La gran mayoría de las personas independientemente de su condición social, económica, política o espiritual, se manejan de acuerdo al ego que poseen. Todo lo que les ocurre o sucede se mide de acuerdo a los estándares de su ego. El ego es uno de los componentes de la personalidad que busca satisfacer al alma, tratando de llenar vacíos y necesidades humanas dependiendo del entorno que vive.
Cuando la vida gira entorno a mi persona es porque
existe ego, estar centrado en uno mismo se le conoce como Egocentrismo. El Egocentrista
es el hombre que está etiquetado por exagerar su amor propio y el orgullo, que tiende
a ser soberbio, es decir saca la maldad interior como producto procesado guardado en su corazón, simplemente porque es yoísta, y se cree el señor de su vida.
Nunca faltará un creyente o cristiano que diga que no es egocéntrico o que viva ocultando su pecado con velos de falsa piedad, es casi seguro que sufre de este mal y por lo general se va adecuando con el paso del tiempo a los ofrecimientos del mundo, satanás y la carne de una manera tal sutil que llena su vida de tinieblas y oscuridad (muerte) sin darse cuenta.
Nunca faltará un creyente o cristiano que diga que no es egocéntrico o que viva ocultando su pecado con velos de falsa piedad, es casi seguro que sufre de este mal y por lo general se va adecuando con el paso del tiempo a los ofrecimientos del mundo, satanás y la carne de una manera tal sutil que llena su vida de tinieblas y oscuridad (muerte) sin darse cuenta.
Es como un cáncer que carcome y va dejando un vacío
espiritual, eso ocurre porque anda prevaricando o apartándose de Dios sin darse cuenta, tanto es así que llenos
de muerte busca la aceptación de su grupo social, asociándose con otros para tratar de imponer su justicia (o "in-justicia" porque viene de
adentro de su corazón), cargas o doctrinas fuera de la voluntad del Señor producto
de ese pecado, aunque pareciera lo contrario, pero, hay que discernirlo en el Espíritu.
El ego es la tarjeta de presentación de muchas personas, está vinculado al egoísmo,
desobediencia, vanagloria, avaricia, injusticia, ingratitud, interés, comodidad,
voracidad, codicia, ambición, altivez, altanería o la dura cerviz.
El egocéntrico tiene muchas características, entre
ellas tenemos: ser jactancioso, presuntuoso, soberbio, entre otras, y busca satisfacer
sus deleites sin importarle nada o nadie, aun sin importarle Dios; no permite la
exhortación o la disciplina y siempre quiere tener la razón; 2 Timoteo 3:2-4 dice
que “Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios,
blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables,
calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos,
infatuados, amadores de los deleites más que de Dios”; quien no se sujete a la palabra
de Dios es un hombre orgulloso, autosuficiente, presuntuoso, lleno de soberbia y
debe revisarse bajo la luz del Espíritu Santo, su vida espiritual está tan deteriorada
que necesita creerse que no lo está por lo tanto desarrolla cierta arrogancia, altivez
y altanería en su corazón, aunque lo disimule o no lo aparente.
¿CÓMO IDENTIFICO SI EXISTE EGO EN MI VIDA?
1. Cuando en mi corazón atesoro maldad, altivez, arrogancia, soberbia, ira, contienda, etc; Jeremías 48:29 “Hemos oído la soberbia de Moab, que es muy soberbio, arrogante, orgulloso, altivo y altanero de corazón”; Lucas 6:45 “…y el hombre malo, del mal tesoro saca lo que es malo; porque de la abundancia del corazón habla su boca”.
2.
Cuando me
asocio a grupos privilegiados, buscando aceptación, quién me aplauda, reconozca
y admire en todo lo que hago, aun del Señor, a sabiendas que él conoce mi corazón y no lo podemos engañar, y aún así atropellamos al débil. Lucas 18:11 “El fariseo, puesto en pie, oraba consigo
mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres,
ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano”.
3.
Si estoy carnal
y tengo la necesidad competir, discutir o enfrentar a alguien, pero sin perder porque
soy hijo de Dios, mi orgullo está activado. Filipenses 2:3 “Nada hagáis por contienda
o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores
a él mismo”; 1 Corintios 3:3-5 “porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros
celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? Porque
diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois
carnales? ¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales
habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor”.
4.
Al ser sordos de la palabra, aunque la oigamos. No aceptamos el consejo del Espíritu Santo,
del pastor o hermano, aunque se finja escucharlo. Jeremías 13:15 “Escuchad y oíd; no
os envanezcáis, pues Jehová ha hablado”; Isaías 32:9 “Mujeres indolentes, levantaos,
oíd mi voz; hijas confiadas, escuchad mi razón”; Proverbios 13:18 “Pobreza y vergüenza
tendrá el que menosprecia el consejo; Mas el que guarda la corrección recibirá honra”.
5.
Creo saberlo
todo, siempre tengo la razón, me gusta hablar del Señor pero no lo aplico a mi vida, siempre ando a la defensiva, creo tener respuesta para todo y no callo, no he aprendido a perdonar ni a pedir perdón ante el Señor y los hombres.
Hechos 3:19 “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros
pecados…”; Isaías 53:7 “Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero
fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció,
y no abrió su boca”.
6.
No le gusta
pasar desapercibido, hace cualquier cosa para llamar la atención. Mateo 6:16 “Cuando
ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros
para mostrar a los hombres que ayunan…”.
7.
Manipula con
astucia la palabra, tergiversa, acomoda, engaña, miente o justifica su condición
espiritual, vive haciendo acepciones de personas, etiquetándolas, degradando o maltratando,
sobre todo aquellas que creo que no están a mi estatura espiritual, ignorando el
Cristo que vive en ellos. Santiago 2:9 “pero si hacéis acepción de personas, cometéis
pecado…”; Gálatas 6:3 “Porque el que se cree ser algo, no siendo nada, a sí mismo
se engaña”.
Oremos: Señor hay palabra que penetran a lo más profundo de mi ser y me parte el alma en dos, está es una de ellas. He descubierto que soy un egocéntrico; no te puedo engañar, hay altivez oculta en mi corazón, no he aprendido a perdonar y cada vez que me has tratado de corregir, evado o dejo salir mi ira, lo que indica que no he convertido esa área de mi vida, te pido perdón por eso. Hoy me humillo ante ti, no quiero que me apartes de tu presencia, ya no quiero seguir adecuando mi vida al mundo tratando de justificar mi amistad con él, quiero dejar de ser carnal y sujetarme del Espíritu Santo, sometiéndome en obediencia, alabanza y adoración. Enséñame, muéstrame, quiero honrarte y bendecirte, que sea vea el Cristo en mi. Te amo Señor Jesucristo. Amén.
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