jueves, 31 de enero de 2019

HABLANDO AL AIRE


He visto muchos creyentes, que impresionados por los dones espirituales de algunos hermanos, se han enredado torpemente en lazos de vanidad, pecado y apostasía por falta de entendimiento, discernimiento o prudencia. Esto es producto del falso dogma que para ser espiritual, necesariamente, debe haber manifestaciones sobrenaturales o “frutos”, la mayoría terrenales, dados por Dios a los hijos o “ungidos” basados en una errada doctrina de tendencia pseudo cristiana que trata de dar un status espiritual de relevancia a ciertos hombres, como si eso fuera lo más importante.



Revisemos como ejemplo el don de la profecía, la palabra dice en 1 Corintios 14:1 que “Seguid el amor; y procurad los dones espirituales, pero sobre todo que profeticéis”; entonces vemos gran cantidad de iglesias cristianas llenas de “ilustres profetas”, que poseen una percepción o concepto distorsionado de lo que significa profetizar y lo que el Señor quiere enseñar; son simples habladores al aire que buscan anunciar un falso evangelio o presagiar un futuro incierto, lleno de manipulaciones emocionales (prosperidad, bendiciones terrenales, señales y prodigios sobrenaturales, etc.), haciendo uso de las santas escrituras, siendo unos vulgares lobos, adivinos o agoreros, muchos son habladores de pura palabra incomprensible. 1 Corintios 14:9 “Así también vosotros, si por la lengua no diereis palabra bien comprensible, ¿cómo se entenderá lo que decís? Porque hablaréis al aire”; Mateo 24:11 “Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos”; Marcos 13:22 “…, y harán señales y prodigios, para engañar, si fuese posible, aun a los escogidos”; Isaías 5:18-20 “¡Ay de los que traen la iniquidad con cuerdas de vanidad, y el pecado como con coyundas de carreta, los cuales dicen: Venga ya, apresúrese su obra, y veamos; acérquese, y venga el consejo del Santo de Israel, para que lo sepamos! ¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!”.

¿CÓMO SÉ QUE ESTOY HABLANDO AL AIRE?
1.     Cuando existe soberbia en la palabra que sale de mi boca la cual no edifica, exhorta o consuela a nadie, solo maldice a otros aun cuando haya justificación para ello. Santiago 4:6 “…Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes”; 1 Corintios 14:3 “Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación”; 1 Corintios 14:26 “¿Qué hay, pues, hermanos? Cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación. Hágase todo para edificación”; Lucas 6:37 “No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados;…”; Judas 1:9 “…no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él,…”.
2.     Cuando hablo de manera disoluta sin importarme la vida espiritual de los demás, engordando mi corazón de vanidades, deleites o intereses particulares. Santiago 5:5 “Habéis vivido en deleites sobre la tierra, y sido disolutos; habéis engordado vuestros corazones como en día de matanza”; 1 Corintios 14:4 “El que habla en lengua extraña, a sí mismo se edifica; pero el que profetiza, edifica a la iglesia”.
3.     Al poseer iniquidad (maldad) oculta en mi boca, el fuego del Espíritu Santo probará de qué está hecha y en quién está fundamentada la palabra. 1 Corintios 3:12-13 “Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará”.
4.     Al faltar ejercitación y comunión con el Señor, no hay discernimiento entre el bien y el mal, no hemos aprendido a callar ante su presencia. 1 Corintios 14:29-30 “Asimismo, los profetas hablen dos o tres, y los demás juzguen. Y si algo le fuere revelado a otro que estuviere sentado, calle el primero”; Hebreos 5:14 “pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal”.
5.     Al creer que estamos preparados para la batalla y nuestra boca es trompeta de sonido incierto, de autosuficiencia, de letra muerta, perdiendo las guerras contra la carne, el mundo y el mal. 1 Corintios 14:8 “Y si la trompeta diere sonido incierto, ¿quién se preparará para la batalla?”.
¿CÓMO DEBEMOS HABLAR EN ESTOS TIEMPOS?
1.     Decentemente y en orden para que la palabra no regrese vacía. 1 Corintios 14:39-40 “Así que, hermanos, procurad profetizar, y no impidáis el hablar lenguas; pero hágase todo decentemente y con orden”; Isaías 55: 11 “Así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié”.
2.     Probando nuestro espíritu, ser celosos con el evangelio que se lleva a los hombres, que la palabra de Dios, primero, halle mella en mí. 1 Juan 4:1 “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo”; Hebreos 4: 12 “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”.
3.     Abandonar las palabras y actitudes depredadoras y feroces de lobo, lleno de ira, contención y disputa, que seamos más bien como mansas ovejas que escuchan y siguen al Pastor de pastores. Mateo 7:15 “Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces”.
4.     Reconociendo que el Señor es quien revela y concede los dones de la enseñanza, revelación y de profecía a quién Él le parece, y no es por esfuerzo o sabiduría humana. 1 Corintios 14:36-37 “¿Acaso ha salido de vosotros la palabra de Dios, o sólo a vosotros ha llegado? Si alguno se cree profeta, o espiritual, reconozca que lo que os escribo son mandamientos del Señor”; 1 Corintios 1:27-29 “sino que lo necio del mundo escogido Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogido Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia”.
5.     En amor, con lenguaje sencillo, con palabra contundente que edifique y enseñe, trayendo almas a los pies del Señor, sin retórica religiosa. 1 Corintios 14:18-19 “Doy gracias a Dios que hablo en lenguas más que todos vosotros; pero en la iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi entendimiento, para enseñar también a otros, que diez mil palabras en lengua desconocida”; 1 Corintios 13:8 “El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará”.
Oremos: Señor tu palabra es insondable, es profunda y extensa, trae miles y miles formas y maneras de enseñar. Cómo decirte que no he hablado al aire, si tú sabes bien que lo he hecho, muchas veces he llevado tu palabra a otros con tres propósitos, primero que conozcan tu santo nombre, segundo que se conviertan, pero hay un tercer propósito, que me da vergüenza reconocer y que hasta hoy me ha sido revelado, que es que hay cierta soberbia espiritual en mí. Perdóname Padre de los cielos reconozco mi pecado; he querido servirte con un corazón limpio y puro, y me he desprendido de muchas cosas que no te agradan, pero como siervo inútil solo he hecho lo que has mandado; me ha faltado buscar más tu presencia, no me he ejercitado lo suficiente, mi comunión es débil, aún le falta mucho, me he dejado llevar por la pereza e indiferencia (mi carne), por los afanes de este mundo y mi propia maldad (concupiscencia), que no me han permitido que termine de despegar para deleitarme en tu presencia, en esas moradas santas que has preparado para mí. Señor llévame a tus atrios, al lugar santo, al altar de bronce donde tu rostro pueda ver, revélame, Dios mío, tu palabra para conversión, concédeme la oportunidad de traerla de manera santa y pura que llegue y penetre a los corazones de quien la lea o escuche, solo para edificación, exhortación o consuelo, renunciando a toda vanidad, a cualquier pizca de carnalidad que impida que se cumpla tu propósito eterno para la cual la diseñaste. Bendito sea tu nombre, exaltado y alabado seas, la gloria sea tuya por cada alma que se convierta y postre a adorarte con corazón contristo y humillado por tu palabra, la que sale de la boca de tus hijos y no queda en el aire. Amén.

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