Existe un texto en la palabra, que habla de la
gran comisión que ordenó Jesucristo ante de partir a los cielos, y que muchas
iglesias cristianas ignoran por falta de conocimiento o revelación, que es el
“DISCIPULADO”.
“Por
tanto, ID, Y HACED DISCÍPULOS a todas las naciones, BAUTIZÁNDOLOS en el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; ENSEÑÁNDOLES QUE GUARDEN TODAS LAS
COSAS QUE OS HE MANDADO; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta
el fin del mundo. Amén”. Mateo 28:19-20
QUÉ ES “HACED DISCÍPULOS”
Cuando revisamos las escrituras, por lo
general, no existe una explicación explicita de lo que significa discipular,
por eso es tan importante pedirle al Espíritu Santo, que nos revele, nos enseñe
y guie en lo que el Señor dejó como mandato, porque existen aproximaciones
teóricas humanas de lo que esto representa o quiere decir, sin embargo, el
discipulado no existe o se concreta hasta que se convierte en una acción,
porque hay que “ir y hacer” discípulos.
Según a un estudio de Barna Group (2022), institución
que se ha convertido en una fuente de referencia para obtener información sobre
la fe, la cultura, el liderazgo y la vocación en diferentes generaciones de
cristianos, revela que aproximadamente el 39% de los cristianos en los EEUU[1]
no está haciendo discipulado, tomando en cuenta sus más de dos millones de
entrevistas y la base de datos de indicadores espirituales que ellos manejan.
Lo importante de esta pequeña muestra, es que muchos de los líderes de las iglesias
pareciesen no importarles la gran comisión o el discipulado.
Pero, ¿Qué es discipular?, para el pastor
Manuel Verde (2016)[2],
el discipulado “es la acción de reproducir en una persona más, el carácter que
Cristo ha llegado a desarrollar previamente en otra”; pero que significa
reproducir el carácter del Señor en mí o en otra persona, pues, en una simple
palabra “Conversión”, entendiendo conversión como la acción de amar, humillarse
y buscar el rostro del Dios, orar e invocar su nombre, devolverse de sus malos
caminos, obedecer y depender totalmente del Señor, de su Santo Espíritu, como
se puede discernir de 2 de Crónicas 7:14. Para ello, es necesario tener un
maestro, un líder, un acompañante que te ayude en tu proceso de conversión,
quitando la ceguera espiritual, para alcanzar el carácter de Cristo que es la
medida y estatura exacta que debemos lograr en el transcurrir de nuestra vida terrenal,
hasta que el Señor nos llame a su compartir de su santa presencia.
Discipular forma parte de esa cadena fuerte e
irrompible de vida que se extiende hacia atrás desde el tiempo de los doce
apóstoles, incluyendo a Pablo, y que se proyecta hacia el futuro con la
siguiente persona que será discipulada, como aclara Verde (Op. Cit.). Pablo le decía
a la iglesia de Corintos y Filipos: “Sed imitadores de mí, así como yo de
Cristo” 1 Corintios 11:1; “Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que
así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros” Filipenses 3:17; el
hombre en su condición natural o pecadora, que está comenzando en el evangelio
o lleva mucho tiempo en letra muerta, necesita ser discipulado, primeramente,
porque nadie nace aprendido y seguidamente porque el hombre es tendiente a
imitar a otros lo bueno o malo, lo cual se deriva de una fundamentación
espiritual muy débil, defectuosa o que está levantada sobre creencias pseudo-cristianas
producto de la religiosidad de hombres que han creado toda una doctrina en base
dogmas, rituales o letra muerta, que más que fortalecer en Espíritu, todo lo
contrario mata o confunde.
Quien discípula es un varón temeroso de Dios,
que ama y guarda todas las cosas que ha mandado el Señor, convirtiéndose en el pequeño
pastor (líder) que apacienta las ovejas, un confidente de confianza que sane
corazones, que cree un ambiente de respeto y seguridad, un entrenador que motive
al esfuerzo del cambio, renunciando a viejos vicios o costumbres religiosas, un
ejemplo a seguir en el Señor, digno de imitar, un testimonio santo y fiel,
testigo de Cristo, que ayude al crecimiento y desarrollo del carácter
espiritual de otros, sin ser más ni menos que nadie, haciendo uso de las
enseñanzas de Jesucristo de manera viva y eficaz.
QUE HACER PARA
DISCIPULAR
Para discipular, se debe estar dispuesto a
compartir un tiempo valioso de calidad con los hermanos, dónde prevalezca el consejo,
el conocimiento y la sabiduría adquirida en su caminar en Cristo, basado en la
Palabra; que el tiempo de oración e intercesión al Padre sea como una ofrenda agradable
y perfecta en adoración y alabanza, no como una cosa vana que solo satisface la
carne y el ego, por ello es importante enseñar con humildad y desprendimiento,
aplicando el verdadero ayuno, para romper ligaduras de impiedad y religiosidad de
otros y en especial las propias, que su testimonio de santidad, arrepentimiento,
conversión y fe, hable más que mil palabras, esto vivenciado en carne propia, como
lo hizo Jesús al andar con sus discípulos.
Ojo, reproducir el carácter de Cristo, sólo
puede ser posible a través del Espíritu Santo, ser una copia de Él en nosotros
mismo no es switch, que prendes y apagas en un momento determinado, es una característica
permanente que lleva su tiempo en formar o desarrollar, para poder impactar en otros
a través del testimonio, por eso es importante apegarse a la Palabra, tomando
lo bueno de cada líder o hermano, desechando lo malo sin llegar a cometer juicio,
llevando esto último a los pies del Señor, en oración.
El discipulado es la obra producto del entrenamiento
constante para alcanzar el modelo Perfecto e Inmutable del Señor Jesús en
nuestra vida, ejecutándolo sin distracciones ni retrasos, entendiendo que
debemos fijar siempre la mirada de su esencia divina, del mismo modo en que el
artista mira constantemente el paisaje o modelo que desea reproducir en su
obra.
CARACTERÍSTICAS DE UN
DÍSCIPULO.
Un Discípulo es aquella persona, que recibió el
llamado del Cristo, lo aceptó como su Dios, Señor y Salvador, y está dispuesto a
negarse a sí mismo, coger su cruz y seguirlo de manera voluntaria sin interés alguno
dando mucho fruto, es involucrarse y ofrecer de su tiempo sin desfallecer;
valorando, meditando y reflexionando cada palabra o enseñanza recibida. Discípulo
es aquel que escucha, procesa y acepta el consejo de parte del Señor por muy
duro que sea, siendo valientes, diligentes y sobrios para confrontarse frente
al espejo de la palabra (la verdad), utilizando a líderes o pequeños pastores
(hombres con defectos) para alcanzar los propósitos del Padre; “la meta” es convertirnos
en un hacedor más que oidor, en un siervo útil más que un activista inútil, es decir, hacer carne lo que se aprende en
Espíritu y verdad, eliminando la corrupción y el pecado, transformándose en el
hijo que Dios en el cual Él tiene complacencia, poniendo primeramente a Dios
sobre todas las cosas, sin quitar la mirada en Cristo.
REFLEXIÓN
“Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y
arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y
quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido”.
Apocalipsis 2:5.
“Acuérdate, pues, de lo que has recibido y
oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como
ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti”. Apocalipsis 3:3.
CONCLUSIÓN
“De este modo todos sabrán que son mis
discípulos, si se aman los unos a los otros”. Juan 13:35.
“Mi Padre es glorificado cuando ustedes dan
mucho fruto y muestran así que son mis discípulos”. Juan 15:8.
“Entonces llamó a la multitud y a sus
discípulos. —Si alguien quiere ser mi discípulo —les dijo—, que se niegue a sí
mismo, lleve su cruz y me siga”. Marcos 8:34.
“Jesús se dirigió entonces a los judíos que
habían creído en él, y les dijo: —Si se mantienen fieles a mis enseñanzas,
serán realmente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará
libres”. Juan 8:31-32.
Entonces, cumplamos el mandato de Jesucristo: “Id
y Haced Discípulos”. ¡Amén!!!
Bendiciones.
[1] https://biteproject.com/el-39-de-cristianos-no-hace-discipulos/
[2] https://discipulados.com/about/
No hay comentarios:
Publicar un comentario