lunes, 2 de diciembre de 2019

¡OCIOSO, INÚTIL!


Un ocioso es considerado una persona que carece de obligación, responsabilidad o trabajo, que está sin hacer nada; un inútil, que no produce fruto, provecho ni sustancia; se refiere a aquella que no tiene un fin productivo o un propósito determinado; por lo general, es dado a emitir palabras sin medir consecuencias, es muy visceral, sus acciones normalmente las ejecuta sin razón justa, ya sea por maldad, descuido, simple diversión o pasatiempo. Mateo 12:36 “Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio”.
Es muy común observar en el ocioso una actitud negligente, que busca hacer lo que le da la gana, no se somete a la ley (la palabra), a la autoridad y menos se sujeta al Señor; cree que tiene el control de su vida y eso le da cierta seguridad, es autosuficiente, con aparente confianza, acostumbrado a que nada le perturbe, hasta que le viene lo malo. Jueces 18:7 “…y vieron que el pueblo que habitaba en ella estaba seguro, ocioso y confiado, conforme a la costumbre de los de Sidón, sin que nadie en aquella región les perturbase en cosa alguna, ni había quien poseyese el reino…”; Proverbios 28:19 “El que labra su tierra se saciará de pan; Mas el que sigue a los ociosos se llenará de pobreza”; Proverbios 10:24 “Lo que el impío teme, eso le vendrá; Pero a los justos les será dado lo que desean”; Mateo 7:21 “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos”;
El Señor nos persuade a ser diligentes en nuestra fe, añadiendo probidad (integridad, virtud), a través del conocimiento de Dios (la palabra), ya que ejerciendo el dominio propio (que nos fue dado por Dios) podemos apacentar nuestro ser: alma, cuerpo y espíritu, activándose la santidad del Cristo, manifestado en el abundante amor fraternal con mi prójimo, eliminando todo ocio espiritual, que nos seca y deja sin el fruto del Espíritu. 2 Pedro 1:5-8 “Vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo”.
¿CUANDO NOS COMPORTAMOS COMO OCIOSOS ESPIRITUALES?
1.    Cuando somos siervos inútiles, perezosos para dar la milla extra, reprobados, indolentes con las cosas santas de Dios, desocupados en el negocio del Padre, primero lo mío, inertes espirituales, Lucas 17:10 “Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos”;
2. Al presentarnos sin fruto ante el Señor, olivo estéril que no da fruto en tiempo y destiempo, somos ovejas gordas infructuosas, inactivas, nulas per se, glotonas, listas para el matadero; Lucas 2:49 “Entonces él (Jesús siendo niño) les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?”; Tito 3:14 “Y aprendan también los nuestros a ocuparse en buenas obras para los casos de necesidad, para que no sean sin fruto”; Judas 1:12 “Estos son manchas en vuestros ágapes, que comiendo impúdicamente con vosotros se apacientan a sí mismos; nubes sin agua, llevadas de acá para allá por los vientos; árboles otoñales, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados”;
3.  Cuando trabajamos para la carne, nada de provecho en el Espíritu, perdiendo todo el esfuerzo inicial (primer amor) por el afán, la necedad y altivez de nuestro corazón, convirtiéndonos en vagos, holgazanes, haraganes de la obra; Juan 6:63 “El Espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son Espíritu y son vida”; Lucas 9:25 “Pues ¿qué aprovecha al hombre, si gana todo el mundo, y se destruye o se pierde a sí mismo?”; Tito 3:9 “Pero evita las cuestiones necias, y genealogías, y contenciones, y discusiones acerca de la ley; porque son vanas y sin provecho”; Jeremías 23:32 “He aquí, dice Jehová, yo estoy contra los que profetizan sueños mentirosos, y los cuentan, y hacen errar a mi pueblo con sus mentiras y con sus lisonjas, y yo no los envié ni les mandé; y ningún provecho hicieron a este pueblo, dice Jehová”; Eclesiastés 3:9 “¿Qué provecho tiene el que trabaja, de aquello en que se afana?”.
4. Cuando no se ve la sustancia, la esencia de Dios, nos comportamos cómo si no tuviéramos al Espíritu Santo, andamos débiles, sin ánimo e impacientes. Hebreos 1:3 “el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas”; Tito 1:10-12 “Porque hay aún muchos contumaces, habladores de vanidades y engañadores, mayormente los de la circuncisión, a los cuales es preciso tapar la boca; que trastornan casas enteras, enseñando por ganancia deshonesta lo que no conviene. Uno de ellos, su propio profeta, dijo: Los cretenses, siempre mentirosos, malas bestias, glotones ociosos”; Romanos 8:9 “Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él”; 1 Tesalonicenses 5:14 “También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos”.
NUESTRA ALMA OCIOSA
Por falta de la presencia del Espíritu Santo, nuestra alma se vuelve ociosa, entra en ansiedad, busca desbocar su naturaleza impía a través del corazón, dejándose seducir, comprando todo lo que los agentes ociosos del mal le ofrecen hasta hacernos pecar, y una vez consumado el pecado, se presenta la corrupción de espíritu, trayendo muerte, perturbación, entenebrecimiento, apartándonos de los propósitos eternos. Salmo 116:7 “Vuelve, oh alma mía, a tu reposo, Porque Jehová te ha hecho bien”; Hechos 17:5 “Entonces los judíos que no creían, teniendo celos, tomaron consigo a algunos ociosos, hombres malos, y juntando una turba, alborotaron la ciudad; y asaltando la casa de Jasón, procuraban sacarlos al pueblo”; Jueces 9:4 “Y le dieron setenta siclos de plata del templo de Baal-berit, con los cuales Abimelec alquiló hombres ociosos y vagabundos, que le siguieron”; Santiago 1:15 “Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte”; Mateo 15:19 “Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias”.
REFLEXIÓN:
Quién se mantenga ocioso espiritualmente, es un siervo malo, obrero reprobado que será avergonzado y echado fuera del reino; pensar que el Señor, tardará en venir y que tenemos tiempo para arrepentirnos, es un error; el tiempo es ahora; si no nos proponemos a estar en su presencia y atender los negocios del Padre, vendrá el Señor y quitará su luz por nuestra insensatez; horroroso es ser llamado siervo inútil; es hora de convertir nuestras vidas, de honrar y santificarnos con diligencia, estando dispuesto para toda buena obra, pasando a la condición de siervo útil en el Espíritu, que la palabra que salga de mi boca sea testimonio firme de lo que Cristo ha hecho en mí, ya no puedo estar de ocioso oyendo sin hacer, la ociosidad es un cáncer que carcome los huesos. 2 Timoteo 2:15-17 “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad. Más evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad. Y su palabra carcomerá como gangrena…”; Lucas 3:8 “Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento…”; Mateo 24:48 “Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir”; Mateo 24:50-51 “vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas…”; Mateo 25:30 “Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes”; 
La exhortación del Señor está en Colosenses 3:5 “Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría”; 2 Timoteo 2:21 “Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra”; y Apocalipsis 21:7 “El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo”. Amén

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