Si se observa el diario vivir,
las diferentes circunstancias que abaten, afligen y subyugan a la sociedad, se
pudiera discernir sin ser muy espiritual, el por qué nuestro mundo se encuentra
en crisis y hay tanto peligro por todos lados. La gran verdad es que: la avaricia,
la vanagloria, la soberbia, la desobediencia a los padres, la ingratitud, la
impiedad, la falta de afecto hacia otros, la calumnia, la crueldad, el
desinterés por lo bueno, la traición, la impulsividad, el amor hacia los deleites,
están por encima del amor y el temor santo a Dios.
Estamos tan corrompidos,
contaminados, enmohecidos espiritualmente por tanto mundo, carne y mal que estamos
muriendo lentamente por no purificar nuestras almas; debemos reconocer que no
hemos sido obedientes al Señor, somos como los hipócritas, que fingen amor por
algún interés, ya que no se nos ha revelado EL ENTRAÑABLE AMOR de Dios, que
para los hombres es EXTRAÑABLE, porque es un amor extraño, uno que no es de
este mundo, que supera nuestra lógica y pensamiento. 2 Timoteo 3:1-4 “También debes
saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá
hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos,
desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables,
calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores,
impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios”; Santiago 5:3
“Vuestro oro y plata están enmohecidos; y su moho testificará contra vosotros, y
devorará del todo vuestras carnes como fuego…”; Gálatas 6:8 “Porque el que
siembra para su carne, de la carne segará corrupción; más el que siembra para
el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna”; 1 Pedro 1:22 “Habiendo purificado
vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el
espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros
entrañablemente, de corazón puro”.
En 1 Corintios 13:4-8 se habla
del extrañable amor: Un amor que es sufrido, benigno, que no tiene envidia, no
es jactancioso, ni se envanece, no hace nada indebido, ni busca lo suyo, no se
irrita, no guarda rencor, no se goza de la injusticia, un amor que todo lo
sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta, pero nunca deja de ser,
es un amor que solo obtendremos cuando hayamos purificado nuestras almas, con
arrepentimiento, perdón, obediencia real en espíritu a través del Espíritu, con
verdadera conversión del corazón; de lo contrario seguiremos con ese amor
almático, burdo y condicionado, siendo esclavos de nuestras emociones,
libertinos en nuestro proceder, infieles ante Dios, bocones y egocéntricos,
mentirosos con quien nos ama, aborrecedores de nuestros enemigos, asesinos en
alma y espíritu de los débiles, ladrones de lo santo, tendientes a contender en
la carne por lo que no me pertenece, a sabiendas que todo es de Dios incluyendo
nuestros propios cuerpos.
SEÑALES DE QUE NO HAY AMOR EXTRAÑABLE
EN NOSOTROS:
1.
Al no amar de corazón al Señor, sólo es una cosa
religiosa, por eso lo dejamos de lado y prevaricamos a cada momento; se
manifiesta cuando nuestro amor produce gozo y paz instantánea, porque no hay
permanencia en Él, viéndose reflejado en los frutos hacia otros, nuestra
actitud testifica de quién es el que rige mi vida. Lucas 10:27 “Aquél, respondiendo,
dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con
todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo”; 1 Juan
4:20 “Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues
el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no
ha visto?”; Apocalipsis 2:4 “Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer
amor”.
2.
Cuando nos resistimos al Espíritu Santo, no somos
capaces de controlar nuestra alma, la ira es lo primero que sale de nuestro
corazón y arremetemos contra el que me hace mal. Efesios 4:26 “Airaos, pero no
pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo”; Mateo 5:39 “Pero yo os digo:
No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla
derecha, vuélvele también la otra”; Lucas 6:29 “Al que te hiera en una mejilla,
preséntale también la otra; y al que te quite la capa, ni aun la túnica le
niegues”.
3.
No se nos ha revelado lo que es el perdón de
Cristo que, que aún clavado en la cruz y habiendo padecido el vituperio y
maltrato, imploró perdón por nosotros, quienes lo llevamos a la muerte con
nuestros pecados. Lucas 23:34 “Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no
saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes”.
4.
Al ser infieles con el Señor, nos deleitamos en
nuestros deseos, practicando la injusticia, siendo manchas en nuestros ágapes,
reprobados por falta de amor. 2 Timoteo 2:13 “Si fuéremos infieles, él permanece
fiel; Él no puede negarse a sí mismo. Un obrero aprobado”; 1 Juan 5:17 “Toda
injusticia es pecado;…”; 2 Pedro 2:13 “recibiendo el galardón de su injusticia,
ya que tienen por delicia el gozar de deleites cada día. Estos son inmundicias
y manchas, quienes aún mientras comen con vosotros, se recrean en sus errores”.
5.
Cuando abrimos nuestros labios para vociferar,
mentir, maldecir, calumniar, criticar, escarnecer, nos negamos a morir a
nosotros mismos. Isaías 53:7 “Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como
cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció,
y no abrió su boca”; Mateo 16:24 “Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si
alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame”;
1 Pedro 3:10 “Porque: El que quiere amar la vida Y ver días buenos, Refrene su
lengua de mal, Y sus labios no hablen engaño”.
6.
Para cerrar, cuando nos cuesta llevar las cargas
de otros, somos indiferentes ante el dolor ajeno, no intercedemos por aquellos que
nos aborrecen, ultrajan, maldicen u odian, a veces ponemos cargas pesadas sobre
otros en especial en los compañeros de trabajo, en nuestros familiares y aún en
los miembros de nuestra la comunidad, inclusive cargas que nosotros tampoco
somos capaces de llevar. Gálatas 6:2 “Sobrellevad los unos las cargas de los
otros, y cumplid así la ley de Cristo”; Mateo 23:4 “Porque atan cargas pesadas
y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos
ni con un dedo quieren moverlas”; Mateo 5:43-44 “Oísteis que fue dicho: Amarás
a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros
enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y
orad por los que os ultrajan y os persiguen”.
¿CUÁL ES EL SECRETO PARA OBTENER
EL AMOR EXTRAÑABLE?
1.
Nunca dejar el primer amor, que Él sea siempre
primero en mi vida. Siendo diligente en la obra, valiente para dar el paso de
conversión y esforzado en agradarle, que nunca nos presentemos ante el Señor y
nos diga: Apocalipsis 2:2-4 “Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y
paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se
dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido,
y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no
has desmayado. Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor”.
2.
En desarrollar ese amor entrañable de Dios, extrañable
para los hombres, guardando la palabra, grabándola en nuestro corazón,
haciéndola sensible en mi carne, que se vea el Cristo en mi semblante, reflejando
conversión y arrepentimiento, disponiéndome a amar sin restricciones ni
condiciones, siendo obediente a Dios aunque podamos perder la vida, ya que de
nada vale ganar al mundo y perder la salvación, porque Dios es Amor. Juan 14:23
“Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le
amará, y vendremos a él, y haremos morada con él”; Isaías 29:13 “Dice, pues, el
Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me
honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento
de hombres que les ha sido enseñado”; Santiago 1:22 “Pero sed hacedores de la
palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos”. Amén…
PD. Pregúntese ¿Qué tanto está dispuesto a
dar por amor a Cristo? Y después medite lo que quiso enseñar Pablo en Filipenses
3:8 cuando escribió que: “Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como
pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor
del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo”.
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