose en actividades
ajenas a su cometido se le denomina procrastinar.
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