Juan 10:10ª “El ladrón no viene sino para hurtar
y matar y destruir;…”
Muchas veces cuando escuchamos las palabras
hurtar, matar o destruir y sus sinónimos, generalmente le achacamos esos verbos
a factores externos, porque es muy difícil reconocer que nosotros somos fuentes
de perversidad, codicia, ambición o maldad y que hacemos daño a otros con
nuestras acciones; pero esto no es nuevo, en la historia de la humanidad, hemos
visto como el hombre ha ido destruyendo poco a poco la creación de Dios con armas
inventadas por él, amén de que el maligno también tiene lo suyo.
Pero, ¿Cuál es el arma más poderosa que se ha
inventado que busca destruir a las personas?
Se podría pensar que la bomba atómica de los
norteamericanos, la bomba racimo de los rusos, un virus u organismo patógeno de
los chinos, la cámara de gases de los alemanes, entre otros; tratando de
ponerle nacionalidad, pero lo que sí es una verdad que es el hombre.
Un ejemplo, el pasado 6 de agosto de 1945 señala
la historia que los EEUU bombardearon la población de Hiroshima y tres días
después la de Nagasaki, trayendo como consecuencia destrucción y muerte en esas
provincias de la nación Japonesa. Es importante resaltar, que si no lo hubiesen
lanzado ellos, seguramente los alemanes o rusos lo hubiesen hecho; por qué ya
estaba sembrado en el corazón del hombre, a sabiendas de que era un arma de
destrucción masiva.
Solamente en Hiroshima, murieron al menos 70.000
personas en la explosión inicial, mientras que otras 70.000 más murieron a
causa de la exposición a la radiación. El total de muertos en cinco años puede
haber alcanzado o incluso superado los 200.000, debido al cáncer y a otros
efectos a largo plazo, según las estadísticas del Departamento de Energía del
Proyecto Manhattan.
Su efecto fue tan destructivo, que al dejar caer la
segunda bomba sobre Nagasaki, mató a más 80.000 personas, estimándose que
murieron más de 500.000 personas por su acción nefasta, por lo cual Japón
incondicionalmente acordó aceptar los términos de la rendición el 14 de agosto;
muchos de nosotros, cuando cae una bomba de desgracia en nuestras vidas, por lo
general, nos rendimos ante la frustración, depresión, desolación, decepción,
rencor, venganza, permitiendo que estos efectos nos consuman y destruyan, llevándonos
muchas veces a la muerte.
Espiritualmente hablando también existen Armas de
Destrucción Masiva, cuyo principal componente es el pecado, que han sido
utilizadas convenientemente por el enemigo o ladrón (Satanás, mundo o la carne)
para destruirnos. Cuando separamos en dos la palabra masiva se nos revela lo
siguiente:
MAS
IVA = + IVA
La palabra dice lo siguiente en Romanos 6:23a: “porque
la paga {rendición} del pecado es muerte…”; el pecado es el Arma de destrucción
y el IVA adjuntado es la muerte, pero acá se refiere a la muerte espiritual,
porque la muerte física es un hecho.
Entonces, recordemos que el ladrón solo vino para
hurtar, matar y destruir., por eso Pedro advertía en 1 Pedro 5:8 “Sed sobrios,
y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda
alrededor buscando a quien devorar”.
Es obvio que el diablo no es el único adversario
que tenemos, ni el más peligroso, porque el más dañino ha sido nosotros mismos,
por eso es tan importante identificar cuales son las armas que el ladrón usa
para poder neutralizar su efecto con la ayuda del Señor y evitar exponernos a
su acción destructora.
¿CUÁLES SON ESAS ARMAS DEL LADRÓN?
1.
EL
CELULAR: Es una herramienta de este último siglo usada por el rey de
este mundo para adormecer, enfriar, distraer o enceguecer al hombre, el cual se
ha sembrado en nuestro corazón como la cizaña para robar nuestro tiempo de
comunión con el Señor.
El celular va destruyendo el matrimonio, las
relaciones familiares, amistosas o de trabajo, matando poco a poco nuestra vida
en especial el alma y el espíritu. Mateo 13:25 “Pero mientras dormían los
hombres {no velaban}, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se
fue”; Mateo 13:39a “El enemigo que la sembró es el diablo;…”.
El celular es un instrumento que ha idiotizado a
la sociedad como decía Einstein, en especial a los hijos de Dios; tal adicción los mantiene sumergido en un
mundo virtual, surrealista, en un meta verso que nos aparta del amor, del
camino, la verdad, de la oración, la alabanza, la presencia, la comunicación
con Dios, la iglesia, los hermanos y familia.
La palabra dice: Romanos 12:2 “No os conforméis a
este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro
entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios,
agradable y perfecta”; esta exhortación del Señor, nos hace un llamado a
renovar el entendimiento, sin embargo, el celular ha creado una adicción en
nosotros tan fuerte que nos aparta de Dios, haciéndonos dependientes de las
redes sociales, el chisme, las mentiras, la pornografía, la perversidad, la
codicia, etc. alimentando nuestras vidas de basura; por eso debemos vencer tal
adicción con la ayuda del Espíritu Santo, de lo contrario nada podemos hacer.
Para muchos es enfermizo quedarse sin baterías
del celular o sin saldo, que se lo roben o pierda, porque entran en un estado
ansiedad, depresión o ira tal, que denota que tan esclavos somos de la
tecnología y de los designios del enemigo, sus demonios y asechanzas.
Ojo, este aparato tecnológico ha concentrado en
uno solo sitio todo el poder de destrucción, manipulación e impiedad del
teléfono fijo, la televisión, la computadora, el reloj, la cámara, la radio, la
linterna, el espejo, el periódico, las revistas, los libros, los videos juegos,
la billetera, la pornografía, la infidelidad, perversidad, maldad, etc.,
haciéndonos inmundos o llenos de mundo, es por ello que se considera un arma de
DESTRUCCIÓN + IVA o un arma de destrucción y muerte.
2.
LA
DESOBEDIENCIA: Es tan adictiva como el celular; basta con
decirle a una persona que no haga esto o aquello, e inmediatamente pareciera
que se le siembra el anhelo de hacer lo contrario por su naturaleza pecaminosa;
por eso obedecer al Señor es de vital importancia, ya que es la única manera de
mantenernos resguardados del maligno, en especial cuando nos revestimos de la
Armadura de Dios, porque Cristo es nuestro escudo, castillo, libertador,
cualquier otra cosa, lugar, sentimiento o acción es necedad, rebeldía,
insensatez o imprudencia, que originará en nuestras vidas destrucción y muerte
espiritual.
Juan 14:23 “Le contestó Jesús: -El que me ama,
obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra morada en él”;
Salmo 18:2 “Señor, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fuerte
mío, en él confiaré; escudo mío, y el cuerno de mi salud, mi refugio”; Efesios
5:17 “Así pues, no seáis necios {desobedientes, rebeldes, insensatos,
imprudentes}, sino entended cuál es la voluntad del Señor”.
Tiene que quedar claro que sólo se puede entender
la voluntad de Dios cuando estamos en obediencia, por eso para muchos de
nosotros entenderla es muy difícil, porque somos desobedientes, parece ser que
someternos a la palabra no es una opción y por supuesto trae consecuencias.
Santiago 1:22, 25 “Mas sed hacedores de la
palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos”; “Mas el
que hubiere mirado atentamente en la perfecta ley, que es la de la libertad, y
perseverado en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, este
tal será bienaventurado en su hecho”; 1 Corintios 2:14 “Pero el hombre natural {desobediente}
no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y
no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente {en
obediencia al Señor}”.
Por este motivo la desobediencia es un arma de DESTRUCCIÓN
+ IVA, ya que muchas almas se han perdido o han sido desechadas por no querer someterse
a los designios del Señor. Mateo 7:23 “Y entonces les declararé: Nunca os
conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad”.
3.
LAS
TENTACIONES: La tentación es un arma utilizada por satanás a
través del mundo para hacerlos caer en sus redes, lazos o trampas, con el
objetivo de destruirnos, cobrando sus impuestos e intereses de muerte. Cada vez
que pecamos producto de las tentaciones, nos debilitamos e introducimos oscuridad
y muerte a nuestras vidas, le damos fuerza al enemigo para que haga y deshaga
en nosotros, le abrimos la puerta para que entre, hurte, mate y destruya.
Santiago 4:7 “Someteos, pues, a Dios; resistid al
diablo, y huirá de vosotros”; Mateo 26:41 “Estén alerta y oren para que no
caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil”.
Si por fe nos sometemos al Señor, resistiremos y huiremos
de la tentación venciendo, al no caer, así como Cristo venció al mundo, de lo
contrario seremos blanco fácil de los dardos del enemigo que busca apartarnos de
su protección y santidad, destruyendo nuestra vida espiritual.
Efesios 6:16 “Sobre todo, tomad el escudo de la
fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno”; 2 Timoteo
2:22 “Huye de las malas pasiones de la juventud, y esmérate en seguir la
justicia, la fe, el amor y la paz, junto con los que invocan al Señor con un
corazón limpio”.
Existen muchas otras armas de DESTRUCCIÓN + IVA tales
como: La manipulación, la estafa, la injusticia, el ego, la soberbia, la
avaricia, la idolatría, el homosexualismo, la ira, la envidia, el adulterio, la
fornicación, las borracheras, etc., instrumentos que utiliza el enemigo para
tratar de oscurecer, entenebrecer y matar nuestra vida espiritual, de acá se
desprende el esfuerzo y tener la valentía de asumir una vida en serio en el Señor,
es decir vivir en integridad, sobriedad y santidad.
1 Corintios 6:9-10 “¿No sabéis que los injustos
no heredarán el reino de Dios? No os dejéis engañar: ni los fornicarios, ni los
idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con
varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes,
ni los estafadores heredarán el reino de Dios”.
CONCLUSIÓN
Las armas espirituales de DESTRUCCIÓN + IVA
tienen el objetivo de robar el alma de los hijos de Dios, matar su vida
espiritual y destruir la obra del Señor; porque el enemigo, como mal perdedor,
ha utilizado desde siempre la debilidad del hombre para tratar de destruirnos a
través de nuestros ojos, nuestro entendimiento o nuestra voluntad, haciéndonos
esclavos de él, afectando nuestra salud mental, emocional y espiritual,
queriendo exterminar esta y la próxima generación.
Romanos 6:16 “¿O no sabéis que a quien os
presentáis a vosotros mismos como esclavos para obedecerle, sois esclavos de
aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia
para justicia?”
REFLEXIÓN
Habacuc, fue un hijo de Dios que nunca tuvo miedo
a estas armas de destrucción de su tiempo en Babilonia, dónde reinaba el poder
humano (militar), político (ideológico y religioso) y económico (dinero); él
sabía, en Espíritu, que vivir y morir en Cristo era la solución, es por ello
que nunca se cansó de velar y estar atento a las maquinaciones del enemigo,
cumplir la voluntad de Dios era su meta y convertirse de sus malos caminos era
prioridad, ya que era ganancia.
El apóstol Pablo decía que él tenía todo por
basura por amor a Cristo, perder en el Señor era ganar salvación y vida eterna,
por eso a Habacuc le fue revelado este versículo:
Habacuc 3:17-18 “Aunque la higuera no florezca,
Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados
no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas
en los corrales; Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de
mi salvación”.
La exhortación hoy es que luchemos contra las
armas de DESTRUCCIÓN + IVA, manteniéndonos en santidad; que oremos y demos
gracias al Señor por todo. Vistámonos de la armadura de Dios en el día malo,
porque la lucha no es contra carne ni sangre, y sobretodo no perdamos la
oportunidad de disponer nuestro corazón en amor y obediencia a cumplir la
voluntad del Padre, sin dudas ni limitaciones, y veremos la gloria de Dios,
porque Él es bueno y para siempre es su misericordia. Amén.
Efesios 6:10-11 “Por último, fortalézcanse con el
gran poder del Señor. Pónganse toda la armadura de Dios para que puedan hacer
frente a las artimañas del diablo”; Efesios 6:13 “Por lo tanto, pónganse toda
la armadura de Dios, para que cuando llegue el día malo puedan resistir hasta
el fin con firmeza”; Efesios 6:18 “Oren en el Espíritu en todo momento, con
peticiones y ruegos. Manténganse alertas y perseveren en oración por todos los
creyentes”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario