lunes, 12 de septiembre de 2016

ENTRE EL SUEÑO Y LA VERDAD


Leyendo un interesante libro que me regalo un queridísimo amigo, me llamo la atención un pensamiento de un Escritor español denominado León Daudí (1899-1985): “Sólo es capaz de realizar los sueños el que, cuando llega la hora, sabe estar despierto”, es impresionante saber que dicho escritor se llamaba realmente: Noel Clarasó i Serrat, y pareciera que su excentricidad era tal, que a lo largo de su vida utilizó seudónimos literarios como Jorge Dearán y León Daudí, desconozco el motivo, no sé si fue buscando una identidad pero mi impresión es que nunca estuvo despierto.
Hay quienes creen que son personas despiertas, pilas o emprendedores y siempre van en búsqueda de sus sueños, a toda hora, viven enfocados en la meta y muchos son exitosos en un área de sus vidas, pero si fuesen evaluados íntegramente, en otros ámbitos, nos pudiéramos llevar algunas sorpresas, por ejemplo Michael Jackson, Robín Williams, Health Ledger, Whitney Houston, Marilyn Monroe, entre otras, quizás fueron personas sosas, infelices, llenas de tanta vanidad y maldad no manifiesta, que vivían en constante depresión, tristeza, mal humor, incredulidad, falta de fe, siempre envidiando o buscando lo que otros tenían y no precisamente dinero o fama, sino lo que muchos personas anhelan, que es la presencia de Dios, pero no se atreven a dar el paso, porque andamos persiguiendo nuestros sueños, con vidas dispersas en vanidades ilusorias, que hacen que me oculte de la verdad eterna.

Jesús decía: “He aquí la hora viene, y ha venido ya, en que seréis esparcidos cada uno por su lado, y me dejaréis solo…” Juan 16:32a; Tener sueños es legítimo y normal, lo que si no puede ocurrir en nuestras vidas es que ese sueño me haga prevaricar contra Dios, cambiarlo por una bagatela, un pedazo de pan, un pequeño desliz o pecado que te aparte de lo glorioso y sublime. Hay quienes por falta de fe, incredulidad o testarudez espiritual, prefieren seguir pensamientos humanos, diciendo: “¡Dios!, esa es tu creencia, yo tengo mi propio paradigma”, ignorando que los paradigmas no son eternos, existen hasta que aparece uno nuevo, pero Dios no puede ser reemplazado, porque Él fue, es y será para siempre, quien se atreva a ignorarlo de eso también dará cuenta, cuando llegue la hora.

El Rey Salomón una de las personas más sabías de sus tiempos decía que: “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora” Eclesiastés 3:1; “De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán” Juan 5:25; Quienes no oigan la voz del Hijo de Dios en espíritu, seguirán dormidos, como muertos que caminan, afanados por las circunstancias del ahora, persiguiendo sus sueños temporales, llegando a un estado de esclavitud y cansancio, que muchos no son capaces de superar, ya que se niegan a recibir del Cristo vivo, solo por orgullo, comodidad, estructura mental religiosa o su condición pecadora en la que se encuentra, impidiendo que lleguen a un estado de humildad, de reconocimiento y conocimiento de Dios que permita que la palabra halle cabida en sus corazones y se produzca la conversión real en espíritu y verdad: “Más la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren” Juan 4:23; “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra” 2 Crónicas 7:14.

Quien vive su hora y no trata de rasgar el velo que lo enceguece o romper el cerco de la región celeste que lo rodea, y meterse en la presencia de Dios en oración, buscarlo en los lugares celestiales, seguramente anda en la carne y en tinieblas a pesar que encuentre metido en una iglesia, día y noche: “Habiendo estado con vosotros cada día en el templo, no extendisteis las manos contra mí; mas esta es vuestra hora, y la potestad de la tinieblas” Lucas 22:53. Por eso el Señor nos exhorta e invita siempre estar preparados, firmes, sobrios, despiertos, orando sin cesar, guardando nuestro corazón y velando para no pecar aún en la tristeza, la aflicción o circunstancia, para que seamos tenidos por limpios, sin mancha, santos, dignos, siendo esforzados en la gracia, para que la salvación no se aleje de nosotros y al final pueda ser un vencedor: “Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte” 2 Corintios 7:10; “Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús” 2 Tito 2:1; porque la “… salvación, y se alejó de nosotros” Isaías 59:11b; “El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles” Apocalipsis 3:5.

No faltará quien quiera vendernos las cosas del mundo y sus deleites, tratando de desviar nuestra atención a los consejos, sueños o vanidades aprovechando nuestra apatía hacia Dios, la inercia espiritual, la desobediencia, el sí pero no, “Porque los terafines (idólatras) han dado vanos oráculos (predicciones), y los adivinos han visto mentira, han hablado sueños vanos, y vano es su consuelo; por lo cual el pueblo vaga como ovejas, y sufre porque no tiene pastor”. Zacarías 10:2; “He aquí, dice Jehová, yo estoy contra los que profetizan sueños mentirosos, y los cuentan, y hacen errar a mi pueblo con sus mentiras y con sus lisonjas, y yo no los envié ni les mandé; y ningún provecho hicieron a este pueblo, dice Jehová” Jeremías 23:32; por eso “no darás oído a las palabras de tal profeta, ni al tal soñador de sueños; porque Jehová vuestro Dios os está probando, para saber si amáis a Jehová vuestro Dios con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma” Deuteronomio 13:3; “Donde abundan los sueños, también abundan las vanidades y las muchas palabras; mas tú, teme a Dios” Eclesiastés 5:7.

Ojalá, que nunca nos olvidemos del Señor por estar colocando otras cosas primero en nuestras vidas, que mis sueños sean impulsados por el Señor y no vayan en contra de Él. Estemos pendientes porque “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir…” Juan 10:10a; “Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra” Apocalipsis 3:10; Como no sabemos cuándo es el tiempo que el Señor nos llame a su presencia debemos estar preparados, “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas” Josué 1:9. Mi sueño es compartir la presencia eterna del Señor, por fe es un hecho, solo basta con creer y caminar su camino (conversión), que es la gran verdad que a toda persona se le debe revelar, más aún a lo que nos llamamos “Cristianos”. Amén





No hay comentarios:

Publicar un comentario