sábado, 18 de mayo de 2019

EL EXTRAÑABLE AMOR




Si se observa el diario vivir, las diferentes circunstancias que abaten, afligen y subyugan a la sociedad, se pudiera discernir sin ser muy espiritual, el por qué nuestro mundo se encuentra en crisis y hay tanto peligro por todos lados. La gran verdad es que: la avaricia, la vanagloria, la soberbia, la desobediencia a los padres, la ingratitud, la impiedad, la falta de afecto hacia otros, la calumnia, la crueldad, el desinterés por lo bueno, la traición, la impulsividad, el amor hacia los deleites, están por encima del amor y el temor santo a Dios. 

Estamos tan corrompidos, contaminados, enmohecidos espiritualmente por tanto mundo, carne y mal que estamos muriendo lentamente por no purificar nuestras almas; debemos reconocer que no hemos sido obedientes al Señor, somos como los hipócritas, que fingen amor por algún interés, ya que no se nos ha revelado EL ENTRAÑABLE AMOR de Dios, que para los hombres es EXTRAÑABLE, porque es un amor extraño, uno que no es de este mundo, que supera nuestra lógica y pensamiento. 2 Timoteo 3:1-4 “También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios”; Santiago 5:3 “Vuestro oro y plata están enmohecidos; y su moho testificará contra vosotros, y devorará del todo vuestras carnes como fuego…”; Gálatas 6:8 “Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; más el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna”; 1 Pedro 1:22 “Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro”.

En 1 Corintios 13:4-8 se habla del extrañable amor: Un amor que es sufrido, benigno, que no tiene envidia, no es jactancioso, ni se envanece, no hace nada indebido, ni busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor, no se goza de la injusticia, un amor que todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta, pero nunca deja de ser, es un amor que solo obtendremos cuando hayamos purificado nuestras almas, con arrepentimiento, perdón, obediencia real en espíritu a través del Espíritu, con verdadera conversión del corazón; de lo contrario seguiremos con ese amor almático, burdo y condicionado, siendo esclavos de nuestras emociones, libertinos en nuestro proceder, infieles ante Dios, bocones y egocéntricos, mentirosos con quien nos ama, aborrecedores de nuestros enemigos, asesinos en alma y espíritu de los débiles, ladrones de lo santo, tendientes a contender en la carne por lo que no me pertenece, a sabiendas que todo es de Dios incluyendo nuestros propios cuerpos.

SEÑALES DE QUE NO HAY AMOR EXTRAÑABLE EN NOSOTROS:

1.    Al no amar de corazón al Señor, sólo es una cosa religiosa, por eso lo dejamos de lado y prevaricamos a cada momento; se manifiesta cuando nuestro amor produce gozo y paz instantánea, porque no hay permanencia en Él, viéndose reflejado en los frutos hacia otros, nuestra actitud testifica de quién es el que rige mi vida. Lucas 10:27 “Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo”; 1 Juan 4:20 “Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?”; Apocalipsis 2:4 “Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor”.
2.    Cuando nos resistimos al Espíritu Santo, no somos capaces de controlar nuestra alma, la ira es lo primero que sale de nuestro corazón y arremetemos contra el que me hace mal. Efesios 4:26 “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo”; Mateo 5:39 “Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra”; Lucas 6:29 “Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite la capa, ni aun la túnica le niegues”.
3.    No se nos ha revelado lo que es el perdón de Cristo que, que aún clavado en la cruz y habiendo padecido el vituperio y maltrato, imploró perdón por nosotros, quienes lo llevamos a la muerte con nuestros pecados. Lucas 23:34 “Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes”.
4.    Al ser infieles con el Señor, nos deleitamos en nuestros deseos, practicando la injusticia, siendo manchas en nuestros ágapes, reprobados por falta de amor. 2 Timoteo 2:13 “Si fuéremos infieles, él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo. Un obrero aprobado”; 1 Juan 5:17 “Toda injusticia es pecado;…”; 2 Pedro 2:13 “recibiendo el galardón de su injusticia, ya que tienen por delicia el gozar de deleites cada día. Estos son inmundicias y manchas, quienes aún mientras comen con vosotros, se recrean en sus errores”.
5.    Cuando abrimos nuestros labios para vociferar, mentir, maldecir, calumniar, criticar, escarnecer, nos negamos a morir a nosotros mismos. Isaías 53:7 “Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca”; Mateo 16:24 “Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame”; 1 Pedro 3:10 “Porque: El que quiere amar la vida Y ver días buenos, Refrene su lengua de mal, Y sus labios no hablen engaño”.
6.    Para cerrar, cuando nos cuesta llevar las cargas de otros, somos indiferentes ante el dolor ajeno, no intercedemos por aquellos que nos aborrecen, ultrajan, maldicen u odian, a veces ponemos cargas pesadas sobre otros en especial en los compañeros de trabajo, en nuestros familiares y aún en los miembros de nuestra la comunidad, inclusive cargas que nosotros tampoco somos capaces de llevar. Gálatas 6:2 “Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo”; Mateo 23:4 “Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos ni con un dedo quieren moverlas”; Mateo 5:43-44 “Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen”.

¿CUÁL ES EL SECRETO PARA OBTENER EL AMOR EXTRAÑABLE?

1.    Nunca dejar el primer amor, que Él sea siempre primero en mi vida. Siendo diligente en la obra, valiente para dar el paso de conversión y esforzado en agradarle, que nunca nos presentemos ante el Señor y nos diga: Apocalipsis 2:2-4 “Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado. Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor”.
2.    En desarrollar ese amor entrañable de Dios, extrañable para los hombres, guardando la palabra, grabándola en nuestro corazón, haciéndola sensible en mi carne, que se vea el Cristo en mi semblante, reflejando conversión y arrepentimiento, disponiéndome a amar sin restricciones ni condiciones, siendo obediente a Dios aunque podamos perder la vida, ya que de nada vale ganar al mundo y perder la salvación, porque Dios es Amor. Juan 14:23 “Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él”; Isaías 29:13 “Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado”; Santiago 1:22 “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos”. Amén…

PD. Pregúntese ¿Qué tanto está dispuesto a dar por amor a Cristo? Y después medite lo que quiso enseñar Pablo en Filipenses 3:8 cuando escribió que: “Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo”.

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