De niño me gustaba escuchar una famosa canción que se llamaba "Los Marcianos llegaron ya" de Rosendo Ruíz (1955), interpretada por la orquesta Aragón; en aquel entonces la escuche por primera vez en las películas mexicanas de los años dorados, me hacían tararearla, divertirme y soñar con mi inocencia de niño, volando mentalmente fuera de este mundo. En mi adolescencia, escuche términos como Extraterrestre como algo natural, por la famosa película E.T., y años más tarde, ya de adulto, la palabra Alienígena, que realmente pensé que era lo mismo, hasta que el Señor me cambió mi forma de pensar y de caminar por la vida. Isaías 55:8 “Porque mis pensamientos no son vuestros
pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová”.
Alienígena
es una palabra que proviene etimológicamente de dos vocablos latinos con
ciertas derivaciones: “alienus” que significa ajeno, distinto o diferente, y
“gen” = origen, engendrado, nacido, utilizado mucho para designar a todo extranjero (extraño), forastero (que viene de otro
sitio), no es oriundo del lugar, por lo general se refiere a un ser fuera
de este mundo, que es diferente o no pertenece a los terrenales, es decir extraterrestre.
Cuando
Dios creo al mundo, todo era bueno y en gran manera, quiere decir que el plan
original del Señor era poner un orden y llenarla de su presencia, darnos señorío
y autoridad sobre toda la tierra, fuimos engendrados al recibir de su aliento
de vida, éramos ciudadanos de su reino, pero por nuestra torpeza, por ignorar la
palabra que el Señor ordenó, por no acatar sus instrucciones, por estar
escuchando un alienígena del mal y obedeciendo su voz, entregamos nuestro
señorío a satanás nos convertimos en extranjeros, en un alienígena del reino
de los cielos, el cual estaba presente en la tierra, hasta que fuimos expulsados
a otro reino, a una tierra maldita por causa de nuestro pecado. Génesis 1:31 “Y
vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera…”; Job
34:13 “¿Quién visitó por él la tierra? ¿Y quién puso en orden todo el mundo?”; Génesis
1:26 “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a
nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en
las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la
tierra”; 1 Corintios 14:11 “Pero si yo ignoro el valor de las palabras (Del
Señor), seré como extranjero (Alienígena) para el que habla, y el que habla
será como extranjero para mí (Extraterrestre)”; Juan 18:36 “Respondió Jesús: Mi
reino no es de este mundo…”; Génesis 3:17 “Y al hombre dijo: …maldita será la
tierra por tu causa…”; Génesis 3:24 “Echó,
pues, fuera al hombre…”.
¿Por
qué soy un ALIEN – ajeno – diferente – extraño – extranjero?
1. Porque el reino se ha acercado y yo prefiero mantenerme alejado
de Cristo, dentro de lo terrenal, fuera de su gracia. Lucas 10:11 “…el reino de
Dios se ha acercado a vosotros”; Efesios 2:12 “En aquel tiempo estabais sin
Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa,
sin esperanza y sin Dios en el mundo”; Juan 3:31 “…El que es de la tierra, es
terrenal, y cosas terrenales habla…”.
2. No se nos ha revelado que la ciudadanía que debo anhelar es
la de los cielos; por lo tanto debo despojarme del viejo hombre, del vicio, los
deseos engañosos, vistiéndome con ropas de santidad y justicia. Filipenses 3:20
“Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al
Salvador, al Señor Jesucristo”; Efesios 4:22-24 “En cuanto a la pasada manera
de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos
engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo
hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad”.
3. Porque no queremos hacer la voluntad del Padre. Mateo 7:21 “No
todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el
que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos”.
4. Por no estar vestido como celestial, sino que permanezco con
mi ropas terrenales llenos de inmundicia e iniquidad, lleno de pensamientos terrenales,
animales y diabólicos. Mateo 22:10-13 “…y las bodas fueron llenas de
convidados. Y entró el rey para ver a los convidados, y vio allí a un hombre
que no estaba vestido de boda. Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí, sin estar
vestido de boda? Más él enmudeció. Entonces el rey dijo a los que servían: Atadle
de pies y manos, y echadle en las tinieblas de afuera…”; Santiago 3:15 “porque
esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica”.
5. Nos negamos a que el Señor injerte el GEN – engendre – cree en
mí, naciendo de nuevo. Juan 3:3 “Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de
cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios”;
Juan 3:5 “…el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el
reino de Dios”; Romanos 11:23 “Y aun ellos, si no permanecieren en
incredulidad, serán injertados, pues poderoso es Dios para volverlos a injertar”.
6. Hacemos del pecado una práctica religiosa, no hay frutos
dignos de arrepentimiento. 1 Juan 5:18 “Sabemos que todo aquel que ha nacido de
Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y
el maligno no le toca”; Mateo 3:8 “Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento”.
7. Porque no queremos venir al Señor para edificación, no
oramos, no clamamos, no le tememos, no invocamos su nombre con un corazón limpio,
le buscamos para nuestros deleites o intereses
ocultos. 2 Crónicas 6:32-33 “Y también al extranjero que no fuere de tu pueblo
Israel, que hubiere venido de lejanas tierras a causa de tu gran nombre, y de
tu mano poderosa, y de tu brazo extendido, si viniere, y orare hacia esta casa,
tú oirás desde los cielos, desde el lugar de tu morada, y harás conforme a
todas las cosas por las cuales hubiere clamado a ti el extranjero; para que
todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre, y te teman así como tu
pueblo Israel, y sepan que tu nombre es invocado sobre esta casa que yo he
edificado”.
Como
hemos sido adoptados, injertados en la vid, a través de Jesucristo, ser Extraterrestre,
extranjero del reino terrenal (extraterrenal), Señor del reino de los
cielos, quién venció al mundo porque no se conformó con lo que ofrecía sino que
buscaba con ahínco lo celestial, solo a través de Él nos preservaremos, seremos
libre de toda maldad y perversión de donde quiera que provenga (diablo, mundo o
carne) y nos ha hecho extranjeros de este Egipto al hacernos morir y resucitar en Cristo,
convirtiendo nuestra alma para su honor y gloria. 1 Juan 5:4 “Porque todo lo
que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al
mundo, nuestra fe”; Efesios 1:5 “En amor habiéndonos predestinado para ser
adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su
voluntad”; Deuteronomio 10:19 “Amaréis, pues, al extranjero; porque extranjeros
fuisteis...”; Colosenses 3:5 “Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación,
impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría”; 2 Timoteo
4:18 “Y el Señor me librará de toda obra mala, y me preservará para su reino
celestial. A él sea gloria por los siglos de los siglos. Amén”.
Oremos:
Señor me he estado comportando como un Alien ante ti, porque ajeno a tu palabra
había estado, reconozco que no me he comportado como ciudadano del reino de los
cielos, embajador tuyo no he sido en esta tierra, me he enredado en las
cosas de mundo siendo igual a los lugareños y he dejado de hablar con denuedo de tu reino, perdóname, perdona
mis pecados. Ahora, quiero Padre Santo que me permitas ser adoptado como tu hijo, hazme acepto, por
amor a tu hijo Jesucristo, no mires mi iniquidad, mis vestido de inmundicia, ya fueron lavados
con tu sangre preciosa en la cruz, permite ingresar a recibir tu ciudadanía celestial, quiero ser un extraterrestre,
uno que haya vencido al mundo, que me olvide de lo terrenal, que someta su alma
a tu voluntad y llegar a decir un día: Ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí.
Señor enséñame con el poder de tu Espíritu a vivir en santidad, no quiero
presentarme ante ti, el día de las bodas, con ropas indignas, guarda mi corazón,
te lo entrego, guía mis pasos, que mis oraciones sean de alabanza y adoración,
que destilen perfume grato que agrade en tu presencia. Bendito seas mi Dios, porque
solo en ti veo la luz que aparta toda tiniebla de mi vida, sigue trayendo
palabra revelada y que me siga transformando, que no caiga la semilla revelada entre las
piedras o espinos, sino que crezca en tierra fértil y produzcan frutos de santidad y honra, que haya conversión y testimonio. Amén
Gracias por compartir tan buena y rica información para nutrir nuestra fé y conocimiento de nuestro amado Salvador Jesús ... Bendiciones para usted.. .Soli Deo Gloria!! 🙏
ResponderEliminarA la orden, pero la gloria es de Dios, quien la selecciono a Ud para recibir esta palabra que edifica para honor y gloria de nuestro Señor. Gracias por comentar
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