sábado, 26 de octubre de 2024

EL MANDATO DE DISCIPULAR

 

Existe un texto en la palabra, que habla de la gran comisión que ordenó Jesucristo ante de partir a los cielos, y que muchas iglesias cristianas ignoran por falta de conocimiento o revelación, que es el “DISCIPULADO”.

 “Por tanto, ID, Y HACED DISCÍPULOS a todas las naciones, BAUTIZÁNDOLOS en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; ENSEÑÁNDOLES QUE GUARDEN TODAS LAS COSAS QUE OS HE MANDADO; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén”. Mateo 28:19-20

QUÉ ES “HACED DISCÍPULOS”

Cuando revisamos las escrituras, por lo general, no existe una explicación explicita de lo que significa discipular, por eso es tan importante pedirle al Espíritu Santo, que nos revele, nos enseñe y guie en lo que el Señor dejó como mandato, porque existen aproximaciones teóricas humanas de lo que esto representa o quiere decir, sin embargo, el discipulado no existe o se concreta hasta que se convierte en una acción, porque hay que “ir y hacer” discípulos.

Según a un estudio de Barna Group (2022), institución que se ha convertido en una fuente de referencia para obtener información sobre la fe, la cultura, el liderazgo y la vocación en diferentes generaciones de cristianos, revela que aproximadamente el 39% de los cristianos en los EEUU[1] no está haciendo discipulado, tomando en cuenta sus más de dos millones de entrevistas y la base de datos de indicadores espirituales que ellos manejan. Lo importante de esta pequeña muestra, es que muchos de los líderes de las iglesias pareciesen no importarles la gran comisión o el discipulado.

Pero, ¿Qué es discipular?, para el pastor Manuel Verde (2016)[2], el discipulado “es la acción de reproducir en una persona más, el carácter que Cristo ha llegado a desarrollar previamente en otra”; pero que significa reproducir el carácter del Señor en mí o en otra persona, pues, en una simple palabra “Conversión”, entendiendo conversión como la acción de amar, humillarse y buscar el rostro del Dios, orar e invocar su nombre, devolverse de sus malos caminos, obedecer y depender totalmente del Señor, de su Santo Espíritu, como se puede discernir de 2 de Crónicas 7:14. Para ello, es necesario tener un maestro, un líder, un acompañante que te ayude en tu proceso de conversión, quitando la ceguera espiritual, para alcanzar el carácter de Cristo que es la medida y estatura exacta que debemos lograr en el transcurrir de nuestra vida terrenal, hasta que el Señor nos llame a su compartir de su santa presencia.

Discipular forma parte de esa cadena fuerte e irrompible de vida que se extiende hacia atrás desde el tiempo de los doce apóstoles, incluyendo a Pablo, y que se proyecta hacia el futuro con la siguiente persona que será discipulada, como aclara Verde (Op. Cit.). Pablo le decía a la iglesia de Corintos y Filipos: “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo” 1 Corintios 11:1; “Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros” Filipenses 3:17; el hombre en su condición natural o pecadora, que está comenzando en el evangelio o lleva mucho tiempo en letra muerta, necesita ser discipulado, primeramente, porque nadie nace aprendido y seguidamente porque el hombre es tendiente a imitar a otros lo bueno o malo, lo cual se deriva de una fundamentación espiritual muy débil, defectuosa o que está levantada sobre creencias pseudo-cristianas producto de la religiosidad de hombres que han creado toda una doctrina en base dogmas, rituales o letra muerta, que más que fortalecer en Espíritu, todo lo contrario mata o confunde.

Quien discípula es un varón temeroso de Dios, que ama y guarda todas las cosas que ha mandado el Señor, convirtiéndose en el pequeño pastor (líder) que apacienta las ovejas, un confidente de confianza que sane corazones, que cree un ambiente de respeto y seguridad, un entrenador que motive al esfuerzo del cambio, renunciando a viejos vicios o costumbres religiosas, un ejemplo a seguir en el Señor, digno de imitar, un testimonio santo y fiel, testigo de Cristo, que ayude al crecimiento y desarrollo del carácter espiritual de otros, sin ser más ni menos que nadie, haciendo uso de las enseñanzas de Jesucristo de manera viva y eficaz.

QUE HACER PARA DISCIPULAR

Para discipular, se debe estar dispuesto a compartir un tiempo valioso de calidad con los hermanos, dónde prevalezca el consejo, el conocimiento y la sabiduría adquirida en su caminar en Cristo, basado en la Palabra; que el tiempo de oración e intercesión al Padre sea como una ofrenda agradable y perfecta en adoración y alabanza, no como una cosa vana que solo satisface la carne y el ego, por ello es importante enseñar con humildad y desprendimiento, aplicando el verdadero ayuno, para romper ligaduras de impiedad y religiosidad de otros y en especial las propias, que su testimonio de santidad, arrepentimiento, conversión y fe, hable más que mil palabras, esto vivenciado en carne propia, como lo hizo Jesús al andar con sus discípulos.

Ojo, reproducir el carácter de Cristo, sólo puede ser posible a través del Espíritu Santo, ser una copia de Él en nosotros mismo no es switch, que prendes y apagas en un momento determinado, es una característica permanente que lleva su tiempo en formar o desarrollar, para poder impactar en otros a través del testimonio, por eso es importante apegarse a la Palabra, tomando lo bueno de cada líder o hermano, desechando lo malo sin llegar a cometer juicio, llevando esto último a los pies del Señor, en oración.

El discipulado es la obra producto del entrenamiento constante para alcanzar el modelo Perfecto e Inmutable del Señor Jesús en nuestra vida, ejecutándolo sin distracciones ni retrasos, entendiendo que debemos fijar siempre la mirada de su esencia divina, del mismo modo en que el artista mira constantemente el paisaje o modelo que desea reproducir en su obra.

CARACTERÍSTICAS DE UN DÍSCIPULO.

Un Discípulo es aquella persona, que recibió el llamado del Cristo, lo aceptó como su Dios, Señor y Salvador, y está dispuesto a negarse a sí mismo, coger su cruz y seguirlo de manera voluntaria sin interés alguno dando mucho fruto, es involucrarse y ofrecer de su tiempo sin desfallecer; valorando, meditando y reflexionando cada palabra o enseñanza recibida. Discípulo es aquel que escucha, procesa y acepta el consejo de parte del Señor por muy duro que sea, siendo valientes, diligentes y sobrios para confrontarse frente al espejo de la palabra (la verdad), utilizando a líderes o pequeños pastores (hombres con defectos) para alcanzar los propósitos del Padre; “la meta” es convertirnos en un hacedor más que oidor, en un siervo útil más que un activista inútil,  es decir, hacer carne lo que se aprende en Espíritu y verdad, eliminando la corrupción y el pecado, transformándose en el hijo que Dios en el cual Él tiene complacencia, poniendo primeramente a Dios sobre todas las cosas, sin quitar la mirada en Cristo.

REFLEXIÓN

“Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido”. Apocalipsis 2:5.

“Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti”. Apocalipsis 3:3.

CONCLUSIÓN

“De este modo todos sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros”. Juan 13:35.

“Mi Padre es glorificado cuando ustedes dan mucho fruto y muestran así que son mis discípulos”. Juan 15:8.

“Entonces llamó a la multitud y a sus discípulos. —Si alguien quiere ser mi discípulo —les dijo—, que se niegue a sí mismo, lleve su cruz y me siga”. Marcos 8:34.

“Jesús se dirigió entonces a los judíos que habían creído en él, y les dijo: —Si se mantienen fieles a mis enseñanzas, serán realmente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres”. Juan 8:31-32.

Entonces, cumplamos el mandato de Jesucristo: “Id y Haced Discípulos”. ¡Amén!!!

Bendiciones.



[1] https://biteproject.com/el-39-de-cristianos-no-hace-discipulos/

[2] https://discipulados.com/about/

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