martes, 14 de enero de 2020

APOLOGÍA DE LA CIZAÑA


Jesucristo enseñaba a sus discípulos sobre la parábola de la cizaña: Mateo 13:24-26 “Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña”.
Todos creen que la cizaña es un agente del mal, sin embargo, pocos conocen o han entendido que la cizaña puede venir de los hijos de Dios que se encuentran en la carne, la cual se siembra cuando estamos descuidados, apartados o dormidos espiritualmente, Gálatas 6:8a “Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción…”; cuando una persona recibe a Cristo la semilla es sembrada entre espinos (cizaña), por su incredulidad natural, y dependiendo del trabajo del labrador que atiende el conuco (o campo), llámese obrero, pastor, líder o mentor, se sacará la cizaña y presentará buen fruto o por el contrario el trigo se ahogará y se perderá la mies, 2 Timoteo 2:6 “El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero”; Marcos 4:7 “Otra parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio fruto”, la cual dependerá de que como esté su relación y comunión con el Señor; por eso es necesario enseñar a caminar y depender a las ovejas o discípulos del Pastor de pastores, del Siervo de siervos, del Rey de reyes, del Señor de señores, apartando la tendencia al fanatismo humano, dejando de ver al “ungido” y enfocándonos en el Cristo vivo que es quién hace la obra, la sanación, el milagro y todo lo añadido, aun si no recibiéramos nada. Hebreos 12:1-2 “…despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia (la cizaña), y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe…”.
El término cizaña puede referirse a: (1) la planta considerada una plaga, de raíces de sabor amargo, que tiende a confundirse con el trigo, Hebreos 12:15 “Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados”; (2) la enemistad (habitualmente aparece al "meter cizaña" o "sembrar cizaña"), 2 Tesalonicenses 3:15 “Mas no lo tengáis por enemigo, sino amonestadle como a hermano”; (3) un vicio que no nos queremos despojar y se mezcla entre las buenas acciones y enturbian lo santo, Efesios 4:22 “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos”; (4) un elemento que surge o persona que daña, perjudica o estropea a otras con las que se relaciona, Daniel 6:22 “Mi Dios envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me hiciesen daño, porque ante él fui hallado inocente; y aun delante de ti, oh rey, yo no he hecho nada malo”.
Toda persona es cizañera de una u otra forma, en diferentes medidas, la cual fue sembrada dentro de nosotros sin darnos cuenta, Mateo 13:25 “pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue”; quien diga que no, es mentiroso, se está auto cizañando, viciando su ser, convirtiéndose en un apólogo de sus razones, defendiendo o justificando vehementemente sus acciones y razones humanas, verdaderas o falsas, con o sin pruebas, sin la presencia del Espíritu Santo. El Espíritu Santo es el único que puede derribar y cortar todas las argumentaciones y cizañas que podamos tener y nos hace entrar en sobriedad, cordura y sensatez, porque aun conociendo la verdad podemos estar ciegos por el velo de la idolatría que afectivamente tenemos con ciertas o determinadas ideas, personas o cosas; Juan 16:8 “Y cuando Él venga (El Espíritu Santo), redargüirá al mundo de pecado, y de justicia, y de juicio”.
Nuestros padres, desde niños, nos han enseñado cizañas inconscientemente, porque así se lo enseñaron nuestros abuelos y así sucesivamente, la manera de crianza y costumbres determina que tanta cizaña hay en nuestras vidas, ya que se cree que así seremos más avispados (menos pendejos), siendo esto una connotación errada de lo que realmente enseña el Señor. Por tener esa conducta, generalmente, utilizamos o señalamos el pecado de los siervos o hermanos en Cristo para justificar nuestro pecado y alejamiento, pero somos incapaces de reconocer que no son ellos sino nosotros, Lucas 6:42a “¿O cómo puedes decir a tu hermano: Hermano, déjame sacar la paja que está en tu ojo, no mirando tú la viga que está en el ojo tuyo?...”; es decir, no se me ha revelado el perdón, el arrepentimiento, el amor, la misericordia y muchos menos el apartarme para el Señor.
CARACTERÍSTICAS DE UN CIZAÑERO
1. Siembra con maldad y astucia. Génesis 3:1 “Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?”.
2. Es maquiavélico, trata de hacer daño. Génesis 4:8 “Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató”.
3. Es un hipócrita, manipulador, maquina para justificar sus acciones. Mateo 7:5 “¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano”.
4. Es un testigo falso, se oculta en la mentira o medias verdades que al final son mentiras. Proverbios 6:19 “El testigo falso que habla mentiras, Y el que siembra discordia (Cizaña) entre hermanos…”.
5. Espera resultados silentemente para evaluar daños. 1 Samuel 18:17 “Saúl quería matar a David y se le ocurrió ponerle una trampa, diciéndole: Aquí tienes a Merab, mi hija mayor. Cásate con ella y así te convertirás en un soldado poderoso. Serás como un hijo para mí. Luego irás y pelearás las batallas del Señor. En realidad, Saúl pensaba: «Así no tendré que matar a David yo mismo, sino que lo matarán los filisteos»”.
6. Se goza de sus éxitos aunque produzca desgracia en otros. Proverbios 17:5 “El que escarnece al pobre afrenta a su Hacedor; Y el que se alegra de la calamidad no quedará sin castigo”.
7. Por causa del pecado se oculta, vive huyendo del Señor y de los hombres, no enfrenta la verdad. Salmo 139:7 “¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?”.
QUIENES TIENEN SEMBRADO CIZAÑA EN SU CORAZÓN
1. Quienes poseen una raíz de amargura, frustración, resentimiento o tristeza, ya sea por desilusión o una injusticia que será revelada tarde o temprano. Romanos 1:18 “Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad”.
2. El que se ahoga en las circunstancias, la adversidad, con los afanes del mundo. Lucas 10:41 “Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas”.
3.  Quien es impaciente, quiere ejercer su justicia, porque siente que la de Dios no es suficiente. Gálatas 6:7 “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará”.
4. El que vive señalando, mirando la cizaña (paja) del otro, pero no mira la suya. Se oculta entre los hermanos (el trigo) con apariencia de piedad. 2 Timoteo 3:5 “…tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella…”.
5. Quien no ha aprendido a perdonar o pedir perdón de corazón, su perdón es condicionado. Necesita que los demás se humillen para saciar su ego. Hechos 8:22 “Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizás te sea perdonado el pensamiento de tu corazón”.
6. El que se enaltece o llena de ira cuando está en presencia de otro cizañero igual. Efesios 4:26 “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo”.
7. Aquel que su boca no deja de inflamar la creación, se convierte en un crítico (cizañero) por excelencia. Santiago 3:6  “Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno”.
REFLEXIÓN
Quien se atreva a desechar, ignorar o despreciar la palabra del Señor, sus mandamientos, está expuesto a las consecuencias de la cizaña, serán consumidos por sus acciones. Isaías 5:24 “Por tanto, como la lengua del fuego consume el rastrojo, y la llama devora la paja, así será su raíz como podredumbre, y su flor se desvanecerá como polvo; porque desecharon la ley de Jehová de los ejércitos, y abominaron la palabra del Santo de Israel”.
Debemos cuidarnos de ser mentirosos y cizañeros, porque si no seremos los primeros recogidos para ser desechados. Mateo 13:30 “Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla;…”; 1 Pedro 3:10 “Porque: El que quiere amar la vida Y ver días buenos, Refrene su lengua de mal, Y sus labios no hablen engaño”.
Para recibir los tiempos de bendición, es necesario un sincero arrepentimiento y una conversión genuina ante el Señor, mostrando frutos de arrepentimiento, refrenando la lengua y desechando los malos pensamientos, para que el Señor en su infinito amor y misericordia borre nuestros pecados y podamos ser dignos de estar en su presencia, Hechos 3:19 “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio (bendición)”; de los contrario seguiremos siendo cizañeros, jueces y esclavos de nuestro pecado.

Oremos: Padre de los cielos y la tierra, está palabra ha sido una espada que se ha atravesado en mi corazón, no me había dado cuenta de que tan cizañero había sido, se me ha revelado que he tenido crítica en mi boca por mis hermanos y prójimo, más que oración e intercesión, no he perdonado como tu mandas por orgullo dejando que la cizaña me ahogue, me dejado llevar los las adversidades, afanes del mundo, las circunstancias que no puedo controlar trayendo angustia a mi vida, he huido encerrándome en mis ideas y pensamientos, impidiendo que la libertad del Cristo se manifieste en mí, que realmente es quien sana, cura y restaura mi vida. Perdóname Señor, por mi testarudez y mi falta de fe. Pero Señor, no me desaliento, prosigo en la carrera, quiero llegar a la estatura del varón perfecto, desechando mis imperfecciones, gracias porque tienes misericordia de mí, gracias por tanto amor, siempre por ser mi Dios, quien me enseña, redarguye, disciplinas, formas y moldeas. Bendito sea tu nombre, Jesucristo. Amén

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