Encontrar la plena felicidad es el
anhelo de todas las personas, independientemente de su condición física,
emocional o espiritual, para muchos la felicidad es un estado interno que
depende de nuestra manera de vivir y lo que asumamos como valor, sentido o
significado, por lo tanto, depende de nuestra elección o actitud (Voluntad),
cuya determinación traerá consigo repercusiones en la vida y la eternidad.
Creer que la felicidad es una
sensación de paz, tranquilidad, bienestar personal, alegría, satisfacción,
placer, éxito terrenal sin la dirección de Dios, sin su completa presencia, es
estar muerto en vida; es ser un zombi espiritual, donde podemos movernos,
caminar y actuar sin sentido, sin dirección clara, comiendo las carnes de otros,
criticándolo o destruyéndolo por maldad, interés o diversión, tratando de
llenar vacíos presentes en nuestras vidas, o peor aún tratar de llenar de Dios nuestro
corazón, con un recipiente lleno de inmundicias, iniquidad y obras manifiestas
de la carne, como lo son: las pasiones, el adulterio, la fornicación, lascivia,
idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas,
disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas
semejantes a estas, sin la mínima intención de arrepentimiento.
El hombre en el afán de dar una
explicación lógica a su estado almático de felicidad (porque proviene del
alma), en sus teorías psicológicas acomodó las necesidades insatisfechas en la llamada
pirámide de Maslow, ¿Qué tal?, la forma faraónica que el hombre se inventó para
mantenerse sometido o esclavo a intereses y razones humanas, así como lo estuvo
el pueblo de Israel en los tiempos de Moisés que fueron amargados con dura vida
de esclavitud y servidumbre, haciendo ladrillos de barro y paja para levantar
monumentos a hombres, a faraones u otros dioses que al final no le sirvieron de
nada, solo por obtener unas migajas de pan que les ofrecían,
prevaricando contra Dios, aguantando maltrato; solo cuando el Señor llega a nuestras vidas de forma completa
hay libertad y cántico de gozo y felicidad, es cuando disfrutamos de los
manjares que el Señor tiene para los que creen en su nombre, pero muchos de
nosotros nos conformamos con tan poco, por falta de fe.
Si nos enfocamos en tratar de resolver
primeramente los problemas terrenales y emocionales más que la búsqueda y
presencia del Señor en nuestras vidas, es porque existe la ausencia total o
parcial de Dios, no seremos unos hijos manifestados, buscaremos
una felicidad fugaz y estéril, andaremos incompletos. Para ser completos en
Dios debemos trabajar con diligencia, aunque la palabra dice que es por gracia
y no por obra humana, obra de la carne, sino del Espíritu, para que nadie se
gloríe, debemos procurad con diligencia ser hallados sin mancha e
irreprensibles, buscar la santidad porque Cristo es santo hasta llegar a su
estatura e irnos perfeccionando, en este punto es donde muchos se nos hace muy
cuesta arriba porque no se nos ha revelado la palabra que dice: “…mi yugo es fácil, y ligera mi carga” Mateo 11:30.
Este estado espiritual de llenura, no
es simplemente una idea, una sensación o un decir, no es expresar que se cree en
Dios de boca; algunos tratando de ser más espirituales que otros, dirán que
hicieron una oración de fe o un servicio para el Señor, pero evidentemente sin la manifestación del Espíritu, podrán recibir a Jesucristo como Señor o Salvador de boca pero no de corazón, sin
conversión genuina, donde hay ausencia de obras dignas de arrepentimiento que
den testimonio vivo de la llenura de Dios en sus vidas. Es como llegar a ningún
lado, son unos religiosos más que se conforman con asistir los domingos a una
iglesia para tratar de remediar asuntos con Dios, por remordimiento o culpa ya que sus
pecados le perturban la mente y corazón y no les dejan descansar en paz, eso si
es que asisten a la iglesia, pero hay quienes tratar justificar esa condición
de pecado relacionándose con personas que andan en lo mismo para no verse
comprometido burlándose inclusive de la obra del Señor, también se puede tratar
de engañar a Dios comprando su perdón o indulto a través de una ofrenda inmunda o diezmo como si el Señor necesitara de su dinero, cosa que el Señor no mira
con agrado como le paso a Caín que lo expulso a tierras lejanas por la maldad
de su corazón, es preferible no hacerlo.
Dios enseña a través de su palabra que
así no es el camino, que debemos trabajar para estar completos en Él. Pero,
¿Qué tengo hacer para Completar mi vida del Señor?
1. Dejar la religiosidad y arrepentirme
en espíritu y verdad, como lo dice Hechos
3:19 “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros
pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio”.
2. No permitir que mi alma me gobierne,
por ejemplo: Mis deseos, las manipulaciones diciendo que me
merezco esto o aquello, “Porque todo lo
que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la
vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo” 1 Juan 2:16; las
acusaciones que hacemos a otros y a nosotros mismos; y la malversación
desviando nuestra vida a otros intereses fuera del presupuesto o la propuesta
que Dios destino en su perfecto plan.
3. Consagrando mi cuerpo a la santidad,
“Así que, hermanos, os ruego por las
misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo,
santo, agradable a Dios, que es vuestro
culto racional” Romanos 12:1.
4. Siendo hacedores y no oidores. “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan
solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos” Santiago 1:22.
5. Convirtiendo cada área de mi vida. “Convertíos, hijos rebeldes, y sanaré
vuestras rebeliones…” Jeremías 3:22.
6. Llenándome del Espíritu Santo. “Y Zacarías su padre fue lleno del Espíritu
Santo, y profetizó…” Lucas 1:67.
7. Obrando u Obra-ando: Andar en su
obra orando, alabando, adorando, sirviendo, evangelizando, intercediendo, rogando,
clamando, ayunando, haciendo, es decir, ser congruente entre lo que se CREE, se PIENSA y
lo que se HACE.
8. Obedecer y guardar su palabra. Hechos 5:29 “…Es necesario obedecer a Dios
antes que a los hombres”. Juan 14:15 “Si me amáis, guardad mis mandamientos”.
9. Tomar la decisión correcta. Es mi
decisión hacerme el sordo, el ciego, el mudo, el cojo o el paralítico
espiritual y continuar mi vida desordenada revolcándome en el cieno o decido romper
el velo y vivir una vida feliz en santidad y honra lleno de Dios, “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo,
paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley” Gálatas
5:22-23.
Para estar completo en Dios hay que Ser
uno con Él. Juan 17:21, “Para que todos
sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en
nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste”.
Para terminar esta reflexión los
invito a que dejemos la actitud de espectador, de hijo de Dios light, para que podamos
ser verdaderos “Cristianos” con “C” mayúscula, y convirtámonos en protagonistas,
en hacedores, completando nuestras vidas en Dios, desechando lo que nos
estorba, vaciando mi vida del mundo y llenándola de su presencia y Espíritu,
para vivir en la plenitud de su gozo, la Felicidad plena. Amén
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