martes, 3 de agosto de 2021

COMIENDO UN BOCADO

 


Proverbios 28:21b “…Hasta por un bocado de pan prevaricará el hombre”.

Cuando escuchamos la palabra “Prevaricar”, generalmente la asociamos la actitud que poseen ciertas personas a descarriarse de lo correcto, por eso si buscamos su definición encontramos sinónimos como: Desvariar, delinquir, infringir, transgredir, incumplir, violar, contravenir, faltar entre otras.

Prevaricar es desvariar, es decir, enloquecer, comportarnos como loquitos o delirar ante los deseos engañosos, fantasear o vivir ilusoriamente una vida que no nos pertenece, una realidad virtual que pretendemos obtener, es trastornar la vida de otros con nuestras actitudes o palabras mal dichas, o de maldición; es delinquir cometiendo delito, apartando la palabra, quebrantando sus mandamientos, atentamos o apostatando contra ellos, pecando deliberadamente, infringiendo o desobedeciendo los mismos, para transgredir, vulnerar o violar mi ser, mi alma, cuerpo o espíritu, llevándonos a incumplir las enseñanzas de Jesucristo.

Esto nos llevar a traspasar los límites que el Señor como Padre creador impuso, ya que no hacemos lo que nos ha dejado en la palabra que hagamos, contraviniendo los propósitos eternos, en otras palabras, yendo en contra de lo que ha de venir, faltando, ofendiendo, deshonrando el nombre del Señor, que al final insulta, agravia y ultraja lo santo, activando la ira del Dios.

Prevaricar se usa de forma coloquial para referirse a un funcionario o autoridad (pública o privada) que no hace, ni cumple su trabajo sino que se aprovecha de su posición con plena conciencia de que lo que está haciendo no es lo correcto, es decir, no hace lo que tiene que hacer y se conforma con migajas de un bocado de pan, un bocado que tiene sabor amargo y a oscuridad; por lo tanto, se puede observar en muchos países, desarrollados o en vías de desarrollo, que esto se considera un delito, y es duramente castigado, aunque en otros lugares se ha convertido en una comiquita por la corrupción del hombre, que viene desde su caída en el Edén.

Por lo general, muchos los cristianos tienen una errada sensación de “culpa”, que ha sido impuesta por muchos líderes, hermanos, religiosos, llenos de pecado, quienes se han convertido en jueces y verdugos, queriendo impartir justicia alejada de la justicia de Dios, confundiendo, engañando, manipulando y destruyendo las vidas espirituales de los más débiles con un propósito oscuro, lleno de muerte, sólo porque se niegan a morir a ellos mismos; por ejemplo, observemos a Job, quien el mismo Señor lo definió como varón perfecto y recto, temeroso de Dios, apartado del mal, y en su tiempo no había otro como él; sin embargo, cuando se le presentó la prueba, por la cual todos los hijos de Dios vamos a pasar, salieron los jueces que nunca faltan a condenarlo, esos “amigos” del alma, los “santos” que no parten un plato, que les gusta señalar, condenar y mirar la paja del ojo del pecador, pero no miran la viga de su ojo; entonces este varón llegó a decir: Job 13:23 “¿Cuántas iniquidades y pecados tengo yo? Hazme conocer mi prevaricación y mi pecado”; Job, tenía tanta pureza de corazón, que prefería morir, si era necesario, o pasar por el peor de los castigos, solo en pensar que podía haber pecado o prevaricado contra el Señor, ya que él no se permitía cambiar lo bueno, justo y santo por cualquier cosa ¿Cuántos de nosotros tenemos esta actitud? Preferimos muchas veces asumir la actitud de señalar otros que mirar hacia adentro y cambiarnos a nosotros mismos.

Es conocido por todos que el Señor perdonó nuestro pecado gracias a Jesucristo, quien lavó nuestra iniquidad con su sangre en la cruz, Él murió con el propósito firme que fuéramos aceptos y aprobados ante el Padre para salvación y vida eterna, pero cuantos de nosotros nos hemos mantenido firmes, damos honor a tal sacrificio con nuestro testimonio, mantenemos nuestra esperanza viva a pesar de la circunstancia y adversidad, en la hora de la chiquita; pues muy pocos, porque nuestra fe es del tamaño de nuestro compromiso ante Dios.

PREVARICAR ES…

Cuando investigamos el origen de la palabra “Prevaricar” nos damos cuenta que proviene del latín “praevaricari”, que se refiere a la acción de desviarse del surco recto al labrar. Se compone del prefijo prae- que significa ‘delante’, ‘pre’ o ‘antes de’; y “varicari” que significa ‘torcerse’ o ‘arquearse’; podemos discernir que quien vive prevaricando está a puntico de torcerse, es decir, pasar a ser de las ovejas que serán desechadas, por eso hay que mantenerse firme. Adicionalmente, cuando profundizamos aún más, nos encontramos que “varicari” se deriva de la palabra vara y el verbo varar, es decir, el castigo y la inercia, y ya explico por qué.

Es importante resaltar, que es necesario reflexionar bajo la lupa de la palabra y el Espíritu Santo dentro de estas tres vertientes, para que sea como agua que refresque nuestro huesos secos y sea revelado para conversión, de lo contario seguirá siendo letra muerta y continuaremos en las mismas y con las mismas. Prevaricar es:

1. DESVARIAR Y APARTARSE DEL CAMINO: Prevaricar es andar oyendo lo que Dios dice, tener la convicción de que lo que se dice es verdad, pero nos negamos a comer el banquete completo, es decir, no hacemos caso de la palabra, la ignoramos, ya sea por terquedad, soberbia o conveniencia personal, por eso torcemos la verdad, nos desviamos, desvariamos en nuestro propio pecado, nos convertirnos en hijos rebeldes que se apartan del camino, preferimos el pedazo de pan duro y seco, que el manjar preparado para los que aman al Señor. Hebreos 10:26 “Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por el pecado”; 2 Crónicas 36:14 “Y también todos los príncipes de los sacerdotes, y el pueblo, aumentaron la prevaricación, siguiendo todas las abominaciones de las gentes, y contaminando la casa de Jehová, la cual él había santificado en Jerusalén”; cuando prevaricamos contaminamos la casa, el templo, donde mora el Espíritu Santo, contristándolo a tal extremo que lo apartamos de nuestro lado.

2. ES ESTAR VARADO ESPIRITUALMENTE: No se produce crecimiento, hay una inercia que no hemos vencido por estar pendiente del mundo y sus distracciones, nuestro testimonio no glorifica el nombre del Señor, vivimos idolatrando nuestro ego u otras personas, aparentamos realidades que no existen, ocultamos cosas, engañándonos a nosotros mismos, siendo piedras de tropiezo para muchos, porque la carne es lo que predomina. Juan 3:6 “Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es”; Gálatas 6: 7 “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará”.

3. ES DESCONOCER NUESTRA CONDICIÓN PECADORA: Es entrar en un ciclo vicioso del pecado, desobedeciendo la autoridad del Señor, cometiendo injusticias, calumniando al prójimo, perdiendo el temor por lo santo, siendo una vergüenza en nuestra familia espiritual, por falta de conversión, pareciera que pidiéramos a gritos a Dios: ¡Señor castígame, dame vara!, no se nos ha revelado lo que es la justicia de Dios. Levítico 6:2-3 “Cuando una persona pecare e hiciere prevaricación contra Jehová, y negare a su prójimo lo encomendado o dejado en su mano, o bien robare o calumniare a su prójimo, o habiendo hallado lo perdido después lo negare, y jurare en falso; en alguna de todas aquellas cosas en que suele pecar el hombre”; Proverbios 29:15a “La vara y la corrección dan sabiduría; Mas el muchacho consentido avergonzará a su madre”; Proverbios 29:16 “Cuando los impíos son muchos, mucha es la transgresión; Mas los justos verán la ruina de ellos”; Números 5:6 “Habla a los hijos de Israel: El hombre o la mujer que cometiere alguno de todos los pecados de los hombres, haciendo prevaricación contra el SEÑOR; aquella persona es culpable”; Mateo 25:46 “E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna”.

REFLEXIÓN

Cuando una persona come un bocado de mundo (inmundo), la carne o los deleites del mal, es porque predomina la prevaricación, está enlazado con la concupiscencia de su alma, sus vestiduras no son santas, no está convencido de la libertad que le trajo Cristo, así que no se extrañe que sea echado fuera del reino y viva el castigo eterno, el crujir de dientes. Proverbios 29:6 “En la prevaricación del hombre malo hay lazo; más el justo cantará y se alegrará”.

Dios ha dado una promesa aquellos hijos que se sometan y sujeten de su Espíritu “saldrán de la tribulación”, serán llamados justos y su labios ya no prevaricaran jamás: Proverbios12:13 “El impío es enredado en la prevaricación de sus labios; más el justo saldrá de la tribulación”.

Un verdadero hijo de Dios se esfuerza por no prevaricar, entonces su actitud será diferente, sus pensamientos serán otros, se les revelará lo que es el amor de Dios, los afanes acabarán, aprenderán a esperar pacientemente en el Señor aguardando en perfecta paz y su vida la someterá a la voluntad de Dios aunque esté en contra de la nuestra, dando gracias en todo momento y nuestro semblante cambiará, habrá gozo en el corazón para honor y gloria de nuestro Padre Celestial. Levítico 6:4 “Entonces, habiendo pecado y ofendido {prevaricado}, restituirá aquello que robó, o el daño de la calumnia, o el depósito que se le encomendó, o lo perdido que halló”; Filipenses 4:8 “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”; Filipenses 4:6-7 “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”; 1 Tesalonicenses 5:18 “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús”.

Gracias Señor por tu palabra, bendito seas. Amén…

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